Nada en todo el mundo pudo preparar a Jacob para lo que estaba a punto de presenciar, ni sus mas retorcidas y asquerosas pesadillas.
Había escuchado un aullido ajeno a cualquiera que algún metamorfo pudiera emitir, corría en cuatro patas mientras todos los pensamientos de los demás lobos surcaban su mente.
¿Qué había sido eso? ¿Una nueva manada? ¿Algún animal? ¿Por qué habían aromas tan diversos? ¿Estarían siendo atacados?
Todos los lobos habían abandonado su tarea de buscar a los vampiros transgresores que habían estado merodeando el territorio y que seguían despistándolos y confundiéndolos.
A ese grado de importancia había llegado el problema.
Un aullido así jamás se había escuchado en territorio Quileute.
Jacob era el más cercano al lugar de donde había provenido el sonido y para su desgracia reconocía algunos aromas entre la mezcla que había.
Corrió más rápido y sus ojos se abrieron al ver una tétrica escena llena de sangre.
Christopher yacía sobre el suelo cubierto de pies a cabeza en el liquido carmesí, su cuerpo se convulsionaba de forma errática y violenta, sus ojos estaban cerrados, su ropa hecha tirones y se encontraba justo en medio de un charco de sangre que llegaba hasta sus patas. Charlie yacía dentro de la patrulla volcada inconsciente y podía respirar el aroma a vampiro, uno que no había percibido antes y muy ajeno a los que percibía cuando estaba cerca de los Cullen.
Pero de todo eso lo más extraño era un cuerpo más en la escena, desnudo con un liquido negro saliendo de su boca.
No pudo reconocerlo pero un grito lo sacó de su letargo y de sus pensamientos que eran pasados a los demás lobos y lo trajo a la realidad.
Christopher estaba ahí y por un segundo lo había hecho a un lado.
En ese momento se sintió la mierda más grande del mundo al haberlo tratado tan mal días antes, aunque hubiera sido por su propio bien; por alejarse cuando sabía que significaba mucho para él y porque habría dejado que se marchara sin decir adiós. Ahora lo miraba en esa forma y no sabía que pasaba con él, temía lo peor. Temía que lo hubiera mordido un chupasangre y lo hubiera dejado ahí para convertirse.
Pero ¿Por qué?
¿Qué vampiro habría sido tan descuidado para dejar a Charlie vivo y a un recién convertido así en el bosque?
¿Quién o qué era el sujeto desnudo junto a Christopher?
¿Por qué lo querrían convertir?
Un grito más y se acercó hasta él dejando su forma lobuna sin importarle estar desnudo junto al chico.
Lo tomó en sus brazos manchándose de sangre sintiendo como su cuerpo se retorcía de dolor y sus ojos se mantenían esta vez abiertos estáticos hacia la luna. Lo miró rápidamente de pies a cabeza y pudo notar las marcas en sus brazos y la herida por donde brotaba tanta sangre en su estomago. Se acercó un poco a él escuchando su corazón latir demasiado rápido, aún para haber perdido tanta sangre, y lo olfateó encontrando un aroma extraño que era similar al que antes desprendía, pero ésta vez había algo nuevo que no podía describir, algo dulce y atrayente, extraño para estarse convirtiendo en vampiro. Ya le habían contado sobre la transformación y tenía miedo que no lo fuera a soportar, pero sobre todo tenía miedo de que sobreviviera y se convirtiera en una sanguijuela.
—Ja…Jake —Se escuchó un gemido entrecortado por el ardor y el dolor y la destrucción. Su atención se posó sobre su rostro.
—Chris…lo sé lo sé lo sé, sé que duele pero por favor tienes que soportar. Te mordió un vampiro y te estás convirtiendo— los ojos de Christopher se abrieron un poco pero nuevamente se entrecerraron debido al dolor, aunque de haber podido seguramente se habrían desorbitado al escuchar eso.
Vampiro.
¿Serían ciertas las leyendas y se convertiría en un ser de la noche, fotosensible, sin reflejo, sediento de sangre e inmortal?
—Por favor Chris, no te vuelvas un chupasangre, cualquier cosa menos eso.
