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G|L|O|R|Y por MarLe514

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VIII

Kyemyung High School |Oficina del CEO|

 

—¿Qué es lo que pretendes? Maldita sea…— Jin Hoon el aterrador hombre de semblante brusco lanzó un folder lleno de papeles contra el moreno.

 

Jongin ni siquiera se molestó en esquivarlo, pues este cruzó a un centímetro de él. Se forzó a sonreír mirándole con fastidio. —¿Me mandaste llamar para esto?

 

Jin Hoon afiló la mirada. —Hoy me avergonzaste frente al rector Lee, ¿crees que es un juego? —Masculló. Cuando supo gracias a la secretaria de Siwon, que su estúpido hijo se había unido a ese club, la ira que lo inundó en ese momento fue casi incontrolable. —Eso no es bueno. —siseó. — ¿Desde cuando estas en un club? Dijiste que eran extraños, ¿qué te hizo cambar de opinión?

 

Jongin disfrutaba verlo tan enfadado, intentando no perder la compostura. Simplemente se encogió de hombros. —De pronto quise probar algo nuevo. —Dijo simplemente.

 

El hombre le miró fríamente, como si se tratará de un desconocido, no su hijo. —No me gusta, reconsidéralo. —Ordenó.

 

—No necesito reconsiderar nada. —Le cortó con un nuevo tono desafiante. —Ahora soy un miembro oficial del club de Futbol. No te inmiscuyas en mis asuntos, padre. —Jadeó también conteniendo su ira.

 

—Escucha lo que te digo. —Amenazó. —No me importará que seas mi hijo.

 

—¿Oh? ¿Estas enfadado? ¿Te molesta que sea miembro del club? —Preguntó con semblante inocente, para luego sonreír con sorna. —Pero ¿por qué soy el único siendo reprendido? No solo yo postule para entrar al equipo. —Dijo con amargura en la voz. —El hijo de tu puta, también lo ha intentado. Es solo que es tan débil que ni siquiera logró entrar…—

 

—Jongin…—Kim Jin Hoon entrecerró los ojos mirándole enfurecido. —¿A qué estas jugando?

 

—Nada. —Respondió simplemente. —Solo quiero hacerte un poco infeliz.

 

—Eres un mocoso infantil. —El hombre le miró finalmente y luego de un rato suspiró. —A lo que sea que estés jugando te aconsejo que lo pienses mejor... No me detendré con mi idea inicial, solo por tus caprichos... —Ladeó el rostro volviendo a sus documentos. Sabía que su hijo seguía resentido por lo que había ocurrido hace un año, por lo que no le prestó más atención.

 

Kai se encogió de hombros. —Lo mismo digo.

 

—Bien, has lo que quieras, solo no me avergüences. Ahora lárgate.

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Siwon se colocó su saco mientras hablaba con su secretaria por el auricular. El hijo del CEO había causado otro problema, y como siempre él debía limpiar el desastre. A veces dudaba de la capacidad de Jin Hoon de controlar a su hijo.

 

—Hazte cargo, sé cuidadosa y no llames la atención, pero quiero a ese club fuera. —Llegó hasta el estacionamiento luego de colgarle a su secretaria.

 

Se colocó sus lentes oscuros y apagó la alarma de su coche con su llavero, y solo en el momento donde abrió la puertilla del KIA, vio la nota adherida en su parabrisas. Frunció el ceño bajando los lentes por el puente de su nariz empezando a leer.

 

Cuando su cerebro registró toda la información hizo un puño la nota desapareciéndola en su enorme mano. No se evidenciaba en su expresión, pero estaba sumamente enfadado.

—¿Quién es este… payaso? —Masculló.

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Leeteuk levantó los brazos con una sonrisa. —Chicos hoy ha sido un día muy agotador para todos ustedes, así que, para compensarlos, les invitó alitas de pollo en Happy Bolozz. —Gritó con efusividad.

—¡Si! —Vitorearon completamente cansados los miembros del equipo.

 

—Lo siento, yo tengo algo que hacer…—Sehun se colocó la capucha y los auriculares despidiéndose con la mirada del hyung alto.

 

Heechul asintió algo desanimado, pero lo dejó ir. —¡Bueno los demás, andando!

 

Lay los observó a todos subir al coche de Heechul, por lo que simplemente subió sin decir una palabra.

