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Sólo un poco de amor. por Akatsuki-san

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Severus recorría las instalaciones de su nueva casa, o mejor dicho trataba de encontrar su habitación; la mansión Malfoy era inmensa y con incontables habitaciones... Su bebé estaba en la cuna siendo vigilado por su padre y él, al sentir sed bajó a la cocina y valla que tuvo suerte al encontrarla, ahora el problema era que llevaba abriendo habitación tras habitación y no daba con la suya.

Justo cuando intentaría suerte con otra puerta, una mano tocó su hombro y provocó que tirará el vaso de vidrio que tenía en sus manos.

Con un paso en falso y casi pisa los vidrios rotos, si no fuera por Lucius que lo jaló contra su pecho.

-Lucius... Lo siento, te has despertado por el ruido.

-Creo que más me despertó el saber que no estabas en la cama, sucede algo.

Con las mejillas rojas por la vergüenza y tratando de desviar la mirada pronuncio algo en un pequeño susurro.

- me perdí.

-Que dijiste?

-Dije que me perdí!

- Eso creí. Vamos mañana a te daré un recorrido en la casa... Y así podrás familiarizarté con ella.

- Me parece buen idea, lo del vaso...

- Descuida el elfo vendrá a limpiarlo enseguida.

- Y nuestro hijo?

- Dragón está dormido... Es muy tranquilo por las noches, avances pienso que alguien lo hechiza para que no se despierte hasta al día siguiente.

Una sutil risa escapó de sus labios, la verdad es que su bebé era muy dormilón, siempre pensó que los primeras noches se las pasaría en vela, pero al parecer no, cuando estuvo embarazada Draco no perdía la oportunidad en patear y tal parece que prefería patearlo en las noches... Tal vez su hijo se lo están recompensando.
Antes de darse cuenta ya estaban dentro de la habitación, se dirigió a la cuna que están dentro de la habitación y ahí contempló a su hijo, como su pecho subía poco a poco con una ligera respiración. Las manitas cerradas en puños y con un poco de baba saliendo de sus labios.
Verlo dormir era una delicia para ojos de ambos padres... Lucius de sentía orgulloso de ver que su hijo se parecía tanto a él, incluso sus padres mostraban fascinación cuando visitaban a su nieto, sobretodo porque heredó toda la apariencia de un Malfoy.

- Sucede algo Sev?

- No es nada... Nada importante.

- Entiendo. Ven vamos a dormir.

Con cuidado se recostó en el espacio de la cama, las sábanas y cobijas desprendían un olor a lavanda y sándalo... Sintió las manos de Lucius aferrarse a su cintura y unos cálidos labios besar su cuello... Tenía que tener cuidado si no quería terminar cediendo a sus impulso y terminar teniendo sexo con su novio y en la misma habitación donde su bebé dormía.

- Luc, basta... Draco puede... Pue...de.... Despertar... Ahaaa.

-Entiendo... Solo será un pequeño momento.

Entre besos que fueron descendiendo a su clavícula y una manos que recorrían su pecho, retorciendo sus pezones con lujuria pura... Severus sentía derretirse.

Lucius sentía la leche de Severus escurrir por sus fuertes manos, y eso solo provocaba que su excitación creciera.

De dónde saco fuerzas Severus, no lo sabe, pero el momento en que aventó de la cama a Lucius Abraxas Malfoy nunca lo podría olvidar... Ambos se miraron con cautela... Lucius entendió el mensaje de su pequeño novio y tuvo que ir al baño a desquitar sus "frustraciones"... Y valla que eran muchas.

En la cama un Sev todavía agitado y jadeante se cubrió la cara con el almohadón, sabía que Lucius tenia meses de abstinencia, para ser exactos desde que había tocado a Sev en el colegio... Pero después de la llegada de Draco y su mudanza a Malfoy Manor... Solo habían tenido encuentros a medias y todos eran terminados por Sev... Aunque no quisiera abmitido, el hecho de que la cuna de su hijo estuviese adentro de su cuarto era en parte porque no quería que Lucius lo tocará de esa forma... La otra era porque consideraba que su hijo tenía solo mes y medio de nacido, lo que él consideraba muy pequeño para dormir solo.

Cuando Lucius salió del baño, ya más aliviando, encontró a su futuro esposo durmiendo plácidamente con las mejillas sonrojadas...

Sonrió enterar ido por la imagen, voltio a la cuna para ver a su hijo y vio que este tenía los ojos levemente abiertos, plata líquida era lo que veían...

- Tu madre me ha dado el mejor regalo sin duda alguna Draco.

