El cielo se oscurecía cada vez más, pudo apreciar los matices naranjas que adornaban el paisaje hasta desaparecer completamente, se quedó unos minutos más esperando por Eric, por lo general era impaciente pero esta vez no se irritó como normalmente lo hubiera hecho, hacia bastante frío, una brisa helado azotaba suavemente haciendo que cruzara sus dos brazos para darse algo de calor al cuerpo. Miraba directamente a sus pies, los minutos transcurrían lentamente para él hasta que la voz de su acompañante a unos cuantos metros le llamo la atención.
-¿Hace mucho que esperas?- le preguntó con un matiz preocupado pero sin abandonar su sonrisa.
-No mucho- mintió
-Entonces...-Damián pudo notar que la nariz de Eric estaba roja, de seguro por el frio- ¿Adónde vamos?
Aunque Eric tratara de disimularlo se había emocionado mucho cuando leyó la invitación de Damián, estaba preocupado de que las cosas entre ellos se perjudicaran, pero le alegró darse cuenta que el chico se comportaba normalmente.
-No lo sé- Damián sonrió por su respuesta tan aleatoria- ¿Qué quieres hacer?
-Caminemos mientras pensamos- se fueron lentamente, sus pasos se sincronizaban sin pensarlo. Eric no pudo evitar mirar la mano de reojo de Damián balanceándose mientras caminaba, en ese momento le dieron unas ganas intensas de sostenerla entre la suya ¿Como se sentiría? ¿Sería cálida o fría?
-¿Eric?- levantó su vista hasta conectarse con la mirada de Damián, el cual lo estaba llamando desde hacía un buen rato
-¿Qué?- preguntó desorientado.
-Te dije que si te gustaría ir a ver una película- Damián estaba extrañado, se había dado cuenta que Eric miraba su mano - Estas muy distraído ¿En que estabas pensando?
-Nada importante, vamos al cine.
Llamaron un taxi y se fueron al cine más cercano, Eric notaba como cada vez que Damián estaba cerca un sentimiento afloraba su pecho, estaba feliz, pero después se preocupó. "No te enamores, no te enamores, no te enamores" se decía repetidamente, trataba de convencerse que solo era la emoción de salir con un amigo y no debería confundirlo con algo más, pero cada vez le era más difícil creerlo.
Decidieron ver una película de acción, compraron las entradas y a petición del mismo Damián este compró las palomitas. Los dos por fuera se veían que estaban atentos a la película mientras se transmitía pero era lo contrario, a Damián no le importaba tanto la película, en realidad no era un fan del cine pero el solo salir junto a Eric lo satisfacía, reclinó su cabeza suavemente y de reojo, miró a Eric el cual estaba mirando directamente a la pantalla. Sonrió para sí mismo y sin pensarlo pasaron varios segundos, Eric giró su cabeza y se encontró a Damián viéndole fijamente y sin razón alguna se abochornó.
-¿Que pasa?- le dijo en un susurró, Damián había sido atrapado en el acto y giro rápidamente su cabeza.
-N-nada- Eric en ese momento vio algo que nunca olvidaría en su vida, Damián se había sonrojado. De algún modo esto le hizo bastante feliz y pensó que era realmente adorable, sin quererlo una risita salió de sus labios la cual fue escuchada por él-¿Porque te ríes?- le dijo de mala gana y al mismo tiempo un poco avergonzado.
-Estas avergonzado- le recalcó Eric para su pesar, se giró rápidamente y le miro con el ceño fruncido directamente a los ojos.
-No lo estoy
-Si lo estas- a veces Eric pensaba que Damián era como un niño- Tranquilo, puedes seguir mirándome si quieres- respondió en tono burlesco.
-Al parecer te gustó ¿No es así?- ahora era Damián el que atacaba, necesitaba recuperar su orgullo.
-Tal vez- susurró para sí pero Damián si lo había escuchado, rió ante su comentario y esto extrañó a Eric, pensaba que el chico lo miraría raro por su comentario pero no fue así.
-Bien- dijo con una sonrisa-, porque lo seguiré haciendo. - Esta vez fue Eric el que se sonrojó, trató de devolverle un comentario ingenioso pero se quedó a media frase- Mira quien esta avergonzado ahora.
La conversación termino allí, siguieron viendo la película hasta que finalizó. Salieron juntos, hablaban de lo que les había parecido la película hasta que llegaron a la calle en donde sus caminos se separarían.
