—¿Naruto?— Sakura llamo a través la puerta.
—Vete.— Dije, escondiéndome más profundo entre las sabanas.
La habitación estaba oscura a pesar del clima perfecto de verano afuera. Las persianas estaban cubiertas con cortinas gruesas para bloquear el sol.
Ropa que no fue usada aún estaba esparcida por todo el piso. El plato de comida que Sakura traía cuando pensaba que estaba dormido aún estaba por encima de una mesa junto a la cama bajo una lampara roja, una que iluminaba toda la habitación con un tiene resplandor rojo.
A Sasuke le encantaba ese efecto.
Sasuke.
Su ropa estaba en el piso. La ropa que se puso, la que tomo tanto en decidir y nunca uso se quedaron tirados allí y estaba justo como los dejó.
Su cama, nuestra cama, todavía estaba deshecha de la noche que pasamos juntos antes de la fiesta. Yo no me había sentado en ella, ni quería, al menos que. . . ¿al menos que qué?
Mi cabeza se hundía más entre las gruesas sabanas negras que Sasuke amaba. Esto fue lo único que he tocado de él.
Olía a él. De nosotros. Pero sobre todo a él.
Y desde ese día, hace dos semanas, no he hecho nada más que sentarme en el suelo con las sabanas envueltas alrededor de mí.
—Naruto, tienes que salir, todos estamos preocupados por ti.— La voz de Sakura de alguna manera penetró a través de las gruesas sabanas y a mis oídos.
No respondí.
Como siempre.
¿Por qué siguen intentando?
—Es Sasuke.— dijo Ino, caminando entre la multitud paraacercarseycoger la identificación.
Ella me miró.
—Qué. . .— Estaba empezando a llorar, inmediatamente lamentando besar a Sakura mientras pensaba en qué podría haberle pasado a Sasuke. —¿Qué sucede?— Le pregunté al oficial.
—Está muerto, el coche está destrozado.— El oficial informó sin importancia o compasión ya que mirando alrededor, todo lo que miraba era una gran cantidad de personas borrachas detrás de mi.
Esa memoria no me dejaba.
—Está muerto.
No.
—. . . muerto.
Vete.
—El cocheestádestrozado.
¡Para!
Lloré en las sábanas, mi mente trayendo recuerdos que nunca quería recordar.
Su funeral.
Los sollozos histéricos que salieron de mi boca al verlo sin vida.
Los insultos que su madre lanzaba a todos por dejarlo emborracharse y drogarse.
Estos recuerdos. . . necesitan desaparecer.
¡¿Por qué no puedodejar de recordar?!
¿Por qué no estuve con él? ¡¿Por qué?! Porque estaba tan enojado, tan estúpido, tan. . . borracho.
Pero, ¿qué podría haber hecho yo?
Podría haber muerto con él.
Podría.
No me importaría.
Si había muerto con él, sería feliz.
Sí.
Muerte. La muerte es la respuesta.
Tiene que haber algo . . .
* * *
—Naruto.— La voz de Sakura volvió a despertarme de mi sueño.
—Naruto, ¿cómo te sientes?— Me preguntó y abrí los ojos para ver que no estaba en la habitación de Sasuke, nuestra habitación.
No, esta habitación era demasiado blanca e iluminada.
—Me siento como mierda.— Dije, mi voz demasiado ronca. —¿Dónde estoy?
Sakura suspiró en alivio. —Idiota, de ahora en adelante, voy a esconder cada medicamento de tu vista. Me asustaste.
¿Medicación?
—Naruto sé que es difícil aceptar que Sasuke. . .— La fulminé con la mirada. —. . . su muerte, pero no puedo perder a otro amigo.— Ella dijo, su cara triste.
—No me importa lo que piensas.— Le comente.
—Sé que estoy siendo egoísta aquí, pero no voy a dejarte morir, te necesito, te necesitamos, Sasuke hubiera querido que-
—¡Sasuke no hubiera querido nada! ¡Tú no sabes lo que él quiere, lo que él quería, no te atrevas a decir su nombre!— Grité, a punto de darle una bofetada pero me di cuenta de que mis manos estaban atadas.
—No me importa lo que pienses, no me importa si estás siendo egoísta o no. ¡Yo voy a morir, me reuniré con Sasuke y no puedes detenerme!— Mi grito debería haber sido escuchado desde afuera, ya que dos mujeres en blanco entraron corriendo por la puerta tratando de calmarme mientras Sakura miró hacia otro lado, incapaz de mirar mientras inyectaban algo en mi brazo.
Y lentamente, me dormí.