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Apariencias que engañan por KylieNova

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Notas del capitulo:

Hola a todos y todas, para los amantes del lemon... este es su capitulo! Y para los que no... pueden leer el comienzo y ya.. jajaja

Espero que a todos les gusten y He cumplido mi promesa de actualizar mas seguido!!!

La habitación estaba a oscuras, sentados en el sofá con las piernas arriba el uno enfrente del otro, solo se veía el brillo del televisor en donde estaban transmitiendo una película, pero nuestros protagonistas no le ponían atención, ya que estaban concentrado el uno en el otro. 

-¡Es verdad! Mi hermana solía hacerme eso de niño, era bastante cruel- contaba entre risas Eric. 

-Me hubiera gustado ver eso, tú de niño con los pantalones mojados del miedo- reía Damián. 

-Ella y sus amigas eran malvadas, por eso odiaba cuando mamá se iba. Ellas aprovechaban el momento y me asustaban, se ponían hasta pintura roja en la cara y me perseguían. Es un milagro que no quedara traumado- le dio otro mordisco a su ultima porción de pizza de pepperoni- ¿Qué hay de ti? 

-¿Qué hay de mí?- preguntó el moreno dándole un sorbo a su gaseosa. 

-¿No tienes alguna anécdota con tu hermano? ¿Algo traumático? 

-Creo que nada traumático, Ariel era bastante amable conmigo. 

-¡Vamos! ¿Me vas a decir que nunca se peleaban? No existen esa clase de hermanos. 

-Bueno… yo lo fastidiaba y él se enojaba, pero siempre fue paciente. 

-Quiero conocerlo…- comentó- y a tu familia. 

-No son para nada interesantes, aparte de Ariel todos son serios y centrados, aburridos. 

-Aunque sea- reclamó- , tú conoces a mi familia y yo quiero conocer a la tuya. 

-Algún día tal vez- susurró, se acercó a Eric lentamente y le plantó un tierno beso en los labios, se separó unos cuantos centímetros y Eric sonrió. 

-Quiero que lo digas de nuevo- susurró, casi tocando sus labios. 

-¿Qué?- Damián pasó su mano a la rodilla de Eric, y con sus dedos empezó a acariciarlo sutilmente. 

-Lo que me dijiste la última vez- Damián se le quedo mirando unos segundos, la caricia que le estaba dando subió más hasta llegar casi a su muslo. De pronto sintió su corazón acelerarse. 

-Te amo. 

Eric pasó sus brazos a los hombros de Damián, en su rostro se encontraba una sutil sonrisa, aunque en su interior sentí un cosquilleo en su pecho, se sonrojó y besó a Damián, pasó sus manos al cabello del moreno y empezó a acariciarlo mientras este le correspondía y lo acercaba más a él. Se separaron en un breve momento, Damián lo miró y peguntó: 

-¿Y tú? ¿Acaso me amas? 

-Puede ser- le respondió con voz juguetona. Reanudaron el beso, lento al principio, lleno de sentimiento y emociones, se tomaban el tiempo para acariciar cada tramo de piel de sus labios, para recordar la calidez de cada caricia. 

Las manos del moreno pasaron a la cintura de Eric, con determinación pero siempre siendo gentil, Damián quiso hacerlo apropiadamente esta vez, sin impulsividad como la última vez, y aunque lo había disfrutado y mucho, quería que fuera diferente esta vez. Deseaba transmitirle el cariño que sentía hacia el castaño con cada toque de sus manos. 

Eric, se sentía ansioso, casi desbordando a lo nervioso “¿Por qué? Ya lo hemos hecho” se preguntó para quitar ese pequeño temblor en sus manos, pero ahora era diferente, y la manera en que Damián lo tocaba, gentil y con paciencia lo llenaba de calor en el pecho. 

