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Hombre Lobo al descubierto por SigmaIII

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Notas del capitulo:

Hola, por fin actualizando un poquito. Este cap esta cortito, es más que nada sobre Abraxas, y también Voldemort que ya tiene en la mira al rubio favorito de todos. 

Nostalgia.

 

Tenía tiempo que, llegaban rumores a las casas sangre limpia de Inglaterra, de que un joven de distinguido linaje buscaba promover y reafirmar el estatus de sangre.

Los Malfoy, siendo una familia popular de la comunidad mágica de Wilthshire eventualmente lo conocieron. Se los presentaron en un evento social, y gradualmente, al igual que el resto de la comunidad supremacista de la sangre, encontraron que no era un mago ordinario, tenía influencias, tales que inclusive era capaz de…

-Lord ¡Debe poder hacer algo! ¡Hay licántropos y sangre sucia acechando a mi hijo! – Abraxas no dejaba de pensar en Fenrir, y en ese mestizo de Lupin (cuya licantropía desconocía), no podía dormir, no desde que descubrió el despreciable plan del infeliz mocoso para robarse a su hijo, a su bien más preciado.  

-¿Al joven Lucius?- preguntó fingiendo escepticismo, al Lord oscuro le quedaba claro el motivo, incluso el había caído prendado de la beldad del joven Lucius, y a decir verdad, se acercó a los Malfoy con la clara intención de apropiarselo.

-¡Sí! –Desesperado.  

El mago tenebroso inspiró profundo y desvió la mirada pensando, hubo un destello rojo en sus dedos que Abraxas Malfoy creyó un efecto de luz.

-Lo tengo.

-¿Sí?

-Pues presenteme formalmente a su hijo, claro que como pretendiente, si el joven Lucius está en compromiso conmigo, no debería haber motivos para que usted se angustie.-

Abraxas se decepcionó, quisó creer que había una solución diferente al noviazgo o matrimonio. Pensó que “Lord Voldemort” la tendría pero no fue así. ¿Por qué lo perseguía la desdicha? ¿Y los celos de padre? ¿Por qué su hijo era y disfrutaba ser blanco de sucios hombres? ¡NO! ¡Su hijo no era esa clase de hombre! ¡Era un joven bueno y decente! ¡Y como padre su deber es guiarlo y protegerlo! Entendió que si Lucius quería un novio el tendría que aceptarlo, pero también tomar cartas en el asunto. Fue a la escuela con esta nueva resolución.

.

.

.

 La visita de Abraxas Malfoy a Hogwarts no resultó como esperaba. Y de hecho fue contraproducente, lo supo cuando Lucius volvió a casa para las vacaciones de Navidad. Les gritó, y a su invitado y también se encerró en su alcoba.

-Cielito mío. – Tocó a la puerta varias veces, Lucius ya llevaba demasiado tiempo solo. Finalmente la puerta cedió. Lucius la abrió con magia, siguió anotando en su diario sin prestarle atención. -¿Qué haces?- Abraxas se acercó muy animado, pero Lucius cerró la libreta bruscamente y lo miró preguntandose cuanto tiempo pensaba permanecer allí. Abraxas se pusó nervioso. Posó ambas manos sobre sus hombros-  

Ven con papá, deja que paá te de un beso.

Lucius se acercó y su adre le dio un beso en la mejilla, pero cuando su hijo no puso resistencia se alarmo,

¿sucede algo?

Nada-

¡No habría perdón! Y Abraxas lo sabía.

…..

-¿Mira bomboncito te gusta?- Un reloj de pulsera.

-Es lindo. Gracias papá- Lucius lo recibió en sus manos y lo colocó en el escritorio.

“¡¡MI HIJO ME ODIA!!”

El sufrimiento, si no hubiera avergonzado a Lucius, pero no fue a propósito. Casi se muere allí, en el pasillo del primer piso de la mansión. De no ser porque su esposa lo regañó.

-Ya no le compres cosas, ¡Lucius se comportó muy grosero!

