Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Chilanguitos. por Linlim

[Reviews - 41]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 
La fría mañana los despertó, se encontraban  acurrucados en el suelo, el frio calaba hasta los huesos, de no ser porque el agotamiento físico y mental nublo sus mentes, no habrían podido dormir.
 
El Chilango es golpeado por la realidad cuando cae en cuenta que a lado suyo, un pequeño rubio se encuentra agazapado sobre su pecho. El entumecimiento del cuerpo por el peso cargado durante toda  la noche lo obliga a moverse.
 
El ruido de lo carros, el pulular de la gente, el ladrido de los perros, el bullicio del mercado cercano, comienza a intensificarse, la cabeza le punza de dolor. El menor, que no esta expuesto en menor grado a ese dolor, despierta.
 
Se mira confundido, su cuerpo maltrecho y adolorido le dificulta moverse.
 
-¿Estas bien? La pregunta es retórica, pues con todo por  lo que ha pasado, es imposible estar bien.
 
-…- Lo observa y agacha la cabeza, prefiere no contestar, pues no tiene una respuesta.
 
-Lo siento, perdóname, soy re´ menso por preguntar- 
 
El menor está confundido, se siente perdido y no solo a nivel geográfico.
 
-¿Dónde vives? ¿Quieres que te lleve a tu casa?-
 
-No, por favor a mi casa no, por favor ahí no- En un santiamén sus ojos se . El pavor que tenía su expresión facial , cristalizaron, haciéndo que el  Chilango no insistiera.
 
-¿Qué quieres hacer?-
 
El menor no tenía ni la menor duda, solo levantó los hombros como respuesta.
 
-¿Tienes hambre?-
 
El menor tenía mucha hambre, pero  no sabía como decirlo. Solo asintió con la cabeza, pero sentía arder su rostro.
 
-Espérame aquí, voy por comida-Se levanto e iba a empezar a caminar, cuando su brazo fue retenido con fuerza.
 
-No, por favor no te vayas, no me dejes solo, por favor- Nuevamente el miedo y una lagrima corrió por su rostro. Era irónico que su ayer verdugo hoy fuera su tabla de salvación.
 
-Esta bien, ven acompáñame- Lo tomo del hombro y lo puso frente a el, el menor caminaba despacio por el dolor que aguijoneaba su cuerpo , con paciencia lo dirigió hacía el mercado y caminando entre los puestos halló el que buscaba.
 
-Buenos días Doña Trini, me da dos torta de tamal, un huarache y un atole- Se volteó al menor.
 
-¿Tu que quieres?-
 
El menor solo levanto los hombros.
 
-¿Es mudo?-Preguntó Doña Trini, mientras se limpiaba sus manos en su mandil, su cara chapeada por el calor de el estufón iba acompañada de una sonrisa y una mirada que debería ser obligatorio todas las mamás tuvieran.
 
-No Doña Trini es penoso, dele unas 3 quecas de quesillo y un atole-
 
Se sentaron en una mesa con un mantel de plástico con rosas, que eran redibujadas por el dedo del rubio mientras esperaban.
 
-¿Cómo te llamas?, yo soy Pedro pero todos me dicen Chilango-
 
-Se nota que eres chilango- Fue la primera vez que vio una tenue sonrisa en su cara que rápidamente se desvaneció.
 
-Lo siento-
 
-No hay fijón, por eso me dicen así, una maestra en la primaria  decía que se notaba a un kilometro de distancia que era chilango y la raza que es cabrona así me lo dejo, pero me gusta-
 
-Yo me llamo Pablo, aunque también me dicen Güero , supongo que también se nota a kilómetros- Una sutil sonrisa reapareció.
 
-jajajaja, eres chistocito ehhh-
 
-A ver chicos, aquí está su comida-
 
-Gracias Doña Trini, ahorita vas a ver Güero que son las mejores quesadillas que comes en tu vida-
 
La señora sonrió a los jóvenes  mientras estos empezaban a devorar su comida.
Una vez que terminaron de comer o literalmente atragantarse,  el menor con miedo picó con su dedo la mano del Chilango.
 
 -Oye yo…yo…es que no traigo dinero-
 
-No hay fijón-
 
Se dirigió nuevamente a la señora.
 
-Doña Trini, ahí me lo descuenta de mi ahorro-
 
-Sale Chilango, pero recuerda que a un ahorro siempre se le mete dinero, nunca se le saca- Sacó una libretita de su mandil y apunto algo- Cuídate y cuida de ese niño, no lo andes zonzacando- 
 
El Chilango tuvo un dejo de culpa, sacudió su mano para decir adiós y jalo al menor por el brazo.
 