Damián pasó su lengua por la comisura de los labios del castaño, pidiendo permiso para entrar, Eric en un movimiento rápido abrió la boca y sintió la lengua del otro colarse en la suya, acariciando su lengua, mientras sus cuerpos se apegaban más el uno del otro, y se dieron cuenta que las simples caricias gentiles y superficiales ya no eran suficientes, querían más. 

Eric empezó a sentir un cosquilleo en su parte baja, uno sutil, pero se encontraba allí. Llevó ambas manos al rostro de Damián y acaricio sus mejillas mientras el beso húmedo se intensificaba, las manos del moreno recorrieron su espalda hasta llegar más abajo, en sus caderas, y acercar su pelvis en un suave tacto, Eric dentro de aquel beso respingó, dejando su mente en blanco y a su cuerpo llevar por las reacciones. Las grandes manos de Damián pasaron a acariciar su trasero, Eric ya se encontraba sonrojado, sentía calor y la ropa se le hacía molesta cada vez más. 

En un suave movimiento Damián alzó a Eric, el cual sorprendentemente no pesaba, agarrándolo de la cintura y se fue caminando a su habitación. Dejó al castaño acostado sobre su cama, se percató del estado del chico, con el cabello un poco despeinado, el sonrojo en sus mejillas y los labios más rojos e hinchados, una corriente recorrió todo su cuerpo hasta su entrepierna, estaba excitado. 

Se abalanzó sobre Eric, sin colocar su peso sobre el chico, y lo volvió a besar, mas demandante esta vez, el castaño le correspondió y lo apegó más a él, le gustaba sentir el calor corporal del moreno sobre él. Damián pasó descaradamente sus manos sobre el muslo del otro, aprisionándolo, las manos del castaño pasaron al borde de la camisa blanca de Damián, y en un esfuerzo trató de quitársela. 

-¿Tan ansioso estas?- preguntó burlón 

-Tú lo estás- comentó con el mismo tono burlón mientras con su pierna frotó la erección formándose del moreno. Damián gruñó al sentir el contacto “¿Por qué estaba tan excitado?” se preguntó a sí mismo. 

Damián se quitó la camisa y dejó ver sus músculos formados, no de manera exagerada, a la vista de Eric, quien rápidamente lo acercó para acariciar su desnuda espalda. El cuerpo de Eric se sentía ansioso por la falta de contacto con Damián, no era suficiente, su cuerpo estaba caliente y su corazón latía a mil por hora. 

El moreno acercó su pelvis a la de Eric y en suaves movimiento frotaba su erección con la de Eric sobre sus pantalones, pero aun no quería tomarlo, lo iba a hacer sufrir primero. 

Quitó la camisa del castaño rápidamente y empezó a besar su cuello con su lengua, dejó un chupetón al lado derecho, uno que costaría varios días en desaparecer y pasó a su pecho, besándolo hasta llegar al borde de su pantalón, Eric pensó que es ese momento se lo quitaría pero no, no lo hizo. Pasó su mano sobre la entrepierna de Eric acariciándola superficialmente, su cuerpo se llenó de frustración “¿Qué estaba esperando tanto?” 

El castaño lo miró, demandante y al ver el rostro del moreno se dio cuenta de su casi imperceptible sonrisa burlona, lo estaba molestando. Así que tomo cartas en el asunto. 

Eric agarró los hombros del moreno hasta llevar su rostro al del otro y como lo había hecho antes, pasó su lengua sobre los labios de Damián hasta poder colarse en su cavidad bucal, rodeó con sus brazos el torso del moreno y en un rápido movimiento rodó hasta quedar él arriba. 

Pasó sus labios por los de Damián en un beso rápido y después con sus manos acarició sus pectorales y hombros. Damián por el otro lado sonrió ladinamente y acarició los muslos del castaño, el cuerpo del castaño estaba sobre su erección, frotándolo mientras el otro se movía y depositaba un beso demandante sobre él. 