Minseok también se unió, Suho prefirió quedarse atrás alegando que tenía algo importante.

 

Cuando llegaron al restaurante, el de coleta les preparó piernas de pollo a todos y colocó algo de música.

 

Yixing miró a todos con cautela, parecía divertiste. Se alejó de la mesa llena de piernas de pollo y se sentó en la tranquilidad de la barra. Hacía frío por la noche, por lo que cerró su chaqueta hasta el cuello.

—¿No eres muy hablador, cierto? —La voz animosa de Heechul hizo a Lay sobresaltarse. Soltó una risa. —¿Estas agripado? —Preguntó señalando el cubrebocas.

 

Yixing desvió la mirada sin responder. No era así, simplemente no le gustaba que las personas vieran su rostro. 

 

Heechul comprendió que tal vez había pisado una mina, por lo que sonrió y cambió el tema. —A pesar de tu apariencia eres muy fuerte, sabes puedes ser un gran HB. —Dijo animado.

 

Lay levantó la vista. —¿En serio? —Preguntó con su extraño coreano.

 

El alto asintió con una sonrisa. —Pero incluso siendo fuerte necesitas a todo el equipo. Así que asegúrate de llevarte bien con todos ellos. —Dijo.

 

«¿Llevarme bien con todos?»

—Heechul, ven un momento…— La voz rasposa de Yunho, hizo que el delgado hombre guiñara un ojo cómplice a Lay, antes de ir a la cocina.

 

—Creo que no debí dejarle solo…—Murmuró, Yunho algo preocupado, recordando a Baekhyun.

 

Suspiró llevando su cabello hacia atrás. —Parecía muy desanimado por no entrar… Pero creo que realmente necesitaba un momento a solas. —Comentó. —Ese chico, es muy importante para ti, ¿no? —Preguntó, recargando su cadera contra la estufa.

 

El pelinegro resopló tallándose el rostro. —Si… es el hijo pequeño de un… un gran amigo. —Confesó.

 

Heechul asintió.

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Hogar Kim (Jongdae)

 

Chen estaba recostado en su cama viendo la lista que Chanyeol había escrito para él, con la laptop a su lado y la pestaña de “Candy Crush” abierta. Creía que apegarse a la rutina de Chanyeol iba a matarlo. Él no podía simplemente abandonar su estilo de vida sedentario.

Amaba la comida, y amaba perder el tiempo.

En cambio, el alto le había dicho que bajara las raciones de comida chatarra y se alimentara de proteínas además de hacer una serie de ejercicios.

¿Cómo diablos lo lograría?

Si sus comidas eran:

Desayuno

Post desayuno

Pre almuerzo

Almuerzo

Post almuerzo

Merienda

Pre cena

Cena

Post cena

Y botana de media noche.

¡¡Joder, ¿cómo?!!

Se revolcó sobre sus desordenadas sabanas, penando en los asqueroso brócolis que debía empezar a masticar.

—Imposible…—Dijo. Bien dejaría la comida para después. Tal vez si intentaba con los ejercicios no sería tan malo. Tomó nuevamente la lista y leyó la serie que debía hacer como primer ejercicio.

«¿Abdominales?»

Suspiró.

¿Qué diablos era esa mierda?

Cogió la laptop y tecleó en Google: ¿Como hacer abdominales?

 

Leyó rápidamente.

—Acuéstate y pon las manos detrás de tu cabeza…—Murmuró.

«Vaya que gran posición para tomar una siesta, mejor tomare una siesta.»

Cerró los ojitos dispuesto a dejar el entrenamiento para otra ocasión, pero el repentino llamado de su madre le hizo desperezarse.

—Jonggie, cariño, saca la basura, por favor…—Pidió una voz dulce.

 

Jongdae puso los ojos en blanco cuando se puso de pie y se asomó por la puerta. —¡Mamá ya te dije que no me llames así! —Reprochó.

 

—¡Oh! ¡Es cierto, disculpa, hijo! — Ella se aclaró la garganta con una sonrisa dulce. —Lord de la guardia nocturna, por favor saca la basura. —Se corrigió.

 

Chen bajó perezosamente por las escaleras.

 

—Cariño, no lo consientas tanto o se volverá un idiota. —Dijo su padre desde el sillón, mientras miraba el partido.

