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Seiteki VIRUS por metallikita666

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II

“Parasite of the brain

Turning off my sanity and forget your name…

Reaching back into my mind

Repeating words echoing through your mind.” Kiseichuu

 

Fuera porque quisiera justificarlo con que se veía impelido a complacer a Tetsu, porque no estaba dispuesto a perder frente al mayor o porque su propio miembro no aguantaba la falta de atención, Takayuki se arrimó a su amante y se sumó a los estímulos que el senpai le prodigaba, con la misma pasión con que lo hacía siempre que tenían oportunidad y deseo. Apretó la erección del chico, acariciándola cada vez con más intensidad pues la ligera tela del short lo permitía. Asimismo, tomó la mandíbula ajena y obligó al menor a voltear hacia su lado para besarlo con fiereza. El maldito instigador de todo aquello no sería el único que se vanagloriaría de sus artes amatorias.

Los frotamientos obligaron a Itakura a soltar un jadeo mientras Yuki lo besaba y manoseaba, pues al tiempo que esto sucedía, Uruha había colado la mano por debajo de la camiseta ajena y pellizcaba su pezón derecho. El mayor de todos rio y luego se dirigió al objeto de su obsesión.

-Espera, Yuki-chan… Creo que sería mejor si nos deshacemos de esto…- Indicó, tomando la falda de la camiseta del vocalista para subírsela y sacársela, dejándolo con el albo torso desnudo. –Ahora sí… Puedes continuar.-

Dicho aquello, Takashima se inclinó para lamer el recién descubierto pecho sin esperar aprobación alguna y, por el contrario, disfrutando mucho de la alarmada expresión en los ojos de Tomioka, la cual de soslayo pudo apreciar. Takayuki entonces intensificó y profundizó los besos dejando casi sin aliento a su amigo, hasta que tuvieron que separarse para tomar una bocanada de aire.

-Ahhh, Yuki-chan…- Jadeó el menor, quien crispaba los dedos sobre el cemento, pues mantenía ambas manos apoyadas en la banca. –Nmm… ¡Mmmm, ahhh, senpai!-

Uruha se había ensañado con uno de los sensibles órganos en el torso del pelicolorido, lo cual provocó que este se sonrojara y retuviera visiblemente sus jadeos, al no sentirse confiado del todo a causa del lugar en que se hallaban.

-Oye, Kouyou: no seas brusco. Ve despacio con él.- Lo amonestó Tomioka, todavía bastante abrumado por los celos, si bien sabía que intentar discutir con el de Kanagawa era siempre una causa perdida.

-Pero si a Tecchan le gusta lo que le hago… ¿No, mi cielo? Mira qué hermoso sonrojo tiene…- Dijo, embelesándose por un instante con el rostro colorado del más bajito. –Es tremendamente sensible, y eso me encanta…-

Sin decir nada más, Takashima se levantó y fue a colocarse entre las piernas de Tetsuya, quien como se ha dicho era el único que se encontraba sentado en la banca de la manera convencional. Así, apoyaba los pies sobre el piso, por lo que el castaño le separó las extremidades para hacerse lugar, y luego pasó sus manos de manera descarada por los muslos y pelvis del chico.

Takayuki se removió de nuevo. Si ya le era problemático aceptar la cercanía entre su mejor amigo y el mayor, ni qué decir de las iniciativas de este último, una más impúdica que la otra. En su criterio, las cosas iban demasiado rápido, a pesar incluso de que los ánimos de todos estuvieran bullendo para ese momento: espoleados por razones muy distintas, pero en un innegable despliegue de calentura y hormonas a fin de cuentas.

-¡Ey! ¿¡Qué haces!?-

-Joder, Yuki; ¡tú a lo tuyo!- Exclamó Uruha, dirigiéndole una aviesa mirada al otro guitarrista. –Es muy evidente lo que pretendo, ¿o no? Y ya sabes cuál es mi regla: mientras no se nieguen decididamente, continuaré.-

Acto seguido, tomó el borde del pantaloncito de deportes del menor y lo bajó, descubriendo de inmediato, y ante los ojos de los tres, aquella maciza erección. Itakura exhaló un nervioso y avergonzado gemido.