Al terminar aquel beso, se miraron directo a los ojos, perdidos el uno en el otro, sintiéndose satisfechos con la compañía del otro, una sonrisa sincera salió de los labios de Eric, pegó su frente con la del moreno y este, le respondió con el mismo, pasó su mano y acaricio la suave cabellera del castaño con ternura y lo volvió a besar, un beso sutil que no encajaba con el ambiente sensual pero que era necesario porque le hacía darse cuenta que lo que tenían entre ellos no era simple lujuria o calor del momento, era algo más fuerte, más difícil de quebrar. 

Eric bajó hasta su pecho y lo besó hasta llegar a su abdomen bajo, quitó con sus manos el botón del pantalón del moreno y bajo la cremallera, con la ayuda de Damián, finalmente le pudo quitar el pantalón. Se encontraba en su bóxer negro, Damián se reincorporó apoyando sus codos sobre la cama y observó a Eric, con una mirada pérdida, después el castaño bajó su bóxer y acercó su rostro. 

-¿Qué estas…?- y se sobresaltó al sentir sus labios sobre su pene ya erecto, agarró por acto de reflejo el cabello de Eric y le levantó el rostro-No tienes que hacerlo. 

-Pero quiero hacerlo- le dijo tranquilo. 

Eric volvió a bajar hasta la erección del moreno, tragó duro ¡Esta muy nervioso! Nunca había hecho esto, era la primera vez pero quería hacerlo. Otra vez pasó sus labios sobre la cabeza del pene de Damián, quien levemente gruñó cuando sintió el contacto. Eric se acomodó mejor, su cuerpo más abajo para con ambas manos agarrar la base del pene y masajearlo lentamente. 

Damián se reincorporó y miró a Eric con su erección sobre sus labios, pasando su lengua suavemente y se puso más duro. Con su mano acarició los cabellos del castaño, su respiración se hacía cada vez más errática, irregular. 

Con su legua recorrió el tronco para después, meterlo en su boca, lo succionaba y acariciaba con su lengua la punta a un ritmo un poco más rápido. 

-Lo haces muy bien- susurró el moreno, haciendo que Eric se sintiera orgulloso y a la vez excitado, después de estas palabras quiso hacerlo mejor. 

Damián tenia al frente suyo a Eric, sonrojado, con su miembro en la boca mientras este ahuecaba sus mejillas en un acto por abarcar más, el moreno gemía ronco sobre su garganta, la caricia en el cabello de Eric se hizo más posesiva automáticamente, algo que no molestó en absoluto al otro. 

El moreno sintió un cosquilleo recorrer su pelvis, una pequeña corriente eléctrica que hacía a su erección volverse más dura. Agarró ambas mejillas de Eric y lo separó, con bastante fuerza de voluntad de su pene, al hacerlo un hilo de saliva salió de los labios del castaño uniéndose aun con su miembro, dándole una vista demasiado erótica para su propio bien. 

Rápidamente Damián lo colocó debajo de él y le quitó los pantalones viendo la creciente erección de Eric esperando a ser tratada, bajó su bóxer y finalmente pudo ver completamente desnudo al castaño. 

-Date la vuelta- demandó y sin pestañear Eric obedeció, adquiriendo una posición con sus calderas levemente alzadas y con sus antebrazos como apoyo, Eric bajó la cabeza, esta posición era tan… vulnerable para él. 

Damián sacó el lubricante de la mesa de noche que estaba junto a la cama, con su dedo pulgar lleno ya de lubricante lo pasó sobre su orificio de Eric, este al sentir su contacto ocultó su rostro sobre las sabanas y con sus manos las apretó fuertemente hasta que sus nudillos se tornaron blancos. 

El dedo de Damián, después de masajear a Eric unos minutos, pasó a su interior, suavemente tenía que prepararlo. Lo sacaba y metía, en círculos para que Eric se acostumbrara a la intromisión, el castaño aunque se sentía incómodo no era comparado con la primera vez que no sabía cómo reaccionar, ya tenía en su mente de antemano las sensaciones y no se sorprendió al sentir, después, el dedo índice colocarse más profundo. 

