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La caótica vida de un niño rico llamado Mime. por Marcyn

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Notas del capitulo:

Hello.

Mime agradeció a su suerte porque el fantasma lo dejara tomar sus clases como normalmente lo hacía antes de volverse a encontrar. En el salón estaba Sorrento ya no lo evadía como en la mañana. El peligris le mandó un papelito donde le pedía explicaciones, Mime le contestó que más tarde lo entendería todo pero que antes necesitaba que lo ayudara a una misión muy arriesgada. Mime pensó que su amigo se negaría rotundamente, para su sorpresa la respuesta de Sorrento fue un sí.

Después de clases fueron a su habitación. Mime explicó todo a Sorrento, este solo lo veía con una sonrisa boba. Más tarde comprendió la razón de la asombrosa reacción de su amigo, al parecer su queridísimo amigo era un fanático a morir de los programas de cosas sobrenaturales. Así que no necesitó hacer explicaciones de más en su relato sobre Bud. Entre los dos planearon la forma en la que ayudarían a Bud a encontrar al amor de su vida (muerte), el primer punto fue hacer que Sorrento pudiera ver al chico fantasma.

Acordaron buscar a Syd. Pensaron que era mejor robarle una prenda, de esa forma en el futuro podrían hacer que cualquier persona pudiera ver a Bud. Salieron directo al gimnasio ya que el fantasma afirmaba que su gemelo se encontraría ahí. Una vez dentro se repartieron obligaciones, Sorrento se quedaría en la puerta que daba a los vestidores mientras Mime sacaba de los casilleros alguna prenda de Syd.

Sorrento se sentó en una banquita que estaba junto a la puerta. Escuchó pasos pero los ignoró por completo puesto que no parecían acercarse, después de cinco minutos volvieron oírse pero esta vez sí parecían venir hacía él. Mime todavía no le había dado la señal para que se fueran. Sin más remedio Sorrento se quedó quieto esperando a la persona que venía, estaba dispuesto a distraer como fuera a la persona que  entrara.

Un chico bastante llamativo entró en la habitación, era alto, por su semblante se podía decir que algo mayor, veintidós o veintitrés años. Tenía una perfecta musculatura y su cabello largo llegaba hasta más debajo de la cintura, no vestía más que una toalla alrededor de su abdomen. El chico miró a Sorrento pero en vez de parecer molesto le sonrió seductoramente.

-Hola, nunca te había visto por aquí- el joven se sentó en la banca a un lado de Sorrento.

-Hola, no tengo mucho aquí…- Sorrento comenzó a jugar con sus dedos para evitar ponerse nervioso, aunque ese simple gesto lo delatara más.

-¿Esperas a tu novio?

-…no… no es eso- Sorrento pensó en una excusa.- La verdad es que me interesaba entrar al club de natación pero al final me ha dado algo de pena y pues me quedé aquí.

- O ya veo. Bueno mi nombre es Kanon Geminis y curiosamente soy líder del club de natación-.Sorrento tragó en seco al escuchar la declaración.

-… Mi nombre es Sorrento mucho gusto.

-Eres bienvenido a formar parte del equipo- lo miró detenidamente mientras se mordía el labio inferior.- Nunca hemos tenido un miembro como tú en el equipo, se ve que eres muy flexible.- Sorrento se puso rojo pero por el bien de la operación tenía que seguir hablando con ese sujeto.

-La verdad no soy muy bueno… pero siempre me ha gustado nadar, con que pueda hacer eso soy feliz.

-Muy bien, debo ir a sacarme el cabello.

Kanon se levantó de la banca y caminó peligrosamente hasta donde se encontraba Mime. Sin pensarlo dos veces Sorrento lo jaló del brazo hasta sentarlo nuevamente en su lugar, tomó una toalla que se encontraba en la banca y se subió a sus piernas rodeándolo con las propias. Colocó la toalla encima de la cabeza del contrario y comenzó a estrujar el cabello para sacar agua. Pensó que Kanon se enojaría por actuar de una forma tan extraña pero fuera de eso el mayor respondió colocando sus manos a los costados de sus piernas muy cerca de sus nalgas.

-Deja que sequé tu cabello, me gusta mucho ayudar a mis superiores.

- Por mí encantado- Kanon aumentó la presión de su agarre.- Además podemos conocernos mejor.

- Ammm… claro.

-¿Qué estudias?

-Música y ¿tú?

-Biología marina.

Mime logró abrir el casillero. En él había varias toallas, una playera, unos pantalones, tenis y calcetines. Tomó uno de los calcetines, una vez obtenido el objetivo se dirigió hasta donde Sorrento estaba haciendo guardia. Casi grita al ver a su amigo sentado en las piernas de un fulano bastante musculoso que prácticamente lo estaba sosteniendo del trasero. Como su amigo tenía una cara de nervios decidió ayudarlo lo más rápido posible. Así que entró corriendo hasta donde Sorrento se encontraba y de un jalón lo bajó de las piernas de Kanon.

-¡Sorrento tenemos ensayo! Corre o si no nos sacaran del grupo.

-Lo siento Kanon tengo que irme al ensayo.

Los dos salieron corriendo lo más rápido que sus piernas les permitieran. Una vez en el dormitorio Mime sacó de su bolsillo un calcetín, se lo aventó a Sorrento quien lo miró de forma extraña pero atrapó la prenda. Como Bud no aparecía ambos empezaron a platicar sobre lo raro que había sido su día y lo cerca que estuvieron de ser descubiertos. Cuando dieron las ocho decidieron ir a la cocina del edificio para tomar la cena.

Al llegar notaron a un montón de universitarios mayores a ellos en plena fiesta. Como sus habitaciones estaban bastantes retiradas no percibieron el tremendo ruido que había en la cocina. Había alcohol por todas partes y muchos de los estudiantes estaban ya en un estado crítico. Más que fiesta parecía al desastre del día después, pues la mayoría de los fiesteros estaban tirados en el piso o recostados sobre la mesa principal.

Sin hacer mucho caso al espectáculo Mime y Sorrento continuaron su camino hasta el refrigerador, no les sorprendió ver un montón de cerveza en la parte baja. Cada uno tomó un emparedado empaquetado y un jugo. Caminaron hasta la puerta tratando de no pisar a ningún ebrio, Sorrento pudo reconocer en el piso a Kanon. Cuando casi cruzaban hasta la siguiente habitación Mime sintió un jalón en el brazo izquierdo al girarse vio a Syd quien lo veía con mirada amenazante.

-Yo te conozco- dijo Syd mientras trataba de mantener el equilibrio.- No sé de donde… pero te conozco y puedo asegurar que no me agradas- escupió con cierto odio hacía el suelo.

- Sí, una vez nos vimos. Pero de eso hace mucho y no vale la pena recordarlo ahora.- Mime se giró y con un movimiento brusco se zafó del agarre.

Al llegar a la habitación los chicos cerraron con llave la puerta, pues ambos temían que uno de los borrachos entrara a su cuarto, así que mejor ser precavidos. Cenaron tranquilos y sin ningún percance, pensaron que Bud se aparecería, sin embargo el fantasma no apareció. Sin más que hacer ambos chicos se acostaron en sus respectivas camas para dormir.

Notas finales:

Bye. Xoxoxxo ;)


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