Nuestro Pacto por Nibrogu

Capitulo 9





Jiraiya el gran sabio.




La casa era tan distinta sin la presencia del rubio, el pequeño pillo se habia vuelto parte fundamental de la casa y la vida misma de esta; desde que tenia memoria, siempre habia sido un muchacho solitario el cual le costaba realizar nuevas amistades, lo cual le daba incapie a poder dejar volar un poco mas rapido su imaginacion creando de esta forma aventuras e historias que muchas veces le hubiesen gustado vivir en la vida real, pasando el tiempo encontro su segunda gran pasion- y con la cual ayudaria a incrementar su fama fuera de su pais-, en el conocimiento de otras civilizaciones. Ambas aficiones le ayudaban a complementarse entre si, dando mas credibilidad una a la otra. Conforme paso el tiempo pudo crear una mascara, con la cual pudo desenvolverse ante la "sociedad", conociendo diferentes personalidades, relacionandose, formando vinculos. Siendo esta la manera de mostrar a un pesonaje mucho mas seguro y desenvuelto en aquella sociedad llena la mayoria de las veces, de frivolidades y apariencias. Aun asi, la mayoria de las veces se seguia sintiendo un muchacho solitario, el cual se refugiaba en el portico de su casa y dejaba ir su imaginacion a lugares que estaba seguro por su propios medios, jamas llegaria.



Por inexplicable que fuera, el sentimiento que algo grande se acercaba, habia incrementado con el paso de los dias, dandole la sensacion que el ultimo capitulo estaba por llegar, solo esperaba haber dado lo mejor.




-Crie al chico lo mejor que pude, espero lo aprueben... Minato, Kushina- susurro sentado en su sofa, viendo un hermoso cuadro, con un paisaje lleno de lagunas y arboles que definitivamente no habia en Suna. Sintio como lentamente sus musculos comenzaban a relajarse, llegando a su cuerpo un ambiente de paz cerrando lentamente sus ojos, dicho momento fue roto al llegar a sus oidos el fuerte sonido de explosiones, acompañado de gritos y mas estruendos.




Sin hacerse esperar el potente campaneo se hizo escuchar, anunciando el ataque inminente dentro de la villa. Aunque no sabia muy bien que era lo que pasaba, sabia que todo eso tenia que ver con la llegada del Uchiha y su vinculo realizado con Naruto.- Ah llegado la hora- penso con desicion, tomando sin pensarlo su espada y escudo; El fuerte viendo caliente golpeo su cara con solo abrir la puerta, aquello era lo mas parecido al infierno. A pesar de no estar "cerca" del poblado, el calor que se extendia sobre las llamaradas que alcanzaba a ver, golpeaba con fuerza su rostro, aun seguido del ruido del choque de espadas y gritos. La humareda se extendia sobre el bello atardecer que en esos momentos habia en el cielo. Un fuerte grito lo desperto de su impresion inicial, corriendo lo mas rapido que podia hacia el poblado, para inmediatamente entrar lanzarse contra la primera criatura frente suyo, hundiendo sin piedad su espada en lo mas profundo, haciendola silbar y gritar antes de que cayera.- lo mejor sera que corran- dijo a una señora con su hija, notando el miedo en sus miradas, ganandose unas palabras de agradecimiento, mientras veia como se alejaban. Estas criaturas definitivamente tenian que ser las que Naruto habia descrito, negras por completo y sin un rostro aparente, pero al escuchar el aullido, supo que estas definitivamente contenian algo de vida.




Dos criaturas mas llegaron a su lado, ocasionando que Jiraiya mantuviera su escudo frente suyo, mientras la superficie lisa de su espada se mantenia empapada en un color negruzco, goteando al borde y cayendo sobre la fina arena debajo de sus pies, volviendola fresca. Un monstruo aterrizo delante de el despues de saltar cerca suyo, ocasionando que el mayor lo golpeara con el escudo tan duro como pudo contra su cara, la cual se convirtio esta vez en mas que un recuerdo y un rocio de sangre arqueandose contra un poste cerca. Siguio avanzando y ayudando a la gente que se encontraba, mandandolas de inmediato al refugio.




El segundo ataque le tomo substancialmente mas trabajo, delante suyo, los cuerpos de civiles, mezclados con el de unos cuantos soldados aniquilados se encontraban regados, forzando a otros jovenes a mantener su posicion. Cuando el de peloblanco estaba dispuesto a dar otro golpe con su espada, noto como la bestia delante suyo caia ante su pies, viendo como su viejo amigo se colocaba a su lado.- No pensabas quedarte la diversion, verdad Jiraiya- Rasa habia arrasado con la ultima bestia de ese lugar.




