Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Chilanguitos. por Linlim

[Reviews - 41]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 
Pedro comenzó  a correr desesperadamente  hacia la Oficina, ver a Pablito así le rompió el alma, se sentía impotente frente a la magnificencia de poder que demostraba tener el Boss sobre el, donde  podía hacer y destruir cuando quisiera.
 
Aquel día en que Pedro  lo golpeó le dolió hacerlo, no pudo dormir, tras verificar que Pablito se había quedado dormido, salió a llorar, gruesas lagrimas surcaron su rostro, liberando la impotencia, la culpa, sentía vergüenza de que el menor lo viera, escuchara sus quejidos cuando eran nada en proporción a el dolor que experimentaba ese pequeño rubio al que el había prometido cuidar,  de haber utilizado una medida desesperada, para evitar que el Boss lo vendiera.
 
 La idea surgió en Pedro debido  en que una ocasión cuando grababan los videos,  escuchó a la Almendra maldecir sumamente  enojada a un cliente,  debido a que  había golpeado a una de las putas de su burdel (Palabras textuales),  que ellos ya sabían que  en la cara no podían hacerlo y no porque le importaran,  sino no porque así los clientes no las querían y le hacían perder dinero y por ese tipo de servicios  le debían  pagar una cantidad extra, que por el mismo costo podían golpearlas en lugares que no se notaban, en ese momento remembró  una de las chicas de los videos con moretones en el vientre, ni siquiera se tomó la molestia de cuestionar si el acto carnal le laceraba, si estaba de acuerdo con el encuentro intimo, nunca se detuvo a reflexionar y egoístamente no regurgitaba esa parte de ese pasado,  pero actualmente lo suscitado con el rubio, era diferente, lo sentía como parte de su responsabilidad, no concebía la idea de que alguien lo volviera a lastimar, vender, grabar o cualquier acto ilícito, se daría  a si mismo antes de negociar o permitir el acto lascivo de compraventa con el menor.  
 
Había golpeado específicamente la cara de Pablito para que se desfigurará y no le interesara al cliente, había funcionado, como querían a alguien con cara de niño y varón, Juguis tomó su lugar, aunque el Boss lo quería y lo trataba mas o menos bien,  pero  de vez en cuando por una buena cantidad lo jineteaba. En un sistema capitalista donde la ley de la oferta y la demanda rige el comercio,  los productos incluyen humanos y cualquier servicio que este puede proporcionar, incluyendo como instrumento de trabajo su propio cuerpo, aun cuando ello lleve consigo  la degradación, mientras exista la posibilidad de pagar por ello, siempre habrá un productor o administrador que los oferte.
 
El Chilango respiro profundo y trató de tranquilizarse, aunque el enojo hacía temblar su cuerpo, no podría ponerse al tu por tu con el Boss, pues esto traería como consecuencia  amanecer muerto en el canal o despedazado  guardado en bolsas en algún lugar. Era la forma más común de resolver los problemas en este tipo de personas, la comunicación asertiva,  no era una opción. 
 
-Que tranza Chilango, ¿Qué te trae por esta tu jaus?- El Chiquilín intuía la razón de Pedro, fingiendo ignorancia.
 
-Vine a ver al Boss Chiquilín-
 
-Uyyyy carnal ahorita esta ocupado, nomas escucha los gritos,  está con el Juguis, se ve que le está cogiendo bien  duro y ya sabes que no le gusta que ni de chiste lo interrumpan- En efecto, se escuchaban gritos tras la puerta de la oficina.
 
-No hay pedo  lo esperaré- Esperó mas o menos 2 horas sentado en el frío suelo, cuando de el  pasillo que daba a la entrada de la oficina, vio salir al Juguis tambaleando.
 
-Chiquilín, dice El Boss que me lleves a la casa- 
 
-Órale, te dio con todo ehh, escuchaba que gritabas como zorra-
 
Juguis lo miró con las pupilas dilatas y con una sonrisa boba, se notaba que se había drogado.
 
-¡Chinga tu puta madre! , ¿Que te importa pinche pendejo?, tu solo eres su gato, así que no me estés jodiendo o le digo que me quisiste agarrar el pito-  Habló arrastrando un poco las palabras.
 
-Ya güey, solo bromeaba, ¿vamos quieres que te cargue?- Dijo con un poco de temor, pues sabía que en jerarquía, muy a su pesar, el Boss preferiría al Juguis.  
 
-Ni madres pinche puto, puedo solo- En ese momento volteó y se dio cuenta que estaba allí Pedro.
 
-Que Pex mi Chilango, ¿mañana nos echamos un bisne? Intentó chocarle  la mano, pero ni para eso tenía ya energía y mucho menos coordinación. Pedro sintió pesar por el.
 
-Seguro mi Juguis-
 
-Sale, carnal te veo mañana en la tarde, búscame en el gimnasio del Tonatiuh,  estoy yendo a clases  de box,  pa´ que nos echemos una platicadita…y tu pendejo cárgame que me estoy cagando de sueño- Señaló al Chiquilín.
 
