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Necesito verte. por Diario de un chico Bisexual

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Notas del capitulo:

Segundo capítulo.

Espero que les guste. Sin más, comencemos...

Lo miró por breves segundos. Sintió como su corazón le latía a una velocidad impresionante e inevitablemente, intentó cerrar la puerta sin decir ninguna palabra. La persona que más odiaba en el mundo estaba frente a él, pidiéndole conversar como si fueran dos viejos amigos que no se habían visto en años.

-¡Espera...!-Suplicó el más alto de los dos, mientras interponía un su brazo para evitar que la puerta se cerrase por completo.-Derek, por favor permíteme explicarte...

-¡No quiero hablar contigo! ¡Te odio por todo lo que me hiciste!-Cedió en su esfuerzo, volviendo a abrir la puerta para verlo una vez más.- ¡Nunca te disculpaste y me hiciste infeliz!

Sus ojos se llenaron de lágrimas de dolor e ira. Apretaba los dientes en un intento de no permitirle a sus ojos derramar ninguna lágrima; ya había sufrido demasiado por ese chico y no estaba dispuesto a volverlo a hacer.

-Lo sé. Es por eso que estoy aquí. Lamento mucho todo lo que te hice y jamás podré disculparme lo suficiente pero...

-¡No me importan tus disculpas...!-Gritó.-Es demasiado tarde cómo para arreglar algo. Han pasado 7 años desde entonces, ¿y crees que ahora hará alguna diferencia? ¡Eres un maldito idiota!

-En verdad lo siento...-Reiteró la disculpa.-Pero hasta ahora fue cuando tuve la oportunidad de intentar hacer las paces contigo y tienes razón, ahora mismo es demasiado tarde...-Sonrió con melancolía.-Hace mucho frío, ¿crees que me podrías dejar pasar, por lo menos un momento?

Miró al de los ojos azules con incredulidad, ¿en verdad esperaba que con un simple lo siento iba a olvidar todo por lo que había tenido que pasar en secundaria?

-Por supuesto que no, no puedes pasar a mi casa y es más, deberías largarte ahora mismo. Te odio, a ti y a todos tus amigos... jamás podría perdonarte, ¡jamás...!

No pudo contener más el llanto. Cubrió su rostro con su antebrazo, escondiéndose de quien fuera su agresor, pero en lugar de recibir una burla como en su época de instituto, Steven lo miró con tristeza y pena; cómo si el mismo sintiera el dolor de Derek.

-¿Sabes…?-Dudó, llamando la atención de Steven.- ¿Tienes acaso la más mínima idea de lo que sufrí…? Todos los problemas que me provocaste mientras estudiaba en la misma escuela que tú no fue a lo único que me tuve que enfrentar. Perdí la confianza, no podía mantener relaciones con ninguna persona por miedo a que me volvieran a lastimar; inconscientemente alejaba a toda aquella persona que se quisiera acercar a mí, creyendo que volvería a sufrir de tus acosos. Tuve que tomar terapia por un año y empecé a salir adelante; jamás necesité de tus disculpas porque no me iban a ayudar con mi problema. El daño ya estaba hecho.-Rio.-No todo fue malo, mi madre se volvió a embarazar y ahora tengo un hermano de 5 años y comencé a hacer nuevos amigos, conocí a alguien que lleva siendo mi pareja desde la preparatoria, su nombre es Timothy y sí, es un chico.-Sonrió con un poco de esfuerzo, no sabía por qué pero le había contado todo eso sin ninguna clase de razón aparente.

-Me alegro…-Fue interrumpido.

-Cómo puedes ver, Steven, nunca necesité que volvieras a buscarme así que ya ir…-Repitió el intento de cerrar la puerta, pero fue detenido, otra vez.

-No me puedo ir hasta saber que me has disculpado.

Lo miró, indignado…

-¿Qué quieres decir con eso?

-Vine a Nueva York con la única intención de que me perdonarás, hay una razón importante por la que necesito que tú y yo terminemos en buenas condiciones y no puedo irme hasta saber que lo hemos arreglado.

Derek rio, sintiendo que no tenía nada mejor que hacer. Sostenía la puerta por ira.

-Déjame ver lo entiendo, Steven: viajaste desde Pennsylvania, y conseguiste mi dirección de no sé dónde para permitirte dormir tranquilamente por las coches…-Al no recibir respuesta, volvió a reír dándose cuenta que probablemente ni siquiera estaba siendo sincero.- Por un momento te creí, pero veo que sigues siendo el mismo idiota de siempre… adiós.

-Si quieres te puedo explicar cómo te encontré en ésta ciudad tan grande.-Puso su mano sobre la puerta de madera, evitando cualquier movimiento por parte de Derek.

-No me importa…

-Sólo quiero hablar…

-¡Ya te dije que no quiero…!

-Por favor…

-¡No! Te detesto, y a ti en verdad no te importa si te perdono o no. ¡Eres un hipócrita!

-No lo soy. Estoy siendo sincero…

-Sí, claro…-exclamó con sarcasmo.- ¡Y yo te voy a creer!

Forcejearon por unos segundos más hasta que Steven volvió a hablar…

-No sé qué es lo que estás cocinando, pero creo que se está quemando.

Derek redirigió su mirada a la cocina, de dónde provenía un humo negro y un olor a quemado.