El aire esperanzador que habia experimentado por un momento desaparecio por completo al notar como el islote cerca de ellos rugia, apareciendo delante de ellos unas criaturas completamente diferentes a las primeras, siendo estos por lo menos mas robustos y teniendos unos dos pies mas de alto que los primeros. En tacticas de combate, los primeros se podrian considerar exploradores y estos la artilleria pesada. La sonrisa de alivio y la mirada brillante en el rostro de Jiraiya desaparecio, al notar como en un momento de distraccion, una de esas criaturas soltaba un fuerte manotazo en el rostro de su viejo amigo, mandadolo a volar por lo menos unos tres metros contra la finta de una morada, mientras otros de sus compañeros, se dedicaban a matar o repeler en contra de lo que restaban de los soldados.




Su escudo pudo desviar una roca arrojada hacia su persona, esquivando de esta forma un par de golpes mas, aunque al final, el fuerte pinchazo atravesando su cuerpo habia podido mas; Resistio lo mejor que pudo, viendo aquella repugnante criatura, la cual aparentemente no expresaba nada, al tenerlo "ensartado" con sus garras; no podia darse por vencido, definitivamente algo como eso, no detendria al gran Jiraiya. Con un giro de su piernas, pudo patear el rostro de piedra del monstruo, callendo de lleno sobre la arena, alejandose lo mejor que podia. Su respiracion se volvio dispareja y trabajosa, notandose claramente como le costaba incluso mantenerse de pie. Sabia que en ese estado no le quedaba mucho tiempo encima, pero aquello no se quedaria asi, la falta de dolor de su cuerpo, solo podia delatar la cantidad extrema de adrenalina que su cuerpo debia estar soltando para esos momentos- Despues vendran las consecuencias- penso con una sonrisa dificultosa.




-Basta- ordeno una voz, provocando que las criaturas delante suyo, detuvieran cualquier accion.- No puedo creer que el sabio Jiraiya terminara asi-




Giro su rostro hacia el tono de burla que llego a sus oidos, delante suyo habia un chico, no tardo mucho en atar cabos y darse cuenta que aquel sujeto era el responsable de todo el caos que habia experimentado la villa del viento, siendo todo sufrimiento, llamas, y lagrimas. Todo destruido. Aprovechando esa leve a pausa, pudo apreciar de mejor manera a aquellos monstruos que habian enfrentado, mostrando fragmentos de piedras rojas sobresaliendo de sus mejillas, de su piel, pero sobre todo de su pecho, casi como si de lava encendida se tratase, siendo sus dedos que terminaban en garras malvadas. Algo en la parte poterior de su cabeza habia ordenado que gritara de dolor pero se vio interrumpido al escupir un poco de sangre.




Al parecer una de esas criaturas anticipando cualquier movimiento lo habia inmovilizado, clavando su garras a su dos costados.




- Jamas, jamas lo alcanzaras- decia a pesar de sus heridas el anciano, entendiendo por fin de que se trataba aquello.




Noto como con paso suave el muchacho se colocaba a un metro de el, podiendo apreciar mejor su rostro; el chico era practicamente la imagen del Uchiha, a excepcion que este tenia una ojeras marcadas en los ojos.




-Puedes evitarte mucho sufrimiento, solo necesito que me digas, donde esta la llave- pedia con voz lugubre y fria.




Una sonrisa llena de burla se poso en su rostro- como... como dije antes, jamas la alcanzaras- dijo lo mas claro que podia, sintiendo como el solo hecho de respirar le causaba un profundo dolor. Le abria encantado escupirle el rostro, como aquellas escenas en sus novelas, donde el protagonista en un acto de valentia y rebeldia, desquitaba de alguna manera su frustracion con el villano, pero seguramente y a juzgar por el dolor y la dificultad persistente para respirar, tendria un pulmon perforado, sino es que ambos.




La sonrisa fria en su rostro, provoco un escalofrio recorrer su cuerpo-Matenlo- ordeno el de coleta, a la par que se alejaba de alli.




Sabia lo que seguia, asi que cuando sintio la dureza del suelo no puedo evitar gemir, llegando a su mente, la imagen del rubio.






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-Mataron a Kushina y a Minato-



-¿Pero, escuche que ellos tenian un hijo, que sera de el?.


