Cuando Eric se fue de aquella manera, con un aura molesta, sorprendió a Damián. Se preguntaba que había hecho para molestar al chico.
Estuvo unos segundos con sus amigos y se dio cuenta que ese día estaba menos tolerante con ellos, se enojaba por cualquier comentario ya que eran superficiales y estúpidos, pero siempre lo habían sido ¿Por qué ahora era diferente? Pudo llegar a la conclusión de que el haber compartido tiempo con Eric, con una persona con quien disfrutaba su compañía, lo había hecho intolerante a los demás, se había acostumbrado a sentirse relajado y a la vez feliz con él, extrañaba a Eric.
Trataba de mantener su compostura pero no pudo aguantarla hasta que una chica descaradamente se acercaba e invadía su espacio personal, quiso apartarle y gritarle que se alejara de él ¿No podía ver las indirectas que le daba? La chica pasaba su mano por la espalda de Damián de manera cariñosa descendiendo lentamente, este carraspeo y trató de alejarse un poco, pero ella no lo dejaba ir.
-¿Qué tal si vamos a un lugar más privado? - le susurró cerca de su oído cuando tuvo oportunidad, rodó sus ojos con molestia sin que se diera cuenta.
-No lo creo- giró bruscamente y se fue rápidamente molesto por lo que había pasado ¿Cómo era que había personas tan confiadas? Necesitaba a Eric, era el único que lo permanecía estable, lo buscó con la mirada hasta que lo divisó hablando con unos chicos que no conocía, de seguro eran de primer año.
Se acercó rápidamente haciéndose paso entre todas las personas, le quería pedir una explicación de porque se había molestado con él sin razón alguna.
-Tenemos que hablar- le dijo con voz calma ignorando a los dos chicos que estaban con él.
-No quiero- refutó con el ceño fruncido.
-¿Pasa algo?- le preguntó Chris a Eric preocupado por su reacción ante Damián.
-¿Quién eres tú?- declaró irritado a Chris, dejando aparte su actuación dulce.
-¿Quién eres tú?- cuestionó Marcus amenazadoramente por hablarle así a Chris.
-Hay que calmarnos- les dijo Eric a todos los presentes, el ambiente se había puesto tenso- ¿De qué quieres hablar?
-¿Podemos hacerlo en privado?- Eric quedó unos segundos pensándolo, ni siquiera él sabía porque se sentía tan molesto, Damián no tenía la culpa o en parte si pero él era el tonto al enojarse con él. Eric asintió, Damián agarró fuertemente su mano y lo guio escaleras arriba a una de las tantas habitaciones de la casa.
Entraron y Damián cerró la puerta de tras de sí. Eric se sentó en la cama que había y comenzó a sentirse nervioso, su corazón se aceleró un poco sin entender el porqué, Damián aún tenía un semblante molesto, pero cuando vio la expresión de Eric, el cual estaba calmado y en parte confundido, suspiró fuertemente y se masajeó el puente de la nariz.
-¿Por qué estas molesto?- le preguntó mientras se acercaba lentamente a él.
-No lo estoy- susurro bajando su mirada.
-No me mientas- se sentó a su lado y lo miro directamente a los ojos, pero Eric seguía mirando el suelo- ¿Qué hice mal? - lo había dicho en un tono tan suave que su piel se erizó, llamó su atención y lo miró directamente a los ojos. Eric no era el único sorprendido, él mismo se había extrañado de su tono de voz.
Damián se comportaba diferente cuando estaba con él y esto lo asustó porque si dependía de una persona y se ilusionaba podría terminar decepcionado.
-No hiciste nada mal- le dijo con ternura- Soy yo es solo que...- trataba de buscar las palabras correctas para no dar mal el mensaje- disfruto estar contigo- Damián abrió los ojos conmovido, ya sabía que el disfrute de sus compañías era mutuo pero que se lo digiera en voz alta le hacía emocionarse.
-También a mi-Le dijo en un susurro, se avergonzó al ablandarse tanto ante una persona, pero no lo pudo evitar, Eric se ponía cada vez más nervioso y empezó a jugar con sus manos en un afán por calmarse, le había agradado su comentario.
-Lo disfruto, pero lo hago aún más cuando no pretendes- Eric sintió su nuca caliente cada vez que decía una palabra- aunque tengo que decir que eres obstinado y testarudo- Damián no pudo evitar reír ante su comentario haciendo que Eric sintiera algo removerse en su pecho.
