Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cigarettes and chocolate por AoFushicho

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

La semana pasada me fui con mi familia de puente, así que no pude publicar. Lo siento mucho u.u

 Me pregunto si tenéis idea de lo incómodo que es estar sentada en la mesa con dos desconocidos y una casi desconocida en completo silencio, mientras el que está sentado delante de ti mira como comes con una sonrisa que con el pasar del tiempo se va volviendo escalofriante y los otros dos, que están sentados en los extremos de la mesa, leen, uno el periódico; la otra un libro, en completo silencio, sin siquiera hacer ruido al pasar una hoja. Si no fuese porque estaba hambrienta, ya hubiese perdido el apetito. 

 Terminé lo más rápido que pude de comer, y cuando estaba con el plato en la mano para llevarlo a la cocina, desde pequeña me enseñaron que cada uno recoge su plato incluso en casa ajena, el padre más joven decidió hablarme, provocando que casi tirase el plato del sobresalto.

-¿Y cómo conociste a nuestra Karish? - No sé por qué, pero su sonrisa cada vez me parecía más escalofriante.

-E-etto... pues... verá...- A medida que iba hablando me iba poniendo más y más nerviosa, volviéndose cada vez más difícil el pronunciar algo con sentido. Sentía que a ese paso me iba a dar algo por el nerviosismo. Pude ver que los otros dos me miraron un momento de reojo para después seguir con la lectura. Muchas gracias por la ayuda- E-ella s-se si-sienta a m-mi la-lado en cla-clase por-porquenoquedabaningúnsitiolibre- Dije lo último prácticamente seguido, queriendo morirme en es preciso instante. Por lo menos no me llevo una hora entera pronunciar la frase. 

 Antes de que pudiese responder me fui corriendo a intentar encontrar la cocina, porque no había caído en la cuenta de que aún no me habían enseñado la casa, que no era precisamente pequeña, así que estuve varios minutos dando vueltas cual gilipollas, entrando tres veces al mismo baño. Cuando por fin encontré la cocina, ya no podía más con mi vida, entre la vergüenza de no poder pronunciar una mísera frase sin parecer tartamuda y el perderme por la casa mis ganas de vivir se habían desvanecido. Dejé el plato en el lavadero con desgana para luego apoyarme en la encimera. Estuve así unos diez minutos en los que solo me dediqué a insultarme mentalmente a mí misma, no entiendo como puedo ser tan inútil. Cuando me levanté, dispuesta a aparentar ser normal en la medida de lo posible, Karish estaba apoyada en el umbral de la puerta de la cocina, con cara seria, pero mirada divertida. Supongo que debo agradecer a su padre, ahora gracias a que lo mencionó me sé su nombre. Ella se acerca, yo retrocedo hasta que me doy en la espalda con el borde de la encimera, ella se sigue acercando hasta estar a unos milímetros de mí. Se inclina, quedando sus ojos a la altura de los míos y sonríe con esa sonrisa suya que parece que dice que te va a comer de un momento a otro, entonces coge un mechon de mi pelo e inspira. Yo estoy completamente quieta, no me atrevo a moverme.

-N-no creo que huela muy bien te-teniendo en cuenta que no me he duchado y a-ayer estuve vomitando -Sí, en lugar de decir “Quita, loca” o cualquier otra cosa, esto es lo único que se me ocurre decir.

 Entonces ella vuelve a mirarme con esos ojos azules suyos, tan fríos como indescifrables que me paralizan con su mirada. Acerca su cara a la mía y entonces... Me besa. No me da tiempo a cerrar los ojos debido a la sorpresa. Su boca toma la mía con pasión, su lengua se abre paso entre mis labios y hace a la mía bailar con ella. Su cuerpo me aprisiona contra la encimera, no tengo escapatoria, aunque no creo que hubiese escapado si hubiese podido. Siento escasear el aire, pero ella aún sigue besándome apasionadamente, haciéndome pensar que no me importaría morir por falta de oxígeno a cambio de recibir tal placer. Finalmente me suelta, mis ojos nublados por el placer la miran suplicantes, mis mejillas completamente rojas y mi rápida respiración son un añadido a la suplica. Ella, en cambio, no pierde la compostura. Con una servilleta me limpia los labios, para después darme la espalda e irse. Sin embargo, justo en la puerta, se detiene.

-Te espero en el salón. Yo si fuese tú me adecentaría si no quieres que mis padres te vean así - Me da una última mirada burlona antes de desaparecer.

 Después de que mi mente procesase todo lo que había pasado, lo que le llevó sus buenos diez minutos, la furia fue creciendo en mi interior y no solo hacia Karish, si no hacia mí también ¿Cómo había podido dejarme llevar por el placer así? Sobretodo teniendo en cuenta que yo soy ese tipo de persona que detesta a los que hacen cualquier cosa solo por un poco de placer, y eso es justo lo que yo había hecho cuando, al terminar el beso, la había mirado desesperada por más, suplicándole sin palabras por más placer. 

Me echo agua en la cara con furia, mientras juro y perjuro que esto no volverá a pasar. Vuelvo al salón, para ver que sus padres se habían cambiado su ropa cómoda por trajes, lo que les hacía ver aún más atractivos.

-Ah, ya has vuelto -Me dijo el más joven con una sonrisa cálida- Siento que no podamos quedarnos, nos ha salido un trabajo de último minuto. Si quieres puedes esperar a que volvamos para que te llevemos a casa, o puede llevarte Karish.

-Ella se queda hasta el lunes- Respondió Karish con tono tajante, que estaba otra vez sentada y leyendo el mismo libro. “¿Ah, sí?” Pensé yo, algo desconcertada - Ya se lo comenté a sus padres, y estuvieron de acuerdo-  No se molestó en apartar la mirada de la lectura

-Pero ¿Qué pasa con mi pijama y mi ropa?

-Tengo ropa que te quedará bien, no te preocupes

-Está decidido entonces -Dijo con alegría su padre

-Cuidad la casa- Su otro padre me revolvió el pelo con cariño mientras decía eso a la vez que me sonreía con cariño, como si me aceptara.

-Nos vamos- Dijeron los dos al unísono y cerraron la puerta.

Karish se desperezó, dejó el libro encima de la mesa y se acercó a mí con sonrisa gatuna.

-Por fin solas ¿Aún no te he enseñado mi habitación, cierto?

Un escalofrío subió por mi espalda al escuchar esa frase. Mi virginidad estaba en peligro, lo percibía.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).