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Ni tan casados por jotaceh

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Día 79: Trámites

 

Bueno, la cárcel tampoco es un lugar tan malo. Para ser sincero, tampoco estuve en un recinto penitenciario como tal, porque sólo fui recluido por una noche en el cuartel y fue más por el escándalo fuera de la casa, que por mi falta de permiso municipal.

-Su local fue clausurado hasta que cuente con las autorizaciones de rigor... Tenga en cuenta que lo estaremos vigilando... - el mismo policía que me llevó detenido fue el que me soltó.

Al salir de la comisaría me encontré con Clarisa, la que había pagado mi fianza.

-¿Cómo te encuentras? - me consultó apenada.

-No tan mal... - dije sin poder mirarla a la cara.

Sabía que si lo hacía estallaría, no quería hacer una escena allí, tan solo que no pude evitar recordar que la encontré follando con Gianluca.

-¿Cómo puedes ser tan cínica? Me hiciste prometer que no cogería con nadie, y tú eres la primera en romper el trato... - se me escapó.

-Es que la tiene muy grande... - fue la pobre excusa de la mujer.

Que sí, que la tiene grande ¿y qué? ¿No podía controlarse?

-Está bien, te entiendo hermana... - dije antes de abrazarla.

Ya, si ¿quién se podría haber resistido? La pobre es una víctima de aquel hombre delicioso, no es su culpa que vivamos con un ser tan espectacular. No soy quién para juzgarla.

Todo se arregló entre nosotros, seguimos como siempre, y ahora sin aquel estúpido juramento. Si vivimos en un burdel, tenemos que aprovechar.

-Ay Niquito, que te echamos de menos... - Anastasia corrió para abrazarme como si me hubiera ausentado por meses.

-¿Cómo han andado las cosas por acá? - le pregunté al grupo de muchachos reunidos en la entrada de la casona.

-Bueno... Suelen venir señoras a gritarnos y maldecirnos, pero es lo normal... - sentenció Clarisa hablando por el grupo.

-Les prometo que esta situación cambiará, iremos hoy mismo a la municipalidad para pedir los permisos necesarios... Volveremos a trabajar, lo prometo... - parecía candidato jurando empleo a los votantes.

Me bañé y vestí de la forma más formal que encontré, tal como solía verme cuando era ginecólogo.

-Que espectacular, si hasta pareces hombre... - fue el "halago" de Anastasia al verme arreglado.

Salí de nuestra casa con la firme convicción de hacer todo lo posible por lograr aquella autorización, por lo que primero fui al banco para sacar un poco de dinero, por si había que pagar algún "favor" a algún funcionado corrupto.

Fui hasta el edificio correspondiente y pregunté en Informaciones dónde podría hacer los trámites para iniciar un negocio.

-Depende del tipo de comercio que quiera realizar... ¿A qué se dedica? - preguntó la señora de grandes lentes y peinado pasado de moda.

-Bueno, tengo una casa con muchas piezas... - traté de hacerle entender con indirectas que tenía un burdel.

-¿Un hotel? - no entendía la vieja.

-Parecido, pero los huéspedes se demoran poquito... Bueno, hay otros que demoran un poco más, pero casi todos unos tres minutos solamente... - esperaba que con esa indirecta comprendiera.

-Entonces... ¿Un motel? - y seguía con el rubro equivocado.

-No... O sea, ahora está más cerca... Solo que las piezas vienen con el acompañante incluído.... - ya era obvio a qué me dedicaba.

-¿Piezas compartidas? - la muy mensa se arreglaba los lentes como para pensar mejor.

-Que tengo un burdel, una casa para follar... ¡Un puterío- terminé gritando por la lentitud de la mujer.

Finalmente todos en el edifico pudieron escuchar mi rubro.

La vieja me miró juzgando, como si recién se hubiera dado cuenta que están frente a un sucio pecador.

-Para ese tipo de negocios necesita de permisos especiales... Tiene que contar con permiso de expendio de alcoholes, con autorización de hospedaje, inicio de actividades en el servicio de impuestos, permiso para realizar actividad lucrativa en su barrio respectivo... Y lo más importante, que sus... Trabajadores... Cuenten con el carnet de sanidad al día... - fruncía la boca al explicarme.

-¿Carnet de sanidad? Pero si no son perros... - no podía comprender lo que quería decirme.

-Mire señor, si usted va a trabajar con... Ese tipo de personas... Tiene que saber que debe asegurar que ellos no son un peligro para la salud de sus clientes, que no poseen enfermedades de transmisión sexual y que son, obviamente, mayores de edad... Las mujeres deben estar aptas para su "labor"...-y hablaba fuerte para que todos supieran qué estaba tratando de hacer.

-Ahí tenemos un problema, porque en mi burdel también tengo hombres... ¿Ellos también tienen que pasar por ese examen?... Ah y bueno, también hay chicas trans, que son mujeres pero que no han hecho la transición, así que tienen tetas y pene... ¿También cuentan? - quería salir de dudas.

La vieja respiró ondo, más convertida en creyente religiosa que en burócrata.

-Todo lo que ofrezca en ese lugar, tiene que estar al día... Mujeres, hombres, perros, muertos... - estaba cansada.

-Por favor, no sea estúpida, no le hacemos ni a la zoofilia ni a la necrofilia... - ¿o podría ser un buen negocio?

Dejé a la señora y me fui a hacer los trámites que me había mencionado. Lo que respecta a lo comercial no tuve problemas, lo que realmente me complica es el carnet de sanidad. ¿Cómo le digo a los chicos que tienen que hacerse exámenes para trabajar? Es lo más cuerdo, es verdad, pero hay muchachos que no quieren que el resto sepa que trabajan en esto ¿qué me van a decir ellos?

 


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