 
 
 
Caminaron un rato, hasta llegar a un parque, buscó un sitio poco concurrido, eligió  un lugar  debajo de un árbol y se tiró sobre el pasto, hizo señas al menor para que se tumbará a su lado. El rubio  un poco temeroso obedeció, se acostó con dificultad por el dolor, poniéndose de lado.
 
 
Luego de saciar el hambre, el calorcito de la mañana, el cansancio y el dolor lo hizo dormirse rápidamente.
 
La historia del Güero era delatada por su huesudo cuerpo, su cabello maltrecho y la tristeza de su mirada.
 
 
En ese momento el Chilango por primera vez en su vida se sintió con la responsabilidad de cuidar de alguien.
 
Cuando el menor se despertó por el sonido del correr de unos chiquillos cerca de donde estaba, miró a los lados y se dio cuenta que estaba solo.
 
Su cuerpo volvió a punzar, se levanto con lentitud y empezó a caminar arrastrando los pies, se sentó en una banca y se sintió perdido, no sabía donde estaba y aunque eso realmente  no le preocupaba, la incógnita era a donde ir.
 
Después de unas horas, escucho el correr del alguien que se le aproximaba.
 
-Me asustaste, pensé que te habías ido-
 
-No tengo a donde ir- Dijo el Güero con una mueca de tristeza.
 
-Fui a un bisne pa´ tener algo pal rato- Lo jaló del brazo. –Ven vamos a un lado-
Caminaron a una parte del parque, ya empezaba a caer la tarde, unos jóvenes jugaban futbol. Se quedaron observando.
 
-Que onda mi Chilango vas entrarle- Un joven se aproximó a el.
 
-Chido mi Luis, sale, pero solo si es de a Chesco-
 
-Pero no vayas a quedar mal si pierdes ehh- Gritó el Luis que jugaba sin camiseta.
 
-Nel yo cumplo- El Chilango se paró a un lado de la cancha.-Es mas doble o nada-
 
-Vas, entra con el Yayo-
 
-Aquí espérame Güerito-
 
Se integraron a el juego mientras el Güero se quedó parado observando, su cuerpo molido le pedía ya no sentarse.
 
Después de un rato el  partido terminó ,  probablemente un Dios Azteca protegió a su descendiente el Chilango, pues el  equipo donde este jugaba  ganó. Los chicos se empezaron a dispersar.
 
-Sale mi Luis, vete por mis chescos-
 
-Ta´ madre tienen suerte los que no se bañan- Golpeó su hombro y salió corriendo.
 
-Tienes sed Güero-
 
El rubio asintió con la cabeza.
 
Luis regresó con los refresco y se los entregó.
 
-Toma…quien es este- 
 
-Es el Güero es mi….cuate-
 
-Está chistosito-Luis trató de tocarle la cara, pero el menor asustado se colocó atrás del chilango- 
 
-Orale, no lo molestes-
 
-Nomas digo es que esta bien güerito, pero ya no te azotes. Le dio un puño en el brazo- Bueno, pues este Oso de peluche ya se va para su estuche, nos vemos Chilango, te lo lavas eh- Y salió corriendo.
 
-Mira tomate uno- Le dio un refresco al menor.
 
-Gracias-
 
Caía la noche cuando empezaron a caminar, para dirigirse a ningún lado.
 
-¿No tienes familia?- Preguntó el Chilango.
 
-Solo tengo mamá-
 
-¿Por qué no quieres ir con ella?
 
-Ella fue quien me vendió con la Almendra-
 
-No mames, ¿Por qué?- El Chilango se sintió mal, aunque su papá era indiferente en su vida, pero su mamá fue muy considerada con el, jamás hubiera sido capaz de hacer algo así.
 
-Es una historia larga-
 
Ven vamos a un lado. Lo llevó a la vieja construcción abandonada donde conoció al Juguis, era un lugar donde solía ir.
 
Dentro de esta había cartones y objetos de diferentes personas que solían quedarse por ahí. Dentro de una habitación había  un hueco en el piso, sobre este  había unos blocks de cemento, los levantó y sacó una mochila, extrajo una sudadera y se lo dio al rubio, una pequeña cobija que se deshilachada en los bodes, nuevamente  colocó la mochila  en el orificio y puso los blocks .
 