-¿En serio?- le preguntó aun incrédulo.
-Si- sabía que lo siguiente que iba a decir era descarado, pero no se lo podía contener- No tienes que actuar para estar con esas personas, puedes estar bien solo conmigo- Damián se sorprendió y su expresión lo delató, rápidamente Eric se arrepintió de lo que había dicho y apartó rápidamente su mirada.
-Eso sería suficiente- confirmó con una sonrisita en su rostro a ver al chico tan avergonzado- ¿Te gustaría pasar con una persona a la cual nadie le agrada?
-A mí me agradas y eso es suficiente- El ambiente se hacía cada vez más extraño según Damián, sus rostros estabas muy cerca pero no quería apartarse ni tampoco Eric.
Estaban en un trance, sus caras se acercaron un poco más hasta sentir sus respiraciones chocar suavemente. Damián estaba desconcertado ¿Qué estaban haciendo? Estaban a punto de...
El sonido de la puerta chocar estruendosamente hizo que ambos se sobresaltaran, se apartaron rápidamente con mil preguntas cada uno en su mente.
-Maldición está ocupado- Grito una chica desde el otro lado, se oyeron sus pasos y el de su "acompañante" alejarse dejando de nuevo entre ellos dos un silencio profundo.
Eric estaba sonrojado y Damián bastante aturdido ¿Iba a besar a Eric? ¡¿Pero es un chico?! No podía caer por su amigo, por el único que tenía en ese momento.
-Deberíamos irnos- dijo indiferente mientras se acercaba a la puerta para salir, su tono indiferente había herido a Eric, pero no lo culpó.
Eric lo siguió con una distancia prudente, mientras salía había captado la atención de Christopher, vio que los chicos estaban caminando separados y que Eric traía una cara de tristeza. Al pasar junto a él le dedico una sonrisa el cual correspondió muy forzosamente.
-¿Estas bien?- le preguntó en un impulso.
-Claro- trato de sonar alegre, pero simplemente no pudo. Finalmente, el amigo y Damián salieron seguidos por Eric, se montaron al auto y partieron.
Hubo un total silencio, en primer lugar: porque el tal amigo estaba molestó ya que no quería irse de la fiesta. En segundo lugar: Damián estaba bastante pensativo por lo que había ocurrido anteriormente y en tercero: porque Eric se sentía triste y al mismo tiempo avergonzado, aunque sabía que no solo había sido su culpa ¿Acaso ahora Damián tenía repulsión hacia él? Solo pensarlo hacia que su estómago se revolviera.
Llegaron primero a la casa de Eric, se bajó rápidamente sin mirar atrás, pero por impulso se giró antes de que Damián levantara la ventanilla dejando ver solo parte de su rostro.
-Hablaremos después- sonó más a una pregunta, no estaba seguro de que Damián quisiera hablarle de nuevo. Este solo asintió.
El auto arrancó, Eric se quedó estático hasta que no pudo divisarlo más, entró a su casa y su hermana lo recibió con una grata sonrisa.
-Creí que vendrías más tarde- le dijo con su sobrina en sus brazos.
-No estaba divertida- respondía con su mejor cara, aunque se veía exhausto- Hola pequeñín- saludó a su sobrino acercándose a su rostro y pellizcó una de sus mejillas.
-Mamá está dormida así que no hagas ruido- su hermana se fue a la sala con el niño en sus brazos para seguir viendo televisión.
Fue hasta su habitación y se acostó en su cama bocarriba con los brazos extendidos.
Al regresar de nuevo a la Universidad no pudo encontrarse con Damián hasta la salida de sus clases, no se lo esperó y se sobresaltó al encontrárselo.
-¿Quieres que te acompañe?- propuso Damián con una expresión neutral, Eric asintió y caminaron juntos sin decir ni una palabra.
-Lo siento- susurró Damián a unos pocos metros de llegar a casa de Eric, este comentario hizo que se desconcertara.
-¿Por qué?
-Te trate muy fríamente- le respondió- y no quiero tratarte así, me agradas- Eric asintió sin saber cómo responderle.
-Está bien, debería ser yo el que pidiera perdón- estaban ya a unos cuantos pasos de su casa.