¿Cualquier cosa menos eso? ¿Prefería verlo muerto?
Sentía cada parte de su cuerpo en completa agonía, sentía que no resistiría el dolor y sentía como su espalda se empapaba con la tibieza de su sangre aún goteando de las heridas.
¿Por qué no moría? ¿Jacob decía la verdad?
Extrañamente escuchaba el latir de su corazón y el de Jake. Quizá era la adrenalina que agudizaba sus sentidos, como fuera, era demasiado y su cuerpo se sentía muy débil.
Soltó un grito más y se contorsionó haciendo que Jacob no pudiera sujetarlo bien y cayó contra el suelo violentamente soltando más gritos y gemidos. Jacob intentó tomarlo nuevamente en brazos pero una mano de Christopher lo detuvo posándose sobre la piel de su pecho. Estaba agitado y se quejaba incontrolablemente, su frente se humedecía y sus dientes rechinaban. Lo miró un segundo entendiendo que no llegarían a tiempo y aunque así fuera, quizá no habría forma de extraer el veneno.
Después de todo ese tiempo, al fin veía lo extraños y bellos que eran sus ojos, uno azul y uno verde, que contrastando con sus piel húmeda verdaderamente hacía que se viera hermoso.
Christopher colocó su mano en la nuca de Jacob con mucho trabajo debido a los violentos espasmos y lo atrajo hacia sí débilmente. Sólo quería al menos una vez besarlo, aunque fuera un beso de despedida.
Jake entendió y aceptó sintiendo la mano ensangrentada y temblorosa en su nuca observando y analizando la forma tan familiar como lo veía. Estaba seguro que él mismo veía de esa forma a Bella y si pudiera hacer una cosa antes de morir sería sentir sus labios aunque fuera una vez.
Se agachó hasta quedar frente a frente, lo miró unos segundos más y dejó de lado toda duda uniendo sus labios.
Lo besaba lenta y dulcemente sintiendo su piel arder aún bajo la suya que ya de por sí era más cálida que la humana, dejó de parecerle ajeno y dejó de sentirse incorrecto. Cerró sus ojos y frunció un poco el ceño ante la idea de que dejaría de ser humano ahí en sus brazos.
Christopher pudo sentir un sabor extraño en sus labios, un aroma familiar y levantó una mano hasta su boca lamiendo su propia sangre.
Repentinamente su agarre se volvió más duro y más fuerte sobre la nuca de Jacob, tanto que casi le cuesta despegarse de él. Lo miró a los ojos y notó como ya no eran de diferentes colores y en su lugar un tono carmesí se había apoderado de ellos. Intentó alejarse inmediatamente pero nuevamente fue atraído hacia él y sus labios se volvieron a unir.
Era más intenso y apasionado y con mucha necesidad. Sintió su lengua recorrer su labio inferior y sus afilados dientes morderlo.
Inmediatamente se alejó empujando el suelo dejando sus brazos a los costados de su cabeza.
Su transformación era más rápida de lo que había imaginado y escuchado.
La sangre comenzó a brotar de su labio y a salpicar en el rostro a Christopher. Se relamió los labios aún temblando por la transformación y su expresión ya no era de dolor, está vez era una más escalofriante y mucho menos inocente.
Jacob intentó ponerse de pie y sólo pudo sentir una mordida en su clavícula y una indescriptible sensación de quemadura proveniente de donde estaba prensado.
Sintió una punzada.
Por su mente rápidamente pasó la idea de que tal vez si se transformaba su cuerpo enorme sobrepasaría la cantidad de veneno que quizá le pudo haber inyectado con esa mordida, quizá y sólo quizá al transformarse podría eliminarlo de su organismo.
Comenzó a transformarse mientras intentaba quitarse a Christopher de encima hasta que abandonó su forma humana. Lo empujó con toda su fuerza y el chico voló hasta estrellarse contra un árbol. Jacob sentía un extraño ardor esparcirse por su cuerpo pero había dejado de ser tan intenso después de unos segundos. Sacudió un poco la cabeza y repentinamente un fuerte grito llamó nuevamente su atención.
