Kyoto - Japón 28-12-20xx
Cross sabía que Zero estaba algo abstraído en sus pensamientos, lo notaba menos arisco pero eso no quiere decir que fuese más comunicativo, había un mutismo entre ellos que lo hacía sentir inquieto, Yagari apenas y le hablaba desde lo ocurrido con Rido Kuran, Cross entendía que tendría que arrastrase de lo lindo para conseguir el perdón de los tres cazadores, porque no se engañaba, Kaito también le guardaba resentimiento por el incidente.
Pero eso no le importaba, ya luego vería, cada vez que veía a Zero un nudo se hacía en su garganta y una fuerte opresión se instalaba en su pecho, se había disculpado de rodillas con Zero explicándole el porqué le había ocultado el estatus de sangre pura de Yuuki y le explico que él había hecho una promesa a Juuri Kuran de proteger a su hija, pero que en ningún momento pensó en usarlo para proteger a Yuuki, que fue coincidencia y en parte manipulaciones de Kaname que no vio a tiempo por estar tan entusiasmado por la convivencia entre las dos razas, Zero le había mirado impasible y había abandonado la oficina, el mutismo al cual era sometido por Zero desde entonces lo tenía de los nervios pero era justo, por lo que no rechisto ante el trato.
Cross condujo durante siete horas para ir a la boda de la niña que él consideraba su hija, sabía que Kaname la cuidaría y a la vez sabía que esa unión afectaba de sobremanera a Zero, pero él no entendía a ciencia cierta todas las connotaciones del asunto, era como la caja de pandora que debía permanecer oculta y cerrada, así que Cross dejo el tema y guardo silencio pues era lo mínimo que le debía al joven que había visto crecer por los últimos cinco años, las cosas se pondrían complicadas con la asociación pero esperaba ser lo suficientemente convincente como para que dejasen a Zero un tiempo más a su cuidado.
Zero le había comunicado que si iría a la boda, pero el joven cazador se había marchado el día anterior en su moto sin decir nada, no sabía si Zero realmente asistiría, y no lo culparía de no asistir, aun guardaba un leve resentimiento hacia el sangre pura por usar a su hijo, -suspiro cansado,- aparco el carro como pudo, había una cantidad de autos exorbitantes por el lugar, la mansión kuran resplandecía por todo lo alto, se veía imponente con sus tres niveles, pilares de mármol tallado con bellas flores y una escalera de ambos lados, que permitían el paso hacia la resección del lugar, Cross vestía un esmoquin negro con camisa blanca y corbatín azul cielo, el seria quien entregaría a la novia, se sentía desfallecer de felicidad al ser el quien entregase a su amada bebita en el altar, aunque tenía un sinsabor de boca por cómo se estaban dando las cosas de manera tan apresurada.
Subió los escalones y un mayordomo le indicó donde encontrar a la novia, aún faltaban dos horas para el gran momento y él quería pasar un rato ameno con Yuuki ante de que diera el gran paso de unir su vida con Kaname como marido y mujer.
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Yuuki veía su reflejo en el espejo, el vestido era hermoso tenía un corte princesa con un corpiño en forma de corazón la falda era de tul que caía suave y abultado dándole un aire inocente y delicado, su cabello estaba recogido en un moño a un lado que llevaba un entresijo de cuentas (perlitas) y lazos de un blanco inmaculado que representaba la pureza de su cuerpo, su maquillaje fue sencillo a pedido suyo, solo rubor en las mejilla y un suave rosa en los labios, ella sabía que se veía hermosa pero aun así no se sentía feliz- suspiro viendo la desdicha que se reflejaba en su rostro en el espejo- escucho a alguien tocar la puerta y dio permiso de entrar, casi se le va el alma al suelo al ver a Zero frente a ella.