-Ha sido divertido- le dijo Eric-Deberíamos hacerlo más seguido.
-Si- concordó-, gracias por venir.
-Está bien- le dijo con una sonrisa y una ligera pausa se hizo presente- te veré después.
-Hasta luego- se despidió, vio a Eric girarse e irse caminando, Damián no se movió de su lugar y solo veía la espalda de Eric alejarse cada vez mas de él. Sin pensarlo sus piernas empezaron a moverse rápidamente hasta alcanzar a Eric, le agarró del hombro, un poco más fuerte de lo que quería, y lo giro.
-Ven a mi casa- Eric se sorprendió, pero no lo dejo notar, en el fondo se estaba esperando que Damián lo invitara a su casa o pasara más tiempo juntos, pero creyó que sería una mera fantasía, se le quedo mirando y con una sonrisa asintió.
-Claro.
Decidieron irse caminando y hablar un rato, el camino se hacía corto cuando conversaban y entre risas y comentarios al aire llegaron finalmente. Damián sacó las llaves para abrir, pero la puerta ya estaba abierta, giró el pomo y se encontró a Sebastián con botellas de cerveza y una de vodka en la sala viendo una película sentado en el suelo.
-¿Porque diablos estas...?
-Damián- le llamó rápidamente-, no creerás lo que me pasó- pudo notar que su primo estaba completamente borracho. Sebastián se percató de Eric el cual estaba detrás de Damián anonado- ¡Eric! - se levantó rápidamente, apartó a Damián y abrazó fuertemente a Eric.
-¡Hace tanto que no te veía! - Eric miro a Damián confundido, le dio unas palmadas a Sebastián y contestó.
-No ha sido tanto en realidad- dio una sonrisita, Damián frunció el ceño y separó bruscamente el abrazo.
-Estas borracho- le recriminó a Sebastián pero este no se enojó y lo abrazó.
-¡Me dejaron!- le dijo con angustia- Samantha me dejó.
-¡Y a mí que mierda me importa! - trataba de romper el abrazo forzosamente.
-No seas tan grosero- Eric le recriminó, captó la atención de Sebastián y este volvió a abrazar a Eric.
-Eres un ángel- Damián se enojó y se sentó en el sofá con los brazos cruzados. Los otros dos le siguieron, Sebastián se sentó en medio de ellos dos.
-Dinos que pasó- le pidió amablemente Eric, sabía que Sebastián quería desahogarse.
-Fuimos a almorzar juntos hoy, ella me lo pidió- Damián rodó los ojos con molestia-, debí saber que iba a terminar conmigo, me dijo que vivíamos muy lejos y que no tenía sentido estar con alguien si casi nunca lo veía- Eric palmeó la espalda de Sebastián y lo reconfortó.
-Ya es suficiente. - dijo cortante Damián- Encontraras a alguien más y te olvidaras de Sara.
-¡Samantha!- le corrigió- vinieron en el momento correcto, es como una obra del destino.
-Todo va a estar bien, no te preocupes
-Tienes razón Eric- dio un gran suspiro Sebastián.
-¡Eso fue lo que yo dije! - dijo con voz exasperante Damián.
-Deberíamos festejar ¿Verdad? - Sebastián se levantó y los miró a ambos- Ahora que soy soltero.
-Esa es la actitud- le felicitó Eric, aunque Damián siguiera con el ceño fruncido.
-Compraré más alcohol.
- ¿Para qué?
-¡Para festejar!
-Creo que ya estas muy borracho para seguir festejando- le aconsejo Eric.
-¡Para nada! Ahora vengo- salió apresuradamente del apartamento dejando a Eric y Sebastián solos.
-¿No deberíamos vigilarlo?
-Estará bien, la mala yerba nunca muere
-Eso fue cruel- rió un poco por el comportamiento de Damián- ¿Cuantos años tiene Sebastián?
-¿Porque quieres saber?
-Es solo curiosidad
-Veintiocho
-¡¿Enserio?! Parece de veinticuatro a lo más- fue la primera vez que Eric notaba lo diferente que eran Sebastián y Damián, el primero era alto, un poco más que Damián y con facciones más finas que su primo, su cabello era de un castaño, pero no como el suyo sino más oscuro y casi tirando al caoba, talvez lo único parecido eran sus ojos pero de ahí nada más. En cambio, Damián era de tez morena y un poco más musculoso pero sin exagerar, su cabello era corto y negro y sus facciones un poco más marcadas.
