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Memorias de un doncel por Krizz Sabaku No Uchiha

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Notas del capitulo:

Penultimo capitulo arriba!!!

 

Como ya dije estamos a un capitulo del final, gracias por continuar aqui conmigo, ya se que he tardado un poco en actualizar, pero a veces tengo ese problema de inspiracion que no me deja seguir. pero aqui sigo :D

 

¡A leer!

Las luces de La casa de Té fueron encendidas en mi honor, las serpentinas volaron y los aplausos y gritos de júbilo no dejaron de escucharse a mi alrededor, yo me limite a sonreír recibiendo aquellas muestras de admiración por parte de los que fueron mis espectadores en mi debut en La casa de Té. 




Deidara-niisan se encontraba a mi lado sonriéndome a modo de felicitación, momentos después me vi rodeado de hombres de importantes rangos a los cuales gustoso saludaba. 




—Lo has hecho muy bien, Kyubi—. Me dijo Deidara con una sonrisa satisfecha, justo en ese momento el Dr. Hatake hacia aparición entre el tumulto de personas que había en el jardín de La casa de Té. 




—Dr. Hatake—. Salude con una inclinación. —Espero le haya gustado mi presentación—. El peliplata sonrió. 




—Ha sido fantástica, me has dejado sin palabras—. Halago. —Te has visto tan energética que estoy seguro que todo el salón ha quedado atónito—. Sonreí ante sus palabras, pude ver a mi Onii-san sonreír. 




—Parece que has reconquistado la atención del Dr, Kyubi—. Deidara-nii paso por mi espalda para entregarme la cajita que tenía que darle al Dr. 




—Ya veo—.Dije con una sonrisa. —Solo espero que esta vez, el Dr siga su propia ideología—. Sugerí con una sonrisa la cual fue correspondida. 




—¿Y cual seria esa?—. Pregunto curioso. yo me acerque a su oído, susurrándole mis palabras. 




—Buscar una segunda opinión—. Dicho aquello hice entrega de la cajita, haciéndolo consiente de que era candidato para ofertar por mi Mizuage. Yo mire feliz a mi Oni-san, el cual tenía pensado decir algo más cuando dos figuras ya conocidas se acercaron a nosotros, el Dr se despidió de nosotros antes de que esas figuras se acercasen más. 




—Baku-san, Kyubi-kun—. La voz de Gaara-sama llamo nuestra atención, justo a su lado, Uchiha-sama tenía una bebida en la mano. —Muchas felicidades por tu debut, Kyubi—. Sonrió el pelirrojo. 




—Gracias por brindar su presencia, Sabaku No-sama—. Me incline con respeto. —Uchiha-sama, espero el entretenimiento haya sido de su agrado—-. El moreno asintió 




—Jamás vi tan furiosa danza—-. Dijo. —Me atrapaste desde el momento en el que el telón subió—. Sonreí ante las palabras del azabache. 




—Espectacular, esperemos que La casa de Té vuelta a brindar tal acto—. Dijo el pelirrojo. —Si me disculpan, necesito hablar con el señor Inuzuka—. Tanto Deidara, el cual jamás se despegó de mí, como yo despedimos a Gaara-san, tenía pensado iniciar una nueva platica con el señor Uchiha, cuando el Dana de mi Oni-san apareció. 




—Buenas noches—.Saludo. 




—Barón—. Deidara inmediatamente lo saludo ubicándose a su costado. 




—Barón—. Hice una reverencia a modo de saludo, la cual fue contestada de inmediato. 




—Kyubi, magnifica danza, quede muy impresionado—. Yo recibí tales halagos con una sonrisa. 




—Muchas gracias—. 




—Veo que siempre tienes los ojos en buenos especímenes ¿No es así, Itachi?—. Los morenos se sonrieron con notable prepotencia. 




—Me conoces, Sasuke.—. Dijo. —Sabes que está en mi deber alabar la belleza cuando la veo—. Sonrió de medio lado. —Lo que me recuerda. Daré un pequeño almuerzo en mi hacienda, deberías ir—. 




—¿Ya estamos en esa época del año, Señor Uchiha?—. La voz malintencionada de Karin se hizo notar a un costado, abriéndose paso entre nosotros. —Recuerdo que esa hacienda es famosa por los arboles de cerezo—. 




—Tienes muy buena memoria, Karin—. Dijo el moreno con una sonrisa, recibiéndole una taza de té que le ofrecía la pelirroja. —Ahora más que nunca están floreciendo, es una belleza local, no te la puedes perder este año—. Karin sonrió. 




