—Sai, por tercera vez hoy, no videojuegos durante la clase.— Shizune repitió en lo que realmente era la quinta vez durante el día. Apenas empezaba la clase y el chico nuevo ya la tenía enojada.
—Sé que dije que lo dejaré, pero esta vez, solo necesito un poco más de tiempo, cinco minutos si quieres.— Sai dijo, sus dedos repitiendo el movimiento de presionar los botones en su juego portátil.
—No, Sai, estamos en clase. Juega tus juegos durante el tiempo libre.— Una vena casi se veía en la frente de la maestra.
La clase se rió mientras Sai continuaba jugando. —Sai.— Dijo Shizune.
—Tiene mi atención.— Sai dijo, completamente concentrado en la pantalla de su dispositivo.
—No, no la tengo. Estás demasiado ocupado en el juego que apuesto a que ni siquiera sabes de lo que estábamos hablando.
—Por supuesto que lo sé. Ya lo habías dicho tres veces. Al principio estuve concentrado en lo que decías, pero después de la segunda vez, probablemente podría recitarte toda la historia de Konoha en menos de cinco minutos.
Sintiendo lo molesta que se sentís Shizune, Sai finalmente bajó su juego, recogiendo su lápiz y abriendo su cuaderno dramáticamente. —Si estás lista.
Lo que Shizune estaba a punto de decir, no tuvo la oportunidad de decirlo porque fue interrumpida por la rubia que Sai tomó tanto interés. Ino abrió la puerta, entrando con la mirada más irritada en su rostro al ver al chico sentado entre Naruto y su escritorio.
—¿Que asco de broma es esto?— Ino pregunto.
—Ino, ¿qué tipo de hora es esta? Llegas tarde.— Shizune la regañó. Ino la lanzó una mirada. Ella no estaba en buenos términos con Shizune y realmente no le importaba si Shizune le preguntaba sobre todo lo que hacia.
—Toma asiento, eh... Zafiro.— Dijo Sai, levantándose mientras Ino se acercaba a su escritorio.
—Es Ino.— La chica le recordó.
—Creí haber dicho que a mí no me apetece recordar información inútil.— Dándole una sonrisa, Sai ignoró la mirada que ella le dio.
Sentándose, Ino apoyó su cabeza en su escritorio, y miro al otro lado.
Naruto se sorprendió por el silencio de Ino, ya que siempre se peleaba con uñas y dientes para tener la última palabra. Este chico nuevo sí que era interesante.
Al otro extremo de la aula, Sasuke se sentaba en frente tomando notas en su cuaderno, rodando sus ojos a cada comentario que Sai le hacia a Shizune. Durante toda la clase, Sai y Naruto se sentaron al atrás discutiendo y riéndose de lo que Ino y Sai se decían el uno al otro. Y aunque Shizune se renunció a regañarlos, Sasuke estaba lejos de ignorar su ruido.
Sai, Sai, Sai. Naruto estaba encima de él y a Sasuke no le importaba si lo estaba, ¿o no? No, no, no le importaba. Eso es lo que decidió, pero todo ese ruido le estaba llegando a su último nervio. ¿Cómo podría Naruto ser sombrío y malhumorado todo el día ayer y hoy actúa como un niño alrededor de este nuevo chico? Sasuke volvió a rodar los ojos, colocando su barbilla en la palma de su mano. Decidió olvidarse de ello ya que la clase de Shizune estaba por terminarse y seguramente el siguiente profesor tendrá mejor control de esos estúpidos sentados atrás.
Imagínese su sorpresa al ver a Gai entrar a la aula.
—Hola, chicos.— Gai saludó mientras caminaba hacia Shizune, quien después de una breve conversación se fue para su siguiente clase.
—Vaya, ¿apoco no es guapo el profesor?— preguntó Sai, refiriéndose a las cejas de Gai y riéndose cuando Naruto solo sonrió al verlo.
—¿Verdad que sí? Siempre lo he sabido, es agradable tener a alguien que aprecie esta belleza.— dijo Gai, pasándose la mano por el cabello corto.
Sai sólo se rió mientras Naruto se reía en silencio.
Si Sasuke sólo podía levantarse y gritar para que se callaran, lo haría. Pero al hacerlo, irritaría a Gai y todos sabían a no enfadarlo porque las consecuencias acabarían por tener que quedarse en su oficina y ser objeto de lecturas al enfocarse en ser joven y bueno, siempre fue problemático.
De lo que Gai había venido a platicar, pronto se le olvido ya que ahora estaba distraído en una conversación con Sai y Naruto y como el profesor estaba ocupado, la clase entera se hecho a conversar y se olvidaron de el trabajo que hacían.
Así que Sasuke hizo lo que hizo la mayoría de los días cuando no había nada que hacer; se durmió.