-Vaya, vaya… ¿Pero qué tenemos aquí?- Se sonrió el de Kanagawa, sosteniendo la prenda ajena con la siniestra, pero llevándose la mano contraria a la boca. Se lamió los dedos con descaro y después dejó que resbalara por ellos cierta cantidad de saliva, con el objetivo de mojarse también la palma. Posteriormente, tomó el miembro del muchacho. –Uh, por dios… Pero qué niño tan candente…-

Takayuki, sabiendo perfectamente que aquellos estímulos pronto enloquecerían a su chico, sumó su mano a la de Kouyou al tiempo en que se apoderaba una vez más del sensible cuello que se le ofrecía, usando su lengua para describir apasionados círculos; combinando con algunas mordidas y succiones. Instantes después, Tetsu no pudo ni quiso reprimir sus gemidos, los cuales dejó fluir libremente al ser atacado de semejante manera por ambos flancos, llenando los oídos de los otros dos, quienes se enardecieron todavía más.

Tras unos minutos, Kouyou tomó la mano de Yuki y la apartó llevándola al escroto de Itakura: adelantándose con más que claras intenciones.

-Ah… ¡Ahhhhh!-

Yuki se retiró del hombro del menor para observar lo que sucedía, y se quedó atónito ante el cuadro. A solo centímetros, el castaño felaba a Tetsuya con un gusto enorme, dejando caer tanta saliva que hasta a sus propios dedos llegaba.

-Nhhmm… Ahhh, K-ou-you… senpai…-

Maquinalmente, el pequeño cantante llevó su diestra a la cabeza del mayor y coló los dedos entre aquellos lacios cabellos color almendra, sujetándolos. Sus piernas estaban tensas, y si bien segundos antes se había permitido gemir con fuerza, volvía a reprimirse, intentando soportar un placer mayor.

Yuki estaba muy confundido y hacía un esfuerzo enorme por procesar todo cuanto veía y sentía a un tiempo récord, pero fue sacado de sus aturdidos pensamientos por la mano contraria de Uruha sobre la zona de su bragueta. El violento enrojecimiento en su cara lo dijo todo.

-Bájate el short.- Ordenó Takashima luego de que se detuviera y desocupara la boca.

Tomioka se quedó perdido en la manera en que relucían los labios del condenado pelilacio: entreabiertos, húmedos y enrojecidos. Todavía más deseables y excitantes, si es que eso era posible.

Sorpresivamente, el de Naniwa no necesitó una segunda llamada para obedecer, y ni siquiera protestó. Poniéndose en pie, se sacó la camiseta, dejó caer su prenda inferior y volvió a sentarse al lado de Itakura. No obstante, cuando Uruha pretendió retomar su actividad oral en la hombría del kouhai e iniciar la manual sobre el miembro de Tomioka, este le detuvo.

-Espera.- Le indicó al pato, y luego besó la parte alta del brazo de su amigo para llamar su atención. –Tecchan, ven. Siéntate en mi regazo.- Le susurró con indudable cariño, sonriéndole.

El menor de los tres hizo como se le indicaba. Al recibirlo sobre sus muslos, el chinpira mayor cuidó que su propio miembro rígido quedara detrás del cuerpo del vocal, de modo que pudiera rozarle las nalgas. Yuki lo tomó de las caderas sugerentemente, a lo que el otro no se hizo de rogar y correspondió moviendo la pelvis.

-Nhhh… Eso es…-

Kouyou, gratamente sorprendido, miraba la escena cuidadosamente, con los ojos bien abiertos y mordiéndose el labio inferior. Conforme los vaivenes de las caderas de Tetsuya aumentaban, la necesidad de palpar su propia entrepierna se hizo imperiosa. Para comenzar, era la primera vez en que veía a Takayuki completamente desnudo, como tanto y por tanto tiempo le había apetecido; segundo, y como si no fuera poco, tenía la oportunidad de deleitarse observándolo en aquellas poses y faenas.