—Me temo que deberé ser así, querido señor Uchiha—. Karin me miro por un momento. —Pero estoy segura que mi presencia no será extrañada ante tales compañías—. Dijo señalándonos a Deidara y a mí, mi Oni-san inmediatamente borro su sonrisa ante el comentario de la ojiroja. —Además, yo creo que la belleza de los cerezos jugara un encantador papel al lado de tan bella Geisha ¿No cree usted?—. Dijo mientras me mirada, una sonrisa de maldad atravesó el rostro de Karin. 




—Tienes mucha razón, Karin—. El semblante del Uchiha mayor cambio radicalmente a una mueca maliciosa y excitada. —Baku, asegúrate de traer a Kyubi—.  




—Discúlpeme Baron—. Quiso discutir el rubio. —Pero ya le había comentado que yo no podría ir—. 




—Pienso que Kyubi es lo suficientemente responsable como para ir con un chaperón, yo creo que Tenten es la más indicada para eso—. Señalo a la joven de cabellos castaños que trabajaba como sirviente en La casa de Té, la mencionada asintió, dando a entender que ella podría hacer el trabajo, pero Deidara no estaba convencido para nada. 




—Pienso que no sería conveniente, Barón. Kyubi...—. Deidara no pudo decir nada más, pues el semblante serio que tenía el moreno mayor lo hizo callar cualquier replica. 




—Te exijo que se presente, Baku—. Susurro, el rubio no contesto más. —Espero con ancias se presencia, Kyubi—. Dijo con una sonrisa, dio media vuelta, buscando una persona entre el tumulto que había hasta que dio con una mata pelirroja. —Hey, Gaara-san, espero que también te presentes en la hacienda—. Grito el moreno, el pelirrojo volteo al escuchar su nombre y sonrió. 




—Sabes que lo social no es lo mio. Itachi—. Dijo. —Esas reuniones las arregla Sasuke, así que se lo dejo a él—. Y sin más siguió con su plática, Itachi se despidió de nosotros, dando por terminadas las discusiones internas que podría tener Deidara. 




—Bueno—. Escuchamos la voz de Uchiha-sama a nuestro lado. —Que pasen buena noche, yo me retiro—. Dijo. —Estas hermoso esta noche, Kyubi—. Y con eso el moreno menor se retiró. 




Deidara inmediatamente se puso delante de mí. —No iras a ese almuerzo si no quieres—. Me dijo, yo aún estaba sonriente por el cumplido de Uchiha-sama, que no preste mucha atención a las palabras de mi Onii-san. —Kyubi—. Finalmente reaccione. 




—Me gustaría ir—. Dije muy seguro, Deidara me miro con inseguridad. 




—Kyubi—. Dijo, pero suspiro sin más. —Bien, pero te advierto unas cuantas cosas—. Me dijo mientras caminábamos de regreso a La casa de Té. —Conozco los suficiente a mi Barón y a Karin como para no hacerme a la idea de que es lo que buscaba esa serpiente al sugerir que tu fueras a ese almuerzo—. 




—Entiendo—. 




—Karin sabía que yo no podía ir, puesto tengo otro compromiso, por eso no te mencione nada de este evento—. Dijo a manera de justificación. —En este momento eres la Geisha más buscada de Hanamachi, y mi Barón es débil ante la belleza, le encantan las Geishas hermosas y justo ahora tu eres la más famosa y la más deseada—. 




Las últimas palabras de mi Onii-san quedaron resonando en mi mente, no por la sutil advertencia de que debía cuidarme del Barón Uchiha, sino por el presidente de la compañía, por Uchiha-sama. 




Me preguntaba si ahora que era una de las Geishas más famosas y deseadas de Hanamachi sería suficiente como para permanecer a su lado, para ganarme un lugar, aunque sea pequeño, en el corazón del hombre que desde que era un niño, vive en el mío y que, sin que él lo sepa, se lo ha ganado desde hacía años. 




—Kyubi-sama, hemos llegado—. Las palabras de Tenten me trajeron a la realidad, la hacienda era grande, rodeada de muchos árboles, la mansión estaba pulcramente decorada para la pequeña reunion social, docenas de damas, esposas, hermanas e hijas de los asistentes a la reunión pidieron retratos con mi presencia, yo no me podía negar. 




—Kyubi, pudiste venir—. La voz sorprendida del Barón se dejó escuchar, sin pensarlo dos veces me tomo como su compañía y me alejo del resto de las mujeres, no pude no notar a la joven que nos seguía muy de cerca. —Quisiera que conocieras a mi querida hermana, Sarada—. Dijo señalándola, la joven morena hizo una reverencia a modo de saludo. 




—Hajimema shi te—. Saludo la morena. —Soy Sarada Uchiha—. Yo me incline con cortesía. 




—Kyubi—. 




