Capítulo diez: Nota.
En esas tres semanas Naruto se había ocultado hasta debajo de las piedras para pasar de largo de Sasuke, no quería conversar con él y menos después del momento implícito que había expuesto en la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras. Nadie le había preguntado que había pasado de su relación en esos días, sólo sus compañeros de quidditch le habían dado palabras de aliento como: “Jamás hubiera funcionado”, “son muy diferentes”, y un “me tienes a mí” de parte de Gaara.
—Bastardo… — musitó tocándose los labios ¡¿por qué diablos tenía que recordar sus besos en un momento como ese?! Estaba tratando de aclarar sus sentimientos y lo único que podía venir a su mente eran las anécdotas que habían vivido en el lugar que se encontraba.
La torre de astronomía.
Podía sentir como la temperatura aumentaba en su cuerpo ¡al diablo con todo!, ¡estaba enamorado de Sasuke! Y si sólo con amortentia podía tenerlo a su lado, jugaría tan sucio como pudiera, ni Sakura, ni cualquiera de otra chica podría arrebatárselo de las manos ¡Ese teme tenía propietario!
Bajó las escaleras y corrió lo más rápido que pudo a las mazmorras, entrando a su sala común. Estaba casi desierta, sólo estaba Neji al final leyendo un libro sobre encantamientos. Avanzó hasta los dormitorios de chicos para buscar la llave del aula abandonada donde había guardado la amortentia, pero antes de que pudiera desacomodar sus cosas miró una caja de chocolates “Chidori” sobre su cama.
La tomó con algo de duda entre sus manos, abrió el paquete sin mucho cuidado encontrado una nota escrita en ella. Al leerlo sus mejillas se sonrojaron, mientras una boba sonrisa bobalicona le adornaba el rostro.
“Tu patronus te delató, dobe. No me hagas hacer otra declaración de amor en clase de pociones”.
Al final, o Sasuke había comido otro chocolate con el filtro de amor o definitivamente era correspondido. Los aceptaba, tal como fueran, aceptaba sus sentimientos, a pesar de que sólo habían durado una semana de relación, se había divertido muchísimo a su lado. El azabache era único, un bastardo, pero al final de cuentas, era su bastardo.
Tomó uno de los chocolates y sin mucho preámbulo lo comió complacido por el exquisito sabor que le estaba regalando a su paladar. Sin embargo, si Naruto hubiera puesto más atención, hubiera apreciado el mismo olor que antes le había fascinado.
—Ramen, ramen y… ¿menta ´tteba? — abrió los ojos sorprendido cayendo en cuenta que había caído en su propio karma. Los chocolates estaban llenos de Amortentia, porque Sasuke Uchiha no sabe jugar tan limpio, y eso Itachi también lo sabía.
Uchiha menor no iba a poner en riesgo el amor platónico que antes le había profesado al rubio, era verdad que se había aprovechado de la situación, pero al no poder esperar más a que Naruto aceptara sus sentimientos se había desesperado al punto de recurrir al mismo recurso que él.
Al final tenía que darse cuenta que correspondía sus sentimientos ¿no?
El rubio no recordaba ni muy bien lo que estaba haciendo en ese momento, sólo que su corazón latía acelerado por el encuentro con el sexy azabache que ya conocía. Era momento de hacerlo perder su inocencia. Después de todo, tenían clase de pociones, estaba seguro que era el momento justo de gritarle sus sentimientos. Y con una sonrisa súper boba en el rostro corrió al aula con la dicha de encontrar a Sasuke Uchiha.