CONTRATO
Sus pasos resonaban en todo el lugar, el sonido del tacón era escuchado por todos en ese lugar, muchos de ellos detenían sus pasos, sus movimientos en la oficina para verla y ella sabía el dominio que tenía, no por nada era una de las más grandes alfas que existían, pura en su linaje como lo era McGarret por que ambos eran nacidos por dos alfas era tan difícil conseguir un embarazo con esas condiciones y que este terminara en buenos términos, pero ellos eran la excepción ya que ambos padres fueran alfas, ya que era común los embarazos alfa-omega o alfa-beta, beta-omega aunque estos últimos daban puros betas, muy pocos omegas y casi eran nulos los que daban algún alfa. Entonces era normal que estuviera orgullosa de su linaje de ser no sólo una mujer de gran belleza, también su legado era único. Aunque si era sincera de niña era demasiada tímida como ingenua, pero nunca más, tenía a su único amigo a Steve y había jurado siempre ayudarlo sin importar nada, porque sí Steve seguiría ahí…
Sus ojos se enfocan en todo el mundo que esperaba sus órdenes, temerosos esperando que ella mande con su potente voz como debe ser un alfa, siendo ella una de las cabezas en la cadena ha tenido todo a su alcance, pero también era consciente que tuvo un lado oscuro, uno que muy pocos conocen solo algunos a los que le tenían confianza y solo una vez; solo una vez confió en el eslabón débil de la cadena…un omega pero su historia no termino en buenos términos, "nunca más" se repetía constantemente en su mente y toda su furia volvía a ella, eran muchos lo que le preguntaban: ¿Si odiaba a los omegas? Sí lo hacía, ellos no eran más que la basura de la sociedad, porque no puedes confiar en ellos, una vez que te tienen, te rompen el corazón, son unos malditos mentirosos… fue testiga de lo que paso con Steve, de ese gran alfa que se vio opacado por un simple omega, por Danny ese bastardo se iba arrepentir de lo que hizo, porque ella se encargaría de hacerlo pagar, por cada lágrima, por cada dolor. Y su sonrisa se acentuó al imaginarse el castigo que le daría a ese maldito omega. Nadie salvaría a Daniel Williams de sus garras.
En el mundo competitivo en las clases alfa, beta y omegas ella era considerada como un tiburón blanco apodado ganado con dolor y lágrimas y no precisamente de ella, en el mundo de la marina, siendo un soldado tuvo que demostrar que siendo mujer no era un impedimento para luchar hombro a hombro con hombres siendo estos alfas, o betas, no supo en que momento había llegado a la oficina de Steve.
Sus ojos se cerraron al recordar por un momento a esa omega, su corazón se hizo añicos hace tantos años era joven, incauta y por un momento deseo ser esa mujer inocente, esa joven que esperaba en el muelle a su novia, pero…cerro los ojos porque no era momento para que los recuerdos la invadieran, se había jurando "nunca más" había hecho tanto para ser esa mujer sintió los brazos cálidos de Steve, y por un momento se dejó mostrar esa faceta frágil que escondía a todo el mundo, acomodo su cabeza en el pecho de ese alfa que le hacía olvidar un pasado que la marco, que la hirió, de ese pasado que la convirtió en lo que era…era cruel…despiadada…orgullosa…letal. Sus ojos brillaron cuando una carpeta llego a sus manos. McGarret solo la dejo para acomodarse en el sillón para verla con esa mirada que bien era conocido por el Seal. No era de extrañar que cuando los dos alfas se encerraban solos en la oficina, los que los rodeaban no creyeran que ese par no tuvieran una relación más intimida, pero lo que muchos se extrañaban era porque no hacían pública esa relación, llevando a muchos a especular esa rara relación.