—He oído muchas cosas sobre ti, por mi hermano—. Dijo la chica señalando a mayor. —Claro que aún no superas el tema de Baku-san, que es de lo que más habla él—. Yo sonreí un poco. 




—Sarada—. Dijo a modo de advertencia, no tomándose muy bien las palabras dichas por su hermana. —No hables de temas que no tiene importancia para ti—. Dicho esto, el mayor se alejó alegando tener que entender a otros visitantes. 




—Este es un lugar muy hermoso—. Dije, solo para evitar quedarnos en silencio, la joven asintió. 




—A mi hermano le encanta el campo, pero...—. Dijo con duda. —Creo que prefiere la ciudad porque de esa manera puede verse más seguido con Baku-san—. Asentí en comprensión. —Es verdad que viaja mucho y que son contadas las veces que se reúnen... pero, yo creo que hay un lazo entre ellos—. Dijo con una sonrisa. 




—Yo también lo creo—. Le susurre, ambos soltamos risas cómplices que fueron repentinamente interrumpidas por una tercera persona. 




—Las risas de mujeres y donceles felices es un plus de belleza para este lugar—. Ambos detuvimos las risas al escuchar la inconfundible voz de Uchiha-sama. 




—Uchiha-san—. La morena hizo reverencia y yo le seguí también. —Es un gusto que haya decidido acompañarnos—. El moreno sonrió. 




—Ya lo ha dicho Gaara, yo debo hacerme cargo de lo social—. Dijo con una sonrisa. —Kyubi—. Me saludo, si hubiese volteado podría haber visto la sonrisilla cómplice de Sarada, pero siempre es el señor Uchiha quien se gana mi completa atención cuando lo veo. 




—Si me disculpan, debo buscar a mi hermano—. Se disculpo la morena. —Señor Uchiha, Kuybi-san—. Y de esa manera fuimos dejados solos. 




—¿Te ha gustado el lugar?—. Me pregunto el moreno. 




—Me gusta—. Asentí y ambos comenzamos una pequeña caminata por entre los arboles de cerezo, los cuales mecían sus ramas al son del viento dándole una hermosa vista a los senderos que rodeaban la mansión del Barón. —Puedo preguntar...—. Dije, llamando la intención de Uchiha-sama. —Como es que Sabaku No-sama y usted se conocieron—. El moreno sonrió. 




—Nos conocemos desde jóvenes—. Comenzó. —Ambos fuimos reclutados por el ejército para realizar servicio activo. En medio del campo de batalla, una granada del bando contrario fue lanzada en nuestra trinchera, él alcanzo a verla antes de que detonara, trato de sacarme lo más rápido que pudo, y cuando esta estallo, él me cubrió con su cuerpo, llevándose él el mayor daño—. Lo escuche suspirar. —Gaara es un héroe de guerra y yo le debo mucho, es por eso que cuando regresamos a casa, le propuse iniciar con la compañía que tenemos y desde entonces hemos estado en asociación—. 




—Sabaku No-sama es una gran persona—. Dije con una sonrisa. —Estoy muy feliz de eso—. Dije ganándome una sonrisa del moreno que me robo el aliento. 




—Si, en verdad le debo mi vida, porque de no ser así, yo no estaría aquí—. Ambos nos sonreímos, el viento soplaba dándole un toque romántico a la escena. 




—Kyubi—. La cual fue brutalmente interrumpida por el Barón, gire para responder a su llamado. —Quisiera que me acompañaras un momento, Kyubi, tengo algo que mostrarte—. Yo dude un por unos instantes, estaba a punto de replicar que, en ese momento, era Uchiha-sama el que tenía mi compañía, pero eso no sería correcto, puesto que el Barón era el anfitrión del evento, no podía hacer tal grosería al Dana de mi Oni-san. 




Así que con todo el dolor que mi corazón pudiese tener, me despedí momentáneamente de Uchiha-sama para atender al Barón. Yo ignore totalmente las miradas desafiantes que se dieron ambos Uchiha, porque de no haberlo hecho, sabría que el Barón estaba mostrando celos de Uchiha-sama y eso no era una buena señal para mí. 




El Barón me llevo dentro de la mansión, hasta que llegamos a unas habitaciones que, de ser necesario, servirían como dormitorios para huéspedes, el mayor me adentro en una de esas, que más que habitación parecía un armario bastante grande, en el lugar, había cientos de cajas como las que Lady Tsunade tiene en la Okia. 




