Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Chilanguitos. por Linlim

[Reviews - 41]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Trató de cuidar la ortografía, sin embargo los diálogos expresan la forma coloquial de hablar de los personajes, por ende hay palabras como: mta, pos, pa' que, pues las escribo como se pronuncian, errores en la narración ...culpable.

 
-Pos sí están las cosas doña Trini-
 
-Me da gusto Chilango que ya tengas donde vivir, vas a ver que poco a poquito se van haciendo de sus cosas, por lo que me dices el Güerito es muy abusado y vas a ver que apoyándose los dos van a salir adelante,  están jóvenes y aún les queda mucho por vivir, ah  pero eso si respétalo, nada de andar ya de cola pronta, es muy importante la fidelidad, ese niño se ve mansito, pero no creo que sea mensito, si te cae en una movida chueca te va a mandar por un tubo y luego no te quiero ver llorando por los rincones-
 
El Chilango sintió como se le subió el refresco por la nariz y empezó a toser.
 
-Que pasó, que pasó, Doña Trini, si yo…- Pedro fue interrumpido.
 
-Mira Chilango, no nos hagamos tarugos, a leguas se nota que te trae de un ala el Güerito, tu que en tu vida te ha gustado bañarte se ve que te bañas mas seguido, los dientes chuecos mas limpios y ya no hueles tanto a sudor, dejaste de drogarte, ya no andas de vago y  chambeas con mas seriedad  en el mercado y ya hasta rentaste un cuarto  y todo eso sucedió después de conocerlo, ahora dime ¿será pura casualidá?-
 
-No pos…yo…ayyyy  Doña Trini usted es bien alcanzada- El Chilango se rascó la cabeza sin saber que decir.
 
-Mira hijo, mas sabe el diablo por viejo que por diablo- Decía Doña Trini mientras picaba un enorme tomate rojo.
 
-¿Será malo?, ¿el Güerito se va a ir al infierno por eso? ¿Porque yo lo quiera?, ¿Estoy haciéndole daño? -    
 
-A si serás pendejo ¡Claro que no!- Asustó al Chilango mientras le señalaba con el cuchillo.
 
-El Padre Alberto decía en el catecismo…-Fue interrumpido.
 
-El Padre Alberto era un pedófilo, que puede saber, ¿no sabes que por eso lo mandaron a otro Estado? El Chilango negó con la cabeza.
 
-Mira hijo, el amor es amor, ve como tu vida cambió para bien, el Güerito ya hasta se ve  un poco chapeado, cuando llego estaba todo pálido, ya  tiene mas carnita, habla mas, se le ve contento  pela mas el diente que cuando lo conocí que se miraba todo achicopalado, cuando está contigo se ríe de tus babosadas, te queda mirando como perro en carnicería  y todo porque tu lo has cuidado, han mejorado su vida el uno al otro, ambos se quieren y son felices ¿Dónde está el pecado?
 
 Una señora ya algo mayor sentada en su puesto, comía sus tacos, paraba oreja   y miraba de reojo con desaprobación negando con la cabeza, juzgando una conversación que no le correspondía.
 
-Y la gente santulona, que te valga cacahuate, si tu eres feliz, que el mundo ruede  y  los demás…pos…¡pos a chingar a su madre!…con todo respeto de la mala palabra que acabo de escupir,¡Ay perdóname  San Martín Caballero y Virgencita de Guadalupe-¡ Dijo aventando un poco sus groserías a la señora y la disculpa  a los  santos que tenía en una mesita con su veladora prendida, mientras se persignaba rápidamente,  no fuera a ser que se enojara un ser superior por su mal comportamiento y le bajaran las ventas en castigo.
 
-Gracias Doña Trini, usté es re´ buena gente- El Chilango la abrazo con agradecimiento, esa señora desde que la conoció siempre le había dado buenos consejos sin importarle su aspecto aseo o aliño personal.
 
