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Después de la muerte del héroe del mundo, las cosas se habían complicado, los muggles se habían enterado del mundo magico en el momento menos oportuno, el mundo magico se encontraba agotado y diezmado tras la última guerra y no tenian la fuerza necesaria para una nueva batalla.
El miedo y los celos son potentes detonadores de caos, el miedo de los muggles de aquello que no conocían y los celos de aquello que no podían tener dio origen a la Gran Purga.
La Gran Purga, es la matanza de más de un tercio de la población mundial, el mundo estaba en caos, muchos trataron de esconderse, y otros de aprovecharse de esa oportunidad matando a aquellos que odiaban, Hermione y Ronald, intentaron ocultarse en alguna de las propiedades de Harry, llevandose la sorpresa de que ya no existia ninguna, y que este había dejado un testamento donde dejaba como única beneficíaria a Luna Lovengood(*). Muertos de ira fueron en busca de Luna, sin embargo esta era más astuta y no lograban encontrarla.
Luna había estado muy ocupada reuniendo todas las plantas tanto mágicos como no mágicas a las que tubiese acceso. Además de reunir a varias parejas de animales magicos. Se estaba alistando lentamente para su viaje a Konoha, pues sabia que su mundo natal pronto desaparecia.
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Hermione y Ronald estaban ideando su propio plan de escape, se llevarían todo aquello que aun pudieran tomar y se ocultarían hasta que las cosas se calmaran un poco.
"En que momento hizo un testamento" la ira en la voz de Ron era palpable.
"Querras decir, ¿porque no nos dejo nada, y todo se lo dio a la lunatica?" al igual que Ron, Hermione estaba molesta, pero tenia más dudas sobre el testamento de Harry.
"¿A que te refieres?"
"Harry estaba muy sorprendido cuando lo traicionamos, así que, ¿porque no nos dejo nada?, no lo entiendes es todo es muy raro, ¿en que momento se hizo tan amigo de la lunatica? y ¿porque le dejo todo a ella."
Las dudas de Hermione tenian mucha logica, sin embargo poco o nada podian hacer ya, el testamento ya había sido leído, y las cosas lentamente tomaban un tono más sombrío.
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En la última de las manciones Potter, en el patio de aquella casa se desarrollaba una singular escena, cuya protagonista era una pequeña rubia que se encontraba rodeada de varias criaturas mágicas.
"Muy bien chicos, dentro de 2 dias nos iremos de este mundo a un mundo tatalmente nuevo" -la pequeña Luna estaba emocionada por el viaje, la muerte de su padre y la traicion de quienes creyo sus amigos, habían dejado graves secuelas en su corazón y en su mente.
Todos los alli reunidos entendian las consecuencias de las acciones de los muggles, la madre naturaleza necesitaba del equilibrio, pero lamentablemente este estaba ya destruido, así que no tenían otra opción más que escapar.
---tiempo después---
El gran día había llegado, todos estaban listos para partir y dejar su mundo natal, el velo de la muerte había sido preparado y solo tenían que cruzarlo y estarían en un lugar seguro.
-"alto ahí lunatica"- la falta de comida y el miedo habían hecho daño a la psiquis de Hermione, cuando esta vío que Luna estaba por marcharse la ira le hizo actuar sin prudencia, y tanto ella como Ronald empezaron un ataque feroz.
Hermione y Ronald trataron de deterlos, sin embargo estaban débiles y no fueron una amenaza demasiado grande y habían caído desmayados, momento en el cual Luna aprovecho para cruzar el velo.
Cuando Hermione y Ronald despertaron grande fue su sorpresa al encontrarse en una celda, sin sus varitas, y unos fuertes grilletes rodeando sus cuellos.
Sabían lo que estaba pasando, a pesar de todos sus intentos los muggles los habían capturado, y serían ejecutados publicamente.
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