El pequeño bebé solo lo miro para luego dejar escapar un balbuceó, a lo que su padre respondió acariciando el aterciopelado cabello cenizo, al sentir la calidez de la mano de su padre, Draco no dudó en cerrar los ojos y volver a su mundo de sueños y fantasías.

Con cuidado se acercó, y beso la frente de su novio, para luego el acostarse en su cama, y cubrirlos a ambos con las mantas; realmente hizo una buena elección a elegirlo como pareja.

Los días pasan para los dos jóvenes padres, de vez en cuando los chicos recibían cartas de los merodeadores para saber del bebé, el más afectado era Sirius, quien tenía su orgullo herido, ya que aunque no lo admitiera, le ilusionista la probabilidad de que fuera su hijo, incluso estaban haciendo planes para el cuarto de su cachorro, claro si este fuera suyo, pero no fue así; James se sentía aliviado, eso quería decir que las cosas con Lily seguían bien, y Remus se quitó un peso de encima al saber que no había niño con probabilidad de nacer licántropo.

A Lucius aún no le gustaba que recibiera esas cartas, sobretodo las que venían de parte de Black, una vez le tocó recibirlas y la de Sirius le pareció la más inapropiada y llena de vulgaridades e insinuaciones, sin duda aquel Black no nació para la elegancia y pulcritud.

Severus solo reía ante las palabras que Sirius Black podía poner en el pergamino, sin duda alguna la sutileza no era lo suyo, aveces se lo podía imaginar quebrándose la cabeza para poder escribir las cartas que le enviaba, eso le causaba gracias y un gusto culposo era ver cómo Lucius fruncía el entrecejo con evidentes celos, a Sev, le encantaba ver a peliplata celoso.

Era una mañana bastante ruidosa, Lucius tenía una importante reunión con su mejor amigo, un tal Tom Marvolo Riddle; su familia daría una fiesta, para ello debían asistir todos los miembros de la familia Malfoy, y como su futuro esposo y literalmente madre de sus hijos, tendrían que asistir, por lo tanto, tubo que verse en la necesidad de despertar al bebé, que dormía plácidamente...

Ahora lo único que se escuchaba en la mansión era el estridente llanto del infante, el mayor de la habitación comprendió que había sido una muy mala idea decir que su familia asistiría, su hijo está ahora berrinchudo y de muy mal humor, Severus enojado por qué su bebé estaba de mal humor y él resultaba ser el villano.

Toda la recepción Severus se la pasó arrullando a su hijo para que se durmiera... cosa que consiguió con mucho esfuerzo.

Cuando ambos llegaron a su casa, era ya entrada la noche y Lucius solo atino a arrojar la corbata en la cama, estaba de muy mal humor el también... no disfruto para nada su salida, su hijo no dejó que lo cargará nadie e incluso le jalo el cabello, y no pudo ni siquiera bailar una simple pieza de música con su esposo, su noche había sido una gran catástrofe.

Severus al ver como su esposo arremetió contra sus prendas, pidió a los elfos que llevarán a su hijo a su habitación, (la habitación que había sido designada para el pequeño) y que lo vigilarán, el hablaría con su novio.

Recogió cada prenda que fue votada y las doblo pulcramente, con cuidado se subió a la cama detrás de su esposo y con sus finas manos brindó un placentero masaje a los tensos hombros de Lucius, que soltó unos suspiros de placer al sentir que los nudos se desvanecían... Al masaje le siguieron unos besos que recorrieron el cuello mordiendo de vez en cuando la piel tersa de Luc, y una manos tímidas y temblorosas, pero a su vez decididas comenzaron a desabrochar la camisa y recorrer el firme pecho de su novio.

Lucius tomo el cuello de su novio y volvió más profundo y pronunciado el beso, el cual se olvidó más húmedo con el paso de los segundos, las lenguas de ambos recorrían la cavidad bucal del otro, el rubio mordía con ímpetu los finos labios de Severus que aferraba sus manos al pecho del rubio, de han manera bastante misteriosa, Lucius acomodo a Severus en sus muslos, con desesperación comenzó a masajear los muslos contrarios por encima de la tela del pantalón, bajo sus labios para ahora recorrer el pálido cuello de Sev, luego dejo marcas de mordidas por su clavícula, el cuerpo de su novio se arqueaba contra él, y los gemidos y jadeos era incesantes...

Con mucha lujuria saliendo por los poros tiró de la camisa dejando al descubierto el pálido pecho del chico y vio con gula los efectos pezones risas que lo invitaron a mamar de ellos, no dudó en prenderse de uno de ellos, y succionar con fuerza, cosa que arrancó un un enorme grito de placer de la boca del pelinegro...