Zero vestía un esmoquin blanco con una camisa de un lila claro llevaba la corbata blanca a juego, Zero la vio con intensidad y ella tembló levemente, el peliplata entro y cerró la puerta- Yuuki - dijo con voz cargada de emociones indescifrables- ¿eres feliz?- pregunto suavemente mientras se acercaba a ella, la pelicaoba quiso mentirle, decirle que era feliz, mas no pudo, sabía que podría ser feliz a futuro, pero no en ese preciso momento.
Yo…- la palabras no le salían y las lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas, Zero acuno con dulzura su rostro y la miro fijamente con sus ojos amatista, como buscando algo en lo más profundo de su ser, Yuuki lo permitió, necesitaba que el entendiera, que supiera que nunca fue su intención herirles ni sepárales, aunque no se lo dijese con palabras sentía que el la entendería.
Tonta- dijo con un pequeña sonrisa- sabes Yuuki… te odie cuando supe que eras una sangre pura ya que me sentí traicionado- declaro acariciando la mejilla por donde bajaban sendos ríos de lágrimas- juré que la próxima vez que nos encontrásemos te mataría- dijo con humor- eso nunca ocurrió, aunque aún resiento el que seas una sanguijuela, aun así… fuiste como una hermana- la sorprendió por lo dicho- una molesta hermana- aclaro, y Yuuki rio quedito- ¿Yuuki…eres feliz?- volvió a preguntar, ella negó con la cabeza y el la vio con ternura entendiendo que no era solo Kaname quien no podía elegir, sino, que a ella también le habían arrancado sus alas de libertad.
Soltó un hondo suspiro y miro la habitación, poso sus ojos en un sofá pegado a la pared y se encamino agarrado de la mano con ella, para sentarse un momento- no creo que sea el indicado y menos con mi odio hacia las sanguijuela- espeto serio, más se rio sin humor poco después, Yuuki permanecía en silencio sentía que de hablar la burbuja explotaría y Zero regresaría ser el de siempre, frio y distante- ¡Lucha! -le ordeno de frente, haciendo un agarre suave sobre sus finos hombros para enfrentar miradas. la pelicaoba abrió los ojos exaltada- pelea ante el consejo por lo que deseas, lucha por permanecer con vida y sobre todo pelea por el futuro de vuestros hijos, -le acaricio con suavidad el rostro transmitiéndole calma- Yuuki, no solo te vas a casar, sino que serás lanzada a las aves de rapiña que habitan en un mundo elitista del cual fuiste apartada, habrá momento en los que querrás llorar, habrá muchos tragos amargo en el futuro, decepciones al tener las manos atadas por el consejo vampiro, y sé que pasara porqué ellos desean manipularte a su antojo para ganar poder, no desfallezcas no les des tregua, lucha y pelea con garras y dientes. No solo por ti, sino por el futuro de aquellos que han de nacer de su unión -Yuuki se rompió y lloro amargamente abrazada al pecho de Zero quien prodigaba suaves caricias en su cabello con cuidado de no dañar el peinado.
Zero yo… no sé si tengo lo necesario- confeso.
No se trata de tener lo necesario sino de lo que estas dispuesta a sacrificar para lograr tus objetivos, deberás parecer ante todos un tempano de hielo, imperturbable e inalcanzable, no puedes hacer caso de ningún rumor en torno a Kuran, y debes tener la entereza necesaria para mantenerte a su lado mientras él gana el suficiente poder, se supone que él es el rey de los vampiros–le sonrió con suavidad.
<si es un rey -concordó- pero es un rey encadenado que tratara de quitarse las cadenas una a una y tú ahora serás su pilar, la roca inamovible en su vida, a pesar de que todo se valla al carajo tú debes permanecer a su lado en todo momento, no importa si sientes que no tienes lo necesario, lo importante es que cuando ese momento llegue hagas lo que debes hacer, plántate de manera terca a su lado.
No fuiste tú quien me dijo que la terquedad era uno de mis mayores defectos- le bromeo con un nudo naciendo en su garganta, las lagrima ya casi cesaban.