Lentamente se acercó a los otros dos y puso su mano sobre la rodilla de Tomioka, quien se volteó hacia él. Su semblante exhibía un gesto entre burlón y lascivo.

-Tú sigue en lo que estabas… ¿no?-

Arrodillado en medio de ambos pares de piernas, Uruha volvió a engullir la virilidad de Itakura, pero esa vez posó sus manos sobre los muslos de Takayuki y los arañó con deseo. El ambiente se llenó de lujuriosos sonidos de roces, succiones, jadeos y gemidos. Takayuki, aprovechando la cercanía, besaba la espalda de su amigo, obligándolo a curvarla más con tales estímulos, los cuales se sumaron al fuerte oleaje que poco a poco lo obligaba a sucumbir.

Unos minutos después, el hijo de Ken-chan, quien conocía bien el cuerpo de su amante, se percató de que este estaba pronto al clímax, por lo cual llevó la diestra a la base de aquel miembro que tan vigorosamente estaba siendo devorado, rodeándola y ejerciendo presión en ella. Takashima no necesitó explicación alguna acerca de aquel acto, por lo que, colocando su propia mano sobre el antebrazo de Yuki para comunicarse con él a través del agarre, redobló la rapidez de las intromisiones y la intensidad con que su lengua se rozaba contra la dura carne del más chico, quien irremediablemente se liberó en la boca del mayor.

Takayuki se dio totalmente por enterado una vez que los gritos de Tetsuya fueron inequívocos, combinados con las sacudidas de su cuerpo; así como gracias a la presión de los dedos de Uruha en su extremidad. No podía ver, pero lo imaginaba fácilmente gracias a lo atestiguado momentos atrás, y al no escuchar la exhalación agitada de Kouyou supo muy bien adónde había ido a parar el semen del menor, lo cual hizo que un exquisito escalofrío le recorriera la piel y le erizara todos y cada uno de sus vellos.

-Se-senpai… Ahh, ¿pero qué…!-

Después de recibir hasta la última gota en su cavidad, Takashima se levantó de improviso y fue a besar a Tetsuya, obligándolo a probar su semilla. Ambas salivas, junto con el fluido espeso y blanquecino se mezclaron en aquellas dulces boquitas adolescentes, resbalando incluso por las comisuras del desprevenido menor durante el fogoso beso. Entonces, Uruha se apartó del menor y lo tomó por la mandíbula una vez más.

-Trágalo.- Ordenó con suave voz. -Mmm, así. Muy bien…-

Al oír tal intercambio y observar las acciones del castaño (que era a quien podía ver desde donde estaba), el miembro henchido de Tomioka dio un par de saltos, todavía en medio de las posaderas del más bajito. Éste se dio cuenta y murmuró el nombre de su amigo entre risitas.

-¿Yuki?- Repitió el mayor, entendiéndolo todo. –Oh, claro. Tomioka-san está inquieto también, ¿no, Tecchan? Bueno, ¿qué esperas? Ve a atenderlo…-

Takashima, cuando acabó de hablar, chupó melosamente y de nueva cuenta los labios del chico, quien para entonces le correspondía con total soltura, dejándose hacer o enredando la lengua en la del sensual senpai. A continuación, Tetsuya se alejó del regazo de Yuki para poder voltearse, ubicándose así en brazos de su amante, quien también le recibió con un ardoroso beso.

-Son tan lindos ustedes dos… Hacen hermosa pareja.- Kouyou se acercó y se pegó al dorso de Itakura, llevando las manos a aquellas bonitas caderas, de las cuales se sostuvo al tiempo que rozaba su propia pelvis en las suaves nalgas ajenas. –Así que ni por un momento teman que quiera separarlos.- Agregó, clavando su mirada en los ojos de Takayuki, quien los había abierto para atisbarle. –Sólo deseo jugar un poco…-

Y mientras Tetsuya se deleitaba con los roces bucales impuestos por un dominante Yuki que paseaba sus manos por aquel cuerpo desnudo, Kouyou se despojó también de su ropa mediante una rápida maniobra y quedó como los demás. Se allegó para seguir frotando su excitada parte baja contra la retaguardia de Itakura, pero en determinado punto lo inquietó un poco con sus movimientos. Tetsu dio un respingo apenas sintió la rígida virilidad del senpai deslizarse en medio de sus posaderas.