Christopher se movía violentamente en el suelo retorciéndose y vibrando a excesiva velocidad, gruñía y gemía y se contorsionaba. Caminó un poco hacia él y miro sus ojos cerrados y como su rostro regresaba a sus facciones humanas como antes.
—¡Jacob! ¡Mátame! —Pedía Christopher con los ojos cerrados. —¡MÁTAME! —Gritó una vez más y repentinamente su cuerpo dejó de sacudirse.
Jacob aulló lo más fuerte que pudo y en su cabeza las voces de los demás no paraban, temían que el chico terminara de convertirse en vampiro y temían que el veneno le hiciera demasiado daño a Jacob antes de que pudieran llegar a ayudarlo.
Jacob se transformó nuevamente en humano sintiendo aún dolor en la herida. Se llevó una mano al lugar y se dio cuenta que su sanación era muy lenta. Repentinamente se sintió mal y comenzó a salivar y a vomitar una sustancia entre negra y roja que le quemaba la lengua al salir de su boca y le causaba ardor en la herida del labio que tampoco había comenzado a sanar.
Vomitó un poco más y después, también cayó contra el suelo inconsciente.
La manada llegó encontrándose a Jacob tirado entendiendo porqué se había cortado la comunicación tan abruptamente. Inmediatamente lo tomaron y se lo llevaron a la reserva mientras otros se llevaban a Charlie. Sam tomó el cuerpo del sujeto desconocido y de igual forma comenzó a correr.
Christopher no estaba ahí.
Dos lobos se quedaron un poco más de tiempo esperando rastrear su aroma hasta encontrar su cadáver pero simplemente no había rastro de él.
Había desaparecido.
El tiempo pasaba lento y la noche se sentía más larga que nunca. Un grito y repentinamente Bella despertaba sola en medio de la noche con la respiración agitada. El teléfono sonaba y nadie iba a contestar.
Recordó que Christopher se había marchado y Charlie lo había llevado al aeropuerto, se lamentó un momento por no decirle adiós a su hermano y por ser tan estúpida.
Tomó el teléfono y lo llevó a su oreja.
—¿Hola? —Pronunció somnolienta.
—Hola, disculpa la hora. ¿Eres Isabella?
—Sí, ¿quién habla?
—Soy la madre de Christopher, ¿está por ahí? No abordó el avión y no contesta su celular y Charlie tampoco responde, estoy muy angustiada.
—¿Qué? —Fue lo único que salió de su boca e inmediatamente enfocó su mirada en el reloj, habían pasado dos horas desde que se supone el vuelo de Christopher había despegado.
—No, no están aquí, Charlie tampoco ha vuelto.
—Oh Dios… no —se escuchó como se quebraba su voz.
—Tranquila, permítame intentar contactar a Charlie y le regreso la llamada.
—Por favor —pidió acongojada.
Colgó el teléfono y se llevó una mano al cabello empujándolo hacia atrás, sentía los ojos hinchados y se sentía devastada pero ahora otro asunto merecía más su atención.
La culpa comenzaba a subir de intensidad y la preocupación venía con ella.
Llamó al celular de su padre y sonó varias veces sin respuesta. Marcó nuevamente mientras caminaba por la habitación cuando observó a través de la ventana un auto negro estacionado fuera de la casa.
Era el auto de Carlisle.
Inmediatamente bajó corriendo las escaleras sin despegarse el teléfono de la oreja, pero al ver que no había respuesta lo arrojó hacia el sofá.
Abrió la puerta y Alice apareció en la imagen.
—¡Alice! —Gritó y se arrojó a abrazarla.
—Oh Bella, qué gusto que estés a salvo.
—¿A salvo?
— Tuve una visión hace un par de días, Victoria estaba en ella y había mucha sangre, había gente muerta y tú y tu hermano estaban heridos. —Decía mientras recordaba el momento cuando vio por primera vez a Christopher llegando a Forks y cuando lo había visto tendido junto a un auto cubierto de sangre seguido de una imagen de victoria corriendo por el bosque. En su visión Bella tenía las manos manchadas de sangre y lloraba amargamente.
—No puede ser… —Su rostro se contrajo y comenzó a asustarse de verdad. —Charlie y Christopher no contestan sus teléfonos y no sé donde están.