 

El castaño puso los ojos en blanco al ver a su padre, quien era le vivo retrato del castaño, mirarle con una mueca sarcástica.

—Hey, mocoso, tu tío me dijo que rallaste su coche. —Dejó su taza sobre la mesa y lo apunto con su dedo. —Te dije que no condujeras ebrio, pequeño granuja. —Reprendió.

 

Chen agrandó los ojos. —¡Fue un accidente! —Se excusó, recordando como se estrelló contra el buzón de la señora Jung.

 

—También fuiste un accidente, y te cuido, mocoso. —Gritó su padre, como un reflejo autentico del castaño.

 

—¡Amor! —Dijo la mujer desde la cocina. 

 

El hombre suspiró. —Ya, ya… ¡Saca la basura o regalaré tu PSP a los vagabundos! —Amenazó a Chen.

 

El menor dio un pisotón. —¡Los vagabundos no tienen electricidad! —Se quejó, por esa mala mentira de su padre. ¡Su preciosa PSP nunca!

 

—Cállate y ve, perdedor. —Dijo con una sonrisa.

 

—¡Mamá! —Se quejó Chen. Si había alguien a quien nunca podría derrotar ese sería su padre.

No entendía como alguien tan… como su padre se había casado con la dulce y tierna madre que tenía. Definitivamente su madre debía estar ciega.

 

Pero ella solo sonrió suavemente, acostumbrada a esas riñas. 

 

Chen levantó las manos al cielo y resopló. —Todos en esta casa están locos. —Tomó las bolsas de basura y salió. Se puso la capucha, el frio era insoportable, caminó por los pasillos del complejo de departamentos y pidió el elevador.

—Ese viejo es un fastidio. —Murmuró pensando en su padre.

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Karaoke Boom!

 

—Whoa en serio creí que moriría. —Jae Joon se dejó caer en los sillones frotando sus hombros. El entrenamiento había sido aterrador.

 

Luhan caminó hasta la lista de canciones y tomó los micrófonos. —Si, pero creo que es divertido. —Murmuró. 

 

Hyunsuk soltó una risota. —¡Aww, nuestro pequeño amigo se divierte! —dijo con voz infantil levantándolo entre sus enormes brazos en un abrazo de oso.

 

—¡Maldita sea, suéltame! ¡Te matare! —Amenazó Luhan pataleando.

 

El más grande soltó una risota, dejándolo libre, Luhan era realmente un demonio cuando se enfadaba.

 

Jaejoon pidió unas bebidas a la mesera y tomó el libro de canciones. —¿Qué tenemos por aquí? —Leyó los miles de nombres de letras.

 

Luhan se sentó relajadamente en el sillón quitándose la chaqueta, en ese lugar hacía algo de calor, y debido a las luces el bochorno se hacía cada vez más intenso.

—¿Siguen peleados? —Preguntó Hyunsuk.

 

El pelirrojo se encogió de hombros. —No quiere hablarme. En serio, ¿quién entiende a las mujeres?

 

Las bebidas llegaron y los tres hicieron pulla como unos críos, empezando a beber y cantar sin sentido. Ni siquiera habían echado ojo a la lista de requerimientos que Chanyeol había hecho para cada uno de ellos. 

—¡Hey, Luhan! —Llamó un embriagado Jaejoon.

 

El pelirrojo tenía el micrófono mientras cantaba y saltaba por doquier.

 

—Canta ‘Lu’— Chilló colocando la canción. —¡Joder, sigo pensando que es igual a ese sujeto, si tan solo supieras cantar! —Dijo con gracia Jaejoon. —¡Uuh~ Ooh~! —Canturreó.

 

—Cierra la maldita boca, yo soy mucho más atractivo. —Se quejó Luhan. Él era mil veces más atractivo que ese idiota.

 

—¡HAHAHA como digas!

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Karaoke Boom!

 

Sehun puso los ojos en blanco, cuando recibió el mensaje de: “Emergencia” a su móvil, pensó que se trataría realmente de una jodida emergencia.

 

Yuta sonrió abrazando por los hombros a Win, hoy era su cumpleaños, y sabía lo importante que era Sehun para Win, por lo que había hecho lo imposible para traerlo a la trampa.