—En esta habitación está mi colección privada de kimonos—. Me informo el mayor, tomándome de la mano me guio un poco más adentro del lugar. —Todos y cada uno fue hecho de las más finas telas—. Siguió su monologo sin dejarme de lado, fue cuando llegamos a la parte más profunda del armario y en un estante se encontraba perfectamente acomodado un kimono en color menta con detalles en plata, una belleza total. —Este, es el más fino que pude encontrar—. Dijo. —Y quiero que tú lo tengas—. Al escuchar aquello abrí los ojos de manera sorpresiva, miré al Barón el cual tenía una sonrisa. 




—Aprecio el gesto del Barón, pero no creo merecer tal obsequio—. Dije disculpándome y negándome a tal regalo de la manera más respetuosa que pude hacerlo. 




—Vamos Kyubi, recibir un lujo de vez en cuando, no te matara—. Dijo con una sonrisa mientras me tomaba de los hombros y me acercaba más al estante. —Insisto en que lo aceptes—. Yo aún me encontraba inseguro de las intenciones con las que me hacía tal obsequio, las cuales no tardaron en resolverse. —¿Porque no te lo pruebas?—. Al escuchar esas palabras salir de la boca del Barón, las cosas que Deidara-nii me menciono como advertencia hicieron mella en mí, voltee dando de frente con el Barón Uchiha. 




Hice una reverencia. —Estaré feliz de probármelo para el Barón, en cuanto regresemos a Hanamachi—. Dije con una pequeña sonrisa, pero definitivamente no vi venir aquellas acciones del Barón, el cual inmediatamente me rodeo con sus brazos acercándome bruscamente contra él. 




—No sabes cuándo será eso, prefiero que te lo pruebes en este momento—. Y sin yo poder evitarlo, el Barón comenzó a desatar mi kimono de la parte de atrás, el pánico comenzó a invadirme, traté como pude de alejarme del Barón, pero en cuanto lograba poner distancia, era fuertemente cogido por algún extremo de mi kimono y jalado de vuelta a los brazos del más alto. —No te preocupes, Kyubi, soy un experto en anudar kimonos y en desanudarlos también—. Dijo con una sonrisa perversa en su rostro. 




—Por favor, Barón, le pido detenga esta denigración hacia mi—. Le pedí, para ese momento ya me había arrebatado las capas externas de mi kimono, en mi mano sostenía fuertemente un pañuelo de tela que había logrado esconder de los ojos del Barón, mis ojos se habían empañado con los vestigios de lo que próximamente serian lágrimas, respiraba agitado, con miedo ante la sonrisa del Barón, sabía que no iba a ceder, y terminé por confirmarlo cuando fui bruscamente tomado de los hombros y girado hacia un espejo de cuerpo completo. 




La visión para mí fue.... devastadora. 




El Barón me tomaba fuertemente entre sus brazos, pasando sus manos por mis hombros y seguidamente a mis brazos, para terminar su recorrido en los bordes de la única prenda que cubría mi piel desnuda de los ojos de aquel hombre, el Barón tiro levemente de mi prenda y yo me aferré fuertemente a ella, las lágrimas están formándose en mis ojos y el pañuelo de tela fuertemente agarrado a mí, pude notar que el Barón aflojo su agarre en mi ropa, solo para susurrarme al oído. 




—Por favor, Kyubi—. Me pidió. —Solo quiero verte, solo eso—. Cerré fuertemente mis ojos, a pesar de las palabras "amables" del Barón, yo jamás cedi a sus deseos, no importándome que estuviera siendo grosero, el Barón me había ofendido en primer lugar al hacerme esto. 




Por eso, al ver que yo no cedería, fue que opto por hacerlo a la fuerza, jalo fuertemente de mis ropas, casi al punto de romperlas, hasta que las aparto de mi cuerpo, dejándome totalmente expuesto a sus ojos, y finalmente fui volteado para quedar de frente al Barón y así, él poder ver cada centímetro de mi piel canela expuesta ante sus ojos. 




Ya no pude más. Me solté de sus brazos para caer al piso, las lágrimas salieron de mis ojos y como pude junte toda mi ropa, con la intención de cubrirme de vuelta, pude sentir al Barón ponerse a mi altura, tomándome del rostro y limpiando mis lágrimas, pero ninguna palabra de disculpa salió de sus labios, él salió de esa habitación, como varón que acaba de tener sexo con una prostituta, por un momento, solo por un pequeño momento, me sentí como tal. 




Anude mi kimono a como mejor pude, llave inmediatamente a Tenten la cual no demoro en tener el coche listo para mi partida, no me despedí de nadie, ni siquiera de Uchiha-sama, sentía que en ese momento no era merecedor de su mirada, y llore, llore hasta que llegue a Hanamachi. 