-Ora, me vas a pasar tus pulgas-
 
-Yaaa Doña Trini, ve como es-
 
-Solo lo digo jugando, cuando quieras venir a platicar, puedes venir, o a comer, te guardaré algo de lo que sobre- Le dio un beso en la frente, mientras le acariciaba la cabeza, acto que al Chilango le hizo recordar a su mamá y la falta que le hacía, aunque el siempre fue rebelde, mal hablado y desobediente, la mirada de su madre siempre estuvo llena de amor y  nunca desapareció  , por desgracia muy tarde entendió lo importante que era en su vida, lamentaba no haberla valorado a tiempo, un velo de tristeza cubrió sus ojos, aunque probablemente desde el cielo lo había guiado a Doña Trini para que lo aconsejara y al Güerito para que lo acompañara o al menos eso quería creer, pues el humano siempre en su necesidad de encontrar un sentido a la vida a responsabilizado a seres supremos de los actos benevolentes o malignos que le acontecen.
 
 
Contado el extra que ganó  cargando morrales , pasó a la tienda de las chácharas a comprarle una crema barata para la piel del menor, se daba cuenta lo delicada que esta era. Nadie le había dicho como debía tratarse a una pareja, aunque ni siquiera sabía si era su pareja, pero sentía la necesidad de proveerlo de las cosas que necesitaba. Compró unas pocas prendas que estaban en  oferta de al 2x1  en la ropa usada, pues el menor se vestía con la ropa de el y le quedaba muy grande. En especial, le gustó una de color celeste, imaginaba que se miraría más lindo de lo que era. No entendía con claridad la razón, ni porque lo hacía, realmente no esperaba algún tipo de pago a cambio, algo crecía dentro de el, aun cuando no lo hablaban abiertamente y no tenía plena consciencia de ello.
 
Tenía días que venía cavilando sobre ir por el dinero que le debía el Boss, sabía que les sería útil para comprar cosas para su hogar.
 
Ya hacía semanas que no iba al bar y menos había visto al Juguis, de alguna manera también le guardaba agradecimiento y tenía ganas de verlo.
 
El Juguis lo  había tratado bien a su manera y se había preocupado por el, además que la mayoría de la gente de los barrios humildes su agradecimiento es inversamente proporcional a su nivel económico, así que pese a todo decidió ir a verlo.
 
Entró temeroso al bar, un escalofrío lo recorrió, si al menos esa señal física lo hubiera hecho retirarse.
 
Como en muchas otras ocasiones el Juguis se encontraba en la barra con una cerveza, mirando a la nada, un reloj ostentoso adornaba su muñeca, su camisa de color claro y  mangas largas estaba doblado hasta la mitad del antebrazo, su camisa abierta en los primeros botones, una medalla de la virgen de Guadalupe adornaba el pecho, un pantalón de color oscuro y zapatos de un color indescifrable, la tenue luz que iluminaba su perfil simulaba sombras que resaltaban una belleza masculina, su cabello estaba recogido en una pequeña coleta, de la cual algunos rizos se escapaban por la frente y la nuca, le daban un aire angelical.  Un metro lejos de la barra el Chiquilín lo resguardaba, fumaba mientras le miraba de reojo. 
 
Pedro se paró junto a el, temeroso tocó su hombro, para llamar su atención. Cuando este se volteó grata fue la sorpresa.
 
-Pinche Chilango guango, hasta que se te dio la chingada  gana de venirme a ver-  Le dio un fuerte abrazo y sintió el agradable perfume que despedía mezclado con el alcohol.
 
Pedro no era una persona muy afectiva, pero correspondió el abrazo, después de las dudas de ir, le quedó claro que era buena idea haber ido.
 
-Como has estado, digo con todo el desmadre que pasó del niño…te juro que yo no sabía que iba a pasar eso, te  lo juro cabrón, sino te hubiera avisado- Se miraba compungido.
 
-No te preocupes, al principio todo estuvo de la puta madre, pero ahorita ya todo tranquis-
 
Pese a todo, el haber pasado por ese trance le había permitido  conocer al el Güero que le había dado sentido a su vida.
 
-Estuvo de la chingada  cabrón, pobre güerito, quien sabe que habrá sido de el-
 
Pedro sonrió al escuchar la mención del menor, su rostro era indescifrable, pero el Juguis detectó algo en el.
 
-¿Lo has visto?-   
 
-Si- Pedro como cualquier adolescente que es incapaz de ocultar el pecado de amar cuando se le pregunta por la prenda amada, contestó con una sonrisa amplia. 
 
