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Chilanguitos. por Linlim

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Notas del capitulo:

Yo no siempre cumplo lo que prometo como el Chilango, no.pude hacer doble actualización Ladybondage, pero al menos publique un día antes. 

 
 
Después de que Pedro dejara las cosas sobre la mesa y tras el beso recibido por el mayor, al escuchar como sonido de  la puerta, Pablo se despertó. Se dio cuenta de las cosas que Pedro le había llevado, se incorporó y vio la tela sobre la mesa y se enterneció, pero pese a ello, lagrimas surcaron su rostro, cuestionándose porque el mayor era tan complaciente con el. De verdad valía la pena, era alguien importante, anteriormente nunca se cuestiono si tenía poco o no tenía nada, si su madre no lo amaba supuso que así debía ser, sino tenía una casa fija o no, solo se dejaba llevar, siempre taciturno, siempre callado, siempre dócil.
 
Pero había llegado un punto en el que cuestionó a la vida…¿por qué su padre lo abandonó?, ¿ por qué su madre no lo amó?, ¿ por qué no tuvo una familia?, ¿ por qué nunca tuvo un lugar estable?, ¿ por qué tantas veces tuvo que dormir en el frío suelo frente a la puerta de su casa mientras su mama estaba con el amante en turno?, ¿ por qué tantas veces fue golpeado por esta hasta sangrar?, ¿ por qué en la escuela lo rechazaban?, ¿ por qué fue vendido ?, ¿por qué fue violado?…tantos por qué … ¿ por qué a mi ?...y evoco las palabras del tipo aquel… ¿ y por qué no?  
¿Que acaso la naturaleza, un ser superior, un destino determina lo que debemos vivir o sufrir?,¿ acaso no es valido cuestionarse todos en un punto de nuestra vida?, cuando las cosas van cuesta arriba , cuando una desgracia tras otra llega o cuando se nos arrebata seres amados o cuando los planes son arruinados pese a nuestros esfuerzos, es nuestra debilidad humana la que nos habla, la  pregunta simple, pregunta etérea, pregunta amplia o pregunta concreta con casi siempre la misma respuesta : No se. 
 
Y después de todo, Pablo no sabía que hacer…seguir, caer, rendirse, avanzar, llorar , maldecir...no maldecir no, esa no era su naturaleza. Sentada sobre su silla casi nueva, con los codos sobre la desvencijada mesa, filosofó, con su corta edad, con su baja escolaridad, con sus casi nulos conocimientos del mundo pero con su basta experiencia en la vida, solo se le ocurrió hacer algo que le relajaba: Coser. 
 
Sacó de una bolsa de platico  su trozo de tela en oferta, de la cual pendía una aguja con hilo café, hilvanó con hilo de algodón, unió los trozos de tela, transformó una fragmento tela en algo útil,  creo a través de sus manos, lo mismo que hacemos en la vida y así mientras las manos y los pensamientos se conjugaban en  reflexiones, tal vez no con estas palabras, pero la metáfora fue la misma, cuando las manos son bondadosas crean, cuando las manos son malvadas destruyen. Puedes unir los trozos hilvanando con paciencia, tal vez en algún momento la tela se rompa, pero retomaras la labor para remendar, no quedará igual que antes, pero será una clara huella del trabajo hecho, un aprendizaje más.
 
 Pablo llegó a la conclusión que el no cambiaria, seguiría luchando, aun cuando la vida le trajera quebrantos, el seguiría, era su decisión luchar y seguir en lugar de caer y ceder, porque estimado lector esa es la utilidad de la tristeza, aislarse para reflexionar y después de todo seguir, avante, triunfante, transformado en un ser mas fuerte.  Si además Pedro estaba a su lado, sería su hilo que e ayudaría unir los trozos de vida.
 
Cuando Pedro llegara, se lo diría.
 
 
 
 
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-Aquí me tienes Boss, a lo que tú ordenes y mandes-
 
-Ya chilango no seas arrastrado-
 
- Que pasó jefecito, uno que está siendo servicial y tú que me lastimas con el látigo de tu desprecio- Lo miró molesto.
 
- ¿Estuviste con el Juguis en la tarde?-
 
-Si Boss, pero ya sabe que respeto a la mujer del prójimo, la biblia lo dice- Explica el Chilango mientras intenta poner una cara De San Martín de Porres (especialmente por el color de piel), mientras une ambas manos en forma de oración y revira los ojos, aunque creando mas una imagen extraña que beata.
 
-¡PENDEJADAS!, se  perdió un rato y el puñeta del Chiquilín ni cuenta se dio- Tamborileaba los dedos en el escritorio, su rostro adusto y el ceño fruncido revelaban un volcán a punto de erupción.
 