—¿Hace cuánto no sabes nada de ellos?
—Hace un par de horas.
—Vamos, la visión que tuve no era muy lejos de aquí —Había reconocido el lugar cerca de la carretera en su visión y era muy probable que ahí estuvieran.
Bella se puso unos tenis e inmediatamente ambas salieron de la casa subiendo al auto donde se encontraba Jasper, se alegraba de verlos pero no podía expresar esa alegría pues muchas otras emociones tomaban su lugar. Bella temía, de verdad temía y no podía evitar sentirse aún peor pensando en que Victoria quizá había herido o peor aún, matado a su hermano por culpa suya.
¿La había vigilado sin que se diera cuenta? ¿Cómo sabía que era su hermano? ¿Por qué él?
El rostro de Alice se perdió en el cristal y Bella pudo notarlo.
—¿Qué es?¿Qué pasa?
—Ya no puedo verlo… ya no veo a tu hermano contigo, se ha ido.
Bella se llevó una mano a la boca y sus ojos se abrieron completamente. ¿Por qué todos los que se acercaban a ella tenían que salir heridos?
Llegaban al lugar donde Alice había tenido su visión y Bella bajó del auto mirando varias patrullas en el lugar por donde había caído el auto de Charlie, todo estaba acordonado. Inmediatamente intentó bajar mirando en la lejanía y entre la obscuridad vio el coche cuesta abajo, sintió húmedas sus manos al contacto con los arboles y miró que estaban manchadas de sangre.
—¡PÁPÁ, CHRISTOPHER! —Gritó mientras era sujetada por un oficial que podía reconocer como compañero de su padre, la alejaban de la escena para que no pudiera ver lo que abajo yacía.
—Tranquila, tranquila, no puedes pasar.
—¡MI PADRE Y MI HERMANO IBAN EN ESE CARRO! —Gritaba desesperada mientas comenzaba a llorar nuevamente caminando de un lado a otro.
—Tu padre está en el hospital…
—¿Y Christopher? ¿Dónde está Christopher?
—No encontramos a tu hermano.
Bella cayó de rodillas pensando lo peor, qué estúpida estúpida había sido.
Alice se arrodilló con ella y la tomó entre sus brazos intentando ver algo más allá en su cabeza pero simplemente no había rastro de él. Levantó la mirada hacia Jasper y él desapareció adentrándose en el bosque buscando algún indicio de su hermano.
—Los demás vienen en camino Bella, lo encontraremos.
—¿Edward también?
—No está muy lejos.
Bella sollozó un poco más mientras se aferraba a Alice.
El sonido de la maquina que marcaba los signos vitales se hacía cada vez más molesto mientras abría los ojos y comenzaba enfocar con dificultad. Miró una manta blanca cubriendo su cuerpo y un catéter entrando por su mano izquierda. Levantó la mirada y observó el rostro de Bella mirarlo con una expresión desencajada mientras lagrimas brotaban de sus ojos.
Repentinamente todo llegó a su cabeza como un arsenal de imágenes que le causaban jaqueca. Él hablando con Christopher que se miraba molesto por el estado en el que dejaba a Bella, el impacto, el coche dando vueltas y el golpe contra el volante.
—Christopher… ¿dónde está Christopher? —se incorporó mientras su rostro mostraba inmensa preocupación y una fuerte punzada en la cabeza nublaba un poco su juicio.
—Oh…papá —soltó Bella en un susurro inclinando un poco el rostro —No lo encuentran, no sabemos donde está —sus ojos desbordando lagrimas.
Charlie bajó los pies de la camilla y comenzó a quitarse los cables de su cuerpo, no entraba en su cabeza que no lo encontraran, no podía ser posible. Bella y Alice intentaban tranquilizarlo porque el golpe que había recibido en verdad había sido fuerte y los doctores decían que su cerebro estaba un poco inflamado y que lo mejor que podía hacer ahora sería descansar, pero Charlie era testarudo y su recién llegado hijo había desaparecido. Ahora que tenía una oportunidad de hacer bien las cosas no permitiría que la vida le quitara eso de las manos.