-¿Por qué?- preguntó extrañado, Eric no quería recordarle el momento "raro" que habían tenido en aquella habitación, si lo hacia todo se volvería incómodo así que lo evito.
-No lo sé- sonrió con pesar hasta quedar ya al frente de su casa- Aquí es- añadió- ¿Estamos bien?
-Estamos bien- confirmó. Eric sonrió y su sonrisa se le contagio a Damián.
-¿Quieres pasar?- Damián no se esperó tal invitación. Le tomó unos cuantos segundos el responder asintiendo con la cabeza.
Su casa era muy bonita a los ojos de Damián, no por ser grande y moderna sino por tener un ambiente cálido y decoración simple.
Al entrar pudo ver que a la izquierda se encontraba el comedor y la cocina, y a la derecha la sala mientras que al frente se encontraba un pasillo con varias habitaciones.
-¿No hay nadie?- preguntó mientras seguía a Eric hacia su habitación.
-No, -respondía sin dejar de caminar- vivo con mi hermana, sobrino y mi mamá. Ellas trabajan y mi sobrino está en la guardería.
-¿Tienes un sobrino?- entraron a la habitación y Eric pudo captar un poco de emoción en su voz- Es grandioso ¿Cuántos años tiene?
-Tres- Eric se sorprendió un poco, pero al mismo tiempo pensó que era adorable- ¿Te gustan los niños?
-Si- respondía mientras se sentaba en su cama- pero no tengo primos pequeños, menos sobrinos.
-Así que eres paternal- Eric rio, pero no para burlarse o hacerlo sentir mal- ¿Cuántos hijos piensas tener?
-Nueve
-!¿Enserio?!- preguntó incrédulo con los ojos como platos.
-Claro que no- fue el turno de Damián para reír- Espero tener tres, aunque es algo que no decido a menos que adopte supongo.
-¿Te gustaría adoptar?
-Claro ¿Por qué no? Sigue siendo tu hijo, aunque no comparta tu sangre, ser padre no significa compartir solamente la genética- Damián había hablado de tal manera que dejó conmovido a Eric.
-Que poético- Damián lo miro y se avergonzó un poco por las palabras tan profundas que salieron de su boca. Esta fue la primera vez que Eric se percató de que estaba avergonzado. "Maldición" pensó al sentir su corazón acelerarse y un calor se sintió en su pecho- Entonces quieres casarte- Eric no supo de donde venia aquel comentario.
-No necesariamente ¿Por qué tiene que ser algo obligatorio? - Se lo dijo son voz calma- Hay personas que nunca se casan y son felices.
-No digo que no sean felices- se sentó en la silla de su escritorio quedando así al frente de él- Pero sería bueno pasar el resto de tu vida con una persona que amas
-Que poético- respondió repitiendo las mismas palabras que usó él anteriormente- Pero ¿qué pasa si nunca te enamoras?
-¿Nunca te has enamorado?
-No- se acostó en su cama viendo hacia el cielorraso, tenía de esas estrellas que brillan en la noche- Solo me han gustado algunas chicas, pero nunca más que eso- Por un momento Eric se sintió aliviado, aunque después se regañó a si mismo ¿Porque le alegraba que nunca se había enamorado? - ¿Y tú? - Eric se tomó unos segundos para contestar atrayendo la atención de Damián.
-No- respondió con una sonrisa resignada- creí haberlo estado, pero me di cuenta que no era amor.
-¿Por qué no lo era?
-Porque no conocía muy bien a esa persona, talvez todo ese tiempo solo me atraía u obsesionaba, el amor debe ser algo más fuerte ¿No?
-No tengo idea.
-Ni yo- se escuchó una pequeña carcajada de parte de ambos.
-¿Entonces no has tenido novia? - preguntó Damián
-Tuve dos, pero no era nada serio ¿Y tú?
-No he tenido ninguna- esto hizo que Eric quedara pasmado.
-No es cierto- dijo aun sin creerlo.
-¿Por qué te mentiría?-Eric tuvo que darle la razón por ese argumento- Además ¿Por qué no puede ser cierto?
-Porque eres tú- Damián se reincorporó confundido por su respuesta- Ya sabes, eres popular, apuesto y social... cuando quieres- Eric no pudo creer lo que acababa de decir ¿Apuesto? ¡Qué demonios pasaba por su mente al decirle aquello! Quería morir.
