ESCLAVO
No iría donde estaba Steve, él había sobrevivido todo ese tiempo sin McGarret, y este no podía obligarlo a irse ¿verdad que no podía obligarlo a ir a ese infierno de mansión?
Danny deseaba ser fuerte, no sentirse de esa manera de dañarse con los recuerdos, porque no solo era duro, lo lastimaba cada vez que los recordaba, porque si no hubiera sido por Rachel, él se hubiera hundido en la depresión ¿Cuántas veces no pensó en morir? Fueron tantos, de hundirse en el dolor que sufrió con la marca, una vez que Steve lo desecho como un pañuelo la marca lo estaba matando, cada día era un infierno, muchas veces no comía se tiraba en el suelo cuando sentía como si su cuerpo ardiera, sus plegarias rogando que su alfa apareciera y le digiera que lo amaba, pero no, lo peor en sus momentos de fiebre deseaba morir, ¿entonces con qué derecho venia McGarret a su hogar?
Debía huir, eso debería hacer correr lejos de ese hombre que era su perdición, su amor su dolor. Danny jamás podría amar a nadie mas que a Steve, que muchas veces aunque el mismo se llamara masoquista soñaba, sí porque era un idiota, el idiota más grande del mundo, porque soñaba que un día apareciera Steve McGarret pidiéndole perdón, que siempre lo amo, que nunca lo utilizo como una puta, que lo quería a su lado para ser su esposo, compañero, confidente pero que idiota era, soñaba con volver a verlo aunque sea un segundo, que a escondidas de Rachel tenia una caja con todas las fotos de Steve luego que este lo dejara a su suerte, que sonría al ver que su amor había logrado tanto, siendo ahora uno de los más grandes empresarios, héroe de la marina, un hombre deseado por mucho y que nadie sabia que estaba casado, que su matrimonio nunca hubiera existido…Danny lloro varias noches al darse cuenta de eso, Steve se avergonzaba tanto de haberse casado con él con un omega que lo había borrado todo sobre él, debió ser una gran cantidad de dinero para cerrar la boca de los medios, estaba seguro que su suegra tuvo que ver mucho en eso.
Un ser tan inferior como él nunca debió ver tan alto, nunca debió haberse cruzado en el camino de Steve, pero su corazón tuvo que elegir entre tantos hombres o mujeres en el mundo tuvo que elegir a ese neandertal para ser su todo, podía sentir como su corazón se quebraba un poco más al recordar todo eso, su mundo era Steve, él era un esclavo en ese amor enfermizo pero quien podía culparlo a pesar de todo Mcgarret le dio un hermoso tesoro su hija, su pequeña monito, su vida, el recuerdo de su amor pero si él sabia que era su hija, no lo hubiera dicho, podía presentir que en cualquier momento iba a tener un ataque de pánico, si era una trampa si ese hombre solo vino a robarle a su hija, de quitarle su única luz en su vida, no, ¡No! Todo menos eso, debía huir, alejarse de ese hombre, su familia, pero una parte de su estúpido corazón latía con la esperanza sobre los ¿Quizás?
Quizás Steve se dio cuenta de su error que se dio cuenta que lo amaba como él lo hizo, otra parte su orgullo, ese orgullo que se cargaba y lo hacía fuerte le exigía que lo olvidara que dejara a Steve lejos de su corazón, pero nunca lo pudo y como un esclavo que espera las ordenes de su amo, porque su caja de los secretos, no solo estaba las cosas que hizo Steve para ser el hombre de ahora, no estaban solo en cada portada de revista, periódicos no el muy idiota de Daniel Williams tenia las fotos de esas portadas, periódicos los miles de romances de McGarret, de ver a su exesposo de la mano de hermosas modelos alfas, betas, y debes en cuanto algunos escándalos de omegas de la vida fácil, Steve de esa forma le restregaba que él podía tener al que quisiera a su disposición.
—Eres un tonto Danny, un tonto enamorado —Susurro Daniel dejando caer su cabeza en la pared, podía sentir como lloraba y deseaba tener a su madre abrazándolo cuando era niño, cuando él no sufría por amores, cuando su única preocupación era la de una rodilla raspada, se acurro un poco a su cuerpo debía ser fuerte, levantarse como lo había hecho esos años, ni Steve ni nadie lo volvería a lastimar, se limpio las lagrimas su hija en cualquier momento aparecería y él no debía verse como el patético hombre que era. Vio por última vez el reloj en la pared a esas horas McGarret se había ido lejos de su vida, y no pudo ocultar como su corazón se partía nuevamente — ¿Qué esperabas Danny? Que el hombre apareciera con su brillante armadura que se arrodillara y te rogara perdón, porque el idiota Seal se había dado cuenta de su error, que te amaba como a nadie que no quería tener a nadie más que a ti —susurro lo ultimo para estrellar su puño en la pared era un idiota enamorado, que en todo ese tiempo nadie lo a tocado, que él único hombre que lo hizo es el mismo hombre que lo desprecia, que como consecuencia de sobrevivir la disolución de la marca era su celo, y no es que le importara pero era como si su cuerpo se haya secado por dentro.