Recordó la plática y enseguida se imaginó quien sería la culpable.
 
- ¿ Sabes donde se metió?,  ¿ te dijo algo? –Caminó hasta Pedro y lo jaloneó por la camiseta como solía hacer en arranques de furia, con una mirada malévola, consumido por los celos, esos que desquician y hacen pensar en imágenes pornográficas donde el ser amado se ve entregado al placer en otros brazos. Porque los celos hacen pasar de la tranquilidad a  encender el cuerpo en un segundo , incinerando la confianza sin apagar la llama del amor, sino al contrario avivándola, pues en lugar de rechazar se desea la presencia inmediata del ser amado  para que de explicaciones. Tal vez alguna vez usted lo ha  experimentado querido lector y sabe a lo que me refiero.
 
-No se nada…no me dijo nada…ya sabe que le gusta el chemo de vez en cuando, se ha de haber ido a dar sus toques con sus antiguos cuates…pos yo digo Jefecito.-
 
Quiso protegerlo, pero con temor a ser culpado.
 
-Conmigo tiene lo mas fino,¡Para que putas madres  le doy de mi mercancía si va a ir con los putos desarrapados de la calle!, pero cuando lo vea se lo va a cargar la chingada a mi nadie me trata de ver la cara de pendejo- Sus palabras destilaban veneno y saña.
 
El Chilango pensó que seguramente en ese momento estaba con la Chula, era una buena muchacha, aparte de acabar de cumplir quince años . Su madre, Doña Trini, se esforzaba en sacar adelante a sus tres hijos, todas las noches preparaba las cosas que llevaría al mercado en la mañana y era de las primeras en abrir el puesto a las 6 de la mañana con todo listo para empezar a despachar a cargadores o personas que empezaban a trabaja esa hora o desde antes, su marido había muerto porque lo confundieron con un tipo que apostaba y le debía dinero a el Boss, la policía dijo que había sido un ajuste de cuentas por drogas, pero todos sabían que el señor era albañil, honrado y trabajador, pero nadie se atrevió a hablar, la viuda se quedó con tres hijos, los niños iban a la primaria y Doña Mary  prima   de Doña Trini le ayudaba a cuidarlos,  y ambas familias se echaban la mano, de eso ya habían pasado 3 años y ahora los adolescentes ya podían cuidarse solos.
 
La Chula era su hija menor, delgada con un cuerpo estilizado, de esos que causan envidia porque la naturaleza les dotó de un amable metabolismo y de una estructura osea bien definida con solo la necesaria cantidad de grasa en las caderas y el trasero pero como nada es totalmente perfecto, la chica era plana de busto como una tabla  pero muy bonita,  de grandes Ojos oscuros y pestañas largas y onduladas, prieta pero parejita, de piel brillante, sonrisa con dientes parejitos, una cara limpiecita, lisita, lisita, nariz chiquita y boca pequeña de labios en forma de corazón , era de verdad bonita, de ahí su apodo, dicen que se parecía a Doña Trini de joven, pero ni rastros de ello, el tiempo, las tristezas acumuladas, el desvelo de as noches llenas de lagrimas, la soledad,  el olvido y las tortas de tamal habían borrado esos rasgos. La Chula estudiaba la secundaria, siempre la presumía su mamá porque le daban diploma de buenas calificaciones, su único defecto: Enamorarse del Juguis.
 
El susodicho entró tan campante por la puerta de la oficina.
 
-¡Hola papi!-
 
-¡DONDE PUTAS  MADRES ESTABAS ! a mi no me quieras agarrar de tu pendejo- Lanzó una bofetada que hizo trastabillar al menor.
 
-¿Pero porque te enojas?-  El Juguis se sobó la adolorida mejilla.
 
-¿CÓMO QUE POR QUÉ?, NO TE HAGAS PENDEJO –
 
-Le decía al Boss que de seguro te habías ido a echar un chemo con tus cuates al parque-
 
-¡A TI PINCHE PUÑAL NADIE TE PIDIÓ TU PUTA OPINIÓN!, así que cierra el puto  hocico…  y  tu…tu explícame donde estabas. – El Boss echaba lumbre por los ojos, jaloneaba del cabello al Juguis mientras lo cuestionaba, su cuerpo temblaba del enojo aun cuando se notaba como este trataba de guardar la calma, porque de no ser así, ya lo habría golpeado hasta dejarlo sin sentido.
 