Lucius succionaba con fuerza la leche que salía del pecho, tiraba con fuerza del pezón hasta casi arrancarlo; no dudó en pasar al otro pecho y pasar la punta de su lengua por el... Severus se sujetaba con fuerza de los hombros de Luc, e inconscientemente comenzó a frotar su trasero contra la erecta entrepierna de su rubio, sentía que Lucius lo dejaría seco en cualquier momento... su cuerpo temblaba de la excitación.

La atrevida mano que atendía el otro pecho, bajo por la espalda baja y se adentro a explorar aquel orificio que tenía tiempo añorando, sin pensarlo mucho adentro dos de sus dedos, Severus gimió de dolor ante la ruda intromisión, pero poco a poco fue relajando sus caderas, los largos y estilizados dedos de Lucius se movían con gracia dentro de él, tocando lugares inimaginables... Sin poder retenerlo por mucho tiempo, se vino mojando su ropa interior y pantalones.

Con el reciente orgasmos vivido, su mente se encontraba nebulosa en el placer... Un temblor recorría su cuerpo entero, Lucius desvistió sin pensarlo más, quitó la poca ropa que ambos tenía y tomando ambas piernas de piel lechosa las habría lo más que pudo, Severus no sabía si aquella acción le provocaba más excitación o vergüenza... Pero ya no podía postergarlo más, tomando la cabeza de Lucius brindó un beso bastante lujurioso.

Sin pensarlo más introdujo su hinchando pene en su pequeña entrada, Sev no pudo evitar retorcer su cuerpo, todavía no se recuperaba de su orgasmo anterior y se encontraba bastante sensible...
Las arremetidas dieron inicio enseguida, volviéndose cada vez más fuertes y salvajes, Lucius lo tenía sujeto por las caderas con bastante fuerza... Tal vez mañana tendría marcas moradas en aquella zona.

Los gruñidos de parte del rubio y los gemidos agudos de Sev, se fundían en una música armonizada que se dejaba escuchar en todos los rincones de la silenciosa mansión...

No supo en que momento Sev pidió más o que fuera más rápido, tampoco Lucius supo cuando lo cambio de posición y se encontró con Sev cabalgandolo mientras él masajeaba su pecho y acariciaba su cabello, no tenían cabeza para nada que no fuera entregarse al placer del otro.

Perdieron la cuenta de cuántas veces se corrieron, Severus se sentía lleno por la esencia de su futuro esposo y padre de su único hijo por el momento, y sentía su vientre pegajoso por su propia corrida...

Y aún así Luc parecía tener energía para más, y se dejó hacer hasta perder la consciencia en brazos del otro.

A la mañana siguiente o mejor dicho al medio día, Sev abrió su negros y profundos ojos para observar cómo Lucius lo observaba con tanto amor y ternura.

Sonrió con afecto correspondiendo a la mirada de su rubio, y paso su mano acariciando la mejilla y acomodando los largos cabellos platinados atrás de la oreja.

- Amaneces bien cariño?

- Muy bien... El mejor despertar que he tenido en meses... Muy placentero.

- No me extrañaría que con nuestra basta actividad quedarás en cinta nuevamente.

- No... No lo creo. Quiero criar a dragón el tiempo suficiente o al menos hasta que haya cumplido unos cuantos años.

- Entiendo... Pero no negras que la noche y madrugada fue estupenda...

- No lo niego, fue bastante agitada y placentera... Aun tengo restos tuyos dentro de mí.

- No digas eso que harás que piense día veces si en verdad quiero que salgas de esa cama.

- Tonto... Yo...

- Que sucede Sev?

- No... Bueno yo... Quería disculparme contigo por evitarte estos meses.

- No tienes de que preocuparte, es completamente mente normal.

- Ah sí?

- Claro, no tienes que sentirte mal por haber subido de peso, con un poco de ejercicio lograrás bajar los kilos de más, y por mi, te amaría aún si hubiese engordado mucho.

Lucius seguía dando su discurso acerca del autoestima y inseguridad corporal, tan metido están en eso que no se dio cuenta de cómo Severus comenzaba a enojarse... Pero si no fuera por lo último dicho, Lucius hubiese terminado fuera de la cama nuevamente.
- Me refería al hecho de que me acosté con alguno de los 3 merodeadores o tal vez con los tres y me siento mal por no acordarme de nada.

- Eso no lo sabía... Pero no tienes nada de que preocuparte, tú no te acostaste con nadie más que conmigo ese día, ahora comprendo porque los estúpidos estaban en la sal de largo aquel día.

- Quieres decir que no me acosté con nadie...