-¡Ahhh!... Nhhh… Mmm…-

Previendo el regaño de Takayuki y en aras de tranquilizar a su kouhai menor de todas formas, Uruha se acercó a la oreja del pelicolorido menor y le apartó los cabellos.

-Tranquilo. Que por supuesto que primero voy a prepararte…-

Y antes de que un desconfiado Yuki pudiera interrogar al mayor sobre sus métodos, el de Kanagawa se agachó y Tomioka obtuvo la respuesta al ver las mejillas de su mejor amigo volver a ruborizarse fuertemente, mientras este se tomaba de sus hombros y se inclinaba ligeramente, obligado por las acciones del castaño.

-Ahh, n-no… ¡Se-npai… ahí… no…! Uhhhh...-

El menor de los hijos de Kenji Ishii sabía perfectamente de qué manera esos estímulos hacían al chico avergonzarse y a un tiempo derretirse, y si bien estaba claro con que aquella vez no podría prescindir de Uruha para ser el único que llevara la batuta, sí que podía colaborar.

-Sí, Tecchan. Ahí, sí.-

De inmediato, subió una de las piernas del más bajito sobre la suya, ampliando así el ángulo de acción del artero castaño, y por si no fuera poco, llevó sus propias manos a aquel trasero ávidamente saboreado, con el objetivo de apartarle todavía más las carnosidades. De esta manera, Takashima pudo emplear sus extremidades en rasguñar las piernas ajenas y en, por qué no, acariciar los dedos de Yuki conforme adentraba más la lengua en su apretado objetivo.

Desde el momento mismo en que el placer se tornaba inaguantable para Tetsu y sus voces y fuertes jadeos llenaron el aposento, Tomioka supo que tendría que hacerse a la idea de lo inminente, pues era bastante obvio qué cosa buscaba Uruha con esos ataques. Con él siempre se había comportado ardiente pero sumiso; empero, sus modos con Tetsuya eran muy distintos, ya que al igual que le sucedía a él mismo, resultaba imposible no desear imponerse ante este último.

Las uñas de Itakura clavándose en sus hombros fue lo que lo sacó de tales pensamientos, junto con la manera en que este casi que desfallecía sobre su cuerpo cuando Kouyou se decidió a meterle los dedos para dilatarlo. Yuki bajó la mirada y gracias al espacio que había despejado cuando subió la rodilla de Tetsu a su muslo, pudo distinguir perfectamente la entrepierna de Takashima, la cual hasta ese momento no había visto. Se halló a sí mismo apreciando sus dimensiones, pero lo que lo azoró principalmente fue atestiguar el ansia con que el mayor se tocaba.

En determinado momento, y para sorpresa de ambos mayores, fue Tetsu quien se alejó de ambos: todavía bastante mareado, fue a tumbarse boca arriba a la banca de cemento, como a dos metros de donde estaban los demás. Separó las piernas y colocó los brazos a los lados del cuerpo, hincando una terrible mirada en el estudiante de undécimo: fiera pero profundamente expectante, cual revoltoso ávido de pelea después de mucha provocación por parte del jefe de una pandilla opuesta. Como el pequeño revoltoso que en efecto era.

Uruha rio al ver su expresión, pero de muy buena gana se puso en pie e hizo amago de ir hacia él, no sin antes tomar a Takayuki de la muñeca para que se levantara también.