Se fue tambaleando hasta que lo cargó el Chiquilín que lo hecho a su espalda como costal de harina. Pedro caminó por el pasillo y toco la puerta de la oficina. Tres golpes y una voz se escucho.
 
-Pase-
 
-Buenas Boss-
 
-¡Que pinche honor tenerte por esta tu casa  mi Chilango, pásale a lo barrido!-
 
 Su sonrisa cínica y sus dientes de oro brillantes lo recibieron, mientras se subía el cierre y se abrochaba el cinturón. Al fondo del salón estaba el Oso, sonando la nariz, ¿la razón de su presencia? Si bien era su hombre de confianza y su función era cuidarlo, también era cierto que mientras el Boss tenía coito con  alguien, le gustaba que lo vieran,  sino no podía acabar, el Chiquilín o el Oso eran siempre los espectadores en primera fila mientras se drogaban.
 
En su escritorio había un montón de aditamentos y sustancias, pero claramente  podía distinguirase polvo blanco , una piedra, una cuchara, un encendedor, una liga y una jeringa, diversos tipos de pastillas mas otra serie de objetos que no se distinguían claramente a simple vista,  por eso había salido tan mal el Juguis, todo un coctel de sustancias que energetizaban el momento para satisfacción del Boss, esa era la razón de su potencial sexual  y sedaban o exaltaban al Juguis, según deseará en ese momento el mayor , porque siempre que tenían sexo explícitamente conllevaba el uso de sustancias. Eso le daba el control total, aparte de generar dependencia en el menor  a las sustancias  y por ello dominio sobre el.
 
-Bueno… ¿Qué te trae por acá güey?-
 
-Pos… vine a cobrar lo del Güero Boss-
 
-Uyyyy mmi chilango, esa putita me quedó a deber-
 
Pedro apretó sus manos en puños, sabía que debía controlarse o  perdería, ser el David del Goliat era solo fantasía en ese momento- 
 
-No manches Boss, no seas así, ya se lo ganó- Trato de mostrar un fingido respeto en ese momento.
 
-¡Queeee!, el cliente se fue emputado porque le toco una frígida, no creo que regrese- Dijo con falsa preocupación.
 
Esa noticia  en definitiva le dio gusto a Pedro. - Chale Boss, sabes que aun así le debiste cobrar, tu eres bien trucha pa´ los bisnes, nadie se va sin pagarte, sabes que se te respeta- Halagarlo era el método mas seguro de ganárselo, pues la lisonjearía es el alimento del ego de la gente egocéntrica que en el fondo carece de seguridad.
 
-Pues eso que ni que, ya saben quien es aquí el jefe- Se incorporó y empezó a caminar alrededor del escritorio para acercarse a Pedro.
 
-Mira cabrón si vas a ser su padrote, tendrás que darle unos consejitos porque así no será productivo y todos perdemos- Dijo mientras acariciaba su mentón con una mano  en una pose de inexistente sofisticación.
-Seguro Boss, lo voy alistroniar bien, te lo voy a dejar bien mansito, pero por ahora págale, no seas chiva-
 
-Bueno, ya veo que haremos bisnes tu y yo, pero debes tener claro que me debes pagar gastos de representación pues gracias a mi  consiguió cliente rico, cuarto… que por cierto le dimos suite de lujo, mas la ropita que se llevo- Iba contando cada elemento con los dedos. - Uy apenas y alcanza un quinientón y estoy siendo generoso ehhhh- Hizo amago de sacar su cartera.
 
Era una cantidad ridícula, los excusas de la fluidez monetaria perdida era una sorna, pues a parte de la venta humana,  el servicio  incluía la grabación,  que de seguro habían hecho y ese en especial sería mas caro, si el tipo era de lana, no podrían dejarse ver por las personas y pagará mas para que no lo distribuyeran y solo lo viera el. El jefe nunca perdía, aunado a otros negocios de venta y distribución de drogas. Tristemente era un sujeto inteligente, pues sus habilidades numéricas y sobre todo administrativas le habían permitido lucrar con el bien ajeno, como coloquialmente se dice, le había dado al clavo.
 
-Ok Boss, no hay pedo, pero me lo vas a dejar descansar un buen rato, tu sabes Boss, la mercancía para que de buenas cuentas debe de ser calidad, esta chavito, esta bonito y aparte güerito… uyyy si lo jineteas muy seguido ganarás muy poco, en cambio si lo conservamos bien se lo podemos vender a peces mas gordos y pagaran mas, así todos ganamos-
 
-Me agradas muchacho, sabes pensar, ok, te lo voy a dejar descansar quince días-
 
-Boss, un mes, lo dejaron muy maltratado de abajo, ya lo revise, no va a apretar, como es güero se le va a notar los chingadazos, le dieron muchas mordidas, debe de estar limpiecito y suavecito, vas a ver que le voy a dar bien de comer y se va a poner bien sabroso-
 
-Jajajajaja ya encontraste tu minita de oro cabrón, tu si que la vas a saber administrar, sale güey, te doy un mes y un quinientón mas para que le des bien de tragar-.  Dijo poniendo otro billete sobre la mesa.  Era de sospechar que se portara tan tolerante, pues por supuesto el rubio no era una pieza clave ni relevante  en su tan lucrativo negocio.
 
