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Orgullo y Prejuicio al SasuNaru por Mitsuki Akimori

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Notas del capitulo:

¡Hola! Aquí otro capítulo, espero les guste. 

Las señoras Namikaze no tardaron en ir a visitar a las de Izanami y estás devolvieron la visita como es costumbre. El encanto de Deidara aumentó el estima de la señora Tenten Hyuga y la señorita Hinata Izanami  sentían por el; y aunque encontraron que la madre era intolerable y que no valía la pena dirigir la palabra a los hermanos menores, expresaron el deseo de profundizar las relaciones con ellos en atención con los dos mayores. Esta atención fue recibida por Deidara con agrado, pero Naruto seguía viendo arrogancia en su trato con todo el mundo, aunque valoraba su amistad con Deidara, sabía que probablemente se debía a la influencia de la admiración que el hermano sentía por él. Era evidente donde quiera que se encontrasen, que Itachi admiraba a Deidara, y para Naruto también era evidente que su hermano aumentaba la inclinación que desde el principio sintió por él, lo que lo predisponía a enamorarse de él; pero se daba cuenta, con gran satisfacción, de que la gente no podría notarlo, puesto que Deidara uniría la fuerza de sus sentimientos moderación y una constante jovialidad, que ahuyentaría las sospechas de los impertinentes. Así se lo comento a su amiga Haruno.
 
-Tal vez sea mejor en este caso -replico Sakura- poder escapar de la curiosidad de la gente, pero a veces es malo ser tan reservado. Si una mujer o doncel disimula su afecto, puede perder la oportunidad de conquistarle y entonces ése un pobre consuelo pensar que los demás están en la misma ignorancia. Pero hay muy pocos que tengan tanto corazón para enamorarse sin haber sido estimulados. A Itachi le gusta tu hermano, indudablemente, pero si él no le ayuda, la cosa no pasará de ahí.
 
-Él le ayuda tanto como se lo permite su forma de ser. -dijo Naru- Si yo puedo notar su cariño hacia él, él, desde luego, sería tonto si no lo descubriese
 
-Recuerda Naru, que él no conoce el carácter de Deidara como tú.
 
-Vamos Sakura, si estás interesado por un hombre y no trata de ocultarlo, él tendrá que acabar de descubrirlo.
 
-Tal vez sí, si él la ve lo bastante. Pero aunque Itachi y Deidara están juntos a menudo, nunca es por mucho tiempo, y además como solo se ven en fiestas con mucha gente, no pueden hablar a solas -replico la Haruno- Así que Deidara debería aprovechar al máximo cada minuto en el que pueda llamar su atención. Y cuando lo tenga seguro, ya tendrá tiempo para enamorarse de él todo lo que quiera. 
 
-Tú plan es bueno -contesto Naru- cuando la cuestión se trata solo de casarse bien, y si yo estuviese decidido a conseguir un marido rico, o cualquier marido, puedo decir que lo llevaría acabo. Pero esos no son los sentimientos de Deidara, él actúa con premeditación. Todavía no puede estar seguro hasta que grado le gusta el señor Itachi, ni el porqué. Sólo hace quince días que lo conoce. Bailo cuatro veces con el en Meryton, lo vio una mañana en su casa, y desde entonces ha cenado en su compañía cuatro veces. Eso no es suficiente para que ella conozca el carácter del Sr. Itachi 
 
-No tal y como tú lo planeas. Si solamente hubiese cenado con él no habría descubierto otra cosa que si tiene buen apetito o no -contesto Sakura- pero no debes olvidar que pasaron cuatro veladas juntos, y cuatro veladas pueden significar mucho. 
 
- Sí, pero lo único que pudieron hacer es averiguar qué clase de bailes les gusta a cada uno, no creo que hayan podido descubrir las cosas realmente importantes de su carácter. 
 
-Bueno Naru deseo de todo corazón que Deidara le salgan las cosas bien, y si se casase con él mañana, creo que tendría más posibilidades de ser feliz que si se decidiera a estudiar su carácter durante doce meses -dijo Sakura- La felicidad en el matrimonio es sólo cuestión de suerte. Si una pareja cree que son iguales o se conozcan bien, no les va a traer la felicidad en absoluto. Las diferencias se van acentuando cada vez más hasta hacerce insoportables. Siempre es mejor saber lo menos posible de la persona con la que vas a compartir tu vida. 
 
-Me haces reír Sakura, no tiene sentido. Sabes que no lo tiene, además tú nunca actuarías de esa forma. 
 