-¿Donde lo viste?-
 
-Pues… lo veo todos los días- El Chilango deseaba explicar como quien no quiere la cosa, sabía que el Juguis era malicioso, así que no encontraba las palabras exactas.
 
-¿En donde lo ves?–
 
Un suspiro previo a la explicación, logró que el Juguis sacara deducciones acertadas.
-Vivimos juntos-
 
-Ayyyyyyy pinche Chilango, eres puto, jajajajaaja , que guardadito te lo tenías-
 
-Noooooooo, claro que no-
 
-…- Lo miro dudoso el Juguis.
 
-Nooooo, como crees-
 
-…-Levantó una ceja de manera interrogante.
 
-No, de verdad no-
 
-…-Frunció la nariz.
 
-No-
 
-…-Entrecerró los ojos.
 
-Creo que no-
 
-…-Abrió la boca pero no dijo nada.
 
-Bueno…no se- Se rindió el Chilango.
 
-Mira Chilango a mi me vale madre si eres gallo o papagayo, mientras te sientas bien lo demás vale madres-. Le dio una palmada en el hombro, tranquilizando a Pedro. -Pinche Chilango, te andas comiendo al Güerito, vas a mejorar la raza, jajajaj ya me imagino  a tus hijos…güeros con los pelos parados jajajaja- Decía con trabajo pues la risa espasmódica le dificultaba hablar.
 
-No podemos tener hijos …¿no verdad?-
 
-Serás pendejo, eres puto, no vieja, tienes güevos, no ovarios, si lo que tienes de vergudo, lo tienes de animal-
 
Después de reírse un rato, mejor dicho después de que el Juguis se riera un rato del Chilango, la platica se torno seria.
 
-Vine a ver al Boss-
 
-¿Le vas a seguir en el negocio de los videos?-
 
-Nel, solo quiero que me pague lo que me debe-
 
-Ta´ madre, pues…tu sabes, a ver sino te manda a la verga-
 
-¿Por que? si hice mi trabajo y además necesito la lana, tengo que pagar la renta y comprar unas cosas que necesitamos… 
 
-Uyyy que marido tan responsables- Nuevamente rio burlón.
 
-Hablo en serio, no manches pinche Juguis, no le estoy pidiendo limosna, nomas que me de lo que me debe-
 
-Ta´ madre, pues vamos a ver que pedo-
 
Se dirigieron a la oficina, el Juguis iba adelante, con el semblante preocupado, el Chilango, lo seguía con algo de temor y el siempre vigilante Chiquilín, los  seguía pasos atrás.
 
Entraron a la oficina que despedía un olor poco convencional, mismo  que fue distinguido por el Chilango claramente, pues en algún momento de su corta vida alguien le invito unas aspiradas a esa hierba que produce efectos alterados de conciencia. El Boss tenía unos paquetes con algún tipo de sustancia blanquecina, mientras un tipo a su lado los guardaba en una mochila y era ayudado por el Oso.
 
 
-Estoy ocupado Juguis, no estes chingando-
-Papi, solo es cosa rápida- Se acercó, para sentarse sobre el escritorio ante la severa mirada del Boss.
 
-Me vale un pito, lárgate-
 
-Papi, anda- Le empezó a dar pequeñas mordidas en el cuello.
 
-Puta madre…a ver rápido, que quieres-
 
-El Chilango vino por su …dinero del video del que hizo la ultima vez
 
Como el Chilango se había parado detrás del Chiquilín por temor y el Boss al no estar en sus cinco sentidos, se le dificultó visualizarlo.
 
-Ah si aquí esta su majestad, aquí está su pendejo pida y se le dará-
 
-Boss…pos solo vine por que ese día yo tuve la culpa, me fui rápido y no me pagaste-
 
-Algo más que desee su majestad, ¿que le bese el culo o que le de una mamada?-
 
El Chilango lo miró temeros, tal vez y solo tal vez,  había sido un error ir.
 
-Porfa Boss es que tengo que pagar unas cosas-
 
-¿Has visto al escuincle?- Preguntó como quien no quiere la cosa.
 
