NO PUEDO
Doris miraba mal a Catherine no podía creer que la alfa ni se inmutaba por la forma que la estaba observando, la alfa solo trataba de prestar la atención madre de su amigo la miraba de reojo para no perder ningún detalle de la mujer… Tanto McGarret como ella sabían los riesgos de tener al omega de nuevo en el territorio de la matriarca de los McGarret pero era necesario para su siguiente paso en su plan, su vista se perdió de nuevo en ver como Grace jugaba con Daniel, por un momento imagino esa escena con su hijo o hija si hubiera nacido seria unos años mayor a esa niña, verla sonreír sintió una presión en su pecho porque ella lo deseaba…deseaba ser madre y había noches que se preguntaba ¿cómo hubiera sido su bebé si hubiera nacido? Si tan sólo lo hubiera podido cargar… a su hijo, a un pedazo de ella y su omega cuando ella era una persona buena y no esté monstruo en que se había convertido en la actualidad.
— Catherine, querida no sé qué traman mi hijo y tú pero ese bastardo no entrará en mi territorio, ese maldito ¡MATO A MI ESPOSO E HIJA — hablo segura cómo furiosa la alfa viendo a la mano derecha de su amigo tener sus dos manos en su vientre pero al escucharla dirigió su fría mirada hacia ella como si no tenía otra opción que aceptar a Daniel en su hogar, había algo en esa mujer que le causa cierta intriga, algo en ella no cuadraba porque sentía que la conocía de algún lugar pero no podía recordar en donde exactamente la conocía, no sabía exactamente cómo su hijo y ella se habían conocido pero Steve confiaba en ella, la tenía en gran estima pero con el tiempo también se ganó su confianza. Catherine era igual a ella… fría… cruel… perversa y con mucho odio, demasiado para una alfa pero mientras siguiera odiando a los omegas siempre sería una gran aliada para sus fines.
— Mi querida Doris, querida tú solo confía en nosotros falta poco para que sepas nuestros planes —Contesto segura la mujer para empezar a retirarse de ese lugar sentía que si seguía ahí liberaría su verdadero aroma y había luchado tanto, como perdido tanto para que sus viejos sentimientos la atraparan para volverla vulnerable, débil delante de alguien que se juró no volver a verse tan insignificante. Salió de ahí conociendo el camino pero se detuvo en un cuadro familiar que la destrozaba como nunca nadie le había hecho daño.
Catherine no pudo desviar su mirada de ese cuadro ver la presencia del señor McGarret junto a sus dos hijos y esposa, Doris se veía tan enamorada de su esposo a su lado Steve junto a su hermana mayor (En esta historia Mary es la mayor de los hermanos McGarret, sabrán por qué en los siguientes capítulos), una gran familia de alfas, tan fuerte como unida iba a estirar su mano para tocar el rostro de alguien especial cuando su mano fue detenida por un desconocido que la empezó a jalonear para sacarla de ahí.
— Respira Cath, tu aroma, tranquila solo respira … vámonos antes que te descubran — hablo rápido el desconocido mirando una ruta de escape sin llamar la atención de nadie de esa mansión, sabía que Grace estarían jugando por ahí junto a su padre y nadie de esa mansión debían conocer el secreto de la teniente, la llevó a un lugar secreto sabiendo que Steve en cualquier momento aparecería. Corrieron por un pasillo secreto tomando la mano de la mujer que por ratos se observaba en un estado casi catatónico, se detuvieron cuando llegaron a una recámara en donde dejó que colapsará la joven que solo se hizo un ovillo llorando amargamente por los recuerdos de un pasado que la lastimaba en la actualidad.
“No puedo”
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Doris tiraba todo lo que tuviera a su alcance, odiaba esa situación, a todos los omegas en especial a ese asesino, todavía no puede creer que hubo un tiempo en que junto a su esposo defendía a esas basuras, incluso su hija era una ferviente protectora de esa basura y como pagaron todos ellos, asesinando a lo que más amaban a su esposo e hija.