- Lo mas seguro es que tambien traten de matarlo-




Escuchaba el mayor comentarios de pobladores, mientras avanzaba. Jamas estuvo de acuerdo con la idea de su joven pupilo de vivir en aquellas tierras, sabia que este se exponia de mas, y no solo por el hecho que era un Namikaze, sino tambien por el hecho de que Kushina estaba a su lado y como si aquello no fuera suficiente, con su pequeño vastago, complicaba mucho las cosas. La ultima carta que habia recibido del rubio, habia mencionado algo de que Kushina estaba en estado, pero jamas habia mencionado que ya habia nacido. Aunque de esa carta ya tenia poco mas de dos años, asi que era de esperarse la presencia de un chiquillo. Poco a poco salio de las urbanizadas calles para adentrarse a un bosque extenso, el cual era el carcelero de una pequeña casa de madera. Asegurandose nuevamente que nadie lo hubiera seguido, inspecciono por ultima vez, ingresando por fin, viendo como otro grupo de personas estaban alrededor de lo que parecian ser dos feretros.




Aun no podia creerlo, nadie decia nada o al menos el no escucho nada, con paso suave se acerco a los feretros, viendo con dolor aquella imagen, delante suyo, estaba su unico alumno y casi un hermano para el mayor. Parecia solo estar durmiendo, como tantas noches lo habia visto en sus viajes, sabia que era tonto, pero por un momento espero ansioso ver el pecho del hombre subir para comprobar que aun respiraba. Bajo el rostro con dolor, apretando con fuerza sus puños. Si tan solo Minato le hubiera hecho caso, o si tan solo el hubiera insistido mas.




-Me alegro que hayas podido venir- Se dirigio una voz lugubre y cansada, notandose claramente mas joven, reconociendola casi de inmediato.



-Era mi alumno Kakashi, era lo menos que podida hacer- contesto el peliblanco, dirigiendo su mirada a una silla un poco mas alejada, viendo aun pequeño niño rubio con la mirada perdida- es el?- interrogo.



-Asi es- contesto



-¿Sabes quien se hara cargo, kakashi?- El niño era practicamente la misma imagen del papa, cabellos dorados, y una mirada azulina, aunque esta se veia claramente opacada, estaba seguro que el brillo que despendian era el de kushina. No sabia por que, pero estaba seguro de ello. La perdida de sus seres amados estaba marcada en su rostro, una imagen muy cruda para un infante.




El silencio que se formo, no trajo noticias alentadoras al mayor- bueno, como sabes, ni Minato-sensei, ni Kushina san tenian familia cercana, escuchamos acerca de los familiares de Minato, tal vez podamos enviarlo con ellos- contesto girandose volviendose a llenar de un silencio sepulcral, mientras el vacio en el interior del mayor incrementaba. Minato era un apasionado de la historia y la arqueologia, por lo cual, jamas fue sorpresa para el cuando se termino casando con la bella y amable Kushina.- por cierto-llamo nuevamente Kakashi antes de alejarse mas- sabia que se llama Naruto-




La mencion de ese nombre solo pudo provocar que se acercara al pequeño, de cierta forma le hizo recordarlo, sumergido en la soledad, obligado estar en un mundo que no estaba seguro era correcto que estuviera. Con paso suave se dirigio a sentarse al lado del chico.



-¿Como estas pequeño?- tan pronto como acabo de formular su pregunto, se sintio la persona mas idiota del mundo, era claro que el menor no estaria bien. Pero la respuesta que recibio lo descoloco por completo.



-Ellos ya no regresaran, ¿verdad?- era claro que el pequeño aun deseaba llorar, pero tambien era claro que las lagrimas ya no salian de sus ojos. Las mejillas coloradas, mas los labios secos, eran claros signos que el menor entraba en una etapa de deshidratacion leve.- Mama, me dijo que guardara silencio, que no dijera nada- murmuro- yo, yo cumpli lo mejor que pude- termino de decir, mostrando una sonrisa realmente forzada- ¿hice bien?.



Un nudo se formo en su pecho al escuchar aquella pregunta.- claro que lo hiciste bien pequeño- contesto acariciando su cabeza.- Eres alguien muy valiente, Naruto.



Esa misma tarde decidio que el criaria lo mejor posible a ese niño, dejo aun lado sus viajes y vida de excesos, convirtiendose para sorpresa de muchos en un padre responsable.




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-Es verdad- suspiro alzando su mirada- al final, tu fuiste quien verdaderamente me salvo, Naruto- penso un momento, deseando poder despedirse de su hijo- Minato, Kushina, muy pronto los vere, por favor, sigan guiando de nuestro hijo.