-¿A quien?-
 
-Al Güerito, chingada madre, a quien mas-
 
-Si-
 
-¿En donde?-
 
-Vivimos…en la misma vecindad-
 
-Hubieras empezado por ahí, te voy a dar el triple de lo que te pago, pero tráeme al Güero-
 
Pedro se quedó impávido, no le encontraba sentido a sus palabras.
 
 
 
 
-----0-0-0-----
 
 
 
El Chilango subió a la azotea, el menor se encontraba sentado en el colchón, con un libro desparpajado entre las manos.
 
-Ya viniste, que bueno hice café para el frío, ¿Trajiste el pan?- Peguntó con sus ojos brillosos de siempre, cada que lo veía llegar.
 
-¿Bonito confías en mi?
 
-Si, lo sabes Pedrito- Lo miró extrañado por la pregunta.
 
Pedro cerró los ojos, dio un fuerte suspiro, al abrirlos su semblante estaba descompuesto. Se acercó al rubio, acaricio su mejilla, el menor pensando que le daría un beso cerró los ojos y para la boca en pico, sin esperar lo que aconteció.
 
El Chilango le dio una bofetada tan fuerte que lo sentó de golpe, le tomo de los cabellos e hizo el rostro hacía atrás para propinarle un segundo golpe en la mejilla opuesta, la cara del menor esta enrojecida y un ultimo puñetazo le rompió el labio inferior, cerrando los ojos mientras un lagrima corría por el rostro de Pedro,  dio el ultimo golpe fuerte en la nariz, haciéndola sangrar al instante.
 
El menor estaba congelado por la situación que no tuvo tiempo de defenderse, solo lloraba, las lagrimas caían a torrenciales por su rostro bañado en sangre, por el tipo de piel, esta se había puesto carmín, y el rostro se encontraba ya hinchado, sus finos rasgos habían desparecido.
 
Lávate la cara. El Menor lo vio confundido.
 
-¡AHORA!- Grito
 
El Güero no se atrevió a replicar, se lavó con sumo cuidado por el dolor, se presionó la nariz como otras tantas veces había aprendido a hacerlo con ayuda de una vecina cuando su madre lo golpeaba.
 
Cuando salió del baño, Pedro lo esperaba. Lo besó en la cabeza y tomo su mano, ni siquiera noto que los ojos del Chilango estaban rojos.
 
Cuando bajaron el Chiquilín y el Juguis, los esperaban en la entrada de la vecindad dentro de una camioneta oscura.
 
-Vamos-  El Chilango jaló al menor para subirlo al vehículo.
 
Cuando llegaron frente al bar, todos descendieron de la camioneta. El Chilango llevó a la oficina al Güero, el menor caminaba dudoso de lo que estaba sucediendo, todos esos días a lado del mayor habían sido agradables y confiaba en que este lo protegería, pero ahora todo era surrealista.
 
Entraron por el bar oscuro que era desconocido para el menor,  por un momento pensó en salir corriendo, el miedo es una emoción natural humana, te permite huir o luchar ante la amenaza, pero en ocasiones te congela, pero ente caso sentía  que cualquier esfuerzo sería inútil.  
 
Tocaron la puerta y desde adentro les indicaron que pasaran.
 
El Boss se encontraba tras el escritorio junto con el Oso, obviamente esperaba la llegada de estos. Observó al rubio de modo despectivo, su mirada cristalizada, demoledora, prepotente.
 
-Aquí lo tienes Boss- El Chilango habló con voz quebrada.
 
Cuando en una ocasión sus mamá golpeó a Pablo, incluso le rompió una ceja, la vecina en turno que lo ayudó a curarlo, le dijo que tuviera fe en Dios, pues después de la tempestad viene la calma. Pero en definitiva que en esta ocasión después de la calma, venía la tempestad.
 
 
 
 
 
Notas finales:

Por alguna razón de la cual no estoy consciente no podía escribir este capitulo , tarde mas de una semana, escribía un párrafo y mi mente no fluía, a pesar de que ya tenía las ideas principales escritas  de lo que debía suceder pues tiene secuencia con el capitulo anterio ya hecho y los que seguían quebya están escritos. Hasta al  revisarlo  me costo trabajo. En fin, empieza otra vez el drama en los siguientes capítulos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).