Capítulo seis: El sombrero seleccionador.
¡Cuatro días! Lo llevaba acosando desde el lunes, ese jueves en la mañana no supo a donde correr, las personas a su alrededor se apartaban hasta que Uchiha llegaba a su objetivo y nadie se lo impedía. Incluso, varios maestros habían hecho oídos sordos a sus protestas, ignorando completamente al acoso al que estaba siendo sometido.
Pero lo peor de todo es que una parte de sí se había acostumbrado a ello. Ya ni siquiera reñía cuando sus labios eran tomados ligeramente por él otro. Sólo que para poner un alto le había jurado a Sasuke una ingenuidad que no estaba completamente seguro de tener, ese bastardo estaba cruzando el límite de la promiscuidad.
Esa noche Sasuke lo había citado en la torre de astronomía ¡y estaba seguro de que era con segundas intenciones! Lo amenazó con delatarlo con las explosiones que había creado en el cuarto de Ebisu si no asistía a su cita. No entendía como el bastardo se enteró de la venganza que tomó contra el profesor por reprobarlo en la materia, pero lo tenía colgando de un hilo.
Eran las doce de la noche cuando vagaba por los corredores del castillo hasta llegar a la torre más alta del colegio. Abrió ligeramente la puerta encontrándose con un escenario muy diferente al que pensó. Dentro del aula solo había una sábana de color azul obscuro con dos sopas de ramen instantáneo sobre ella. Al costado de ello estaba una botella de vino con dos copas.
—Tardaste, dobe.
—No tengo un hermano que es casi director del colegio, bastardo. Tenía que andar con cuidado por los pasillos — murmuró caminando directo a la comida, olvidándose completamente de lo demás, ¡tenía desde que había salido del orfanato que no probaba el ramen!
—Como si eso te hubiera detenido antes, usuratonkachi.
Naruto en ese momento pudo debatirle muchas cosas, pero prefirió sentarse sobre la sabana y probar bocado a bocado su comida favorita. Debía de admitir que Sasuke había elegido un excelente lugar, la torre de astronomía dejaba a la vista un bello panorama de estrellas resplandecientes. Sonrió un poco llevando el tenedor a su boca.
El azabache le observaba mientras se sentaba a su lado, sus mejillas se habían sonrojado al ver la clara felicidad en el rostro del contrario. El rubio miraba el cielo nocturno devorando aquella cosa que denominaba manjar.
—Puedo preguntarte algo, teme.
—Ya lo estás haciendo, tonto.
—A veces olvido lo insoportable que eres — tal vez hubieran seguido con lo que sería una larga discusión sin algún fin más que pelear, pero el azabache selló la disputa con un fugaz beso que sólo hizo que el rubio girara el rostro tratando de ocultar su infantil sonrojo. —¿Por qué el sombrero te mandó a Gryffindor? ¡Toda tu familia ha estado en Slytherin!
¡Era sorprendente! Tal vez no conociera mucho sobre la historia de la magia o de ello, toda su vida había crecido creyendo ser un muggle, no conocía nada de ellos hasta que llegó su carta de Hogwarts, pero el rumor de que Sasuke pertenecía a una familia de magos obscuros había salido a la luz cuando subió al estrado para ser mandado a una de las cuatro casas. Cuando el sombrero gritó “¡Gryffindor!” el comedor se había llenado de un extraño silencio, no fue hasta que Itachi aplaudió desde la mesa de profesores que todos lo tomaron como algo normal.
—Yo sé lo pedí — confesó tomando el vino y sirviendo en las dos copas, eso había pasado cuatro años atrás, apenas tenían once para ser juzgados por un viejo artefacto mágico.
—¿Por qué? — cuestionó por primera vez dejando el ramen de lado.
—No quería ser igual a mi hermano — declaró girando el rostro, también podría apreciar la vista bañada de estrellas, era una hermosa noche.
—¿Él tomó en cuenta tu opinión? — preguntó curioso, se sentía emocionado de saberlo, sus pupilas se habían expandido con ilusión.
—Sí.
—Yo… yo creo que el sombrero escogió demasiado rápido, sólo rozó mis cabellos cuando me mandó a Slytherin, no es como si me quejara de mi casa, sólo que no entiendo porque todos tienen que ser tan arrogantes y bastardos — sabía cuál era la razón, pero no estaba de acuerdo al ser juzgado demasiado rápido.
—¿A qué casa hubieras deseado ir? —. Sasuke había dejado las copas a medio llenar a su lado, prestando atención a las palabras del otro.
—A Gryffindor ¡Soy la persona más valiente que conozco ´ttebayo!, ¡jamás me retracto de mis palabras!, ¡seré un gran auror*!, ¡ya lo veras!, ¡haré cosas que nunca se hayan hecho antes!
—Eso podría tomarlo de diferentes maneras, dobe — le reiteró sin darle tregua a sus acciones. Sin impórtale mucho donde terminara la comida, se lanzó a sus labios tomando la frase “nunca hecho” como una ofrenda al clímax de la velada. Lo acorraló bajo su cuerpo con una sonrisa arrogante.
—Oe, teme, ¡espera! — chilló removiéndose buscando una vía de escape.
—No convirtamos está violación en asesinato, usuratonkachi — le murmuró al oído de manera seductora.
—¡¿Dónde diablos tienes tu mano, bastardo?! ¡Deja ahí!
Palabras: 842.
Auror: Es la profesión que se dedica a la caza de los magos tenebrosos.