Matalobos
-¿Ve algo de su agrado?- Lucius miró los estantes. En ese entonces la tienda tenía un aspecto limpio, y verdaderas reliquias decoraban los aparadores, de vez en cuando un objeto espeluznante sobresalía del resto. Se detuvó, sentía los ojos del Lord clavados en la espalda. Miró una vitrina y en el reflejo pudo ver como rápidamente el mago desviaba la mirada.
Lucius sonrió.
-Todo es tan fascinante. No sabría escoger- Imaginaba que tenía intenciones de obsequiarle algo, pero no podía permitirlo. Llegó a su lado y tomó asiento en la silla frente a la mesa con la caja registradora.
-Lucius, si no es indiscreción puedo preguntar ¿Cuántos años tiene?- La pregunta era extraña, pero el quería saber lo mismo sobre su anfitrión.
-No es indiscreción yo…
-Es que quiero saber si cometeré un crimen- Lucius lo miró muy asombrado, por su tono quedaba claro que hablaba enserio- al cortejarlo. –Lucius gritó por dentro, pero se manejo, a excepción del rubor en sus mejillas no se notaba alterado. Iba a responder pero entonces la campanilla de la puerta repicó, el mago entró tan rápido a la tienda que Lucius no pudo saber de quien se trataba hasta que estuvieron frente a frente.
….
-¡EN KNOCKTURN! ¡EN UNA HORRIBLE TIENDA DE SEGUNDA MANO! ¡EN COMPAÑÍA DE UN HOMBRE! ¡Y PEOR, SIN CHAPERON!
-Es una tienda de antigüedades- Se excusó Lucius. – Tío Hyperion tu coleccionas arte, pensé en mirar sí había algo que te gustará- Esa treta le habría ablandado el corazón pero no debía cegarse, no ahora.
-¿QUÉ LE HAS ESTADO ENSEÑANDO ABRAXAS? ¡¿NO VES QUE ESTA FUERA DE CONTROL?! –
Abraxas estaba furioso, con Lucius (no tenía idea) pero más con Hyperion.
-De no haber pasado por allí habrías manchado tu reputación, pensé que tenías más juicio. ¡Me decepcionas!-
Lucius bajo los brazos y vista, sus ojos tristes como un cachorro regañado. Abraxas sintió un balde de agua fría en la cara.
-¿En qué época vives Hyperion? –Lucius miró a su padre- Mi hijo ya tiene edad para andar solo si lo desea. Además Lord Voldemort es un amigo de la familia, si, maneja un negocio en una zona desagradable de Diagon, pero siempre se asegura de que Lucius llegue bien a casa y siempre se ha comportado como un caballero, así que no entiendo porqué irrumpes en mi casa montando tanto escándalo.- Hyperion alzó una ceja pero no se inmutó.
-Eres un tonto Abraxas, esa actitud solo pondrá en riesgo a Lucius- El hombre sujetó a su sobrino por los hombros y se marchó.
-Padre…
-¡A tu habitación!-
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-¡Odio que Hyperion tenga razón! ¿Por qué siempre tiene que tener razón?
-¡Abraxas!
-¿Qué diría mi madre de esto? ¿Por qué no has hecho nada al respecto?
-Están en una tienda, entran clientes todo el tiempo. Dudo que pasen mucho tiempo solos.
-Pensé que Lucius ya estaba grande como para tener chaperon, pero ahora es cuando con mayor razón debe tener uno. Hay más riesgos de que ocurra algo inapropiado. ¡Ese traidor de Lord Voldemort! Me sugirió antes comprometer a Lucius con él. ¿Y si intenta algo?
-Lo dudo.
-¿Por qué no estás preocupada?
-Lucius está por comprometerse con Narcisa. Si tiene amoríos con algún muchacho es irrelevante.- Abraxas tembló de corage ¿Por qué no podía apoyarlo? ¡Se suponía que estaban juntos en esto!- Pero si te preocupa tanto ¿Por qué no solo le asignas un chaperon y ya? -
¿Quién? ¿Quién era de su extrema confianza como para vigilar a Lucius por el? ¿Quién metería las manos a las fauces del lobo para impedirle herir a Lucius? ¿Quién? ¿Quién que no se Hyperion?