Ocupado en observar las atenciones de Itachi para con su hermano, Naru estaba lejos de sospechar que también estaba siendo objeto de interés a los ojos del amigo del señor Itachi Izanami. Al principio el señor Sasuke Uchiha apenas se dignó admitir que era bonito, no había demostrado ninguna admiración por él en el baile y la próxima vez que se vieron, él solo se fijó en el para criticarlo. Pero tan pronto como dejó claro ante sí y sus amigos que los rasgos de su cara apenas le gustaban, empezó a darse cuenta de que la bella expresión de sus ojos azul le daban un aire extraordinario de inteligencia. A este descubrimiento siguieron otros igualmente mortificantes. Aunque Sasuke Uchiha detectó con ojo crítico más de un fallo en la perfecta simetría de sus formas, tuvo que reconocer que su figura era grácil y esbelta, y a pesar de que afirmaba que sus maneras no eran las de la gente refinada, se sentía atraído por su naturalidad y alegría. 
De este asunto Naru no tenía la más remota idea, para él Uchiha era el hombre que se hacía antipático donde quiera que fuese y el hombre que no lo había considerado lo bastante hermoso como para sacarlo a bailar.
Sasuke empezó a querer conocerlo más. Como paso previo para hablar con él, se dedicó a escucharlo hablar con los demás. Este hecho llamó la atención de Naruto.
 
Ocurrió un día en la casa de los Haruno donde se habían reunido varía gente. 
-¿Qué querrá el señor Sasuke -le dijo Naru a Sakura- que ha estado escuchando mi conversación con el coronel Shikamaru Nara?
 
-Ésa es una pregunta que solo el señor Uchiha puede contestar.
 
-Si lo vuelve hacer le daré a entender que sé lo que pretende. Es muy satírico, y si no empiezo siendo impertinente yo, acabaré por tenerle miedo. 
 
Poco después se les volvió acercar y aunque no parecía tener intención de hablar, la señorita Haruno desafío a su amigo para que le mencioné el tema, lo que provocó inmediatamente a Naruto decirle 
-¿No cree usted señor Uchiha, que me exprese muy bien hace un momento, cuando le insistía al coronel Nara para que nos diese un baile en Meryton?
 
-Con gran energía -contesto Sasuke- pero ese es un tema que siempre llena de energía a las mujeres o donceles
 
-Es muy severo con nosotros -contesto Naru con un puchero
 
-Ahora nos toca insistirte a ti -dijo la señorita Sakura- voy abrir el piano y ya sabes lo que sigue Naru
 
-¿Qué clase de amiga eres? Siempre quieres que cante y que toque delante de todo el mundo -dijo Naru- aunque prefiriera no tocar delante de gente que debe estar acostumbrada a escuchar a los mejores músicos. 
 
El concierto de Naruto fue agradable, pero no extraordinario. Después de dos canciones y antes de que pudiese complacer las peticiones de algunos que querían que cantase otra vez, fue reemplazado en el piano por su hermano Gaara, que como era el menos brillante de la familia, trabajaba duramente para adquirir conocimientos y habilidades, que siempre está impaciente por demostrar.  
 
Al terminar de tocar no obtuvo más que unos cuantos elogios por las melodías escocesas e irlandesas que había tocado a ruego de sus hermanos menores que, con algunas de las Haruno y algunos oficiales bailaban alegremente en un extremo del salón.
 
Sasuke a quien le indignaba esa forma de pasar la velada, estaba callado y sin humor para hablar, estaba tan embebido en sus propios pensamientos que no se fijó en que el Señor Haruno estaba a su lado, hasta que esté se dirigió a él.
 
-¡Qué encantadora diversión para la juventud señor Sasuke! Mirándolo bien no hay nada como el baile. Lo considero como uno de los mejores refinamientos de las sociedades más distinguidas
 
-Ciertamente señor Haruno, también tiene la ventaja de estar de moda entre las sociedades menos distinguidas del mundo, todos lo salvajes bailan 
El señor Haruno esbozó una sonrisa 
 
-Su amigo baila maravillosamente -continuó después de una pausa al ver como el señor Itachi se unía al grupo- y no dudo señor Uchiha, que usted mismo sea un experto en la materia. 
 
-Me vio bailar en Meryton, creo, señor
 
-Desde luego que sí, y me causo un gran placer verle ¿Baila usted a menudo es Saint James? 
 
-Nunca señor 
 
-¿No cree que sea un cumplido para con ese lugar? -le contesto el señor Haruno 
 
-Es un cumplido que nunca concedo en ningún lugar, si puedo evitarlo 
 
-Creo que tiene una casa en la capital 
 
El señor Haruno hizo una pausa con la esperanza de una respuesta, pero su compañía no estaba dispuesto a hacer ninguna. Al ver que Naru se le acercaba, se le ocurrió hacer algo que le pareció galante de su parte y lo llamó. 
 