 

El rubio se frotó la cara cuando vio el enorme letrero de luces con el logo de un micrófono gigante. Su cuerpo estaba adolorido y en vez de descansar había sido arrastrado a ese lugar para celebrar el cumpleaños del más ruidoso chico de ese grupo.

 

—Cumpleaños a ti~ cumpleaños a ti~— Cantaron vergonzosamente Yuta, Taeil y Mark, cargando una pequeña tarta.

Estaban tonteando y siendo super ruidosos.

 

Sehun iba a pedirles que se callarán y esperarán a entrar a una cabina, pero de pronto alguien más tropezó sobre ellos, tirando la torta al suelo.

La broma se detuvo en ese instante.

 

Luhan sacudió la mano quitándose la vainilla de la mano. —Mierda, ¿qué es esto? —Masculló ebrio.

 

Al segundo apareció Jaejoon que sujetó a Luhan. —Maldición, no puedo dejarte un segundo solo. —Siseó girándose ante el grupo. —Disculpen a mi amigo esta algo pasado…—Murmuró.

 

Luhan se quitó a Jaejoon de encima y con una mueca arrogante sacudió su mano frente a los menores. —¿Por qué debería disculparme? Estos idiotas se atravesaron en mi jodido camino.

 

Sehun frunció inmediatamente el ceño. No es que ellos fueran sus amigos, pero… joder, sí. Estaba furioso porque nadie trataba de esa forma a sus amigos.

 

Yuta avanzó un paso en dirección al pelirrojo, pero Sehun fue mucho más rápido cuando le tomó del cuello de la camiseta y le levantó casi del suelo. —Repite eso, imbécil.

 

Win agrandó los ojos. —¡Sehun! —Gritó.

 

Luhan apretó los dientes en una sonrisa sínica. —Aww, ¿te ofendí? —Murmuró tomando las muñecas de Sehun intentando zafarse.

 

Sehun lo acercó aún más dejando sus narices rozarse. —¿Ansías ser golpeado, o qué? — Amenazó Sehun sin comprender la actitud tan hostil del pelirrojo.

 

—Oye, oye, cálmate… este chico está ebrio. Discúlpalo…—Pidió algo cansado. Siempre que se trataba de Luhan se metían en problemas, pero cuando se fijó en el rostro del rubio lo reconoció de inmediato. —Hey, te conozco. Estas en el equipo. —Señaló.

 

Sehun se distrajo en ese momento y Luhan aprovecho pegarle un puñetazo.

 

—¡Mierda, Luhan! —Jadeó Jaejoon cuando el rubio se tambaleó.

 

Y fue completamente inevitable cuando Yuta también se lanzó contra el pelirrojo.

De una noche tranquila de karaoke a una batalla campal en medio del vestíbulo.

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Chanyeol no había conseguido dormir ni siquiera un poco esa noche por lo que ejercitarse un poco había sonado como lo más prometedor. Se había colocado una sudadera y atado las zapatillas.

Fue silencioso al salir de casa, procurando no despertar a su madre o a Señor Tigre.

Estiró sus piernas frente a casa y luego de un minuto empezó a trotar. La noche era negra y solo los faros de luz iluminaban el sendero.

Se suponía que debía estar feliz por los logros de hoy, pero, aunque estaba satisfecho, no podía decir si estaba realmente contento. Habían conseguido que la ex-super estrella del futbol los entrenara, incluso un miembro más al equipo, uno muy bueno… pero…

Chanyeol se detuvo, no había quitado los ojos del suelo, y cuando ladeó el rostro a la derecha notó el pórtico de los Byun.

Realmente se había visto afectado por ese chico. No se conocían de mucho, pero, el momento en que lo vio de rodillas tan débil, completamente derrotado, algo se removió furiosamente en su estómago.

No sabía que había motivado al pequeño rubio a unirse al equipo y lamentaba que no lo lograra, pero siendo sinceros con un cuerpo tan frágil no se imaginaba cómo es que podría conseguirlo.

Desvió la mirada hacia la ventada de la izquierda y notó las luces apagadas.

—¿Ya se habrá dormido? —Murmuró sin despegar sus ojos de la ventana.

Al segundo suspiró, negando con la cabeza intentando sacar esas extrañas ideas de su mente, y se concentró en trotar.