Cuando se enteró quien fue el responsable del asesinato de su familia no sé arrepintió de haber pagado para que tomarán fotos en poses comprometedoras a Daniel, para que su hijo dejara a ese omega, no sabía porque odiaba al omega nunca lo supo pero desde que lo vio junto a su hijo ideó la forma de separarlos ya había cometido el error con su hija mayor permitirle meterse con esa Omega indigente, su preciosa hija quedó destrozada cuando ese omega la dejo por otro alfa desde ahí juro vengarse de cuanto omega tuviera la oportunidad, no iba a dejar que los dañara.
Al principio hacia dudar de la fidelidad de Daniel a Steve, su esposo junto con su hija discutían por eso que estaba siendo injusta con ese par, pero ella indicaba que eran muy jóvenes para saber que era el amor, y muchos menos si ellos eran parejas destinadas, incluso recuerda una vez que su esposo e hija discutieron con un tipo en su despacho, al parecer era un explotador de omegas cuando sucedió el asesinato fue su primer sospechoso pero la cruda verdad fue otra.
El matrimonio de su hijo iba cada día de mal en peor, no había día desde que su padres fallecieran que ellos no discutían, y ella empezó odiar a todos los omegas, deseaba destruirlos a todos y fue un día que un tipo con aire de mafioso entró a su vida, la hizo cambiar más le trajo la cruda verdad de Daniel Williams, de ser perversa en el trato hacia la casta más baja de la sociedad, y cuando dio dinero para ensuciar más ese maldito no lo pensó más había jurado lealtad a ese tipo y no se arrepentía de nada. Doris deseaba que su hijo odiara con la misma intensidad a los Omegas a cada uno de ellos como ella lo hacía.
Disfruto cuando su hijo saco a patadas a ese omega, su hijo estaba tan afectado como adolorido que nunca averiguo si eran verdaderas o falsas unas fotos que se observaban a un Williams besándose con diferentes hombres pero la que coronó su victoria había una en que Williams estaba inconsciente desnudo junto con un otro Alfa.
Armar ese teatro fue difícil más cuando Daniel intentaba arreglar su matrimonio pero cuando bajo la guardia al principio se resistió al secuestro, para caer inconsciente… su socio ya tenía el escenario perfecto para embarrar la reputación del Omega. Su hijo estaba tan furioso que no razonaba y al poco tiempo ese inútil estaba fuera de sus vidas.
— ¿Que estas planeando Steve? —Pregunto al aire viendo a esa bastarda hija de ese maldito omega jugar con su jardín, busco con la mirada a Daniel pero la llamada de su hijo la distrajo de su búsqueda.
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Si Daniel creía que iba a quedarse con los brazos cruzados estaba muy equivocado luego de irse ese par con esa demente arreglo unas cosas para ir a vivir a esa isla, ella era la mejor amiga de ese omega no iba a permitir que lastimaran a su amigo y allí estaba ella arriba de un avión camino a una isla y todo por su amistad. Rachel nunca se había caracterizado en que le gustaran los omegas, incluso salía solo con alfas y aun cuando le doliera su orgullo esa alfa demente estaba bellísima antes sus ojos; lastimaba que mató un posible avance con su actitud de mierda pero no dejaría sólo a Daniel con Steve si sobrevivió de puro milagro la pérdida de su marca esta vez su corazón no sé recuperaría si volviera a confiar en él Alfa. Ella no era tonta sabía que Daniel seguía enamorado de ese idiota y ese era su temor que su amigo no sé levantará de nuevo…
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— Eres una idiota ¿Lo sabías? — Menciona divertida viendo la mano quemada de su pareja, sus ojos recorrieron el lugar viendo el intento de comida de su novia, se enterneció por la acción de ella, hace unos meses eran parejas cuando la conoció estaba en un estado lamentable, la ayudo, curo y poco a poco se enamoraron cuando iba a besarla, ella se retiró para mirar un punto cualquier a la habitación.