Al entrar en la Okia, Lady Tsunade y Shizune-san me esperaban en la puerta para preguntar cómo me había ido en el evento, le entregue la caja que contenía el nuevo kimono a Shizune para que lo almacenara junto con los demás, no dije ni una sola palabra, llegue hasta mi habitación y justo antes de entrar me encontré con Karin, la cual al verme sonrió con prepotencia y siguió su camino ignorándome, yo simplemente me encere en mi habitación a llorar. 




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Deidara fue llamado por Lady Tsunade al ver que yo no tenía intenciones de salir de la habitación, la cara de mi Oni-san me hizo desear retrasar la fecha de la ceremonia de Mizuague, pero a como estaba la situación, solo alentaría a las sospechas que, seguramente Karin. ya corría sobre mí. 




—Has echado por tierra todos nuestros planes—. Dijo duramente Deidara. —Cada paso dado, cada lección aprendida, ha sido en vano—. Reprocho, yo no pude contenerme más. 




—Me dio un kimono—. Dije, aunque no fuera lo mejor en ese momento. 




—¡¿Te vendiste por un kimono?!—. Pregunto enojado. 




—No—. Negue.—Yo no hice nada malo—. Asegure. 




—Y ahora mi insultas mintiendo—. 




—¡No estoy mintiendo! —. 




—Maldición, Naruto—. Dijo verdaderamente molesto. —Te advertí sobre las intenciones de Karin y decidiste ignorarme—.  




—Oni-san. te juro que no hizo nada, no hicimos nada—. Dije con suplica, arrodillándome ante él. —Él solo me miro—. El me miro con el ceño fruncido, sus labios torcidos en una mueca furiosa. 




—Hoy es tu ceremonia de Mizuague—. Dijo con reproche. —¿Que precio puedo pedir por ti si hay un dedo apuntándote a la espalda? ¿Cuestionando tu honor?—. Él me dio la espalda. —Serás examinado en una pre-ceremonia, ora porque aun valgas algo—. Y con esto dicho, él se marchó. 




—Yo aún valgo—. Dije, aunque para ese momento, él ya no me escuchaba. —Aun valgo—. Y sin más comencé a llorar. 




Esa noche me examinaron en La casa de Té, no pude escuchar mucho, pero si fui examinada hasta el cansancio, pude ver a Deidara-nii suspirar aliviado, buena señal de que mi honor había sido probado y de que yo aún valía lo justo que se piedra para mi Muzuage. 




Llegamos a la Okia por la tarde y a la hora correcta, comenzaron a llover las llamadas con las ofertas de los seleccionados para comprar mi Mizuague, pasamos cerca de dos horas reunidos todos en la oficina de Lady Tsunade esperando las ofertas que llegaban. Sakura sentada a un lado de Lady Tsunade, Shizune sentada al frente, yo sentada a su lado y Karin lleno de un lado a otro como león enjaulado. 




Solo escuchábamos las medias conversaciones que Deidara-nii recibía en la Okia con las ofertas por mi Mizuage, después de muchas vueltas dadas y de soltar cada comentario sarcástico que se le ocurrió, Karin decidió ponerle fin a aquel ambiente de suspenso. 




—¿Cuanto tiempo más durara esto?—. Dijo con molestia mirándome. —¿Que tanto pueden dar por él?—. 




—El telefono ha sonado insistentemente desde que se abrió su horario—. Comento Shizune con una sonrisa, la rubia asintio dando una calada a su cigarrillo. 




—Kyubi ha logrado captar la atención de muchos hombres influyentes—. Karin bufo ante el comentario. 




—¿Que hombre quiere un cerezo que ya mordió alguien más?—. Comento maliciosa y como dándole mas enfacis a su comentario, le dio una enorme mordida a la manzana que llevaba consigo y sonriendo con malicia, cosa que fue ignorada por la rubia la cual siguió esperando. 




Justo en  ese momento, Deidara-nii hacia aparición, llevando consigo un papel con las ofertas recibidas en el trascurso de la noche, subrayando en rojo la oferta más alta que habían dado, Tsunade miro atónita el papel, gesto que no pase desapercibido por la pelirroja, la cual sonrió con burla. 




—¿Y cuanto ofrecieron? ¿10 yens, 20, 30?—. Sitio comiendo la manzana que degustaba desde que había comenzado a rondar por el estudio. 




—Esta no puede ser la cantidad correcta—. Dijo la rubia de manera sorprendida, ganando la atención de todos en el lugar. 




—¿Cuanto es?—. Pregunto curiosa Sakura. Pude ver a Deidara-nii darnos la cara. 