 

Su cuerpo empezaba a calentarse con los minutos, ya no sentía el helado frío de la noche de primavera. Le gustaba mucho la sensación de sus músculos tensarse, el ligero dolor le hacía sentir cómodo. Ansiaba estar pronto en la cancha jugando ferozmente por ganar el campeonato.

Ansiaba derrotar a Kris.

Ansiaba machacarle.

 

Fue disminuyendo la velocidad de sus piernas hasta que se detuvo frente a la escuela. De noche la fachada lucía como el de una casa embrujada, pero el alto ignoró el hecho, viendo atentamente las luces del campus encendidas. ¿Habían olvidado apagarlas?

No estaba seguro, ya que él se había marchado temprano. Suspiró y caminó hasta los fusibles, si en la mañana el conserje encontraba las luces encendías tal vez tendrían problemas, pero se detuvo a mitad del camino cuando escuchó suaves jadeos junto con el sonido metálico contra la tierra.

—¿Qué es…? —Murmuró retrocediendo sus pasos y yendo sigilosamente hacia las rejas que recubrían el campus entero.

 

Las fuertes luces cálidas iluminaban el césped húmedo, y en medio de la enormidad de las veinte yardas, estaba una persona.

 

Chanyeol frunció el ceño y abrió ligeramente la boca del asombro al reconocerlo.

Baekhyun tenía el polo completamente húmedo por el sudor, pegado a su piel, sus brazos temblaban y sus músculos se tensaban con cada paso al frente.

Tenía los ojos apretados en una mueca adolorida, pero no se detenía, ni un segundo, iba mucho más que cinco yardas, estaba casi en la décima, y aunque temblaba y sus mejillas estaban empepadas de lágrimas no dejaba de empujar el remolque.

 

Chanyeol sintió su pecho agitarse por la emoción. Había sentido como un vuelco y un estremecimiento.

La imagen frente a él…

 

«Es tan hermoso.»

Pensó sintiendo su respiración agitarse.

 

El rubio clavó sus uñas en el metal apoyando el peso de su cuerpo, logrando llevarlo un poco más lejos que la yarda doce, y en ese momento retrocedió dos pasos tambaleándose y un segundo después cayó de espaldas sin fuerzas.

 

El alto se alarmó al verlo desplomarse y sin siquiera pararse a pensar corrió hasta el menudo rubio. Trepó las rejas y de un saltó entró en el campus, cuando lo vio frente a él se arrodilló junto al bajito. —¡¿Estas bien?! —Exclamó preocupado y con la voz tensa.

 

Baekhyun tenía los ojos abiertos y llorosos, mirando únicamente el cielo estrellado, pero al ver de pronto la cara del alto a una pulgada de la suya se exaltó. —Ugh, ¿qué haces aquí…? —Jadeó con la respiración entrecortada, intentando alejarse de esas grades manos que le rodearon.

 

Pero Chanyeol no se apartó, le sujetó del brazo. —Tu labio está sangrando. —Señaló viendo la línea que recorría la sangre desde su comisura hasta su mentón. Chanyeol tragó saliva cuando se dio cuenta que los labios de Baekhyun se veían muy suaves.

 

—¿Puedes no… meterte en mis asuntos? —Masculló adolorido. Era demasiado orgulloso como para admitir que ni siquiera podía ponerse en pie.

 

—Es imposible. —Dijo simplemente Chanyeol.

 

—¿Qué quieres decir? ¡Apártate! —Se quejó empujando su amplio pecho, con ambas manos. Ya estaba suficientemente humillado.

 

—Eres un miembro del equipo ahora. —Agregó con una suave sonrisa. —Y además Baekhyun me gusta. No importa lo que digas, si te veo en peligro correré para protegerte. —Alegó soltando lo primero que le vino a la cabeza.

 

Baekhyun agrandó los ojos completamente asqueado. —¡No digas que te gusto! ¡Eres tan extraño! —Acusó. —¡Y no te metas en mis asuntos!

 

Chanyeol se encogió de hombros, rodeándolo con sus brazos. —Lo siento, lo haré de todos modos.

 

—¿Qué sucede contigo? ¿Te golpeaste en la cabeza? ¡Hey, bájame! —Chilló.

 

—No lo haré.

 

—¡Ugh! ¡Tonto, idiota! ¡Dije que me bajes!

 


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