O Catherine era una alfa liberal que le importaba muy poco que su alfa le restregaba en la cara todas sus conquistas o le importaba muy poco lo que hiciera, y todos conocían el listado de Steve, de los omegas, betas, alfas que han tocado la cama de su jefe, de que muchas de esas conquistas hicieran escándalos para llamar la atención, de mostrar que ellos habían calentado la cama del alfa más codiciado del mundo, y era cierto que también después de esos rumores apareciera Catherine para deshacerse de esos problemas cómo la fatal mujer que era.
La mujer era de temer, no solo era el brazo derecho de su jefe, parecía que en un futuro no muy lejano seria la esposa del empresario Steve McGarret. Porque sólo ella era capaz de seguir el estilo de vida que poseía McGarret. Lo que nadie sabía que dentro de ese lugar ese par de alfas tenían demasiado secretos mutuos, de la verdadera razón porque Steve apreciaba a Catherine y porque ella era su brazo derecho, pero eran cosas de puertas cerradas que sólo le importaba a ese par.
—¿Entonces cariño, busco a tu querido Danno? —pregunto seria Catherine verificando nuevamente los documentos que tenía en su mano, McGarret solo asintió para acariciar la mejilla de la alfa, Steve observo con fascinación los ojos llenos de ese vacío glacial que poseía la teniente lo atraían, porque ambos habían sufrido una mala elección de decisiones, quizás si no hubiera conocido a Danny, esa mujer que ha sido fiel con él sería una buena esposa, pero ambos sabían que no tenían ese interés romántico, ambos estaban tan dañados en sus relaciones anteriores, pero eso no quitaban que ambos disfrutaran los placeres que se daban los dos cuando tenían tiempo, porque Steve sabía que podía hablar de cualquier cosa con esa mujer que podía estar desnuda enfrente de él pero ella si deseaba se dejaría tocar o si no solo lucharían por tener el control de la situación, el Seal sabía que no había a nadie más que le daría esa orden que no fuera su amiga, Catherine haría un gran trabajo sin consideraciones, ni misericordia, podía sentir como la Seal se acomodaba en su regazo colocando sus manos en su cadera para mostrarle esa mirada cargada de lujuria como deseo, sabían que al otro lado de la habitación muchos esperarían un buen show y ella ahora tenía tantas ganas de mostrárselos, porque luego de eso iría a visitar a un buen amigo, uno que le podría la soga en el cuello y no haría nada para poder quitárselo, solo la idea de someter a ese omega le provocaba un cosquilleo en su cuerpo y sabia como lograr su liberación a tan fervientes deseos estaban a poco de conseguir todo.
—Haz lo que tengas que hacer, Catherine, confió en ti —susurro Steve para cargar a su amiga y estrellarla en la puerta, ambos dejaron sacar su lado animal destrozando el lugar con el sonido que hacían; ambos eran tan buenos en lo que hacían que muchas veces no sabían si sus heridas ya estaban curadas o solo estaban tan infectadas pero ambos les daba igual que ya no sentían nada, eso era lo mas fascinantes para ellos, ser solo un par de cubos de hielo, sin sentimientos, ni nada de eso porque ambos eran conscientes que una mente fría podía analizar todo lo que le rodeaba, y para conseguir sus metas, no les importaba a utilizar que métodos utilizarían, sino los resultados para lograrlo. Eran consientes de todo el daño que harían en el futuro, pero habían hecho una promesa, ni Danny, ni nadie impediría que lograran sus propósitos. La teniente solo se acomodó la ropa viendo un punto muerto en la habitación, con sus labios pintados de rojo se iba a su nueva misión.