Zero rio alegre, algo que agrado demasiado a la pelicaoba- sabes Yuuki, te daré algo que no creo pueda dar a nadie más- saco una pequeña cajita del bolsillo de su pantalón, parecía una cajita de anillo pero dudaba que Zero le diera tal cosa- este collar era de mi madre, lo he tenido durante mucho tiempo se supone que se lo daría a la mujer que se convertiría en mi esposa pero… eso ya no será- dijo melancólico.
Zero… yo…- poso unos de sus dedos sobre la boca ajena, acallándola.
Yuuki solo calla -ordeno, retirando su dedos de la boca de la fémina, saco un fino collar de platino con un dije en forma de rosa con un pequeño y hermoso diamante rosa pálido en el centro, era una bella pieza de joyería, la pelicaoba miro el collar con fascinación, Zero deposito el presente en las manos de la joven que reacciono y le dio la espalda coloco el collar en posición en su cuello y Zero entendió que quería que abrochara el collar, un momento después Yuuki llevaba en su cuello orgullosamente su presente, era una reliquia de la familia Kiryuu aunque Yuuki lo ignoraba.
Zero es hermoso- susurro suave- lo cuidare- aseguro acariciando el dije en forma de rosa- yo tal vez no soy lo suficientemente fuerte en este momento pero…- se mordió el labio- no me rediré y luchar por kaname-onisama y por mí, me convertiré en su pilar y estaré a su lado así que tu…
No lo digas- le dio una sonrisa cansada- sé que escuchaste - le dijo con aire meditabundo- Kuran estaba demasiado perturbado como para notarte, pero yo soy un cazador- le dio una sonrisa apagada.
Yo…-trago grueso las lágrimas amenazando con empezar a caer nuevamente- yo le cuidare -aseguro- sé que soy quien debe ser protegida, pero te aseguro que lo cuidare, así que no debes…- unos dedos acallaron sus labios, Zero le veía con una media sonrisa.
Lo sé - declaro- no es necesario que me lo digas, pero gracias.
Zero yo… te considero mi hermano- declaro con voz rota, la lagrimas corrían por sus mejillas libremente- y siempre serás mi hermano, te quiero, eres el único hermano que he tenido, kaname-onisama ha sido más como una figura idealizada del hermano perfecto, pero contigo yo…- Zero la veía con sorpresa- pude discutir, reír , llorar, descubrir cosas, aprendí que no servía para la cocina- dijo riendo aunque las lagrima seguían cayendo- tuve un hermano que me regaño, que me puso reglas, que estuvo en desacuerdo conmigo, fuimos hermanos, verdaderamente hermanos, kaname-onisama no discutirá conmigo solo me explicara las cosas hasta que lo vea a su manera, no me regañara solo me protegerá incluso de mi propios errores, tal vez descubra cosas que me gusten con el pero… kaname-onisama es el hermano perfecto para cualquiera pero yo no quería un hermano perfecto, quería un hermano real y autentico, y tú lo fuiste- aseguro tomado firmemente las manos ajenas- gracias por ser el hermano de este desastre andante, gracias por llegar a mi vida Zero.
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Kaname escucho por completo la conversación de Yuuki y Zero, sus ojos borgoñas parecían distante y cargados de arrepentimientos, él quería ser todo lo que Yuuki necesitara aunque sonase egoísta- miro la puerta y decidió marcharse sin ser notado, esa conversación debía quedar como un secreto entre ellos dos y el no arruinaría tal despedida, ya que intuía que esa era la despedida de Zero para Yuuki- no estaba en sus planes el que su hermana se entrase de lo suyo con Zero , pero al parecer fue inevitable, él no la había notado el día anterior, saber que ella los escucho le dio un fuerte desazón y un sentimiento de culpa aun mayor al que ya cargaba.
