Capítulo cuatro: Besos.
Naruto estaba caminando pegado a pared, se desplazaba de lado con pasos silenciosos, esperando no hacer ningún ruido. Los pasillos estaban desiertos, los demás estudiantes estaban en clases; poco le importaba eso, necesitaba refugiarse en su sala común. Había corrido despavorido en cuanto la clase de pociones se había terminado.
A duras penas había podido huir de Sasuke, el muy imbécil había tratado de meterle mano, en plena clase.
No tenía ni la menor idea de lo que estaba pasando por la cabeza del bastardo para hacer una afirmación de ese tipo. Cabía aclarar que no era homofóbico, en un mundo lleno de magos una relación entre dos hombres no era tan anormal, no cuando existía la zoofilia. Suspiró mientras bajaba a pasos veloces las escaleras, a unos dos pasillos más estaría su salvación.
Sin embargo, no dio tres pasos más cuando su verdugo lo acorraló.
—¡Sasuke! — exclamó girando el rostro a los costados, buscando la vía de escape más próxima.
—¿Esperabas a alguien más, dobe? — musitó con el ceño ligeramente fruncido, el rubio había actuado asustado de él, cuando no tenía nada que temer, pero si mucho que desear.
—Aléjate de mí, teme — disputó al ver como se aproximaba a su persona, ¡no de nuevo!, ¡ya era demasiado!, le había tocado partes que ni las chicas se atrevían rozar.
—Eso no lo decides tú, lo impongo yo — reiteró dando énfasis a su arrogancia con una pose de superioridad.
—Ahora sé porque diablos no tienes novia, maldito soberbio — despotricó.
El azabache sonrió de medio lado de manera arrogante, estampó sus dos manos contra la pared encerrando al rubio entre sus brazos. Naruto resopló, estaba fastidiado de que el chico hubiera llevado tan lejos su broma. Porque eso tenía que ser, justamente una broma, no encontraba otra explicación. Estaba por empujarlo y maldecir a su madre, cuando sus labios fueron tomados sutilmente por el contrario.
Intentó girar el rostro, pero Sasuke le sostuvo las mejillas mientras su cuerpo se paralizaba. ¿Qué mierda podía hacer en un momento como ese?, trató de empujarlo, pero el otro recargó todo su peso contra él. Sasuke y la pared lo tenían acorralado, pero eso dejo de importarle en el preciso momento en que el mayor prefirió profundizar el acercamiento.
Se maldijo internamente, a pesar de que el beso era contra su voluntad, podía afirmar que los rumores de que Uchiha besaba de maravilla eran verdad. El Gryffindor se separó un poco para enfrentar su mirada, Naruto en ningún momento había dejado de tener cara de shock, aun cuando lo besaban. Juntó sus frentes mientras le sonreía de medio lado, satisfecho de que el rubio no lo hubiera rechazado, ¿qué más podía pedir teniéndolo a su lado? Era apuesto, inteligente, sangre pura, venia de un excelente linaje de magos, ese idiota debería estar a sus pies.
— ¿Quieres dejar de bromear, teme? Esto dejó de ser divertido 'ttebayo.
—Eres un idiota, no te culpo, pero no estoy bromeando — soltó con una pose altanera, se maravillaba de los labios del contrario, los tenía hinchados y rojizos por la intensidad del beso.
Sin esperar una contestación a su aclaración, volvió a tomar esos adictivos labios, aunque el contrario se removiera entre sus brazos. Esa timidez la haría desaparecer de su rubia obsesión, tenía el presentimiento de que Naruto jamás había tenido ese tipo de contacto con otra persona y eso, aunque fuera machista, le llenaba el pecho de orgullo.
Él iba a ser su primera vez.
Palabras: 573.