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“Mañana hablaremos tu y yo, Danno, ni se te ocurra escapar”
Esas palabras no salían de la cabeza de Daniel, sus nervios estaban a mil por hora, su corazón no dejaba de latir pensando en los peores escenarios y él que tenia la esperanza que su ex solo se alejara el día anterior, que lo dejara en paz, pero al parecer alguien haya arriba lo odiaba, en cualquier momento aparecería Steve, y no se sentía fuerte para afrentarlo, pero al menos hoy podía recibirlo luego de dejar a su hija con su amiga, lo mejor era que la pequeña no sufriera la ira de su padre, ni Danno sabia que le esperaba pero sintió como casi le daba un infarto cuando al llegar a su casa esta estuviera abierta, con sigilo entro a su hogar, viendo que en medio de su sala estaba cómodamente una mujer con las piernas cruzadas, con una sonrisa de medio lado se arreglaba el maquillaje como si entrar en una casa ajena a la fuerza fuera lo más normal, estaba más que rojo de la rabia al ver la frescura de la mujer.
—En esos momentos iras a preparar tu maleta, arreglar tus cosas y la de tu bastarda para viajar a Hawaii, por tu culpa Steve lleva un día de atraso —hablo seria Catherine viendo fijamente al omega que solo deseaba matarla con la mirada, causando la risa en ella.
—¡Largo de mi casa! —grito furioso Danny, pero se contuvo de ir a jalarle el cabello a esa alfa solo por la mirada que le estaba dando, mostrando de esa manera su liderazgo en la cadena alimenticia. La alfa se levantó de su sillón para tomarlo de su barbilla mostrando el brillo de su mirada alfa enfocado en su cuerpo y si no se intimido no fue nada, sintió la fiereza de la mujer que lo aventó en el sillón para tirarle un documento, aun con sus sentidos distorsionados pudo tomar esa carpeta, sintió nuevamente el jalón en su barbilla como la risa perversa de la mujer sobre su cuerpo.
—Pobre Daniel, crees que tienes el control, no me hagas reír, sucio omega, eres un puto omega, aprende tu maldito lugar, ahora firmaras ese documento como un buen omega —hablo con voz burlona la teniente viendo como el otro temblaba al leer el documento, aturdido como estaba como indignado Daniel Williams le dio una bofetada a la alfa que solo giro su rostro por el golpe, Danny se dio cuenta de lo que hizo, sabía que lo que había hecho era un acto suicida y solo contuvo el aire al sentir como la alfa le devolvió el golpe en su abdomen, cayo de rodillas sintiendo que en cualquier momento vomitaría su cabello fue agarrado para que su cara viera directamente a la alfa que deseaba quebrarle el cuello.
Catherine le mostro sus colmillos como ganas de matar a ese puto omega, podía sentir el sabor metálico de su propia sangre, escucho el quejido del otro y no le quebró la nariz solo porque no deseaba manchar el documento donde estaba el contrato que le dio su jefe como amigo.
—¡maldito! Eres un puto bastardo omega, y por tu bien firmaras ese documento ahora mismo, harás lo que te dije de empacar tus malditas pertenencias o juro por Dios que llamo a la policía y será cuestión de minutos que los estúpidos de tus hermanos irán a la cárcel por no pagar sus deudas que tienen en mi banco como sus apuestas en los bares que para tu sorpresa son míos, así que tus padres estarán en la calle, y tu bastarda en un orfanato —rugió molesta Catherine viendo fijamente al otro que solo abrió grandemente sus ojos, cayo en el piso rendido por lo que había escuchado.
—¿No serias capaz de eso? —cuestiona asustado que esa loca cumpla con su palabra, al ver esa mirada que indicaba que sí, que era capaz de llamar a la policía y mas cuando estaba sacando su celular pensó en lo peor tenia ganas de llorar, pero estaba asustado no podía, solo imaginar la angustia de sus padres, que sus hermanos estuvieran en la cárcel, su hija —¡No! No lo hagas yo…yo firmo…pero por favor deja a mi familia en paz —contesto asustado como herido el omega, sintiendo el frio en su corazón, iría a su infierno y no podía lograrlo, vio la mirada de la alfa, que lo mirada de una manera indescriptible, bajo la mirada y se puso a llorar en el piso…
CONTINUARA…