Temari se apresuró a su coche, encendiendo el motor y poniéndose su cinturón de seguridad. Apenas iba saliendo cuando Kankuro decidió correr hacia el coche y meterse por el lado pasajero.
—Entonces, ¿cúal es el plan?— preguntó, rezando para que llegen a salvo ya que Temari pasaba los límites de velocidad.
—Sai es el único que podría haber descubierto la evidencia. Ino abrió su boca. Los dos necesitan un recordatorio.— Temari gruñó, apresurándose por la carretera.
Kankuro sonrió; siempre le gustaba meterse en los asuntos de su hermana ya que le daban razón de pelear contra quien sea sin meterse en problemas. Claro, eso fue por hecho de que su padre parecía tener más favor a Temari simplemente porque era la única chica en la familia, así que él siempre se encargaba de recoger detrás de ella ya que ella era la favorita de papá. Si fuera Kankuro, solo digamos que el chico tendrá que recoger detrás sí mismo aun si tiene consequencias por pagar.
—Llama a Sakura,— Temari le ordenó al sacar su teléfono de su bolsillo.—Ella tendrá que ayudar si no quiere que saque sus planes al aire.
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Ese mismo día, Sasuke estaba teniendo problemas en tratar de hablar con Naruto. Había pasado tiempo desde ese pequeño incidente con el alcohol y aunque Naruto estaba en su misma clase, el rubio faltaba, dormía durante clases, o simplemente lo ignoraba.
Kakashi no sabía de ello, ni siquiera Iruka. Sasuke se quedó con ese secreto para sí mismo.
Esperó a que la campana sonara. Decidió que iba a hablar con Naruto sobre ello- sobre como había pensado en lo que había dicho Naruto y como vino a darse cuenta de que su corazón no latía porque simplemente lo quería proteger; sino porque amaba a Naruto. Estaba convencido de ello.
—Y acuérdense: ¡tienen que entregar esta hoja mañana!— Shizune llamó hacia los estudiantes al salir de la clase.
Lentamente, Sasuke, nervioso, caminó hacia atrás donde Ino, Sai, y Naruto estaban. —Naruto, ¿puedo hablar contigo? ¿Por favor?
Naruto alzó la mirada hacia él, luego a Sai e Ino quienes asintieron en silencio.
—Nos iremos primero.— Ino dijo, tomando su bolsa y jalando a Sai junto con ella.
—Naruto,— Sasuke empezó en cuanto Shizune al fin salió. Naruto volvió hacia él pero no podía mirarlo a los ojos. —No sé si lo que diga tendrá sentido, y no sé si puedo decirlo de otra forma pero solo quiero salir y decir que lo lamento todo.— Sasuke tomó una silla y la voltéo para sentarse y mirar a Naruto de frente. —Lo que me dijiste... lo pensé mil veces y supongo que me di cuenta... de que es mi culpa que te sintieras así. Lamento haberte rechazado en la forma en que lo hice. Lamento haberte ignorado, y lamento de que no había hecho nada sobre ello.
Naruto lentamente fijó sus ojos en él.
—Cuando dijiste que odiabas estar a mi lado solo como un amigo, yo- — Sasuke dejó salir un suspiro. —Escucha, me pongo nervioso alrededor de ti. Últimamente, me encuentro pensando en ti y en cosas asi. . .
Naruto alzó una ceja.
—Supongo que lo qué trato de decir es- — Sasuke rascó sobre el lado de su cuello. —Quizás esto no es el mejor tiempo para decirlo, pero. . .
Naruto esperó, su corazón latiendo rápido al anticipar las próximas palabras que salieran de la boca de Sasuke.
Sasuke suspiró, mirando a donde sea menos a los ojos del rubio. —Yo, eh. . .
—Ya dilo.— Naruto susurró, su voz seca.
Sasuke lo miro a los ojos y sonrió como pudo. —Te amo.
Naruto se iluminó, cerrando la puerta de su mente por donde una voz enojada le gritaba, advirtiendole que esto era un error.