-Mi querido Naru, ¿Por qué no estás bailando? Señor Sasuke -dijo dirigiendo a este- permítame presentarle a este joven que puede ser una excelente pareja. Estoy seguro de que no puede negarse a bailar cuando tiene ante usted tanta belleza. 
 
Tomó a Naruto de la mano para pasársela a el señor Uchiha, quien aunque extremadamente sorprendido no iba a rechazarlo, pero Naru se volvió y le dijo al señor Haruno un tanto desconcertado. 
 
-De veras señor, no tenía intención de bailar, le ruego que no suponga que he venido aquí para buscar pareja 
 
El señor Sasuke Uchiha con toda corrección le pidió que le concediese el honor de bailar con él, pero era en vano, Naru estaba decidido a no bailar. 
 
-Usted es excelente en el baile, Naru y es muy cruel de su parte negarme la satisfacción de verlo bailar -le dijo el señor Haruno- aunque a este caballero no le guste este entretenimiento, estoy seguro que no tendrá inconveniente en complacernos. 
 
-Él señor Uchiha es muy educado -dijo Naruto dirigiéndose al señor Haruno, pero al ver que esté ya iba a replicar contestó- está bien, bailemos señor Sasuke -dijo mirándolo con coquetería 
 
El señor Uchiha tomó delicadamente a Naruto de la mano y se posicionó en el centro del salón. Cuando la melodía de la canción empezó a sonar, no podía despejar sus ojos negros de esos azul como el cielo, tan hipnotizantes. 
 
-Me encanta esté baile -le dijo Naru
 
-Si, es muy vigorizante -contesto Sasuke 
 
Veía como Naruto bailaba, sus pasos eran elegantes y precisos, le provocaba una gran satisfacción verlo bailar, estaba tan ensoñado que apenas escucho lo que le dijo el señorito Namikaze.
 
-Es su turno de hablar señor Uchiha, dije algo sobre el baile, ahora usted diga algo sobre el salón o el número de parejas 
 
-Estaré encantado de complacerlo, por favor dígame qué es lo que desea escuchar 
 
-Ésa respuesta bastará -le contestó sonriente- y tal vez después yo comenté que los bailes privados son mucho más placenteros que los públicos. Pero por ahora guardemos silencio.
 
-Acostumbra a hablar cuando baila -le pregunto a Naruto 
 
-No prefiero ser poco sociable y taciturno, hace que todo sea más disfrutable ¿No cree señor Uchiha? 
 
La canción dió por finalizada y todos estaban dando gracias por el baile. Naruto miró con coquetería al señor Sasuke y se retiró. Todo esto afecto al caballero que estaba pensando en él con gran satisfacción cuando fue abordado por la señorita Hinata Izanami. 
 
-Adivino por qué está tan pensativo
 
-Creo que no
 
-Esta pensando en lo insoportable que le sería pasar más veladas de esta forma, en una sociedad como está, y por supuesto soy de su misma opinión -dijo con evidente molestia- ¡Nunca he estado más enojada! ¡Qué gente tan insípida y que alboroto arman! Con los insignificantes que son y qué importancia se dan. Daría algo por oír sus críticas sobre ellos. 
 
-Sus conjeturas son totalmente equivocadas. Mi mente estaba ocupada en cosas más agradables -dijo mirándola- estaba meditando sobre el gran placer que puede causar un par de ojos bonitos en el rostro de un doncel hermoso. 
 
La señorita Hinata le miró fijamente deseando que le dijese qué doncel le habían inspirado tales pensamientos. El señor Sasuke intrépido le contesto
 
-El señorito Naruto Namikaze-
 
-El señorito Namikaze, me deja atónita -le contestó con unos celos incontrolables- ¿Desde cuándo es su favorito? Y dígame ¿Cuándo tendré que darle la enhorabuena?
 
-Ésa es exactamente la pregunta que esperaba que me hiciese -Le dijo irónicamente- La imaginación de una dama o doncel va muy rápido y salta de la admiración al amor y del amor al matrimonio en un momento.
 
-Si lo toma tan en serio, creeré que es ya cosa hecha. Tendrá una suegra encantadora, de veras, y ni que decir siempre estará en Pemberley con ustedes -le dijo con risas
 
Él la escuchaba con perfecta indiferencia, mientras ella seguía disfrutando con las cosas que le decía, obviando el comportamiento mal visto de los Namikaze, al ver por la actitud de Sasuke, que todo estaba a salvo, dejó correr su ingenio durante largo tiempo.
 

Notas finales:

Cualquier duda me pueden decir para aclararla. 


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