Cuando se retiraba vio como Cross se acercaba a la habitación, la conversación ya había terminado así que no lo detuvo en su camino, él debía prepararse para poder plantar cara ante el maldito consejo vampírico que estarían como buitres al asecho en su boda, Takuma le hizo el favor de encargarse de todo personalmente, esperaba que todo marchase bien, camino a paso suave a cada paso que daba parecía que dejaba un trozo de su alma atrás, como si poco a poco fuese quebrándose para luego ser esparcido por el camino, que angustiante y desesperante sentimiento era el amor, que suplicio era amar, y aun así no podía dejar de amarle, le dolía, agonizaba del dolor y la angustia, se sentía morir y aun así debía mantener una fachada si quería proteger a muchas personas,-que patético, en serio era un rey encadenado, se rio de sí mismo y camino a paso ligero para alejarse de ese lugar –no sabía cómo lograría vivir sin Zero, oh pero que irónico, había sido él el que dijo que estaría bien sin el peliplata, que él podría sobreviviría sin su luna, pasaría un tiempo hasta que esas palabras se convirtieran en realidad. Sería un camino largo, sinuoso y extremadamente doloroso aprender a vivir sin Zero en su vida. Y estaba dispuso a recorrer ese camino sin mirar atrás, porque lo suyo con Zero ya estaba muerto en más de un sentido.
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Cross toco suavemente la puerta pidiendo permiso de entrada, una suave voz algo llorosa le dio permiso de entrar- frunció el ceño porque Yuuki lloraba,- entro a la habitación donde se llevó la sorpresa de ver a Zero sentado de manera relajada sobre un sofá beige de dos plazas, y a Yuuki a su lado limpiando con un pañuelo desechable un rastro de lágrimas, en primer momento pensó que Zero se había metido con su bebita, -y él quiso suspirar resignado – pero noto la suave sonrisa que Yuuki le dedicaba al de ojos amatista, como si todo estuviese en paz entre ambos, sintió una fuerte opresión en su pecho al ver la sonrisa de Zero en respuesta a la de Yuuki, algo había pasado, algo sumamente importante, lo sabía, ambos jóvenes estaban en paz como cuando Yuuki iba a la caballeriza a pedir disculpas al prefecto y luego volvía a casa juntos con sonrisas cómplices en sus labios, él sabía que no era igual, que lo que ocurría era mucho más importante que la reconciliación de dos niños, ambos habían dejado sus diferencias de lado y parecían verdaderos hermanos, Kaien quiso llorar, muy dentro de él sabía que hoy estaba perdiendo algo muy importante, pero no sabía que, trato de auto convencerse de que era imaginaciones suyas y dibujo una sonrisa en su labios.
Mis hijos- canturreo con voz melosa, borrado su procuración- Yuuki pequeña no llores- dijo agachándose para quedar a la altura de la joven sentada, la vio con ternura y felicidad- hoy no es un día para llorar- con un pañuelo termino de limpiar las mejillas de la fémina- así estas mejor, un poco de maquillaje y estarás espectacular.- ella rio suave ante el alago.
Yuuki le regalo una gran sonrisa,- hai, papa- dijo con voz suave y un ligero carmín, los ojos de Cross se desorbitaron, Yuuki lo había llamado papa, quiso llorar pero no lágrimas de cocodrilo sino lágrimas de felicidad.
Debes arreglarte dentro de poco empezara la ceremonia- dijo con suavidad y un nudo en su garganta, volteo a ver a Zero quien parecía tener la mirada perdida, él quería saber lo que le pasaba a Zero pero no tenía derecho de preguntar, cuando el joven quisiera él le escucharía hasta entonces respetaría sus decisiones.