—Sé que me escuchaste,— Sasuke sonrió. —...d-di algo.
Naruto sonrió, sus mejillas ruborizadas y de repente se encontró inclinándose para besar al azabache con alegría.
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—Kiba,— Kakashi lo saludó. —¿listo para las tareas de hoy?— Preguntó, caminando junto a Kiba mientras se dirigían a la clase de ciencias.
—En realidad, no. Solo lo hago por el dinero.— Kiba dijo. —Y supongo que también porque no tengo otra opción.
Kakashi se rió entre dientes al dar vuelta en un pasillo. Ino y Sai se encontraban esperando con ambas espaldas contra la puerta cerrada de la clase. —¿Supongo que Naruto y Sasuke todavía no llegan?— Kakashi preguntó al acercarse a ellos.
—Iré a buscarlos,— Kiba ofreció. —Tenía que pasar a los baños de todos modos.— Kakashi asintió y Kiba comenzó a correr hacia la clase de Naruto y en su camino, parando en unos de los baños.
—¿Kiba?— Sai preguntó al ver como Kiba se separó de Kakashi y empezó a correr.
—Baño.— Kakashi le ofreció en respuesta mientras abría la puerta con la llave pegada a su bolsillo.
Kiba, ya después de usar el baño, caminó con toda lentitud hacia la clase de Naruto con sus brazos detrás su cabeza.
Se fijó un poco por la puerta, viendo como Sasuke al fin pudo hablar con Naruto a solas. Decidió esperar y no interrumpir, así que se sentó en el piso.
Ahora, no solamente se quedó allí sentado, no. Con cuidado, el chico observaba y escuchaba como Sasuke al fin salió y se confesó; Naruto siendo rápido en inclinarse y besar al Uchiha. Kiba se quejó en voz alta, dándose cuenta de que había perdido la apuesta que hizo con Ino.
Y ahora, se maldecía a sí mismo al saber que Naruto lo escuchó y se dirigía a donde estaba, abriendo la puerta y encontrándolo dándose palmadas a la frente.
—¿Kiba?— Naruto preguntó, su sonrisa incapaz de desaparecer mientras Sasuke se puso detrás de él con su barbilla sobre su hombro.
—¿Sorpresa?— Kiba rió nerviosamente.
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—¿Así que entraste justo en el momento?— Ino se reía mientras Kiba le ayudaba a limpiar la oficina principal. Kiba se sonrojó, recordando el beso y se sonrojó aún más cuando Ino empezó a reírse de él.
—Cállate.— Le dijo, tomando el bote de basura y tirando los contenidos al contenedor de reciclaje.
Sai entró, sospechosamente mirando a Naruto y a Sasuke mientras los dos trabajaban con la grapadora y algunos papeles justo afuera de la oficina. —¿Alguien me quiere decir por qué coños el culo de pato y el zorrillo están sonriendo como idiotas hacia las grapadoras?
Ino y Kiba estallaron en risas, haciendo que Sai se sienta aún más confundido.
—Dejame y te cuento. . .— Kiba ofreció, limpiándose una lágrima imaginaria de sus ojos mientras Ino trataba de parar de reír.
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—Chicos, en verdad, ya parenle. Lo entendemos: son official. Ahora paren de frotarlo en nuestras caras.— Kiba rodó los ojos mientras hacía un movimiento de robarle una mordida a la comida de Naruto, frunciendo el ceño cuando Sasuke lo robo primero antes de que Naruto pudiera regresar.
Sai e Ino solo se rieron. —¿Estas bromeando? Es como si fuera el día de San Valentín. Consíguete una novia, Kiba.— Sai dijo, una vez más plantando un beso sobre la frente de su ahora novia.
—Y aquí yo pensaba que Naruto y Sasuke ya eran demasiado.— Kiba suspiró.
— ¿Qué?— Naruto preguntó al sentarse. — ¿Qué dijiste sobre Sasuke y yo?
—Nada. Pensé que todo iba a ser normal ahora, pero luego ustedes dos tenían que ir y besarse e Ino y Sai tenían que añadir al ridículo y preguntarse si querían ser novios.