—Ningún Mizuague se ha vendido a tan alto costo—. Dijo. —Ni siquiera el mio de 10,000 yens—. Me miro y finalmente miro a Lady Tsunade. —Ofrecen 15,000 yens por Kyubi—. El jadeo de sorpresa de Shizune y el bufido de Karin no pudieron reprimirse, yo aún estaba sorprendido, aun sin creer que estaban dado por mi semejante suma de dinero. —Parece que hemos hecho lo inimaginable—. Dijo el rubio sonriéndome. —Kyubi ha logrado lo que ninguna Geisha podría imaginar—. 




—Claro—. Dijo Lady Tsunade. —Pero ninguno de ustedes mirara un solo centavo de ese dinero—. Dijo la rubia sin importancia, a lo que Deidara-nii se sorprendió, miro a Tsunade pidiendo una explicación la cual no tardó en llegar. —Esos 15,000 se quedarán en esta Okia, la cual pasara a Kyubi siendo él mi hijo adoptivo—. Ante aquellas palabras, el estudio quedo en silencio. 




—¿Q-que?—. La voz titubeante de Sakura fue la primera en romper aquel tenso silencio, seguidamente la voz enfurecida de Karin. 




—¡Le prometiste la Okia a Sakura!—. Reclamo enfadada, aventando lo que quedaba de manzana al suelo, Tsunade ignoro el comportamiento infantil de Karin. 




—Pff... solo mira a Sakura—. Señalo a la pelirrosa. —Sigue siendo una Maiko horrorosa y virgen—. Ante el comentario hiriente, Sakura salió corriendo. 




—¡Sakura, ven aquí!—. Grito Karin tratando de detenerla, pero la pelirrosa no quiso escucharla, yo me puse frente a Lady Tsunade. 




—¿No puedes adoptarnos a los dos?—. Pregunte de manera ingenua, solo para evitar que Sakura saliera perdiendo en aquello, ella no tenía culpa de la guerra que Lady Tsunade y Karin tenían en ese momento. 




—Cierra la boca, Naruto—. Dijo la rubia poniéndose de pie y encarando a Karin. —No soy estúpida, si adopto a Sakura ¿Cuánto tiempo tardarías en echarnos de aquí?—. Pregunto con burla. 




—Te he dado toda mi vida—. Dijo la pelirroja, como queriendo cobrar un favor. —He pagado tu comida, el tabaco que te fumas y las medicinas de la abuela ¡Todo eso lo que pagado yo!—. Grito aún más, Tsunade dio una calada más y expulso el humo 




—Si, pero tienes mal temperamento—. Dijo con una media sonrisa. —Eso arruina todo el paquete ¿No crees?—. 




—Maldita—. Dijo con enojo, apartando y destruyendo todo objeto a su alcanza en esa oficina. la rubia sonrió 




—No me sorprende que Sakura no llegue a ningún lado teniéndote a ti como One-san—. Dijo. —No eres una buena Geisha, eres más como una prostituta—. 




—¡Cállate!—. 




—Que jugaba a ser la novia de un don nadie, solo una prostituta que se escondía para joder con el hombre que ahora te ha abandonado—. 




—¡No tienes ningún derecho de hablar de Suigetsu!—. Reprocho. —Tú no sabes nada de él—. 




—Se lo subiente, niña tonta—. Dijo finalmente. —Kyubi está a un paso de ser leyenda y tu...—. Lady Tsunade la miro de arriba a abajo. —...cada día te pones más vieja—. Y con eso se acabó la discusión. 




—Bien—. Dijo la pelirroja. —Veremos si vale lo que piden—. Me miro de manera maliciosa antes de salir de aquel estudio. 




—Pasando a otro tema—. Lady volteo a verme ahora. —Felicidades por el trabajo—. Dijo la rubia inclinándose ante Deidara-nii y yo, mi Oni-san respondió la reverencia y yo hice igual. —Kyubi, desde este momento formas parte de mi familia, tu apellido será Senju de ahora en adelante, llévalo con honor y honra esta Okia—. Yo asentí. 




—Felicidades por el logro—. Escuche a Deidara-nii decir antes de ponerse en pie y retirarse del estudio, yo me incline ante Lady Tsunade para disculparme y seguir a Deidara-nii. 




—Oni-san—. Lo llame, él apenas comenzaba a ponerse el abrigo cuando escucho mi llamado. —Muchas gracias por lo que has hecho por mi—. Dije, pero el solo asintió. —Puedo preguntar quién...—. Deidara no me dejo terminar mi pregunta. 




—El Dr. Hatake—. Me respondió. 




—¿Nadie se opuso?—. Pregunte, teniendo una leve esperanza. 




—El Dr se opuso a otros poderosos—. Lo vi dudar y finalmente suspirar —¿Quieres escuchar la verdad?—. 




—¿La verdad?—. Le miré con duda, pero finalmente asentí. 




