Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Habitual irony por FumiSaho

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!! :)

Muchas gracias a quellas personas que leyeron el capitulo y muchisimas gracias a esas personas que me dejaron su RW. 

Me alegra que les haya gustado, personas! <3

 

Nuevo capitulo. Espero les guste :D

 

 

CAP 2.

 

 

La familia Yamaguchi se componía por una mujer y dos hombres e independientemente de ello, un omega, un beta y una alfa. Al menos eso pensaba Tsukishima hasta ese momento. Recordaba que la primera vez que fue, se sorprendió de ver un hombre de apariencia tranquila, recibirlos. Según lo que le dijo Yamaguchi, sus padres se conocieron casualmente en un restaurante, en una reunión de negocios y supieron que eran el uno para el otro en el mismo instante que se miraron. Con esa historia, Tadashi intentaba apaciguar el miedo que dominaba a Kei con eso de las parejas destinadas.

Con dificultad logró abrir los ojos, encontrándose con el techo blanco de su habitación. Estaba oscuro y supuso que todavía era de noche. Sentía un desagradable sabor en la boca y los parpados pesados, casi no podía mantenerlos abiertos, optando por cerrarlos nuevamente. El cansancio que habitaba su cuerpo era enorme. No recordaba que la práctica de ayer fuera tan intensa. No, la practica no. A su mente acudió el recuerdo de sí mismo llorando, suplicándole a Tsukishima que parara. Su pecho se estrujó con cada recuerdo, con temor y las lágrimas rodando espesas por sus sienes, alzó su trémula mano, alcanzando la parte trasera de su cuello, donde con las puntas de sus dedos sintió los relieves de su herida. Todavía dolía.

Tres años ocultando el hecho de ser omega para al final terminar marcado por su amigo de la infancia. Seguro que Tsukishima tampoco lo quería románticamente y solo se había dejado llevar por el celo. No ocultó su género porque le avergonzara, sino porque no quería que Tsukishima lo tratara diferente. Que tonto. Si tan solo no hubiese pospuesto el comprar los supresores, si tan solo no hubiese salido del baño hasta que su padre regresara, si tan solo no fuera omega.

—¿Tadashi? —su padre golpeó la puerta con suavidad, abriéndola de igual forma. Un hombre de mediana edad, se asomó con timidez, encontrando a su hijo hecho un ovillo sobre su cama, temblando por los sollozos que soltaba. Más atrás se encontraba Kei que, sin entrar, pudo escucharlo.

—No quiero esto. ¡No lo quiero! —vociferó entre gimoteos. —Fui marcado, papá… —su voz se quebró nuevamente, rompiendo el corazón del rubio que lo quería en secreto.

—Kei kun está con tu mamá, ¿quieres hablar con él?

—No. —se sentía demasiado patético para poder afrontar las palabras de su amigo.

—De acuerdo. —convino el hombre dedicándole una mirada a la espalda del chico que se despegó de la pared, desapareciendo segundos después. —Kei kun se disculpó. ¿Puedes creerlo? Además, dijo algo. —añadió dudando si decirle todo, pero si su hijo no quería hablar con Kei, debería escuchar su propuesta y luego de ello, que ambos hablaran. — Dijo que, si tu querías, no se volvería acercar a ti y que de esa forma podrías confesarte.

Un escalofrío recorrió su espalda, alertándolo. ¿No volver a verlo? ¿No caminar juntos desde la escuela? ¿No volver a ver Jurassic Park en la sala de sus casas?  La mayoría de las cosas que le gustaban era gracias a Tsukishima, que le mostraba cosas diferentes cada día. ¿Tsukki propuso no volver a hacer eso?

—Él me culpa, ¿no es así? —aseguró descubriéndose la cabeza. Al ver a su padre, lo vio limpiarse una lagrima traviesa antes de abrazar a su hijo. Comprendía el dolor por el que su hijo atravesaba, aunque él se casó y se dejó marcar por la persona que amaba, Tadashi no.

—Kei asumió toda la culpa. —aseguró su madre entrando por la puerta. Vestía todavía su falda y camisa blanca con la corbata ligeramente floja. Ella, siendo alfa, tenía un buen puesto en la compañía de sus familiares, sin embargo, el apellido de su esposo no era conocido entre las familias de buena posición. —Piensa alejarse de ti para que lo disculpes, ¿no crees que se arrepiente? No creo que tampoco quisiera hacerte daño, los instintos de alfa dominan cuando huelen las feromonas de un omega. No trato de justificarlo, pero sé que uno simplemente no se puede controlar. —explicó acomodándose la larga cabellera negra en el hombro. Ella, como Tadashi, tenía pecas, pero se le escondían con el maquillaje.

—Tu madre y yo apoyaremos la decisión que tomes, así sea tomarle la palabra a Kei kun o seguir siendo amigos.

—Pero mañana iremos a que te hagan un chequeo. Rutinario solamente. —tranquilizó la mujer al chico en la cama.

Tadashi no creía poder dormir mucho, aunque su madre le había dicho que le debían atender la herida, porque estaba horrible y saber si no tuvo ningún desgarre o cosas así. La noche se hacía presente en su habitación con el sonido de los grillos, una que otra luz de un auto al pasar frente a la casa. La oscuridad reinaba en cada esquina de ese cuarto y sentía que esa misma oscuridad lo consumía para no dejarlo volver a ver el día, o peor, sumergirlo en el sueño y que este le hiciera revivir su enlace con Tsukishima. Recordar no era desagradable, sino incomodo, pues sentía su temperatura dispararse, los lugares a los que Kei se había aferrado ardían con un hormigueo placentero que le llenaba de vergüenza. No podía, no quería sentir eso por él.

 

 

Regresó a casa con su madre detrás de él y es que al no haber nadie en casa, no supo qué hacer con Tadashi desmayado, por lo que llamo a su madre luego de dejarlo en su cama. Ella llamó a los Yamaguchi y les ayudó a limpiarlo, después de todo también tenía hijos. No obstante, la mujer tampoco sabía mucho al respecto y solo temía por lo que pudiese sucederles a ambos, pues ahora se encontraban unidos.

—Creo que mañana deberías escuchar lo que dicen sus papás… —comentó soltando un suspiro. Kei nunca fue de los niños que se tenían malas calificaciones y mucho menos de lo que se metiera en peleas. Era comprometido y responsable, ahora todo estaba de cabeza por el hecho de ser alfa y Tadashi un omega. —… son amigos, pero… ¿Kei?

El menor de los Tsukishima derramaba espesas lagrimas sin parpadear, mirando la nada. Continuaba calzando los zapatos y sus brazos colgaban sin vida a los costados, otorgándole una apariencia miserable. ¿Por qué tenía que ser alfa? Nadie de su familia lo era. Ahora Yamaguchi no lo quería ni ver. La remota posibilidad de confesarse la lanzó lejos para poder dar paso a una unión en la que solo se veía beneficiado él. Yamaguchi lo odiaría en silencio y ese sería el fin de algo que nunca existió. 

 

 

Notas finales:

Nos vemos la proxima semana. :}


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).