La boca de Gai nunca dejó de hablar con los dos nuevos amigos en la parte de atrás. Naturalmente, cuando el maestro estaba demasiado ocupado chismorreando, los otros estudiantes no hicieron nada productivo mientras se sentaban y hablaban con sus amigos a través del aula.
Sasuke sólo durmió durante toda la clase hasta que sonó la campana para el almuerzo. Casi el último fuera, se dio cuenta de que Sai y Naruto caminaban juntos hacia el patio.
—¿Así que aquí es donde comes?— Preguntó Sai mientras Naruto se sentaba contra un árbol.
—-Casi todo el tiempo, a menos que esté lloviendo. Es demasiado ruidoso adentro y-
—Si no sabía mejor, diría que tienes miedo.— Dijo Sai, atrayendo los ojos de Naruto hacia los suyos.
—Que cosas dices.
—Vamos, muéstrame alrededor de la escuela.— Dijo Sai, tratando de conseguir que el rubio reuniera el coraje para comer adentro. Sabía que había alguien en la cafetería que molestaba a Naruto si le había dado la costumbre de comer afuera.
—Está bien, pero no esperes mucho.— Naruto se levantó del árbol, entrando mientras Sai lo seguía. Cuando llegaron a la cafetería, la primera observación de Sai fue el gran grupo en la parte de atrás donde las chicas se sentaban sobre la mesa hablando entre ellas mismas mientras los chicos bromeaban o jugaban a mostrar su fuerza con luchas de brazos. En medio de ese caos se sentó una chica de pelo rosa que atrapó la atención de Sai por un momento, sólo cuando la rubia de antes apareció junto a ella y todo lo que Sai había estado pensando en la chica de pelo rosa desapareció cuando una sonrisa se deslizó en su rostro.
Viendo en la dirección que miraba Sai, Naruto miró hacia la mesa, notando que Ino susurraba en el oído de Sakura mientras esta miraba hacia ellos.
—Creo que vendrán aquí.— Dijo Naruto, arrastrando a Sai hasta la línea del almuerzo.
—Que vengan. Siempre puedo usar a un nuevo amigo.— Sai dijo, los ojos pegados a Ino mientras ella estaba junto a Sakura ahora, sus brazos cruzados mientras ella le sacaba la lengua. —Que linda.— Dijo Sai, lanzando un guiño a la rubia y recibiendo una cara disgustada.
Rió mientras esperaba a Naruto. —¿No vas a agarrar nada?— Preguntó Naruto.
—La comida de escuela no me llama la atención.— Sai respondió mirando las opciones por una vez. —Aunque voy a tomar esto.— Dijo, agarrando un plato de frutas y yogur, poniéndolo en el plato de Naruto. —Te lo pagaré más tarde.
—No te preocupes.
Sai y Naruto se acercaron a una mesa vacía, esperando a que Ino hiciera una aparición. Pronto, Naruto sintió el peso de una mano sobre su hombro. —Oye, Naruto, ¿quién es tu nuevo amigo?— Sólo le tomó un momento a Naruto para procesar de quién le pertenecía esa voz.
—Pregúntale a él, Kiba.— El rubio le respondió, sintiendo un nudo en su garganta mientras su corazón empezaba a sentirse acelerado. Kiba lo hacia sentir así simplemente porque Kiba era intimidante.
—Te estoy preguntando a ti, imbécil.
—Sai. ¿Y quién se supone que eres tú?— Sai contestó con los ojos mirando al adolescente detrás de Naruto.
—¿Qué clase de nombre es Sai?— Kiba se burló. —Lo que sea, oí que te llevabas bien con Ino allá.— Dijo, lanzando una mirada a la rubia que miraba fijamente a su dirección.
—Sí, creo que le gusto.— Dijo Sai, mirando a Ino.
Ino sabía que estaban hablando de ella, por las miradas, claro. —Cálmate, Ino.— Sakura cantó en el oído de Ino. —No quieres dejar que esos perdedores sepan que estás siendo afectada.— Dijo, mirando las miradas de Kiba.