-¿Te das cuenta de cómo me mira el pequeño bastardo, Yuki-chan?- Preguntó, riendo todavía pero allegándose al rostro de Tomioka segundos después. Colocó su mano contraria en la mejilla del otro guitarrista, mirándolo con fijeza y semblante inesperadamente serio. –Dime, ¿qué es lo que quieres que haga?-

-Complácelo.- Respondió el hermano menor de Takanori, sin vacilación alguna. –Y más te vale hacerlo muy bien.-

Después, tiró de la mano de Kouyou y lo atrajo hacia sí para besarlo. El olor y el sabor de la carne, la lujuria, los fluidos y la voluptuosidad se concentraban en él y en sus jodidos labios como si fuera un sahumerio embriagador. Y si no hubiera sido porque de alguna manera ansiaba mirar aquel acto, se habría quedado devorándolos por un buen rato más.

Dada la venia, Takashima se subió a la banca y se colocó en medio de las piernas de Tetsuya como lo hiciera al comienzo de toda la provocación, solo que en circunstancias bastante diferentes a entonces. Takayuki, por su parte, tomó su lugar a la cabeza del menor, inclinándose para besarlo y acariciarle las mejillas.

El castaño dejó caer un generoso chorro de saliva sobre los genitales del chico, el cual esparció con la mano por su zona perianal y abertura, haciendo luego otro tanto sobre su propio miembro deseoso. Una vez completado este paso, tomó la mejor postura para acoplarse con la anatomía de su kouhai y, dirigiendo su virilidad a la sensible entrada previamente lubricada, introdujo en ella la punta.

-¡Nhhh!...-

Tetsu tomó por los antebrazos a Takayuki y dirigió a él su mirada. El mayor, sonriéndose por las exquisitas reacciones, lo tranquilizó con un besito en la frente, hundiendo después la nariz en sus cabellos y frotándola en sus sienes para aspirar el dulce aroma del menor.

-Aa-aahh… ¡Aghhh!...-

Poco a poco fue entrando, pero Kouyou no cambió de postura hasta que se aseguró de que el menor se hubiera acostumbrado del todo a la intromisión. Su pelvis temblaba un poco a causa de la deliciosa estrechez, la cual no sabía por qué no se imaginó tan marcada. Cuando llevó la vista hacia abajo para apreciar la penetración, advirtió que la masculinidad ajena volvía a la vida.

Maniobró lento para inclinarse hacia el frente, de modo que Tetsu abrazó su cintura y sus flancos con ambas piernas, dejándose llevar cuando Uruha dio comienzo a los suaves vaivenes que tenían por objetivo acabar de relajar el esfínter del menor. Yuki se apartó un poco para permitir que los amantes se besaran y Tecchan pudiera ahogar sus gemiditos en la boca del senpai, pero cuando este se alejó para tomar aire y cobrar más bríos, fue Tomioka quien atrapó aquellos infames e hinchados labios y los mordió con deseo.

En ese momento, el que se hallaba más aturdido por obvias razones era el de Kanagawa: su miembro preso en la cavidad de Itakura; con los costados, brazos y pecho siendo arañados por el fogoso pequeño; y finalmente, sujeto de un demandante beso por parte del pelicolorido mayor, quien a leguas se veía que no le daría ni un ápice de tregua. Quien parecía cobrarle su osadía con estímulos cada vez más profundos y arrebatadores, pues al mayor hasta le estaba costando mantener el aire al tiempo que se movía para empezar a embestir a Tetsuya.

-¿Qué pasa, Uru-chan?- Inquirió Takayuki con sorna, complacido a la vista de un Takashima enardecido pero agitado, el cual separó más los labios para procurarse mayores bocanadas de aire. -¿Creíste que los kouhai no dábamos trabajo?...-

Y cuando Tomioka decía aquello, Itakura arrastraba sus uñas por el pecho de Kouyou, deseoso. Después, llevó las manos al blanco cuello del mayor y lo rodeó lentamente. Viniendo de su parte, tal agarre resultaba un poco temible pero no por ello menos provocador, pues se parecía mucho al que se usaría para ahorcar a alguien: el de Tennoji, sabiéndolo, empleó poca fuerza para que el otro advirtiera que no pretendía lastimarlo. Empero, fue muy claro cuando, a pesar de los suspiros, declaró

