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Hombre Lobo al descubierto por SigmaIII

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Notas del capitulo:

¡¡Hola!!

Por fin, continuamos con esta historia, solo que, ahora nos damos un saltó unos años después. Cuando Lucius cursa su sexto año en Hogwarts.

Para entonce,s Lucius ya es novio de Remus desde hacía un año y medio más o menos, estan por cursar su séptimo año de educación mágica básica, y el rubio se apresura a comprar los útiles escolares, sin contar con una desagradable prescencia.

Perpectivas

El joven circulaba las calles de Diagon, aquel verano tuvo su primer cita con Remus fuera del colegio. Y el lobito se portó muy mal, por eso lo castigó un par de semanas sin hablarle pero ya se habían reconciliado. Aprovechó que estaba fuera del radar de su padre para deambular por allí. Entonces alguien salido de la oscuridad de un callejón lo alcanzó.

-Joven amo- Lucius lo miró y rodó los ojos, siguió caminando sin detenerse, siempre este estúpido, parecía una plaga. Sacó su pañuelo y tapó su nariz porque además de irritante era nulo su aseo personal - ¿Sus padres aprueban que ande de manita sudada con un mestizo?

-¿A ti qué te importa?- Habló sin voltearlo a ver y acelerando el paso.

-No mucho, aunque es raro ver a un Malfoy besuqueándoe con un sangre sucia en la banca frente a la fuente.

-¡¿Cómo?! ¡Tonto!, ¿Nos viste?

-Yo no, uno de mis hijos te delató, así que engañándome – Lucius hizo un ademán fastidiado, este fulano siempre jugando a ser Peter Pan rescatando huérfanos, pero no era su asunto. –Mis niños contaban contigo para que fueras su papá. –Lucius frunció el ceño.

-Engaño ni que nada. Ese era MI novio.

-¿Y qué dicen tus padres?

-No es tu asunto.

-¿No lo aprueban? Que gusto, así que me estas engañando eh joven amo, a escondidas de tus padres, y para darme celos.

-Claro que no tu odioso. ¡Y ya deja de hablarme tan confiadamente!, ¡Ni siquiera te conozco! – Fenrir lo sujetó por el brazo. – ¡Y no me toques!  -Lucius recuperó su brazo - ¡No me toques!

-Yo soy Fenrir Greyback, tu futuro esposo ¡Recuérdalo!- Lo besó en la mejilla donde el pañuelo no cubría. Le robó un beso.

Lucius gritó exasperado y sacó la varita pero Fenrir ya iba lejos.

-¡AARRRGGG! ¡Eres un crío tonto y nuca serás mi novio!-

….

Fenrir corrió, corrió y corrió hasta perderse entre las calles y casas, se detuvó en un callejón y posó contra la pared exhausto, apenas y pudo controlarse, él…, el joven amo apestaba, apestaba a hormonas, antes olía rico pero ahora no solo olía rico, era más que rico, delicioso, suculento. Le nacieron unos deseos tremendos de morderlo, aun en su forma humana se lo habría comido allí mismo de poder. Y lo peor es que podía seguir el olor a metros. Su apestor le descontrolaba los sentidos. Intentó concentrarse en el olor del agua en las canaletas y humedad, tenía fuertes impulsos, el impulso de lamer esa delicosa piel, pálida, fragante, deseable como leche fresca y bien fría en un día caluroso, ¡Joder no podía pensar! Su cerebro estaba embobado.

Sonrió tontamente, ese chico era… y además no lobo. Tendría que esperar hasta el próximo año escolar para volver a verle.

………

“¿Qué acaso no se apellidaba Grissband?”

Sencillamente era un fulano sin chiste por el que no debía desperdiciar tiempo ni energías, por eso nunca lo sacó a colación, pero como ahora mismo lo recordaba lo mencionó sin más.

-¿Padre, recuerdas el chico de las cajas de hace mucho tiempo cuando me perdí?-

Abraxas se puso pálido. Bajo el periódico mecánicamente, habían sido años de felicidad sin noticias de él...