No es que no lo haya intento, porque lo hizo, por orgullo herido, por sentirse amado quiso meterse con el primer hombre que se le pusiera pero no pudo, no solo porque no era un tipo fácil, sino su cuerpo anhelaba a un solo hombre, acaso no era patético un patético esclavo que solo espera a su amo, porque su corazón, cuerpo se quedo congelado en los recuerdos de un Steve dulce, un Steve romántico que lo amaba o eso es lo que su mente le dice porque él lo sintió así, que McGarret lo amo. No, no lo hizo solo fue un engaño, solo era el deseo de tener un omega virgen en su cama. Porque su celo nunca apareció luego de que fue botado por su Seal, fue a especialista o mejor dicho Rachel, la cual todavía buscaba la respuesta de eso, de porque su cuerpo rechazo su celo aunque una vez lo dijo en broma, quizás para nunca olvidar a quien pertenecía su cuerpo a un ser despreciable que lo tiro como basura, pero dígale a su cuerpo que lo obedezca, el muy iluso esta aferrado a esperar a Steve, como si el hombre se dignaría a buscarle, o quizás porque con su celo quizás, solo quizás buscaría un alfa que calmara su necesidad de ser follado, por quien sea que le sintiera amado, y solo la idea de pertenecer para siempre a Steve, un par de años estuvo en citas y cada alfa que conocía o beta a sus ojos eran unos déspotas que miraban a un omega como un orificio por el cual saciaban sus necesidades. Y muchos creían que, con una copa, palabras bonitas lo tendrían en su cama, que ilusos, él no podía serle infiel a su único amor, el esclavo perfecto que patético, lógicamente algunos de sus citas para no sentirse humillados que un patético omega los haya rechazado hablaban de lo maravilloso que era su agujero, que gritaba como una puta en celo y él pues no quiso disipar los rumores para que, no es como si alguien lo investigara y buscara donde ponerle dedo, sería la guinda del pastel en su patética vida ¿verdad? .
Dejo sus pensamientos pesimistas como malos recuerdos al escuchar la voz de su hija junto a su amiga, miro la hora ya era casi las nueve de la noche, dos horas en la que McGarret debió regresar a su hogar, y no pudo sentir la decepción que solo el tipo vino a dejarle en claro que no podría deshacerse de él, que aunque no le interese esta casado con él, y él solo era un error en su perfecta vida, todavía no entiende porque hizo ese show, tal vez la mujer de turno que estaba para calentar su cama esta en sus días y que mejor era atormentar a su ex, de verdad esperaba que fuera eso, con un suspiro de alivio fue abrir a su hija y amiga pero se quedo tieso al ver en la acera un auto polarizado, bajar una ventanilla y Steve Mcgarret viéndolo desde ahí, sus alertas se encendieron pero al tener en sus brazos a su hija trato de no mostrarse afectado, aunque se estuviera muriendo de miedo, esto no lo podía estar pasado a él, no por Dios que fuera solo una pesadilla, su hija lo vio con preocupación pero él solo trataba de mostrarse relajado, envió a su pequeña a cambiarse porque era hora de irse a la cama, sus ojos estaban fijos en la mirada de su ex, o esposo maldición todavía no puede creer que sigan casados, que el tipo ese lo haya engañado con su falsa libertad, pero todo su respiración se detuvo cuando pudo leer los labios de su esposo…
“Mañana hablaremos tu y yo, Danno, ni se te ocurra escapar”
Danny retrocedió asustado, sentía como su corazón estaba a punto de tener un infarto, sus ojos buscaban alrededor como si en cualquier momento algo los atacaría, Rachel no se dio cuenta de su estado de ánimo, no cuando su amiga solo dejo a su hija y tomo su auto a su hogar ese día había sido algo agotador, en ese instante Danny se sentía tan indefenso, era como un ratón a punto de ser devorado por un depredador, quiso llorar pero solo se deslizo lentamente a su hogar cerrando la puerta con llave, apagar la luz e ir a la habitación de su hija, necesitaba saber que ella estaba bien, que nadie se la iba a quitar, que McGarret nunca supiera que esa hermosa princesa también era su hija. Contuvo sus ganas de llorar y solo rogaba que sea lo que sea que Steve quisiera de él no fuera su hija.
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Steve le indico a su chofer que se retiraban con una sonrisa de medio lado, su vista se fijo en la alfa que estaba a su lado Catherina una de las mas hermosas alfas que podía tener a su lado, ella solo lo observo por varios momentos para ver la dirección de ese omega y no pudo evitar arrugar la nariz ese tipo le caía mal, que se creía ese bastardo en haber humillado a ese magnifico alfa como lo era Steve McGarret ya estaba esperando el momento adecuado para enseñarle a ese tipo su lugar.
—No te lo dije Cat, que mi “querido” omega nos iba a dejar plantando en el avión —hablo sin vida McGarret viendo a la alfa que solo rodo los ojos al ver ese vacío en la mirada de Steve.
—Ese tipo merece que le enseñen lecciones de donde es su lugar, a veces me pregunto que le viste Steve, es solo un omega más, un tipo que se cree la gran cosa cuando es un patético omega —ruge molesta ella para mirar las fotos de ese tipo, sus manos toman las manos de McGarret acariciándolos con cariño, le sonrió cálidamente al hombre que solo trataba de mostrar que al ver visto a ese tipo no lo haya afectado, y no pudo sentirse herida, al ver que Steve era un gran alfa que había entregado su corazón a un desgraciado que no lo merecía pero ella se había propuesto a curar esa herida y si seria cruel con ese omega una vez que llegara a vivir a la mansión McGarret, le enseñaría su lugar en la escala social. Con una sonrisa perversa miraba el documento que haría un infierno la vida de Daniel Williams y ella con justo ayudaría con eso se realizara.
CONTINUARA…