Damián chorreó más lubricante sobre sus dedos para que la intromisión se deslizara con más facilidad, el ritmo de sus dedos cambió a uno más profundo y rápido y pudo escuchar pequeños y cortos gemidos de Eric perderse en las sabanas. 

El castaño empezó a sudar y su erección se lubricaba cada vez más, Damián al colocar tres dedos (el índice, medio y anular) y masajearlo en el interior de Eric, con su otra mano pasó a masturbarlo a un ritmo lento en contraste con el ritmo de sus dedos. 

El moreno al ver a Eric debajo suyo, tan necesitado y exasperado por su contacto, quiso tenerlo gimiendo por su miembro, estar dentro de él, sentir sus paredes apretarlo deliciosamente. Eric dejó escapar un sonoro gemido al sentir la mano de Damián masajear su miembro, tan cruelmente lento que hizo a Eric ocultar más su rostro y con una de sus manos llevarla a su miembro y cambiar el ritmo pero Damián no lo dejó. 

Eric perdido entre el placer se había acostumbrado a la intromisión de los dedos de Damián y bufó al darse cuenta que estos ya no estaban en su interior ni tampoco la mano del moreno sobre su dura erección. 

Damián se colocó el preservativo, alzó más las caderas del castaño posesivamente y acercó su erección al orificio de Eric sin penetrarlo, solo frotándolo, Eric gemía, pero no podía escucharlo bien porque su rostro se encontraba sobre una pelota de sabanas desordenadas y no, Damián quería escucharlo gemir y ver su rostro. 

Le dio vuelta a Eric hasta quedar frente a frente, el castaño pudo ver la expresión de deseo de Damián tan demandante y mordió su labio inferior, él era un completo desastre, su rostro estaba caliente y estaba segura del rubor sobre sus mejillas y la fina capa de sudor en su frente. El otro al analizar su expresión tan erótica pero al mismo tiempo tierno pasó a besarlo, succionando sus labios, mordiéndolos suavemente, Eric colocó sus manos sobre la nuca y lo acercó más a él. 

Se separaron por un breve momento, Damián coloco su pene para entrar en Eric y en un lento movimiento se hizo paso, Eric arqueó su espalda y con sus manos sobre los hombros de Damián lo acercó hasta que el moreno quedara con su pecho pegado al suyo. “Mierda ¡Dolía!” 

Tensó su mandíbula y sus uñas apresaron la piel de Damián, había pasado bastante tiempo desde la primera vez que lo hicieron. El moreno pudo sentir como su pene era apretado por las paredes cálidas del interior de Eric, “tan bueno” pensó. No le importo que Eric hundiera sus cortas uñas sobre la piel de su espalda, solo podía sentir el intenso placer sobre su pene y no le importó nada más, hasta que Eric dio un quejido cuando lo llenó completamente con su miembro. 

-¿Estas bien?- murmuró mirándolo al rostro, tenía sus ojos fuertemente cerrados. 

-D-duele- salió rasposa su voz. 

-Tranquilo amor- dijo reconfortante, le dio un beso en las mejillas y pasó su mano a la cadera derecha para acariciarlo. Eric al escucharlo decirle “amor” su pecho se llenó de un sentimiento cálido, lo abrazó más fuerte contra sí y trató de tranquilizar su respiración. 

Damián quedó unos segundos en su interior sin moverse, dándole besos a Eric en el cuello y hombros, llevó su mano derecha de la cadera de Eric a su entrepierna y empezó de nuevo a masajearlo mientras se separaba de su abrazo momentáneamente. 

Poco a poco Eric fue acostumbrándose a la intromisión mientras se dejaba nublar con las sensaciones en miembro, su cuerpo recuperó el calor que estaba perdiendo por el dolor y sus manos pasaron a los hombros de Damián mientras se dejaba llevar, el moreno aprovechó la oportunidad y movió lentamente sus caderas haciendo fricción en su pene y en las paredes estrechas del otro. 