- Te vienes mañana … mmm no mejor hasta el lunes, mañana voy a Cuernavaca  al bautizo de el escuincle de un cuate, se va a poner de poca madre, puro pinche chupe del bueno, va a venir un grupo de banda chingón, hasta el cardenal va a oficiar misa, le voy a pedir que me de la bendición para el nuevo negocio que voy a poner…pero que te cuento a ti pendejete…Bueno te has ganado un lugar conmigo, me recuerdas a mi cuando era chamaco, de ahora en adelante vas a dejar de andar poquitiando, te voy a hacer un favor,  vas a ser uno de mis halcones, dependiendo como te portes puedes crecer, veo que eres listo, pero…-
 
-¿Qué pasó mi Boss?-Lo tomó bruscamente por el cuello de la camiseta y le vio con una mirada perversa y maliciosa.
 
-Cuidadito y te andes con chingaderas, porque yo no ando con madres cabrón eh, a la primer pendejada que me hagas te parto toda tu puta madre y te mando a la verga   y al Güerito ese pendejo,  lo meto de puta con la Almendra  y me va a valer verga si le saco o no dinero porque lo haré nomas por chingarte, no vengas a creer que me agarras la cara de pendejo , se nota que te traes algo con el, no se si te lo andas o no cogiendo y me vale un pinche comino, nomas no me maltrates mi mercancía, te doy un mes, para cuando lo venda debe estar apretadito y sin marcas, ¿entendido ?- 
 
Y ahora a los dos los tenía agarrados de lo güevos, como coloquialmente se dice.
 
Lo soltó y al  aventarlo tan fuerte cayó  de culo al suelo.
 
-Seguro mi Boss, aquí tu eres el mandamás-
 
-Ahora lárgate que tengo que hacer unos negocios, vamos Oso, háblale al chiquilín que nos alcance en el Almacén. Pero que deje al Charly cuidando al Juguis…no mejor que venga el Charly-.
 
Se levantó  y caminó, mientras el oso lo empujaba a la salida. Al menos había logrado negociar un tiempo para que dejaran en paz a Pablito. Tendría que explicarle algunas cosas y no estaba muy seguro de cómo lo tomaría. 
 
Al salir, Pedro podía ver en las calles a esa hora de la madrugada a gente ya pululando, identificaba a alguno de ellos como vendedores de mota o de algunas otras sustancias, niños acuclillados en algunas esquinas aspirando y algunos hombres y mujeres   con prisa se dirigían ya al mercado “La lagunilla”, los camiones de descarga de frutas, pescado y otras cosas más empezaban a llegar , gente que madrugaba para ganarse la vida honradamente, era contrastante todas las vidas que ahí habitaban. Las auras son  de color azul mientras otras son naranjas  o tonos rosas y amarillo pues estas dan color y sentido a la vida en sociedad. Es imposible tener solo  tonos exclusivos en   blanco y negro, los matices humanos son tan diversos.
 
Subió las escaleras contando escalón por escalón como si eso pudiera traer algo de paz en su   alma, estaba cansado, muy cansado, no físicamente estaba acostumbrado a situaciones peores, a pasar frío, a no comer nada en días, era su alma la que estaba cansada, de un tiempo para acá se le  había avejentado rápidamente, pero también había aprendido a madurar, nunca antes algo le había preocupado, antes dejaba escurrir los días, carecían de relevancia. Pero ahora el presente era diferente, era angustiante y la zozobra se había apoderado de el. Necesita, no,  debía actuar y tomar decisiones importantes.
 
Se paro al centro de la azotea, los lazos de ropa yacían vacios de un lado, en el otro extremo junto a los lavaderos había pañales de tela, y a lo lejos se oía el llanto de un menor, la vida inicia en algún punto y en otro,  la suya  parecía  se escapaba, tal vez así funcionaba el mundo, las almas se iban de un cuerpo para entrar a otro y darle bríos para seguir en este mundo.
 
Empujó la puerta que crujió, esperaba que Pablito durmiera ya, así que con todo el cuidado imposible cerró y puso el candado, se acosté a su lado, se giró y trató de abrazarlo, pero este lo rechazó, hacía mucho frió, pero fue hasta ese momento que lo sintió, no sabía si era el frío del clima,  de su alma, o la fría indiferencia para con el  . Se acurrucó  en su espalda, sin darse cuenta se quedé dormido, de la misma manera el rubio quería dormir…para siempre.
 
 
 
Notas finales:

Aunque la historia no es real, la idea de las drogas usadas en ese tipo de evento , suele ser parte de la realidad 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).