—Tecnicamente, yo le pregunté.— Sai aclaró.
—Lo que sea, solo paren su jueguito de afección que me van a dar ganas de llorar,— Kiba suspiró aún más alto. —o más bien, vomitar.
Ambas parejas rieron. Y como si para empeorar las cosas, Kakashi e Iruka entraron a la cafetería; Iruka empujando a Kakashi al lado de manera juguetona mientras Kakashi se reía y lo abrazaba más cerca.
—Ahora sí quiero llorar.— Kiba suspiró tristemente.
—Dimelo a mi.— Hinata se rió al caminar detrás los maestros.
— ¿Tú que haces aquí?— Kiba preguntó.
—Pienso transferirme aquí para el próximo semestre. Pensé en venir ahora para hablar con Tsunade sobre los detalles y así tener excusa de ver a Naruto, pero. . .— Miro hacia Sasuke y a su mejor amigo. —creo que aún está ocupado.
—Las noticias viajan rápido, ¿no?— Kiba preguntó, apoyando su cara sobre una mano para no mirar a las parejas detrás de él.
—En realidad, me mando una foto.— Hinata se rió, enseñandole a Kiba el mensaje que Naruto le había mandado junto con una foto.
—Que asco.— Kiba frunció el ceño, luego río.
—No me digas.— Hinata sonrió.
—Tengo un anuncio que hacer.— Sai alzó la voz; Sasuke y Naruto mirándolo al igual que Hinata y Kiba. —Estamos bajo ataque.
—Tu y tus juegos tontos.— Sasuke se burló.
—No, lo digo en serio.— Sai deslizó su teléfono sobre la mesa hacia Kiba, quién al leer las nuevas publicaciones sobre Sasuke y Naruto, se lo pasó al azabache.
—Y no solo se trata de solamente Naruto, ahora se trata de todos nosotros.— Sai dijo mientras Sasuke frunció el ceño hacia la pantalla.
—Pero no se preocupen. Está vez creo que ya casi los tengo.— Dijo al sacar su otro teléfono, prendiendolo para comenzar su plan pero frunciendo al ver lo que pasaba. Kiba fue rápido para ver lo que era.
—Dijiste que no debíamos preocuparnos, ¿verdad?— Kiba preguntó, viendo como el teléfono de Sai operaba por sí mismo; entrando códigos y contraseñas a los archivos privados de Sai.
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—¿Cuanto tiempo más?— Sakura preguntó, apoyándose contra el marco de la puerta por detrás de Shikamaru mientras este escribía en la pantalla.
—Estoy adentro. Unos minutos más y mandaré todo esto a Tsunade.— Shikamaru bostezó.
Le habían ordenado a derrumbar a Sai, algo que Sakura no podía hacer ya que no tenía tanta práctica en hackear.
El chico había encontrado todos los registros de Sai: todo lo que Sai había hecho para descubrir a Temari y otras cosas más. Sabiendo que era ilegal lo qué el chico había hecho, Sakura estaba determinada en hacer que Shikamaru le mande toda la información a Tsunade, donde la señora tendrá que hacer algo y mandar a Sai a otro lado, aún si no quería. Era protocol y tenía que seguirlo a la letra.
El plan estaba funcionando bien si no fuera por algo inesperado: la máquina al que la pantalla estaba conectada empezó a hacer un sonido antes de pagarse por completo, dejándole a Shikamaru saber que toda su actividad estaba siendo monitoreada y que debería parar lo qué estaba haciendo.
Sin embargo, esto era un problema que Shikamaru podría arreglar fácilmente. El chico se burló al empezar con sus reparaciones, y luego frunció el ceño; tomando la computadora y lanzándola al aire, haciendo que se estrellara contra una pared de concreto.
— ¡¿Qué pasó?!— Sakura preguntó, sorprendida por el movimiento repentino.
Shikamaru solamente le dio una mirada preocupada. —Pienso que nos atraparon.