Se escucharon gemidos roncos desde la garganta de Eric, el agarre que tenía sobre sus hombros empezó a ser más fuerte, Damián apresuró un poco el ritmo de sus embestidas hasta llegar más adentro y en una de esas embestidas toco el dulce punto de Eric, haciendo que este diera un sonoro gemido sin darse cuenta, Damián cambió el ángulo de sus embestidas y tocó repetidamente el punto de Eric, este lo abrazó más a su cuerpo y Damián, dejando de masturbarlo, ocultó su rostro sobre la curva del cuello del castaño. 

Las embestidas se volvieron más fuertes, más salvajes, y Eric apretaba los dedos de sus pies tratando se contenerse un poco pero le era imposible, sentía el miembro de Damián meterse y salir de su interior, arremeter contra el punto que le hacía llevar una corriente eléctrica desde su pelvis a su pene. 

-Damián...- balbuceó al perderse entre las sensaciones de su cuerpo, el moreno al escuchar su nombre ser pronunciado de tal manera por la persona que amaba lo infló de orgullo, y se esforzó más por hacerlo sentir bien. 

Damián lo besó, pasando su lengua sobre la del castaño, su beso apasionado hizo enloquecer a Eric, quien en un intento por unirse más con Damián entrelazó sus piernas a las caderas del moreno. 

Eric cerró sus ojos y Damián pasó a su cuello para besarlo y morderlo, Eric en un intento por reprimir sus lascivo gemidos se mordió el labio fuertemente pero no funcionó, los gemidos seguían y seguían fluyendo roncos desde su garganta, necesitado por más, no le importó y en un profundo suspiro dejó salir su roca voz. 

-Se siente tan bien- confesó y Damián contento lo besó una vez más, sentía en dulce cosquilleo en su cuerpo y se dio cuenta que estaba cerca de terminar. Pasó de nuevo su mano sobre la erección de Eric y lo masturbó al mismo ritmo que las embestidas, el sonido obsceno y húmedo de sus cuerpos lo excitó aún más. 

El castaño pegó su frente en el hombro de Damián, le dolían las caderas pero ese dolor era insignificante con la oleada de placer que sentía cada vez más aproximarse. 

Sus uñas se clavaron violentamente sobre la carne de Damián, este gruñó pero no de molestia y con una final embestida arremetió más duro a su punto sensible haciendo que Eric terminará y sintiera su orgasmo, tan puro, tan intenso. 

En un acto de reflejo mordió la piel del hombro de Damián para calmar su cuerpo, se escuchaba solo su respiración muy irregular y su dulce voz tratando se callarla mediante la mordida. Damián acarició su cabello y al sentir sus paredes palpitar contra su pene se corrió con la misma respiración errática pegado al cuerpo del castaño. 

Se quedaron durante unos segundos unidos, y a la vez tan cansados que Damián dejó todo su peso sobre Eric, el castaño quito sus dientes del hombro de Damián y admiro la horrible mordedura que le había dejado con sus ojos casi cerrados. 

Damián salió del interior de Eric, se quitó el condón pesadamente y se acostó a su lado, con lo ojos cerrados y su antebrazo en la frente. El castaño aun con la respiración errática se acercó al cuerpo sudado de Damián y lo rodeó con un brazo. Su cuerpo dolía y el cansancio vino a su mente, cerró finalmente sus ojos y se quedó dormido seguido por Damián quien le tenía abrazado desde la cadera. 

Notas finales:

Por favor!! Diganme que les parecio:

¿Prefieren el primer lemon o este?

No olviden comentar, sus comentarios me hacen seguir escribiendo!! Muchas gracias a todos lo que llegaron a leer hasta aqui!!

 

PD: hace tiempo no recomendaba un manga jaja.. pero aqui esta: "Ashita wa docchi da" Espero que les guste...

Ademas me gustaria saber cual fue su primera vez que vieron yaoi, estuve pensando y la primera vez que supe que me gustaba el yaoi fue cuando vi un fanarttan adorable que me volvi loca jajaja.


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