—Había otra oferta más alta que la del Dr.—. Dijo, yo abrí los ojos sorprendido. —Era del Barón, mi Barón—. Me dijo con cierta tristeza.  




—Te juro que no pasó nada—. Dije con angustia, mi Oni-san me tomo de los hombros. 




—Lo sé y te pido perdón por haber dudado de ti, Naruto—. Dijo. —Ningún hombre pagaría tanto por algo que ya obtuvo—. Después de eso, me abrazo. —Te pido que me perdones por haberte entregado al Dr—. Después de eso me aparto un poco. —Me quiero conceder ser egoísta por esta vez—. 




—¿Sabaku No-sama no dijo nada?—. Deidara-nii me miro de manera extraña. 




—Sabaku No-san no oferto por ti—. Dijo. —Iba en contra de sus principios—. Yo asentí. —Siéntete feliz, Naruto, las luces de Hanamachi brillan por ti esta noche—. Y sin más, Deidara-nii salió de la Okia. 




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A la noche siguiente yo fui preparado de manera especial, desde mis ropas hasta el maquillaje y peinado fueron estrictamente vigilados por Lady Tsunade, llegué a La casa del Té en donde se hizo una ceremonia previa a lo que vendría después, estaba nervioso, no solo por lo que hacer aquello significaba, sino porque no sería como yo quería. 




Mi madre una vez me dijo que esa clase de cosas se hace con una persona especial, para mi, mi persona especial era el señor Uchiha, más sin embargo estoy aquí, en La casa de Té apunto de acostarme con el Dr Kakshi Hatake, la persona que se encargaría de darle inicio a mi nueva vida como una Geisha completa. 




No puedo negar que el hombre fue completamente amable, siempre preocupándose por si yo no me sentía cómodo, en verdad aprecie ese gesto de su parte, pero aun así no pude evitar sentir que una parte de mi había muerto, que un pedazo de mi corazón se había apagado y que me sentía, de cierta manera, impuro para estar con el hombre del que me enamore, pues sentía que esto me perseguiría por toda mi vida. 




Solo llore hasta que estuve en el jinrikisha camino hacia la Okia Senju, las lágrimas caían de mis ojos, pero en ningún momento hizo sonido alguno, el vehículo me dejo justo frente a la puerta exterior, pague lo acordado y me adentre en mi nueva casa, al entrar, la primera en recibirme fue Lady Tsunade, la cual me abrazo con alegría. 




—Ahora eres una Geisha completa, Kyubi—. Dijo con una sonrisa. —Siéntete orgulloso esta noche—. Podía sentirme muchas cosas esa noche, pero orgulloso no era una de ellas, sin decir más subí a mi habitación, me extraño ver luz en ella, puesto que yo acababa de llegar, al entrar pude ver a Karin delante de mi espejo personal 




—¿Qué haces en mi habitación?—. Pregunte con molestia, Karin volteo a verme por un momento, una sonrisa burlista adornaba su rostro. 




—Solo quería felicitarte, Naruto—. Dijo 




—Sal de aquí—. Abrí la puerta de manera brusca, no estaba de humor para aguatar los reproches de la pelirroja, pero ella no movió ni un musculo, por el contrario, soltó una risa que no me hacía para nada gracia, tenía un mal presentimiento. 




—Mira lo que he encontrado—. Dijo alzando el pañuelo de tela que yo celosamente escondía, lo paso por su cara y yo apreté los dientes ¿Como se atreve esa prostituta a profanar mi recuerdo más preciado? —Reconozco las iniciales grabadas—. Y volteo a verme con malicia sus ojos resplandecían en furia. —El amor no es algo que pueda sentir una Geisha—. Pude ver sus intenciones en lo rojo de sus ojos, acercando peligrosamente la tela al fuego. —Los sacrificios deben hacerse—.  




—¡NO!—. Me abalance contra ella, evitando que siguiera con lo que se proponía, quitarme la única cosa que puedo tener de Uchiha-sama, ella aparto rápidamente el pedazo de tela de mi alcance. y siguió burlándose de mí. 




—Pobre Naruto enamorado—. Dijo. —Apuesto a que lo guardar lo más cerca de tu corazón—. Ya tenía suficiente de ella, no pensaba soportarla más, logre tomarla de los brazos, forcejeamos hasta caer al suelo y aun así seguimos forcejeando 




Llego un momento en el que Karin tomo la vela que yacía en el peinador y cada vez que me acercaba a ella, amenazaba con quemar el pañuelo, no me rendir ante sus amenazas, así que simplemente y sin dudarlo, la tome de los brazos ella trato de apartarme, pero solo consigue que la vela saliera volando a algún lugar de la habitación, finalmente en una distracción logre quitarle mi tesoro pretendía regresar a mi habitación, pero cuando entre, la vela había comenzado a encender la alfombra, retrocedí por el calor chocando con una sorprendida Karin. 