Entró el compañero de Charlie con otro sujeto y lo tomaron por los brazos obligándolo a sentarse. Alice tomó a Bella y la sacó de la habitación.
Ambas miraban cuando los oficiales hablaban con Charlie y lo intentaban calmar hasta que uno le dijo algo que hizo que Charlie perdiera toda su fortaleza y comenzara a llorar llevando sus manos a cada costado de su cabeza.
Bella lo imitó y Alice la abrazó poniendo su rostro contra su hombro. Miró a Jasper de reojo y él entendió el mensaje.
Repentinamente Bella ya no sentía tanta desolación. Abrió los ojos gimoteando un poco y miró sobre el hombro de Alice a Edward entrar por la puerta caminando hacia ella seguido de los demás.
Todos los Cullen estaban ahí.
Alice soltó a Bella e inmediatamente otros brazos la rodearon, levantó el rostro y por un segundo dejó de sentir dolor.
Carlisle los miró y decidió dejarlos en su momento, entró a la habitación de Charlie donde una enfermera curaba la herida del catéter y le colocaba uno nuevo pidiéndole su expediente y sentándose a su lado poniendo una mano en su espalda.
El consejo de ancianos se había reunido para cuando los lobos llegaron. Examinaron a Jacob y después de tratar las heridas lo dejaron descansar en la comodidad de su casa. Los ancianos le pidieron a la manada que se retirara mientras revisaban el cuerpo que encontraron en el bosque, temían que sus sospechas fueran confirmadas. Billy esperaba a que Jacob despertara, de verdad había tenido mucha suerte.
La mordida que recibió lucía como la de un vampiro; sin embargo, no había rastro de que el veneno hubiera actuado sobre él. Su respiración era normal y su corazón latía como usualmente lo hacía a excepción de que su sanación estaba demorando más de lo que normalmente tardaba y Jacob aún dormía. Lo peor había pasado pero Billy sabía que ese ataque no había sido poca cosa y mucho menos después de examinar el cadáver que encontraron.
Sam se acercó a él debido a que toda la manda estaba ansiosa, nerviosa y expectante. Los demás ancianos aún hablaban entre ellos y necesitaban escuchar respuestas.
—¿Qué significa esto Billy? ¿Es verdad lo que dijo el viejo Quil?
—Es verdad.
—Jamás habíamos visto por este territorio a un hijo de la luna, ¿crees que estemos en problemas?
—Un hijo de la luna muerto no es cualquier cosa, algo muy poderoso debió asesinarlo. No tiene heridas, ni ningún tipo de laceración. Fue algo diferente lo que lo llevó a la muerte. Ningún vampiro solo pudo hacer esto y menos sin atacarlo.
—¿Qué crees que haya sido?
—No lo sé —Billy verdaderamente se veía preocupado. El aroma del hijo de la luna estaba mezclado con el aroma a vampiro, pero no había marcas de pelea. Algo verdaderamente sin precedentes estaba sucediendo y tenían que prepararse para cualquier cosa que pudiera pasar. —Tenemos que encontrar a ese muchacho.
—¿Qué? ¿De verdad crees que tenga algo que ver el hijo de Charlie?
—Si está vivo, lo sabremos, tenemos que estar alertas. Ya no estamos seguros.
Los hombros se Sam se tensaron y comenzó a correr convirtiéndose en lobo pasando la información.
—No se separen, ahora más que nunca necesitan estar juntos —dijo Billy mirando como Sam asentía con la cabeza y continuaba corriendo hacia el bosque.
Tenían que encontrar a Christopher o a alguno de los vampiros dueños de esos aromas que se esparcían por todo Forks.
Billy cerró la puerta de la casa y giró en su silla de ruedas topándose con un Jacob recién levantado, se tallaba un poco los ojos y soltaba un bostezo.
—Ah… —exhaló soltando una sonrisa —Es un alivio que estés bien.
Jacob no recordaba en que momento había llegado a casa y se sentía un poco desorientado, parpadeó un poco limpiando su vista y miró a su papá sonriéndole. Repentinamente notó que no tenía playera y que una venda cubría su pecho pasando por su hombro. Se llevó una mano al lugar sintiendo una punzada y con el dolor regresaron todos sus recuerdos.