La joven novia se maquillo para disimular el llanto y las lágrimas derramadas, se sentía libre y ligera, era contradictorio se ataría a Kaname y tendría que vivir bajo los estándares del consejo, pero eso no le importaba, sentía que su corazón estaba rebosante de felicidad, Zero no le odiaba, seguía siendo su hermano, sentía que la culpa que la embargaba como una camisa de fuerza había desaparecido luego de hablar con Zero, seria hipócrita sentirse así, no lo sabía, y no le importaba, porque de ahora en adelante ella debía luchar y lucharía hasta al final después de todo Zero se lo había pedido y tenía que hacerlo por aquellos que aún no habían nacido, pensar que en un futuro algo lejano sería madre le aterraba, pero sería la mejor madre que pudiese, y cuando se volvieran a ver (porque a pesar de todo ella presentía que se volverían a ver), ella podría sostener su cabeza en alto y decirle que había cumplido, que no solo fue el pilar de Kaname sino que había sido una excelente madre, ella se convertiría en una mujer de la que Zero estuviese orgulloso de llamar su hermana, bueno una hermana fastidiosa según él, -sonrió con un deje de tristeza antes de que otra sonrisa radiante se instalara en sus labios- no sabía cuánto tiempo le tomaría pero lo lograría, Cross vio las emociones conflictivas cruzar por el rostro de Yuuki y luego la deslumbrante sonrisa que adorno su rostro, no estaba seguro que era lo que estaba pensaba su bebita, pero fuese lo que fuese era algo maravilloso si podía plasmar tal sonrisa en su rostro, le ayudo a prepararse para el inicio de la ceremonia, la joven lo agradeció, Zero abandono la habitación en silencio sin ser notado, ambos notaron su ausencia al rato pero lo dejaron ser, faltaba menos de 20 minutos para la boda.
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Zero vio desde una esquina apartada como ambos kuran recitaban sus votos, ambos jóvenes dejaron caer sangre en una copa y cada uno bebió de ella sellando así su matrimonio, eso era suficiente, ya todo estaba dicho, no había punto de retorno, y como si fuese una sombra partió con rumbo desconocido para todos.
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Londres –Inglaterra –29-12-20xx
Una mujer mayor, de piel morena y cabellos blanqueados por la edad reposaba en una sosa cama de hospital con sábanas blancas, estaba internada en el hospital que manejaba la asociación Hellsing, una joven rubia de ojos rubí y vestimenta militar miraba con profunda tristeza a la mujer tendida en la cama.
Seras victoria sentía un gran vacío de solo pensar en la inminente muerte de su señora Integra Hellsing, era algo inevitable, la regia mujer hecha casi de acero había librado sendas batallas, se había hecho reconocida y respetada dentro de muchos ámbitos como la política, economía e incluso la filantropía, pero era humana, dolorosamente humana, integra jamás se casó, su cuerpo era puro incluso a la edad de 91 años, su ama había vivido mucho más tiempo del que muchos otro han vivido, pero se había negado rotundamente al cambio ofrecido por su maestro, su señora no deseaba seguir, fue terrible el comprender que su señora quería paz, una mujer marcada por la traición de su propio tío, marcada por las clases elitistas de la sociedad londinense que esperaban que se casara y fuese nada más que un adorno al lado de un hombre, integra no había sido nada de eso, desde su forma tan poco femenina de vestir hasta su lenguaje zagas y directo, se hizo de muchos enemigo y libro varias batallas la más memorable fue cuando perdió su ojo contra el mayor, un precio menor a pagar según sus propias palabras.
Alucard se mantenía en un estado taciturnito, Seras se empezaba a preocupar, su maestro no parecía sentir ganas de seguir despierto por mucho más tiempo, este le había insinuado que entraría en un sueño letárgico, Seras sabía que su maestro estuvo demasiado tiempo atado a una oscura y solitaria existencia y en cierta medida aun lo estaba, integra representaba para él un propósito, el conde, debía tener a una condesa que proteger, necesitaba una razón para seguir caminando errante en este mundo, en un mundo donde ya no tenía guerras belicista a gran escala ni creación de ghouls en masa, en esta época actual del mundo, su maestro sentía que no tenía propósito, ella se quedaría en la organización Hellsing ayudando al próximo líder de la organización: Salomón khristoff Imbrageth un hombre que llego siendo un niño de cinco años a las manos de su señora, integra lo había educado y entrenado para que fuese el quien dirigiera Hellsing cuando ella faltase, tanto Seras como su maestro sabían que integra no se convertiría pero siempre vieron tan remoto este día que cuando llego, los golpeo la realidad, fue duro y desesperante entender que su señora moría y que a cada minuto estaba más cerca del final.