Tomó unos cartones un poco malolientes que se encontraba esparcidos dentro del cuarto y los extendió, se sentó e invitó al menor.
 
Al sentarse, el rubio se quejó un poco.
 
-Acuéstate de lado y pon tu cabeza en mis piernas-
 
El menor lo observó temeroso.
 
-Ten tapate con esto- Le extendió la cobija. -Aspira esto, así te va a doler menos. – Le dio una bolsa y el menor hizo lo que le dijo y se la regresó.
 
-Ahora cuéntame tu historia-
 
El menor se tapó y empezó a hablar.
 
-Mi mamá se fue de la casa de mis abuelos a los 16 años, ella era morena pero muy bonita, su cuerpo estaba muy bien formado, lo se  por unas fotos que vi de ella cuando era  joven,  ellos  no querían que anduviera con mi papá porque era rico y decían que solo se aprovecharía de ella, pero eso no le importaba, la deslumbro porque era mu guapo, dice que era rubio de ojos grises, alto y musculoso, tenía una hermosa sonrisa, al menos eso me contó un día que estaba borracha.
 
Como no los dejaban ser novios decidieron huir.
 
La familia de el le dio la espalda, no tenían donde vivir y el no sabia trabajar y no sabía que hacer,  la abandonó poco después de enterarse que estaba embarazada. Por eso me odia, porque dice que le arruine la vida y aparte me parezco a mi papá.
 
Anduvo rentando, pero la corrían porque se atrasaba con el pago, se metió de sirvienta, pero la corrieron cuando ya el embarazo era muy notorio,  naci en un hospital publico y  por caridad de los vecinos sobrevivimos los primeros meses,   mi mamá después empezó a trabajar en un bar, me dejaba al cuidado de una señora, de mas grande me dejaba a veces solo, empezó a meterse con hombres para que le dieran dinero.
 
Nunca me registró así que no tengo acta de nacimiento, iba a la escuela porque siempre hubo una vecina caritativa que me llevaba y me aceptaban de oyente o al menos así me decían los maestros, yo era un buen estudiante y muy aplicado a pesar de no ir todos los días, por eso algunas veces la trabajadora social e incluso la directora fue a ver a mi mamá para que me inscribiera , pero nunca lo hizo.
 
En la escuela me decían el come libros porque me gustaba leer, los libros me hacía perderme en un mundo donde no existía mi realidad.
 
Me gustaban las clases de costura, porque sentía que podía crear cosas y me sentía útil, aunque me hicieran burla, no tenía amigos, los maestros me regalaban materiales para la escuela, siempre pude ver la lastima en sus ojos.
 
Mi mamá vivió con muchos hombres, a veces me sacaba en la noche del cuarto donde vivíamos porque ellos hacían…sus “cosas”.
 
Hasta que conoció a Valentín, con el aparte de emborracharse se drogaba y le dijo que se fuera a vivir con el, así que terminamos viviendo en esta colonia en una vecindad-
 
-¿Y te trataba mal ese Valentín?-
 
-Es hermano de la Almendra, así que imagínate como es, las golpizas eran seguidas, más los pleitos que se echaba con mi mamá porque lo celaba con las  mujeres que trabajan para la Almendra, pues ella también terminó trabajando en el Bar. 
 
La dejó y ella dice que fue por mi culpa.
 
Un día la Almendra le dijo que porque no me vendía  para un negocio y mi mamá sin pensarlo aceptó… por una botella de licor.
 
Así fui a dar con…bueno ya conoces la historia….-
 
Durante la plática estuvieron aspirando, un vaivén constante de la bolsa con solvente fue consumida lentamente,  así que ya se encontraban demasiado calmados como para llorar o lamentarse.
 
-Ya duérmete, es tarde, mañana veré que hacemos, pero no regresaras con tu mama. Yo te cuidaré, porque yo lo que prometo lo cumplo-.
Le dio un beso en la frente. 
 
El menor asintió. Se recostó en las piernas del mayor ahora ya confiando en este,   ya ninguno  escuchaba el bullicio que había a su alrededor de personas que cohabitaban en la vieja construcción. Se entregaron al sueño profundo con la esperanza de nunca mas volver a ser uno, sino ahora dos, porque dos son compañía.
 
 
 
 
 
 
 
Notas finales:

En este capitulo tome la idea de una pareja que tenía varios hijos pero no los registraron, por ende no tenían acta de nacimiento y no los mandaban a la escuela.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).