-¡Yo tengo la culpa! No pensé…

-¡Abraxas!- Insistió ella- Ya déjalo por la paz, si fue tonto lo que ocurrió, pero al menos pudimos formalizar un compromiso con los Black, al menos Lucius no estará saliendo con ese mestizo, y ya no seremos objeto de cuchicheo. –Hubo un silencio, hasta que ella continuó, se sentó junto a él y le tomó la mano.- ¿Qué es lo que realmente te molesta?-

-Es que odio la idea de que Lucius se independice. Es mi bebé, apenas tuve tiempo para él, y ahora que veo como abre las alas, me doy cuenta de que he sido muy distante con él, y lo lamentó. Quiero compensar el tiempo pero es imposible. – Ella pusó los ojos en blanco y se pusó de pie. -¿Qué sucede?- Pensó que sería consolado.

-¿Estás bromeando? ¿Quieres volverme loca?

-No entiendo. – Ella tembló en su lugar.

-¡Estas diciendo que eres distante con Lucius y que te arrepientes de ello! ¡No digas eso! Y menos a mí, por favor esposo, para ya, eres el hombre mas empalagoso en la faz de la tierra.

-Pero…

-¿Sabes cuál fue su primer palabra? ¡Papá!, y después “querida”, porque se lo escucho decir a alguien (el) ¡Y ese alguien no le enseño a decir mamá! - Lo culpaba de acaparar al hijo de ambos y no haberle permitido sentirse madre.  

-¿Te refieres?...

-¡Cuando nacio ni siquiera me dejabas cargarlo y eso que era mi bebé! No dejabas que nadie lo cargara excepto yo y con tu previo consentimiento. No toleraba la cuna porque enseguida lloraba y es tu culpa por siempre cargarlo. ¡Por Morgana! ¡La gente pensaba que yo era una incapaz! ¡Y tu un soltero! Porque lo llevabas al trabajo para cuidarlo como si no tuvieras mujer en casa. ¡Me has hecho pasar muchas vergüenzas! ¡Así que cállate de una vez y deja de hacerte la víctima!

-Pero…- Pero su esposa siguió hablando, y con cada palabra, poco a poco Abraxas comenzó a recordarse así mismo, en ese entonces, llenando oficios en la oficina mientras le daba el biberón a Lucius, su hijo recíen nacido. Se recordó así mismo y a su asistente discutiendo la agenda de los próximos días mientras le cambiaba el pañal a su bebé en el baño de la oficina y cuando dirigió una pequeña conferencia del ministerio llevando en un brazo al niño y en el otro la varita para señalar el rotafolio. Y pensó en su niño que a sus cuatro añitos le entregó su propio memorandum llenado con crayones y pésima caligrafía donde notificaba que el amuerzo de ese día eran galletas con helado. Aunque era miércoles y todos los miércoles el almuerzo era ensalada con papas. Su Lucius aprendió esas cosas al imitarlo, el tipo de tareas administrativas que tiene el jefe de la Subdirección Administrativa del Ministerio de magia.

-¡O cuándo Lucius me despidió! ¡A mí! Dijo ¡Despedida! Como si fuera su empleada ¡Y fue tu culpa! ¡Aprendió esa palabra por tu culpa!-

¡Era cierto! ¡Era el padre más empalagoso en la faz de la tierra! Y se le salieron las lágrimas de felicidad porque ahora sabía que siempre fue un papá amoroso y lo sería hasta el fin de sus días.

Estuvo muy contento esa tarde, y por la noche, Lucius le dirigió la palabra.

…………….

Pronto terminarían las vacaciones, aprovechando el ambiente hogareño de la mansión.

-Lucius hoy tienes la oportunidad de decidir que clase de hombre quieres ser, y yo se que quieres ser la clase de hombre que quiere hacer feliz a su padre. – Lucius suspiró, con un movimiento de cabeza tan suyo arrojó su cabello hacia atrás. Se cruzó de brazos frunciendo el ceño con un puchero adorable, furisamente adorable.

-Papá quiero hacerte feliz ¡PERO!- En respuesta a la enorme sonrisa del hombre- Siento que hay ciertas situaciones en las que debo marcarte ciertos límites, como esta. Así que, de ahora en adelante madre será quien decida sobre mi educación. Si faltó me perderé las clases, y yo quiero graduarme-

“Maldito colegio”- Pensó Abraxas. Recordar los buenos tiempos en los que su bebé era criado y educado bajo su ala, más específicamente en su oficina. Tenía tantos deseos de tomarlo y huir donde su madre nunca los encontrará.  

 

Continuará...

Notas finales:

Gracias por leer. Saludos.  ^^


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