Yo sin dudarlo me adentre en la habitación para tratar de apagar el fuego. —¡Lady Tsunade!—. Grite pidiendo ayuda, Karin en ningún momento se movió, por suerte mis gritos funcionaron, porque a los segundos tenia a la rubia a un lado mio, tratando de apagar el fuego. 




—¡Sakura, Shizune traigan agua!—. Grito la rubia. —Karin, maldita sea ¡Reacciona!—. Pero la pelirroja solo se dio media vuelta empujando a Sakura en el proceso. 




Logramos apagar el fuego sin tener muchos daños, la habitación que era de Karin, había pasado a ser mia y Karin... bueno, Lady Tsunade ya no tenía por qué tolerarla más, la vimos marchar muy temprano en la mañana, aun con el maltratado kimono de la noche anterior 




Y no pude evitar pensar en que por un momento la envidiaba, la envidiaba porque ella pudo entregarse al hombre que amo, la envidiaba porque ella ahora era libre de hacer su vida, un por momento desee ser ella. 




Pero con su partida, llegaron otros monstros a estremecer nuestras vidas. 




De un día para otro, las fuerzas militares comenzaron a llegar a Hanamachi, pidiendo que desalojáramos las casas, pidiendo que solo lleváramos lo esencial puesto que nos llevarían a una residencia temporal. 




Deidara-nii me dijo que la guerra en los países europeos había empeorado y que había llegados hasta países asiáticos, nuestros soldado había comenzado a irse al campo de batalla y temí, temí por nuestras vidas 




Estábamos a punto de ser abordados en uno de los trasportes, cuando dimos con una mata de cabellos azabaches, el corazón se me detuvo por unos momentos. 




—Baku-san, Kyubi-san—. El señor Uchiha nos había encontrado. 




—Sasuke-sama—. Dijo mi Oni-san. —Dicen que nos están evacuando, pero no nos dicen a donde nos llevan—. El moreno asintió. 




—Los llevaran a Osaka, pero no es la mejor opcion ahora—. Dijo preocupado. —Tomen sus maletas y síganme—. Ambos le obedecimos sin replica. —La ciudad de Osaka es ahora un blanco ponencia, no dudaran en atacarlo si es preciso, los llevare a un lugar seguro—. Uchiha-sama nos acercó a una jinrikisha y en ella subió a Deidara-nii. —Baku-san él te llevará a Sapporo, servirás como enfermera a un amigo mío, él te dará refugio—. Mi Oni-san le miro sorprendido. 




—Kyubi ¿Él no viene conmigo?—. Deidara-nii me tomo de la mano y yo me aferre a él. —Creo que sería lo más conveniente—. Dijo el rubio, pero Uchiha-sama negó. 




—No te preocupes, Baku-san—. Le dijo. —Kyubi estaba bien, por favor has lo que pido—. Y sin mas tuve que ver partir a mi Oni-san, apenas y pude despedirme de él cuando ya era jalado por el moreno. —Kyubi, tu iras al sur, tengo un amigo, fabrica kimonos, él me dijo que te dará trabajo, estarás seguro con él—. Me dijo montándome en otro jinkirisha. 




—¿Y tú a donde iras?—. La preocupación me impidió hablar con propiedad, eso le hizo sonreir. 




—Volveré a Osaka—. Dijo, yo abrí los ojos con sorpresa. 




—¿Que?—. Pregunte incrédulo. —Pero dijiste que Osaka era un blanco en potencia—. El me sonrió. 




—Nuestra empresa está ahí, no puedo dejar a Gaara cargar con toda esa mierda—. Me sonroje ante el nuevo vocabulario de Uchiha-sama —Lo siento—. Dijo mientras acariciaba mi mejilla. —Estarás bien Kyubi, prometo buscarte cuando todo esto termine—. Esas fueron las últimas palabras que escuche de él en largo tiempo.  




Yo solo pude mirar atrás, esperando perderlo de vista para poder llorar sin remordimiento. 




Pasaron los días, los meses y los años, yo seguía sin noticias que no fueran de muerte, destrucción y deshonor, llegué a perder toda esperanza de que Uchiha-sama me viniera a buscar, pensé que estaría muerto. 




—Kyubi—. Escuche el llamado de Konohamaru. —Un hombre de Osaka ha venido a buscarte—. Y entonces mi esperanza renació. 

Notas finales:

¡Gracias por sus RW! con ellos me ayudan a continuar :D


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