—Debemos terminar — susurro con un nudo en su garganta, no quería verla sabia que si la miraría se rompería pero su pasado iba a venir por ella, sus ojos se enfocaron en la marca que ese animal le coloco en su cuerpo, al cerrar los ojos los recuerdos de ser vendida, de ser utilizada con cuanto alfa paga a su maldito adestrador. Había pasado tanto meses pero el miedo de ser encontrada y que ese tipo lastimara a lo mejor que le pudo haber pasado en su vida la hacia sentir débil, no deseaba que dañaran a su alfa.
— No, se que me amas y tienes miedo de ese maldito, créeme amor estoy buscando a ese maldito para encerrarlo en la cárcel — dijo molesta ella para darle la vuelta a su pareja.
— ¡No! No lo hagas, eres acaso una suicida, te va a matar, y no puedo…no quiero que te lastimen tienes una hermosa familia, piensa en tu hermano menor, yo solo soy una maldita omega, tu no mereces eso… por favor — suplico ella para ser besado por la alfa que negó con la cabeza, tenía miedo, más cuando supo que estaba embarazada, lo que menos deseaba era ser una molestia para su alfa.
— Te prometo que lucharemos para que todos los omegas tengan sus derechos, serás libre amor, serás libre mi dulce conejita — susurro ella para besar la frente de su pareja que solo se acurruco más a ella, la omega solo cerro los ojos deseando nunca separarse de ese cálido cuerpo. La alfa miraba el cuerpo delgado de su pareja su cabello rubio, siempre había insistido que dejara de pintárselo ya que deseaba ver su cabello natural, pero al parecer ese maldito se lo tiño desde niña para que fuera más llamativa, cuando la conoció estaba tan lastimaba no solo físicamente sino emocionalmente.
Había pasado algunos días, y ella estaba feliz por los cambios en su pequeño hogar, acariciaba su plano vientre pensando que era el momento correcto para darle la noticia a su pareja, estaba feliz por el hermanito de su novia, al parecer había conocido a un omega, ambos eran jóvenes pero en su mirada se notaba que se amaban. Cuando escucho el timbre se extrañó porque faltaba mucho para que su novia estuviera de regreso, creyó que era la nueva parejita feliz y sin preocuparse fue abrir la puerta.
— ¡Tú! — grito llena de pánico para intentar dar un paso atrás y cerrar la puerta pero un par de hombres entraron a su departamento para que uno de ellos le dieran un fuerte golpe en su vientre. Cayo en el piso con un fuerte dolor en esa área — No, no por favor no, mi bebé… mi bebé — gritaba asustada, intento alejarse sintiendo la mirada divertida de ese tipo, un ser despreciable que solo se mantenían en las sobras, nadie conocía realmente donde vivía o en que lugar tenia a todos los omegas secuestrados, ella huyo de puro milagro pero ahora… ahora que era tan feliz ese tipo venia a dañarla.
— Creíste que podrías escapar, mi dulce coneja — hablo divertido, hace tantos años tenia a esa omega en su colección, precisamente cuando era una niña era una de sus mejores adquisiciones, dio una señal a su hijo para que este la tomara del cabello para sacarla de ahí, al parecer su adquisición le ayudaría a destruir a esa alfa que se creía capaz de lograr que la basura omega tuviera sus derechos, era tan fácil destruir los sueños —Limpien la sangre, lo que menos queremos que nuestra invitada se entere de nuestra visita, y tu mi querida vamos a la clínica para deshacernos de ese bastardo que tienes en tu vientre —
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Catherine se retorcía en la cama, sintiendo como un paño húmedo se colocaba en su frente sus ojos enfocaron a la figura que le estaba ayudando y no pudo evitar llorar tocándose su vientre, había recuerdos que mataban…
— No puedo… —
CONTINUARA…