-Si papi, fui a echarme un chemo con mis cuais, perdón, la próxima vez te aviso-
 
-¿Por qué verga el chiquilín no te encontró entonces? ¡Te estuvo perreando por todo el puto parque y nada! –
 
-Papito el chiquilín es re´pendejo, baje a la alcantarilla, nomas fue un ratito , ya cálmate, porque me estas excitando- El Juguis se abalanzo al hombretón y  empezó a besarlo de una manera asquerosa, le metía la lengua y el tipo la aspiraba como si quisiera arrancársela, la saliva escurría por la comisura de los labios, le pazo los brazos por el cuello en su afán de calmarlo, mientras el tipo le restregaba el trasero.
 
-Te voy a hacer la prueba del chococrispis- Le dijo mientras jalaba su cabello haciendo que su cabeza fuera hacía atrás mientras le lamía el cuello, Juguis solo apretaba los ojos.
 
-Papi, cógeme, cógeme duro y ahora por favor- Suplico, si bien era fngido, la actuación le haría ganar una nominación.
 
-Eres una puta sedienta, a ver si es cierto- Lo volteó y lo puso sobre el escritorio y de un tirón bajo el pantalón acompañado de la ropa interior y sin piedad le metió un dedo.
 
-¡Aaaaagh,  papi, duele!- Gritó.
 
-Ok, estas apretadito, sino fuera por eso, en este momento te metía un tiro por el culo- Decía mientras colocaba la pistola con cachas doradas que siempre cargaba, en el trasero del menor.
 
-Pero si solo es tuyo- Una lagrima escapo y su voz se quebró.
 
-Ahorita vas a ver quien es tu macho, te voy a educar como la puta barata que eres-
 
-Bueno Boss, ya me voy , regreso cuando te desocupes- El Chilango se dio la media vuelta con la intención de irse, se sentía impotente de no poder ayudar a su amigo. 
 
-¡Ni madres!, te quedas ahí, vamos a ver si es cierto que estas dispuesto a todo- Debido al exhibicionismo del Boss, necesitaba espectadores que observaran y constataran sus habilidades amatorias. Pedro solo se escurrió por la pared para quedarse sentado en el suelo, junto a la puerta del baño de la oficina.
 
Estimulándose un poco aunque parecía que ya estaba excitado por toda la violencia que usó, escupió su mano para embarrar la saliva viscosa en su en su enorme virilidad y de una estocada. Con mucha dificultad por la estrechez que se oponía,  lo penetro, el grito de Juguis que caló en lo mas hondo de los  recuerdos de Pedro, definitivamente tenían  que irse, no podía seguir arriesgando a Pablito a eso, ya no mas. Un nudo atravesaba su garganta, las lagrimas se acumulaban en sus ojos que el luchaba por no dejarlas salir, pero…¿Qué podía hacer?. Solo callar, como muchos, como todos, como siempre que se calla ante la villanía,  por temor.
 
Después de hacerlo sufrir un rato, ante la insistencia del Juguis pero sobre todo por su complaciente comportamiento, el Boss le permitió drogarse para minimizar un poco el sufrimiento que este tenía, por la visón que le permitía, pudo observar unas líneas de sangre bajar por los muslos del joven, el labio roto a causa de un beso feroz y con poco tacto, una mejilla hinchada producto de la bofetada por la que fue recibido. Con los ojos inundados de tristeza, con una sonrisa en forma de mueca, con un leer de labios que trataron de decirle a Pedro: No te preocupes…El Chilango asintió fingiendo que le creía, pero no lo hacía. Sonrió de medio lado y sacudió una lagrima, cambiando la dirección de su mirada, elevando los ojos con la plena confianza en que las lagrimas retrocederían en su camino para no evidenciarlo.
 
Todas las posturas que el escritorio le permitieron,  uso al Juguis quien solo se dejo hacer sin resistencia alguna, fingiendo una que otra sonrisa que el dolor le permitía, fingiendo uno que otro gemido que su dignidad le dejaba, fingiendo que amaba alguien que no amaba, porque a quien realmente amaba no podía amarlo con libertad. El Boss alternaba cada postura con aspirar  la sustancia blanquecina que se encontraba sobre un sobre,  dosis alineada por el Chiquilín, que quien con su mirada estúpida, observaba mientras se tocaba. Estuvieron  encerrados sin alternativa, cuando por fin se cansó, dejó al joven exhausto, desnudo, sumamente drogado y semidesmayado.
 
-Chiquilín, llévatelo a la casa y mucho cuidadito con que le hagas algo, que te acompañe el Oso que es menos pendejo que tú para que lo cuide mientras tu te vas  a investigar eso que te pedí, con mucho cuidado, y tu Chilango vente conmigo- Las ordenes espetadas fueron obedecidas sin dudar.
 