–Levántate, Yuki. Ahhh… Es hora de darle a Uruha-kun… lo que desde que te vio ha deseado probar…-

Su amigo, quien comprendió de inmediato, se arrodilló frente al castaño, presentándole su erguido miembro y, acto seguido, sujetó al de Kanagawa por el cabello, obligándolo a mirarlo. Tetsu tomó la virilidad de Yuki con la siniestra y la dirigió a los labios de Takashima, mientras le metía en la boca los dedos de la mano contraria para así abrírsela. Sorprendido pero agradado, el senpai se dejó hacer y, mirando hacia arriba primero y cerrando los ojos instantes después, engulló el miembro ajeno.

Tanto lo excitó la idea de estar por fin degustando aquella enhiesta longitud, que redobló bríos para embestir al menor, sintiendo su propio sexo cautivo aún más duro. Con agrado recibía el reto y no se dejaría hacer menos: claro que podía con los dos. Nunca antes de esa vez había hecho algo así, pero tenía la suficiente experiencia, maestría e imaginación como para salir bien librado y aleccionar a ese par de mocosos.

Felaba al mayor de los kouhai con el mismo ímpetu con el que hundía su palpitante miembro en las entrañas del más pequeño, y eran los gritos de este los que alimentaban la lujuria tanto suya como de Takayuki. El de Naniwa, por su parte, le tomó la cabeza con ambas manos en determinado momento y lo obligó a tragar lo más profundo que pudiera, manteniéndolo así por unos segundos en los que el pato se vio forzado a contener la respiración.

-¡Aahh, aahh!- Jadeó el castaño cuando fue liberado por fin. -Hmmm… ¿Te gusta… pimpollito?- Interrogó después, relamiéndose.

-No tanto como se ve que te gusta a ti…- Murmuró Yuki, devolviéndole la pulla. Luego descendió un poco más para que Tetsuya también pudiera lamer su erección.

Uruha se unió al chico y cuando Yuki sintió ambas lenguas danzando alrededor de su carne soltó un gemido a cuentagotas y se tensó, volviendo a tomar del pelo a quien tenía más cerca. El mayor de los tres rio y, tras apartar el miembro de Tomioka, se dedicó a masturbarlo con la mano para así poder besar a quien recibía sus estocadas con cada vez mayor desesperación.

Entonces, Takashima cambió de pose, incorporándose un poco y sosteniendo con ambas manos las corvas del menor, lo cual le permitió acometer a su amante con una rapidez inusitada. Se concentró en sus gestos y en las sensaciones que a él mismo le recorrían todo el cuerpo, sabiéndose cercano al orgasmo tras la táctica, pero pensando que empujaría primero al más bajito al abismo del placer. Sus párpados apretados, sus labios entreabiertos, la forma en que se tocaba y esas uñas que le recorrían los brazos pero que se habían detenido en un punto para enterrarse en su piel: todo gritaba clímax.

-Nhhh… ¡¡Aggghhh!! Ah-Ahhh… ¡Mier-daaa!-

Quien eyaculó no fue otro que Uruha mismo, el cual, por estar calculando las reacciones de su presa descuidó la minuciosa administración de la suyas. Segundos después, se dejó caer sobre el torso del menor, haciendo lo posible por normalizar su respiración. Yuki, que lo miraba todo con atención y comprendió bien qué había sucedido, volvió a tomarle del cabello y lo obligó a levantar el rostro, mirando su semblante desencajado, sorprendido y vulnerable con una sonrisa sardónica.

-Ja, ja, sí… Tecchan hace eso. Te aprieta hasta que te mata…-

Pero el meloso menor, en premio por aquella trampilla, rodeó el cuello de Kouyou y lo atrajo hacia sí para chuparle los labios, pues como el de Kanagawa todavía jadeaba, habría sido demasiado obligarlo a cerrar la boca. Segundos después, se acercó a su oído.

-Lo siento, senpai. Pero tenía que cobrarme lo de la crema batida…-


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