“!JACOB MÁTAME!”
Retumbó en su cabeza y sintió nauseas. La sangre, el dolor, el sufrimiento y el terror.
El beso y la mordida.
—¿Christopher?... —jaló una silla y frunció un poco el ceño llevándose una mano a la cabeza y la otra a la herida dando un ligero masaje poniendo en orden sus pensamientos. Instantáneamente recordó sus heridas y el charco de sangre y como se convertía en vampiro. —¡¿DÓNDE ESTÁ?! —Se puso de pié nuevamente y comenzó a buscar por la casa en un intento desesperado de encontrarlo.
—Jacob, tranquilízate. No está aquí, no sabemos donde está.
—Aún estaba con vida antes de que perdiera el conocimiento, ¿quién me trajo aquí?
—Sam y los chicos, no encontraron a Christopher, sólo estabas tú y…
—El otro sujeto, no era un vampiro y tampoco era humano, ¿qué era eso? —interrumpió.
—Era un hijo de la luna.
Jacob abrió los ojos y en su cabeza comenzó a hacer hipótesis de lo que pudo haber pasado pero simplemente nada tenía sentido.
—¿Dónde están los demás?
—Fueron a buscarlo. Necesito que me digas que sucedió, Jacob.
Recordaba e intentaba darle una continuidad a sus pensamientos que se arremolinaban y le exigían atención. Quería ir a buscarlo también y quería saber por qué había olfateado vampiros en ese momento y porqué un hijo de la luna estaba muerto. Quería saber por qué perdió la conciencia, por qué Christopher se estaba convirtiendo tan rápidamente y quería saber qué mierda había sucedido con él.
—¿Jacob? —la voz de su padre lo sacó de sus pensamientos.
—Seguía el rastro de un vampiro cuando escuché un aullido, llegué hasta el camino y habían más olores, todos diferentes, jamás los había sentido. Reconocí el aroma de Charlie y el de Christopher y me acerqué. El auto estaba volcado y Charlie estaba inconsciente, el cuerpo de ese sujeto estaba ahí tirado y Christopher estaba cerca de él muy mal herido, tenía mordidas en los brazos, arañazos en el cuerpo y un hoyo en el estomago, había demasiada sangre, no entiendo como su corazón podía seguir latiendo. Se estaba transformando pero era demasiado rápido, intenté traerlo para tratar de sacar el veneno o yo que sé, lo que fuera para que no se convirtiera, pero me mordió y lo siguiente que recuerdo es despertar aquí— inmediatamente se llevo una mano al labio notando como ya tenía una costra formada y sus pensamientos se posaron en aquel beso antes de que fuera mordido.
Billy abrió los ojos ante la sorpresa, en su cabeza habían dos opciones, o había sido atacado por vampiros o por el hombre lobo y en cualquiera de las dos Christopher ya no era humano.
—¡¿Cómo eran las mordidas?! —preguntó Billy levantando la voz.
—Estoy seguro que eran de vampiro.
—¿Y las demás heridas?
—Eran muy grandes —miró su mano y recordó que eran mucho más grandes que su palma extendida. —No sé si fueron hechas con garras o con dientes.
Jamás había escuchado algo así, ¿por qué lo atacarían dos especies enemigas? Debía tener muy mala suerte para haber estado en el lugar y el momento incorrectos, aunque… quizá había sido provocado. Recordó que mencionó el coche de Charlie volcado.
Jake pudo mirar en el rostro de su padre algo que hace mucho tiempo no veía. Miedo.
—¿Qué es papá?
—Si Christopher sobrevivió, ya no es humano, Jacob.
Jake inmediatamente comenzó a caminar y se dispuso a salir de la casa para buscarlo. Billy le gritaba que no saliera que era muy peligroso y que tenía que descansar porque aún estaba malherido pero Jacob no escuchó. Corrió y se convirtió en lobo conectándose con los demás para hacerles saber que DEBÍAN encontrarlo vivo o muerto. Él esperaba que de alguna forma estuviera vivo, pero si era un chupasangre, lo mejor sería que no hubiera sobrevivido.