Salieron  de la oficina y se encontraba ya otros 2  guaruras payos y enormes esperándolo en una camioneta negra, El Chilango y el Boss se  sentaros en la parte de atrás, se escuchó que alguien habló por radio en forma de clave y salieron. El Boss encendió un puro, usando un encendedor plateado con la imagen de un águila, perdido en sus pensamientos lo acarició, mientras que con la otra mano fumaba y exhalaba grandes cantidades de humo formando aros. Esos pensamientos que no podía deducir Pedro, pero que le asustaban, tal vez después de todo Pablo tenía razón y no era tan buena idea trabajar con el.  Llegaron a un lote baldío bastante  alejado, se bajaron y se  dirigieron a una construcción media desecha.
 
Dos camionetas negras con las luces apagadas que a la distancia no las había distinguido, estaban estacionadas, esperando. Unos tipos se acercaron.
 
-Uhhhh yo viene a ver a el dueño del circo, no a sus animales- Le dijo el Boss a un tipo alto, flaco y de pelo parado.
 
-Sígame, lo espera mi jefe- El sujeto ignoró el comentario y se dio la media vuelta esperando que lo siguieran.
 
Caminaron  hacía una de las camionetas cuyo interior estaba iluminado.
 
-Que pasó mi Boss, es de mala educación llegar tarde- Un tipo desde adentro hablo y bajo rápidamente, era un poco mayor , probablemente tendría unos 60 años, tal vez menos, tal vez era solo que los excesos de la vida le habían pasado la factura con intereses altos, con una panza sobresaliente a pesar de que parte superior se miraba delgado, vestía una camisa de manga larga y de cuadros grises con líneas rojas y azules,  las piernas las tenía en forma de paréntesis, las botas puntiagudas y el cabello ridículamente pintado de negro carbón al igual que el bigote. Tal vez era una clara expresión del color de su alma.
 
-Es que tuve unos asuntos familiares que atender-
 
-La vida personal se cuece aparte, sino arruina negocios- Chasqueó el tipo, mientras aventaba un escupitajo no muy lejos.
 
-Pero a lo que te truje Gabo, bisnes son bisnes-
 
Empezaron a hablar sobre las drogas que el tipo le vendería y como este las distribuiría, regatearon precios y  cargas  de diversas mercancías, zonas de distribución, expansión del territorio a otro estado y  después de mucho alegar lograron ponerse de acuerdo. El negocio parecía algo grande.
 
-Ahora si Boss a celebrar este acuerdo-
 
-Pero Gabo, que pasó con el comandante, ¿ ya quedó de acuerdo?, no quiero dejar cabos sueltos, no me gustaría que no cayeran en las entregas ni a la distribución, estoy hasta la madre de andar poquitiando cuentas, no hay como un solo arreglo y san se acabó-
 
-¡Ah ese pendejo!, no te preocupes, no hay pedo tengo a mi gente dentro de la policía-
 
-Pero no basta, hay con el mero cabrón, tengo que cuidarme las espaldas, si cae alguien de mi gente no quiero que me arrastren con ellos- Porque como todo ególatra, su principal preocupación sería el.
 
-Tu no te preocupes Boss, para esos tenemos a nuestros Halcones para que nos del el pitazo, además  solo es cuestión de mover piezas, dar avisos, comprar algún Juez y tu gente sale bien librada, pero si algo sale mal, pos para eso sirvan las amigas que tienen estos  amigos- Dijo señalando al guarura que estaba detrás de el y palmeando la Escopeta de alto calibre que traía- Los callamos y sin pedos.
 
-Ta´bueno mi Gabo, confío en ti –
 
-Y ahora si me lo permites Boss, me acaban de llegar unas “Botellitas” directitas y sin estrenar de Oaxaca y ya sabes debemos calar la mercancía antes de venderla- Dijo guiñando un ojo.
 
-Ya estas Gabo, esa voz me agrada…nomas que me voy a llevar a mi achichincle, que lo ando entrenando, vente Chilango, me cae de a madre que te vas a cagar de gusto- El Boss empezó a caminar para dirigirse nuevamente a la camioneta.
 
Pedro  sabía a que se referían, iban a ver a jóvenes mujeres u hombre que eran vendido, al menos eso escuchó en una ocasión platicar entre la Almendra y el Boss mientras grababan un video, pero no le dio importancia a la magnitud de la situación, pero ahora era diferente, entonces entró en una crisis personal que ahogo dentro de si y en silencio. Y si  ¿le hacían traer a Pablo cuando concluyera el mes? ¿Y si pensaban venderlo al tipo? ¿Si ahora a el lo ponían a vender mercancía humana? ¿Sería capaz? Tal vez Pablo tenía razón y no era tan buena idea entrar al negocio.  En ese momento el solo quiso huir.
 
Notas finales:

Ante los altos índices de delincuencia y la poca acción de las instituciones de protegernos es la principal razón que callemos...denunciar puede significar hacerlo con el responsable del acto delictivo.


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