Capítulo siete: Duelo.
Naruto estaba en la práctica de quidditch, las gotas de sudor definían su perfil de forma sensual. Sasuke podía apreciarlo desde las gradas, a pesar de que el capitán del equipo lo había corrido porque estaba en el contrario, no dudo en amenazarlo y quedarse ahí, ya todos sabían lo que le había pasado a Ukon para meterse en la relación amorosa de aquellos dos chicos.
Uchiha estaba contemplando sin perderse ninguno de los movimientos del rubio, éste jugaba en la posición de guardián, protegía los tres arcos de las diferentes pelotas que existían. Era muy hábil, tenía dos años que se había unido. La única manera de ganarles era atrapar la snitch antes de que sumaran más goles los del equipo contrario. Sin embargo, era complicado, Gaara era un excelente buscador.
Frunció ligeramente el ceño cuando miró al pelirrojo acercarse al rubio, le había susurrado unas palabras al oído mientras el trigueño se reía a carcajadas, ¿desde cuándo aquellos dos se llevaban tan bien?
…
Dos golpeadores iban saliendo del baño seguido del chico de cabellos rubios, Neji había ingeniado una manera de vencer más rápido a Ravenclaw en el próximo partido, incluso, Kabuto había apoyado la idea con el fin de que Gaara fuera más rápido en atrapar la minúscula pelota dorada.
Naruto traía una toalla posaba sobre sus hombros y preguntó acerca del paradero del buscador del equipo. El pelirrojo se había quedado a guardar las pelotas prometiéndole alcanzar en las duchas, pero no apareció. Caminaron por otro corredor cuando varios estruendos llamaron su atención.
Los tres chicos se miraron entre sí para después correr al origen del escándalo. En pleno campo de quidditch estaban Gaara y Sasuke teniendo un duelo mágico. ¡Habían tirado una de las torres del estrado!, ¡¿qué diablos estaba pasando?!
—¡Detente Sabaku No! — gritó Kabuto tratando de llamar su atención, pero el pelirrojo lanzaba hechizos a diestra y siniestra desde su varita, mientras el contrario le seguía al mismo nivel la batalla.
A pesar de que era un año menor podía hacerle frente a Uchiha, Naruto estaba sumamente sorprendido por ambos ¡Estaban lanzando hechizos no verbales!, ¡ni siquiera habían tenido clases de ello!, y sin querer sus ojos se ilusionaron un poco al conocer el nivel de mago que era su rival, pero negó la cabeza tratando de olvidar esos extraños elogios.
—¡Deja a Gaara en paz, bastardo! — vociferó interponiéndose en el rango de lucha entre los dos.
—¡Apártate, Naruto, esto no es contigo! — exigió el de cabellos rojos lanzando un encantamiento protector.
—¡No me fastidies, dobe! — rugió el azabache tomando al rubio de la mano para ponerlo a su espalda. — ¡Esta me la pagarás! — juró mientras salía una gran araña de su varita.
— ¡Púdrete, Uchiha! — lazó un rayo pulverizador que destruyó a la bestia en segundos, ¿aquello era magia oscura?
Kabuto y Neji se miraron entre sí, la situación hablaba de más para ambos. Al conjunto lanzaron un hechizo desarmador hacia los contrarios, Gaara y Sasuke quedaron sin sus varitas matándose con la mirada. Ni siquiera les importaba, era como si los demás no estuvieran, sólo ellos dos.
—¡Estás obsesionado! — vociferó el pelirrojo. — Ni siquiera te corresponde, ¡no puedes obligarlo! — culpó con odio, sus puños estaban fuertemente apretados, tratando de contener la cólera que le había provocado.
—¡Dilo Naruto! — gritó el azabache con ferocidad, había girado el rostro para ver al mencionado sólo unos segundos. Le dirigió una mirada tenebrosa y fría. —¡DILO! — volvió a rugir. Pero antes de que pudiera contestar alguna cosa (porque no tenía ni idea lo que hablaba), lo tomó del brazo para plantarle un ardiente beso en los labios, tomando por sorpresa a todos. Lo jaló del codo mientras tiraba el borde superior de su camisa, en el cuello se podía ver varias marcas entre rojizas y moradas sobre él.
El rostro del rubio cambio a rojizo por el atrevimiento del Gryffindor, ¡era algo privado!, tal vez le hubiera reñido al bastardo, pero el pelirrojo le había ganado la contienda. Se lanzó contra él con los puños en alto, el azabache lo recibió gustoso. Y como dos simples mortales, se dieron a golpes. Hasta cierto punto era gracioso para los tres espectadores, Sasuke era alto mientras que Gaara a penas le llegaba al hombro y aun así le daba pelea.
—¡Uchiha, Sabaku No! ¡¿Qué está pasando aquí?! — exigió una voz a sus espaldas. Los mencionados dejaron de pelear al instante, mientras los otros tres giraban pasmados al ver a Orochimaru entrando al campo.
Neji y Kabuto querían delatar al chico de la casa de los leones, pero sabían que su compañero de igual manera sería castigado, no se arriesgarían a que lo expulsaran teniendo partido el próximo sábado.
—Uchiha ayudaba a Sabaku No con clases de defensa personal, profesor — excusó el castaño tratando de que los demás le siguieran la corriente. Los restantes asintieron temerosos de su credibilidad.
—¡¿Cómo explican el desastre del estrado?! — preguntó, ¡era obvia su mentira! Había mirado como se reñían con las varitas, a decir verdad, estaba sorprendido de las habilidades de los chicos. Sasuke tenía todas las características para estar en Slytherin, no entendía como había terminado en la casa contraria.
—¡Lo siento, sensei!, cuando estaba volando en mi escoba me estrellé contra ella, pero Sasuke se ha comprometido a repararla ´ttebayo — soltó el rubio con una fingida voz de afliges.
—¿Eso es verdad, Sasuke-kun?
Con un tic en el ojo el azabache asintió, maldiciendo al pelirrojo y el haber caído en una tonta provocación. Juraba venganza, una dolorosa y tétrica, era un experto en hacer parecer todo un accidente.
Palabras: 928.