“¡NO!, ¡REGRESO PARA TERMINAR EL TRABAJO!”

-Si, ¿Por qué?, ¿Pasó algo ternura?-

Lucius supuso que su padre estaba por entrar en pánico, lo infirió por su sonrisa forzada y sus uñas arañando la mesa, inspiró profundo y modificó un poco la verdad de los hechos.

-Ohmm, pues, yo lo vi hablando con otra persona en Diagon, lo reconocí, creo que era él. No me vió, estaba de espaldas. Se presentó con el otro sujeto como Fenrir Grey.. no se qué. No sé si eso sirva de algo, ya paso tiempo ¿no? ¿Papá? –

Abraxas Malfoy se desmayó. Eso solo cofirmaba sus sospechas, que en efecto, el sujeto de las cajas era Fenrir Greyback el licántropo serial y ahora mismo fue identificado por su hijo.

¡¡¡NO!!! ¡Ahora su hijo sabría la verdad! ¡Que su inconciente padre lo puso en las garras del mal! Creyó que jamás se sabría, pero este día el universo decidió hacer justicia revelando la verdad de los hechos.

-¿Papá?- Malfoy padre despertó, se encontraba rescostado en el sofá con un paño húmedo en la frente. -¡Te desmayaste! ¿Estas bien?- Abraxas lagrimeó.

-Hijo, ¿Sabes quién es ese Fenrir? ¿Sabes lo qué hace?

-¡Oh!, Estas preocupado aun por eso, no te sientas mal, ya lo sé.

-¡¿De verdad?!

-Sí, ese sujeto es un pandillero. – Abraxas suspiró aliviado.

-Sí, si, así es- Esbozo una enorme sonrisa, porque su hijito aun permanecia inocente de la realidad - Prométeme que jamás te codearas con esa gente.

-Jamás padre, lo evitaré sin duda alguna. – El hombre tomó su mano y le agradeció. Y tras unos instantes Lucius quisó recuperar su mano sin éxito. Abraxas lo tomó por los hombros atrayéndolo hacia sí y lo abrazo muy fuerte. Sin saber que su hijito ya era novio de un licántropo desde hacía un año.

………….

-¡Tío Hyperion!- Lucius corrió a su encuentro y lo abrazó rompiéndole el corazón a su padre en mil pedazos, el hombre se encendió por dentro de enojo y celos expeliendo humo por las orejas y nariz.

Hyperion correspondió al abrazo muy contento deseando cargar a su sobrino en brazos y llevárselo para siempre de allí. Odio tanto a Ferret el abogado, fue su falta de compromiso lo que le impidió tener la custodia de su hijo porque lo era tan propio como lo era de Abraxas.

-¡Lucius mi amor! ¿Cómo estás? ¡Hace mucho que no te veo! ¿Cómo te tratan en ese horrible internado en el que tu desquiciado padre te inscribió? ¿No son muy severos contigo?

-¡No tío!

-¡Yo no lo maltrató Hyperion! ¡Vete! ¡No eres bienvenido aquí!- Hyperion miró despectivamente a su hermano.

-Shhhh, deja de gritar. Vas a asustar a Lucius. Lucius cariño, ve a jugar-

.

.

.

-¡Tendrás noticias de mi abogado!- Con esas palabras, Abraxas despidió a Hyperion en la chimenea.

Lucius se asomó a la sala de estar, caminó a hurtadillas para escuchar a escondidas la charla que mantenían sus padres. Quería saberlo porque tenía la certeza de que hablarían de Hogwarts e inequívocamente sobre Remus y él. No quería que lo separaran de su novio. Pero contrario a lo que esperaba, Abraxas no dejó de criticar a Dumbuldore. Desde siempre la familia Malfoy había discrepado con las formas del director. Luego, el mago volvió a quejarse de su hermano.

-¡Hyperion me ha apuñalado!, pero lo cierto es que tiene razón. No puedo negarlo más.

-¡Oh! ¡No! ¡Por favor no empieces!