-¿Apuesto?- preguntó con una sonrisa mientras se apoyaba en las palmas de sus manos- No creí que pensaras eso- Eric solo pudo responder con una sonrisita nerviosa.
-Bu-bueno tampoco te creas mucho- Damián rio por su comentario y el balbuceo de su voz.
-Si sigues diciéndome esas cosas voy a pensar que estas enamorado de mi- Eric quedo paralizado aun con una sonrisa y además un sonrojo en su rostro. El tono que había usado Damián había hecho que su mente se bloqueara durante unos segundos, lo había dicho de una manera ¿Coqueta?
-¿Q-que?-empezó a apartar su mirada de Damián- Yo pensare que tú eres el que está enamorado.
-¿Por qué? Yo no había dicho que eras apuesto
-Gracias-respondió con sarcasmo
-¡No me refería a eso! Si creo que eres apuesto-Eric sintió que su corazón estaba apunto de estallar ¿Cómo su conversación había llegado a ese punto? Unos segundos quedaron totalmente en silencio, Eric no sabía que responder y Damián quedo paralizado por sus propias palabras.
- ¿Quieres algo de tomar? - dijo para romper el momento de tensión.
-Si- Cuando salió de la habitación y Damián quedo completamente solo en su habitación tapó sus rostro con ambas manos ¡¿Que putas acababa de decir?! "Mierda, mierda, mierda" repetía una y otra vez en su mente. Si seguía así haría que Eric se espantara.
Eric fue hacia la cocina y trajo dos vasos con jugo a su habitación, cuando estuvo enfrente de su puerta semi abierta se acercó sigilosamente sin que Damián se diera cuenta para ver lo que hacía. Este se paseaba sobre toda está mirando sus posters en la pared con curiosidad, fue hacia su escritorio y allí se encontraba el libro que le había prestado, "El túnel" Damián sonrió al ver que había un marcapáginas en más de la mitad del libro, "Si lo está leyendo" pensó
Eric finalmente entró en su habitación y Damián dejo el libro rápidamente en el escritorio.
-Lo has leído- le sonrió, Eric igualmente sonrió y una parte de él se sentía orgulloso de sí mismo.
-Tengo que decir que el tipo le falta un tornillo.
-Lo sé, es lo que hace interesante la historia, ninguno de ellos es normal- se acercó a Eric lentamente con su mirada fija en él, este cada vez se ponía más nervioso ¿Por qué se acercaba tanto?, su corazón empezó a acelerarse y como siempre le pasaba su nuca empezó a arder. Cuando estuvo enfrente de se le quedo mirando un momento, Damián extendió su mano para acercarse y agarrar... el vaso.
-Gracias- Eric se sintió estúpido por unos segundos ¿En que estaba pensando? ¿Por qué se había puesto tan nervioso? Damián sonrió al ver el nerviosismo de Eric, si no paraba de comportarse tiernamente iba a... Se quedó estático de repente ¿Qué pretendía hacer? ¿Y desde cuando usaba la palabra "tierno" para describir a un hombre?
Damián tenía algo característico y era que cuando sentía vergüenza esta se exteriorizaba en forma de repudio o enojo. Se sentía un tanto incomodo por lo que estaba pasando y además de lo que había pasado en la fiesta cuando estuvieron a punto de...Trató de despejar su mente, pero no lo podía olvidar.
-Creo que debería irme- dijo con voz seria la cual sorprendió a Eric por su repentino cambio.
-¿Por qué?- Damián no pudo concretar una respuesta correcta la cual Eric podría creer verdadera. Ni quería irse, pero sentía que si seguía allí arruinaría su amistad con Eric.
-Necesito hacer un mandado con Sebastián- Eric pareció confundido, apartó rápidamente su mirada- Tengo que llegar temprano- Agarró su mochila y se dispuso a irse, Eric lo acompañó hasta la entrada de su casa cabizbajo.
-Nos vemos entonces- Damián se sintió culpable.
-Gracias por invitarme
-Puedes venir cuando quieras.
-Gracias
Damián sonrió y se fue hasta que Eric lo perdió de vista, cerró la puerta y se llevó ambas manos al rostro mientras le pedía con esmero a una entidad suprema: "Por favor no hagas que me enamore"