-¡Maldición…!-Se alejó de la puerta, corriendo lo más rápido que podía en dirección al siniestro.

Por suerte para el joven estudiante, lo único que salió quemado fue la hoya en la que cocinaba su carne molida, y por supuesto la misma carne, que ahora era poco menos que un despojo chamuscado.

Suspiró con fastidio.

-También lamento haberte arruinado la cena. Si no te molesta, puedo preparar algo para los dos ya que siéndote sincero, tengo un poco de hambre.-Dijo Steven, quien ya estaba adentro de la residencia.

-¿Quién te invitó a pasar? ¡Lárgate ahora mismo!-Lo empujó, intentando guiar a su visitante a la puerta.

-Está bien, está bien…-Se separaron.-Me iré, pero necesito usar tu teléfono primero… ¿Puedo?

-Si después de eso te largas, está bien. El teléfono está en mi habitación, es la primera puerta de la derecha…

Steven agradeció y se dirigió directamente al lugar señalado, mientras que Derek se volvió sobre sus pasos a la cocina, intentando hacer una evaluación de los daños.

Tras unos minutos de análisis, llegó a la conclusión más obvia: la hoya no podría ser usada de nuevo, lo mejor sería tirarla.

-Ya está… mi vehículo llegará en breve.

-Espéralo afuera.

-Hace frío, y aún tengo algo que decirte…

-No me importa si te congelas, y tampoco quiero escucharte más. Sólo vete, ahora.

-Toma…-Dijo Steven, mientras extendía su mano y le entregaba un sobre.-espero te sirva.

-¿Qué es esto?

-$5000.00 dólares, los estuve ahorrando para, ya sabes, tu diente…

Miró el sobre y sintió un enorme desprecio en contra de aquel chico.

-¡No quiero tu dinero!-Gritó mientras le lanzaba el sobre directo a la cara…-Estoy bien tal y como me encuentro, no necesito tu compasión.

El silencio se apoderó del lugar.

-Toda mi vida…-afirmó.- creí que si te volvía a ver sería diferente. Ahora que ya no era más ese chico del que abusabas, pensé que ahora podría defenderme y jamás te volverías a aprovechar de mí. Durante año siempre deseé que nos volviéramos a encontrar para así poder desquitarme: golpearte, humillarte, hacerte sufrir una mínima parte de lo que tú me hiciste pero ahora que te tengo frente a mí, lo único que quiero es no volverte a ver jamás. Viniste aquí para disculparte, ¿no? Pero yo no puedo perdonarte…-una lágrima volvió a rodar por su mejilla, pero ésta vez no hizo el más mínimo esfuerzo por ocultarla.

-Si me golpeas, ¿cambiará algo?-Preguntó.

-¿Qué…?

-Sí me golpeas y eso te hace mejor, puedes hacerlo. Es más, te lo pido: golpéame. No me defenderé, ni te guardaré ninguna clase de rencor, si eso me garantiza tu perdón entonces hazlo.-Le regaló una sonrisa cálida, demostrando que lo que decía era sincero.

Lo pensó por unos instantes, y en su interior estaba deseoso de hacerlo: devolverle un poco de sufrimiento. Se convenció que eso era lo que quería.

Soltó un puñetazo, directamente en la cara de Steven. Un poco de sangre comenzó a salir por su nariz y la cara caucásica del más alto se comenzó a tornar de un color rojo, producto del golpe.

-¿Estás mejor?-Preguntó con tranquilidad.

Derek respiraba con dificultad. Sintió cómo la adrenalina recorría su cuerpo y estaba realmente emocionado. Sólo en sueños había golpeado a Steven; sólo en sus fantasías había cobrado venganza pero ese sentimiento de catarsis simplemente duró unos pocos segundos, y ahora era un sentimiento de vacío y remordimiento lo que invadía su cuerpo.

-No… esto no era lo que quería. ¡No estoy mejor! ¿Qué es lo quiero…?-La desesperación también se apoderó de él.

-Ya veo… lamento no haberte dado lo que necesitabas, pero mi tiempo se acaba y es hora irme pero quiero que sepas que en verdad… lo siento mucho y jamás podré disculparme lo suficiente. Por cierto, también perdóname por lo de tu puerta.

-¿Qué le hiciste a mi puerta…?

-¿Yo? Nada, pero lo que va a ocurrir también es mi culpa…-Levantó las manos, poniéndola detrás de la nuca.

La puerta cedió ante la patada de un oficial de policía, que instantáneamente apuntó en contra de los dos jóvenes. Derek imitó la acción de Steven, levantando las manos. Entró un pequeño grupo de oficiales de policía, armados y con chalecos anti balas.

-Soy a quien buscan, él no tiene nada que ver con esto…-Aclaró Steven.

-¿Qué mierda hiciste…?

-Te dije que tenía poco tiempo. Soy Steven Rivers, el criminal buscado en Pennsylvania y quiero que se me extradite allá…-Los oficiales le pusieron unas esposas, y se lo llevaron, no sin antes intercambiar nuevamente unas cuantas palabras con Derek…-Espero que puedas perdonarme…

Volvió a sonreír, mientras se lo llevaban, ante la estupefacción en la cara del joven del diente roto.

Notas finales:

*Última actualización: 17 de Septiembre*

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