Algo sobre el nuevo chico la molestaba también. —¿Cómo dijiste que se llamaba?— Le preguntó a su amiga.
—Sai.— Ino contestó, mirando a Sai que ahora le estaba dando una mirada de presunción mientras Kiba intentaba desesperadamente coger su atención.
—Oye, idiota, estoy hablando contigo.— Kiba agitó la mano delante de Sai.
—Ya lo veo, pero no me llama nada la atención de lo que tengas que decir.— dijo Sai con los ojos redirigidos hacia los de Kiba. —Sólo son amenazas vacías.
—Escucha aquí, pedazo de mierda.— Kiba gruñó, inclinándose sobre Naruto para agarrar el cuello de Sai.
—¿Oh?— Sai sonrió. —Te reto.— Se burló. —Pégame.
Kiba sólo frunció el ceño hacia Sai. No podía creer que el chico no se asustaría. En vez de eso, se estaba burlando de él y retándolo.
—Vamos, chico bestia, inténtalo. Es muy fácil, te sentirás bien.— Sai levantó la mano. —Ten, te ayudo.— Sai se aferró a la mano de Kiba, colocándola sobre su propia mejilla. —Todo lo que tienes que hacer ahora es pegarme.— Él susurró.
Kiba sintió la mirada de Sakura a sus espaldas. Sabía que otros también lo estaban observando. El silencio en la cafetería era demasiado y ahora se sentía presionado. —No vales la pena.— Dijo al final, soltando la camisa de Sai.
Se enderezó, mirando a Naruto y golpeándolo en la cabeza sólo porque quería. Con eso empezó a salir de la cafetería.
—¿Ya lo ves, Naruto? Te dije que era todo ladrar y no morder.— Sai lo dijo en voz alta, ganando algunas risas de algunas personas en la cafetería y la vez, deteniendo a un chico ahora molesto en su camino.
—¿Te he enojado más?— preguntó Sai, haciendo que Kiba lo mirara. —Qué te importa, no vas a hacer nada, eres demasiado gallina.— Sai dijo tan asegurado.
—Yo cerraría la boca si fuera tú.— Kiba lo amenazó.
—¿O que? Me mirarías con rabia a la muerte? No vas a golpearme; tienes demasiado miedo de meterte en problemas.
Tan pronto como esas palabras salieron de la boca de Sai, Kiba soltó todo lo que lo estaba deteniendo y corrió hacia Sai, listo para lanzar puños mientras Sai se mantuvo firme.
—¡Pelea, pelea, pelea!— La cafetería entera cantó mientras Sai detuvo el golpe de Kiba, dándole a Kiba un gancho derecho a su lado. El chico tomó el golpe e intentó golpear el rostro de Sai, pero una vez más, Sai detuvo su puño y usó su pie para patearlo en el ingle.
En ese momento, Sakura estaba enojada. Aunque Kiba nunca comenzaba peleas, él era un buen luchador. El hecho de que él estuviera perdiéndole a un perdedor como Sai la hizo reconsiderar el estado de Kiba en su grupo.
Ino, por otro lado, estaba preocupada, aunque sería condenada por Sakura si lo mostraba. Viendo como su amigo Kiba estaba perdiendo, no podía evitarlo, pero también admiro cómo Sai nunca tomó un golpe y se quedó donde estaba. Sólo Naruto era el que intentaba separarlos.
Ya cuando Kiba tenía que luchar para mantenerse de pie, Sai decidió que ya no era necesario hacer mas y finalmente agarró la mano de Naruto y lo sacó de la cafetería.
Sin embargo, se oyeron unos pasos detrás de ellos y Sai se dio la vuelta justo a tiempo para romper el salto de Kiba, haciendo que Kiba se tropezara y golpeara su cara contra la puerta. Aún así, se levantó, con los puños listos de nuevo.
Sólo cuando se preparó para balancearse, su puño se detuvo a mitad de camino cuando alguien le agarró la mano.
—¡Es suficiente, Kiba!— Sasuke gritó.