- Bueno a decir verdad, me sorprendió bastante, porque aquella vez te confesé lo que sentía y sin esperar te bese y al ser correspondido no desaproveche mi oportunidad y te hice el amor, me sentí más que aliviado y feliz al ver que era correspondido por tí.
Solo me descuide un momento para ir por un objeto y cuando me di cuenta ya no estabas, solo te habías llevado tu túnica y la demás ropa la había dejado... los días siguientes ti actitud fue indiferente como si nunca hubiese pasado nada entre nosotros, y creí que había hecho algo mal o tal vez estás molesto por mi osadía.

Así que decidí darte tú espacio.

- Y como sabe que no me acosté con ellos?

- Porque mi hermoso Severus, antes de graduarme de Hogwarts  no te dejaría sin protección alguna, así que te lancé un hechizo de fidelidad... Este me diría si estabas viéndote con alguien más.

- Quieres decir que todo el tiempo que pase el embarazo solo, tú lo sabías?

- No precisamente, no tenía ni la menor idea de que fueras un mago fértil, así que cuando me gradué entre a trabajar en el ministerio de magia enseguida, compré esta casa, en caso de que mis padres no dieran su aprobación para mi relación contigo... Pero la sorpresa me la llevé yo al recibir la carta de Dumbledore diciendo que estabas en trabajo de parto, dejé mis cosas en el escritorio y me dirigí a San Mungo.

- Y los rumores?

- Bueno, la verdad es que si los escuché y trate de hablar de esos contigo pero enseguida me veías y terminadas huyendo.

- Y como fue que termine desnudo y con los 3 merodeadores?

- Bueno, eso no lo se, pero creo que luego les haré una visita para dejarles claro a quien perteneces...

Severus cubrió un poco su desnudez con la sabana mientras que lucía seguía dándole vueltas al asunto... Sin duda alguna se consiguió una pareja bastante celosa.

******
En alguna parte de Londres mágico  Sirius escribía otra de sus tantas cartas, aún no sabía cómo su plan había fallado, es que no sabía cómo fue que todo resultó así de mal...
El había puesto esa droga muggle que compró en el mercado negro en los pastelillos de zarzamoras, aquellos que siempre vio a Sev comer con satisfacción, y lo vio comerse uno completo y la mitad del otro... hasta ahí estaba bien la cosa, incluso el comió la mitad de uno, no sabía en qué momento comenzaría a hacer efecto la droga pero ahora debía de vigilar a Sev hasta que diera síntomas de desconcierto.
Su plan tenía que ser infalible, se acostaría con Sev hasta el amanecer, y esa atracción desmedida que sentía por el chico de pálida piel desaparecería, y sería libre... Pero wlquien diría que una confusión terminaría haciéndose a la hidratación de que seria padre del hijo de Sev... Claro que no se le acercó hasta el momento indicado... Pero el saber que sus dos mejores amigos también podrían serlo lo desconcertó, malditas drogas muggles.

****

Lo que no supo fue que un elfo doméstico tomo los pastelillos y en el camino a la cocina se encontró con sus amigos, que felices se engulleron el resto de ellos.

Y para colmo de males, lo habían ido a buscar.

Solo recuerda el momento en el que escucho la voz de Prongs llamándole, y luego la voz de Remus se le unió... 

Y al final de la noche todos ellos estaban en algo que a simple vista parecería un trío, pero la droga solo te hacia perder la noción y olvidar lo que hiciste por cierto determinado tiempo, ellos solo habían terminado desnudos por haber jugado poker y luego de hablar de quien la tenía más grande y todas esas cosas... Habían terminado bebiendo y contando sus más grandes hazañas en la cama.

Severus luego de haberse acostado con Lucius, se levantó de la cama y salió rumbo a su habitación, comenzaba a sentirse enfermo y algo mareado, una puerta se abrió en la pared de un pasillo y como su curiosidad era grande, se adentro... Dentro había una cama con 3 cuerpos... Lucía muy cómoda con todos esas almohadas y sin pensarlo mucho termino acostándose ahí.

Sin saber que al día siguiente una gran confusión se llevaría acabo.

Volviendo con Sirius, este agradecía que Peter no estuviese con ellos, porque no se le hacía gracia alguna ver el cuerpo desnudo de su rollizo amigo.
Pero en fin, el que Sev estuviese comprometido no decía que nos e pudiese divertirse con él, así que aquí iba otra de sus tantas cartas con insinuaciones por de más indecorosas.

A fin de cuentas el es Sirius Black.

Y en un futuro muy lejano, el terminaría siendo padrino de Draco Lucius Malfoy, y tal vez de pequeño Harry Potter.

Por otro lado, el regreso al colegio era inminente y Sev terminaría la escuela porque eso era más que un logro, aparte todos estaban más que encantados con su lindo hijo.

Qué más podía pedir a la vida...

++++++±+++++++++++++++++++++++++
.gracias por leer.
Los quiero mucho.







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