Seras- llamo una voz cascada- encárgate de todo- ordeno con voz rasposa- no dejes que esos católicos se metan con nuestro sagrado legado y mantente leal a la reina y a las que vengan-a Seras se le hizo un nudo en la garganta sus lágrimas corrían por su mejillas.
La dama se sentía cansada, ya era la hora, su cuerpo no soportaría mucho más, el olor a antiséptico le molesto, odiaba estar postrada en esa cama, habría podido ahorrarse este final de haber aceptado el cambio mas no lo hizo, su fe y su religión no le permitirían vivir consigo misma, ella moriría como cualquier humano y eso estaba bien, su muerte le daría al fin la ansiada libertad a su sirviente, sabía que Alucard no sumiría al mundo en el caos y la oscuridad y eso le era suficiente, si llegase a ocurrir algo que lo demás tratasen con ello llegado el momento, ella ya había cumplido con creces sus deberes con la corona y con su apellido - Alucard…- llamo casi un en susurro, trato de alzar su mano hacia el techo no entendía su propio actuar, su mano cayo sin fuerza pero fue detenida en plena caída por una mano enguantada, que tomo su mano para besar el dorso de esta con devoción, algo ridículo tiempo atrás, ojos carmín la miraban con una angustia y tristeza insondables, el cabello largo y suave de hallaban desparramado por su espalda y una barba recatada la misma apariencia que tenía cuando se encontraron en medio de la batalla contra Millenium.
Integra le dio una sonrisa apagada- he de partir- sus ojos azules contaba lo cerca que estaba del final.
Jajaja- rio, fue una suave y burlona risa la que se sucucho y reverbero por todo el lugar antes de que una sonrisa salvaje adornara los labios de Alucard- así es, Condesa- dijo con emociones revueltas- haa… ¿qué he de hacer una vez te marches? – pregunto con burla.
Disfrutar de tu libertad- dijo riendo con suavidad, contagiada del humor tétrico del vampiro, pero su risa duro poco ya que se sentía muy cansada.
Mmm ciertamente –acoto, viendo como poco a poco la vida de esa hermosa mujer se extinguía- buenas noches mi Lady- dijo con suavidad depositando un beso en el dorso de la mano que aun sostenía- buen viaje mi querida Condesa- lo último fue dicho en un susurro apagado, integra cerro los ojos al mismo tiempo que su corazón ralentizaba su marcha, los dos vampiros fueron consientes de cuando su ama dio su ultimo respiro, Integra Hellsing estaba muerta, dolorosamente muerta.
Maestro-
Seras encárgate- ordeno, seras vio cómo su maestro desapareció atravesando la pared, ahora era ella quien debía hacer frente a esta situación en completa soledad, la expolicia sabía que su maestro estaba muy afectado por la partida de su señora, pero era algo que él no le mostraría sin importar cuanto le afectase, y ella lo respetaba mucho como para cuestionarle o preguntarle cómo se sentía, miro el cuerpo de su ama y solo pudo suspirar, antes de salir de la habitación cubrió con una sábana blanca el cuerpo de la fallecida, Seras sabía que tenía que preparar todo para el inminente funeral y ser fuerte para afrontar todos los cambios que la partida de su señora ocasionarían, pero eso le era irrelevante en ese momento porque al parecer su corazón parcia haberse partido en mil pedazos hace unos instante con la muerte de su señora, se preguntó si acaso su maestro compartiría su mismo sentir, ya que por su rostro no dejaban de bajar lágrimas, sentía tanta tristeza que la abrumaba, su maestro no derramaría lágrimas, pero ella sabía que él derramada sangre en vez de lagrima y ella respetaría la forma en la que él sobrellevaría la pérdida de su señora, y ella no diría ni una palabra.
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