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Los Malfoy habían sido muy amables con él, en particular Abraxas, y se había propuesto serle útil en la medida que sus capacidades se lo permitieran, por eso estaba allí. Fungiendo como chaperon, aunque su corazón se le partiera en pedacitos.
-Severus, Tom me mostrará su departamento, vive en la parte de arriba. Si mi padre te pregunta, ¿Puedes decir que estuviste con nosotros todo el tiempo?
-Claro Lucius- Y Lucius era el amor de su vida ¿Cómo traicionarlo? Si lo hacía lo odiaría por siempre y no quería sufrir eso.
-Eres muy considerado Snape, un favor más, si llega un cliente atiéndelo por favor. No tardamos.
-Si-
Y así fue como el romance entre Lucius, y Tom S. Riddle, alias Lord Voldemort floreció.
…………………
-Ya se tardo. Deberíamos irnos- Lucius suspiró, se encontraba ante el mostrador de Borgin y Burkes. –No vendrá nadie y esta lloviendo. Si cerramos nadie lo notará, además el negocio es de él. No tuyo.
-Tom dijo que no tardaría.- Severus entendía que a Lucius le gustaba. Pero ya se le estaba haciendo insoportable la situación.
-Lucius yo… no se si sea buena idea.
-¿Sev? Lucius lo miró muy sorprendido.
-Es que el es…
-Ya lo sé, es muy mayor pero es tan listo y…- Lucius desvió la mirada inspirado. Prefirió cambiar de tema. -¿Y que hay de ti Sev? ¿Tienes suerte?
-Sabes que no.- Lucius río, Severus se había enfadado.
Hablaron de otras cosas; para aquel entonces la poción “Mata-lobos” salió a la venta.
Lucius lo leyó en el periódico, de inmediato pensó en Remus.
-Oye Sev, ¿Qué sabes de esa poción matalobos?
-Que es muy difícil de preparar y que no se vende.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Los licántropos no la compran, les da vegüenza. Siempre hay gente averigüando en las tiendas. Quien sea que compre una se verá mal-
Lucius se puso a pensar.
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Al día siguiente, fue a la callejuela de la dulcería y la tienda de mascotas, se quedó sentado en la banca por espacio de una hora, una persona se sentó a su lado.
-¿Recuerdas que dijiste que me harías un favor?
-Sí.-
…………….
-Insisté en ir a la reuniones de este tal Lord como se llamé. El sujetó vino pregonando tonterías sobre la llegada de las criaturas mágicas y no se que más estupideces.
-¡No son tonterías!-
Fenrir escuchaba a sus compañeros, pero también pensaba en ese otro asunto. En la poción “Mata-lobos” que compró, ¿Por qué que otra cosa significaba sino una proposición? Era una proposición. Sonrió. Esa era la tan sútil forma del joven amo para decirle “Sé tu secreto y no me importa, existe esta solución”
-¿Fenrir me estás escuchando? - El mismo se oponía al uso de la pócima, los opositores pensaban que nunca se hizo con el fin de ayudar a los licántropos, sino para que ya no mordieran e impedir su diseminación, pero ahora que se enteraba de esto comenzó a pensar, que nada le quitaba probarla. -Deberíamos ir, Lord Voldemort dice…
-Son tonterías.
-¡Vayámos!
-¿Fenrir?
-¿Hablas en serio?
-Será interesante-
Mientras tanto.
-¿Cómo diablos la conseguiste?
-Eso no importa Sev, es para ti.
-¿Bromeas?
-Para nada.
-¡Por Merlín! ¡Gracias Lucius!
-No es nada Sev, cuando quieras.- La fórmula se había patentado, era costosa y no había recetarios disponibles, pero con este frasco que Lucius le consiguió, podría examinarla y conocer los ingredientes. Para el que era pocionista era un gran obsequio, y por un instante pudo perdonarlo por no corresponderle.
FIN DE LA PRIMERA PARTE.