-Te dije que clases privadas para nuestro hijo, pero nunca escuchas.

-¡Silencio!

-¡Mi hijo habría tenido los mejores tutores en vez de tomar clases en ese instituto mediocre!

-Por favor Abraxas, ambos nos graduamos allí. También Hyperion.

-¡Privaste a nuestro hijo de educación de primera!

-¡Deja de culparme! ¡Tu eres quien se empeña en estas estúpideces para compensar tu falta de juicio!- Abraxas rompió en llanto. -¡Lo siento!-

Lucius brincó del susto, hasta él supo que su madre se había pasado. Se sintió muy mal, si tan solo se hubiera resistido, si hubiera gritado. Apretó los puños furioso. Todo era culpa de Fenrir, él le hizo esto a su familia. Entró a la habitación, y sin importar la mirada de desconcierto de sus padres los abrazó. Primero a Abraxas y luego a su mamá. Se dieron un abrazo grupal.

.

.

.

Su hijo era tan bonito, tan bueno, comprensivo y maduro. Se merecía el regalo más grande y/o costoso. ¡Su propio vehículo! Abraxas miraba catálogos y catálogos. Quería gastar su dinero en Lucius, mientras se tranquilizaba. Lucius y su madre hablaban.

-¿Por qué padre odia tanto Hogwarts? Es una buena escuela.

-No es la escuela en sí, es la administración.- No sabía que decir o pensar, es decir era su escuela, allí hizo amigos, llevaba materias que le gustaban. ¡Conoció a Remus! – El director siempre ha sido un personaje cuyas acciones son discutibles por supuesto esto que te digo no tiene que salir de aquí. Jamás expreses abiertamente tus pensamientos Lucius- El joven asintió.  

-Yo pienso que es bueno- “Aunque sea imposible a veces, pero Dumbuldore, es decir, mandó a construir la casa de los gritos solo para que Remus acudiera a la escuela ¿Qué otro director hace eso?”

-¡Ah!- Cansada- Amor te falta ser más malicioso. – Lo dijo casi decepcionada. Abraxas saltó en su defensa.

-¡Nuestro hijo es perfecto tal y cómo es!- Lucius desvió la mirada pensando. ¿Qué no se supone que es bueno no ser malicioso? ¿Había algo que no podía ver? Se frustró porque sintió que su madre lo creía un tonto.

“¡Pero Remus!, gracias a Dumbuldore pudo inscribirse y…” Y por alguna razón recordó a Fenrir.

-No puedo ir a la escuela, necesito estar al aire libre, no en interiores.

-Hay modos.

-Que no sirven. Como si alguien fuera molestarse en gastar y preparar instalaciones adecuadas para nosotros-

“Fenrir…él..él es…¡Es claustrofóbico!

>> Y aunque lo odie y deseo que muera. Es innegable el hecho de que merecía la misma oportunidad de estudiar que Remus y yo” - Lucius aun creía, que quitándole lo corriente e ignorante; Fenrir pudo (tal vez) ser un miembro útil de la sociedad. Pero no tuvo la oportunidad porque nadie se molestó y porque a nadie le importaba.

“Si Dumbuldore fue capaz de construir la casa de los gritos para Remus, seguramente era capaz de preparar aulas o dormitorios que los chicos con claustrofobia y otras condiciones pudieran aprovechar.”

Y pensándolo bien, seguramente Remus no era el único chico con licantropía. Lucius recordaba las estadísticas (que consulto cuando estudió el tema tras la rebelación de “¡¡Mi novio es licántropo!!”

 -“Al gobierno no le importa, gastar en instalaciones adecuadas”-

“¿Por qué Remus? Es decir, no es el único. Debe haber más niños o jóvenes licántropos y aun así. ¿Por qué sólo él fue matriculado?”

Aunque lo odiaba, no pudo evitar pensar, que tal vez Fenrir tenía razón. Y que en efecto, las acciones del director eran cuestionables. 

 

Continuará...

Notas finales:

Gracias por leer. Hasta la próxima. 


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