Con un ultimo aliento una sonrisa se poso en sus labios, viendose las garras de las bestias clavarse en la yugular del mayor. Una muerte rapida para un gran hombre.




Si ese niño estaba solo, no podria protegerlo como era debido. Pero ahora que lo pensaba, ese era definitivamene su destino.



-Tu aventura a penas comienza... Naruto- penso con una sonrisa mientras poco a poco su vida se desvanecia.





                                                                                                   ***




La causa del señor feudal en Iwagakure, se quedaba corta con lo que sus ojos azulinos podian contemplar- No... no es cierto- susurro viendo la entrada principal literalmente destruida-... no es cierto- volvio a repetir, bajando lo mejor que pudo del caballo, tropezandose en el camino.



Corrio lo mas rapido que sus piernas se lo permitieron, viendo destruccion, ruinas y cuerpos a su alrededor. Carne quemada y sangre era el aroma que gobernaba en aquellas tierras. La vieja imagen de Suna desaparecia en una neblina, dejando ver esta imagen apocaliptica delante de sus ojos. Con horror observo como no solo el cuerpo de soldados, sino tambien el de ancianos, mujeres y niños se extendia en edificios y calles. Corrio aun mas rapido para llegar a su casa, viendo como impresionantemente a pesar de estar claramente afectada, no estaba al grado del resto de las viviendas.- Ero-sennin... ero-sennin!- grito con fuerza, a la par que ingresaba, esperando ver el rostro de su padrino.



-Jiraiya!... por favor, contesta!- volvio a llamar sintiendo como el nudo en su garganta aumentaba- por favor- susurro, corriendo mas rapido al segundo piso. Vacio.




Sasuke llego despues de unos segundo, sabiendo, gracias a la conexion que compartia con el rubio que era lo que buscaba- No esta aqui Naruto- contesto manteniendo su rostro serio. Sabia que faltaban unas pocas horas para los primeros rayos de sol. Y a pesar que habian cabalgado y exigido mas al caballo de lo que deberian, no habian podido llegar a tiempo.




-Sasuke...- llamo Naruto corriendo por las escaleras, mientras tropezaba en su intento de ir mas rapido, llegando por fin al lado del pelinegro para sujetarse de su camisa- donde esta?, tu sabes no es asi- llamo con dolor, sabiendo que el Uchiha no se lo queria decir- tienes que decirme, maldicion!- grito con fuerza, sacudiendolo.




Bajando su rostro el pelinegro tomo las manos del chico para que lo soltara- no estas listo- contesto.



-¿Tu que diablos vas a saber si estoy listo o no?- pregunto con dolor, mientras lo empujaba y salia de alli, nuevamente- si tenia que buscarlo hasta el ultimo rincon, encontraria su padrino.





Sabia que no podia ser, que eran ilusiones falsas, pero la esperanza de aun poder encontar a su padrino vivo seguia presente. De encontrar a su padre vivo, lo motivaba. Si seguramente lo encontraria, mal herido por supuesto, pero nada que no pudieran curar. Es mas, estaba dispuesto a prestarse su telescopio para que espiara a las señoritas, todo con tal que apareciera.




La figura erguida detuvo sus pasos, enfocando mejor su mirada para ver como Gaara estaba delante de unos cuantos escombros, mientras su caballo estaba a unos metros de el- Gaa...- sus palabras murieron al ver que era lo que su amigo veia con tanto detenimiento.



-Naruto- susurro.




No podia ser. Aquello debia de ser una mentira, ¿no es asi?. Delante suyo, frente suyo estaba el hombre que lo habia cuidado y criado- No...- susurro- ¡No!- grito fuerte corriendo hacia el cuerpo, siendo interceptado por el pelinegro, deteniendolo- ¡Sueltame maldita sea!- exigia sacudiendose viendo con lagrimas en sus ojos al hombre que consideraba su padre -¡Maldicion Sasuke, sueltame, maldito bastardo!- volvia a gruñir, arañando y tratando de golpear al chico, el cual detenia su avance.



-Naruto, por favor- llamaba fuerte Gaara al ver el estado de su amigo, viendo como el Uchiha trataba de detener sus golpes.



-¡Me mentiste!- grito al cuerpo- prometiste que estariamos juntos, Ero sennin tonto!, prometiste esperarme en la casa, prometiste esperar por mi- volvia a decir desgarrando su garganta- prometiste no dejarme solo... Papa...-




Por un momento un profundo silencio fue lo unico que lleno el ambiente tan sombrio que los rodeaba, siendo acompañado por el llanto del chico.