Cuando Sebastián llegó llevaba consigo una bolsa de papel con varias botellas dentro de ella, pasó rápidamente a la cocina y llevo tres vasos con bastante vodka a la sala. Primero le tendió un vaso a Eric.
-Gr-gracias- le respondió aunque veía que el contenido era bastante pero no pudo declinar. Sebastián le tendió el otro vaso a Damián pero este negó.
-No quiero- rechazó con su mirada indiferente.
-¡Hazlo por mi por favor!- dijo en tono de suplica
-No lo haré.
-Vamos, será un poco- le dijo Eric- No me dejes tomando solo- Damián lo pensó un momento, después agarro el vaso a mala gana que le ofrecía Sebastián.
Probo un poco primero, no le gustó el sabor pero por Eric, y por su orgullo, lo bebió rápido, pensó que así sería mejor para terminar con el feo sabor pero tan rápido como lo hizo Sebastián le lleno de nuevo el vaso.
-No vayas tan rápido- le aconsejó Eric, no le agradaba que lo trataran como un niño y menos Eric así que acepto el vaso de alcohol nuevamente.
-Sé lo que hago- rápidamente empezó a bebérselo como la vez anterior.
Eric se preocupó un poco, Damián le había dicho que él no acostumbraba a tomar así que talvez esta era la primera vez y lo hacía con vodka, pero no le dio mucha importancia, si se emborrachaba al menos seria en su propia casa con gente que conocía. Él también tomaba, pero no tanto como lo estaban haciendo Damián y Sebastián, él si tenía que ir a casa y no quería pasar por un accidente durante su recorrido.
El tiempo pasaba bastante rápido, la sala poco a poco se llenaba de botellas vacías y el olor característico del alcohol permanecía, llegaron al punto de hablar de cosas sin sentido o por lo menos eso pensaba Eric porque para Damián y su primo si lo tenían.
-Te estoy diciendo ¿Una persona puede enamorase de un robot? - dijo balbuceando Sebastián, apenas si podía hablar.
-¡Claro que no!- respondió Damián-Los robots no pueden tener sentimientos, es lo que los diferencia de nosotros.
-Pero te estoy diciendo que vi esta película en donde el robot tenía inteligencia artificial y podía sentir- argumentó con fascinación Sebastián.
-Es una simple película de ficción- Sebastián suspiró pesadamente y se llevó una mano al rostro.
-Debería hacer un robot que fuera mi novia-Eric y Damián empezaron a reir fuertemente. Damián estaba completamente borracho, por primera vez en su vida, y Eric, aunque estaba mareado no se sentía mal. El que estaba peor era Sebastián, solo decía incoherencias y no se podía mantener de pie.
-¡Dios que tarde es!- exclamó Eric al notar la hora que era
-Es peligroso que te vayas a esta hora- le dijo Damián en un tono preocupado.
-Tiene razón- concordó Sebastián- ¡Deberías quedarte a dormir! puedes dormir conmigo- se acercó a Eric y le dio un brusco abrazo, rápidamente Damián lo separó de su primo y el mismo lo abrazó posesivamente.
-¿Eres idiota? Si se quedará dormirá conmigo- Eric sintió como sus mejillas se calentaban más de lo que estaban por el efecto del alcohol, pero no se separó de los brazos que lo rodeaban.
-Que adorable- les dijo al verlos en esa posición- Consíganse un cuarto mejor- Damián seguía abrazándolo y Eric rió nerviosamente al escuchar el comentario de Sebastián.
-¡Lo hare!- se levantó rápidamente y arrastró a Eric consigo dejando a un Sebastián borracho y somnoliento en la sala.
Fueron a la habitación de Damián y al entrar cerraron la puerta, o más bien Damián, por alguna razón Eric se sintió nervioso, sus manos sudaron y sentía su rostro caliente, tal vez estaba más borracho de lo que creía, pero no estaba pensando en eso solamente sino en Damián
-Lo siento- murmuro Damián mientras se acercaba y pesadamente se acostó con sus brazos tendidos boca arriba en su cama junto a Eric.
-¿Porque?- Le pregunto con curiosidad.
-No lo sé- Eric pudo notar cuan ebrio estaba Damián- solo lo siento ¿No te pasa? - Eric se rió y se acostó a su lado.
-Estas totalmente borracho- rió y Damián después lo acompañó.
-Si, creo que lo estoy, pero no se siente tan bien, todo me va vueltas- empezaron a reír hasta que quedaron en silencio por unos segundos. Eric cerro sus ojos para descansar su vista, pero la pregunta qué le hizo Damián en ese momento lo sorprendió.
-¿Porque estás conmigo?- Eric se reincorporo hasta quedar sentado y miro a Damián
-¿A qué te refieres?
- Quiero decir.... ¿Porque te agrado? - Damián también se reincorporó sus miradas se conectaron y Damián no pudo quitar su vista de los ojos verdes de Eric. En ese momento se dio cuenta que Eric era bien parecido, no tenía una belleza sin igual, pero algo en él le atraía la atención. Talvez eran sus cabellos castaños, casi rubios, que siempre se encontraban desordenados, pero que de algún modo se veían bien, podría ser su tez blanca pero ligeramente bronceada o lo gruesas que eran sus pestañas y como enmarcaban sus ojos verdes.
-¿Porque no me agradarías?- Damián dejo de pensar en la apariencia del chico y se concentró en la conversación.
-Hay muchas razones- empezó a numerar- no tengo el mejor carácter, soy algo temperamental y poco paciente, no me gustan las fiestas y prefiero mil veces quedarme en casa, a lo que podrías decir que soy aburrido. - paró un momento y suspiro mientras apartaba su mirada al suelo- Las cosas que a las personas de mi edad le emocionan a mí no me interesan.
- Es cierto- respondió Eric mientras se acercaba a Damián- eres todo eso, pero de alguna manera me agradas, y mucho. - Damián se giró y se sorprendió al escuchar su respuesta a lo que Eric sonrió- Aunque no tengo una razón especifica de porque me agradas así que no puedo responder tu pregunta, simplemente me caes bien.
-Gracias- sonrió Damián dejando a Eric extrañado.
-¿Porque?
-Por decir algo tan cursi- rio un poco y Eric se sonrojó- fue muy agradable.
-De nada- dijo Eric ahora con una sonrisa-, eres muy abierto cuando estas borracho.
-Creo que lo soy, nunca te hubiera preguntado eso estando sobrio, espero no arrepentirme en la mañana- Eric carcajeó haciendo que Damián admirara más detenidamente su sonrisa.
-Tu risa es muy bonita- Damián se acercó y con su mano acaricio la mejilla de Eric, este sorpresivamente se quedó quieto.
-Mi risa es horrible- le contestó.
-Por supuesto que no- le contradijo- arrugas tu nariz cuando lo haces, es muy bonito- Eric abrió los ojos atónito, quiso girar su cabeza ya que se sintió abochornado, odiaba sentir como sus mejillas se calentaban, pero Damián sostuvo su rostro entre ambas manos.
-¿Por que te alejas? - le preguntó sin darse cuenta de lo avergonzado que estaba Eric.
-Es que...- Eric trataba de explicar porque quería separarse de él un poco con una excusa para no decir lo que de verdad estaba sintiendo, en ese momento sentía unas inmensas ganas de besar a Damián y sentía que si no se alejaba podría hacerlo- Estoy incomodo- Damián alejó sus manos rápidamente como si el rostro de Eric quemara.
-Lo siento- pero Eric no quería que se disculpara.
-No te disculpes- le dijo rápidamente
-Siempre hago cosas que no te gustas ¿Verdad? - le dijo recordando lo que había pasado en la fiesta.
-No fue que no me haya gustado- salió de sus labios, Eric se quedó boquiabierta por sus propias palabras. Damián lo miro también impresionado, pero no lo demostró.
Se acercó lentamente a Eric hasta que el chico se lo prohibiera pero no hizo nada, sus respiraciones pronto chocaban entre sí, miro una última vez a Eric a los ojos como pidiendo permiso para dar el siguiente paso, su corazón se aceleró y sintió su cuerpo más caliente de lo normal, no sabía si era efecto del alcohol o la cercanía con Eric pero no se detuvo, quedo a unos milímetros de juntar sus labios pero simplemente se acobardó, se alejó unos cuantos centímetros mientras miraba los labios de Eric, alzo su vista a los ojos verdes de Eric y sin que se diera cuenta este se había acercado hasta unir sus labios.