Creyó que las cosas no podrían empeorar más de lo que ya se encontraban...
...obviamente, se equivocó. El embarazo solo era el inicio de un cambio radical en su vida.
Volvamos al inicio, en donde él tenía que buscar a una familia de sociedad para casarse con un varón y así poder cubrir su estado ante los medios.
Naruto se encargó que todo varón con el que salía en plan "Quiero algo contigo para cubrir que metí la pata con un pobre" supiera cual era la razón principal de que Sasuke Uchiha les buscase.
Obviamente todos y cada uno de esos varones de sociedad le rechazaron y mandaron su propuesta por un tubo para que molestara a la más vieja de su casa... Estaba seguro de que eso era un insulto.
Así que en poco tiempo se vio sin más familias a las cuales proponer que un varón se casase con él, Naruto le había prácticamente acorralado para que al azabache no le quedara de otra más que aceptar su propuesta de matrimonio, algo que considero demasiado sucio, debía aceptar que ese rubio, de idiota, solo tenía la cara.
Así que ideándoselas para que ni Naruto ni sus padres supiera que su lista de familias de sociedad que tuvieran un varón para desposarse con él se había terminado, fue que intento seguir con su vida normal.
Que, para este momento, de normal, ya no tenía nada.
Ilusamente pensó que Jugo dejaría su disputa, y aquel golpe de Naruto, de lado para seguir con su vida, debería conocer demasiado a Jugo para saber que el pelinaranja no se lo perdonaría, así como también debía saber que Naruto no sería el afectado directo de aquella disputa.
—Papá—. Dijo Itachi entrando en la oficina. —Estoy comenzando a entrar en crisis—. Dijo mientras ponía en el escritorio del mayor un montón de folders y rápidamente caminaba hacia el mini bar a servirse un trago del licor más fuerte que tuviese su padre ahí.
Fugaku miro a Itachi de manera sorprendida, había muy pocas cosas que hacían entrar en crisis a su hijo mayor y para que en ese momento estuviera asaltando su licorera a plena mañana, debería ser una crisis demasiado grande.
Curiosos tomo todos los folders que su hijo había dejado en su escritorio y comenzó a revisarlos uno a uno, abriendo cada vez más los ojos ante lo que leía en cada uno de aquellos archivos.
"Amenazas de retiro"
Eran al menos diez, diez de sus socios habían amenazado a la empresa Uchiha con retirar sus acciones, de las cuales cinco ya habían comenzado con el proceso y solo eran avisos y fechas fijadas para tal acción.
El castaño miro a su hijo que ya se había terminado el tercer vaso de licor y creyó conveniente comenzó a acompañarlo también.
—¿Que significa esto?—. Itachi se sirvió el cuarto vaso, pero este le fue arrebatado por su padre el cual se lo tomo de una sola. —¿Porque ahora y porque en conjunto?—. Dijo tratando de pensar. —Es tan repentino—.
—No es repentino—. Dijo el moreno. —Según mis fuentes alguien ha estado hablando muy mal de nosotros—. Dijo el moreno con seriedad. —En especial de Sasuke—. Ante aquello Fugaku frunció el ceño.
—¿Y que tiene que ver Sasuke en esto?—. Pregunto el mayor volviéndose a servir otro vaso. —Él no tiene nada que ver con nosotros en cuanto a la empresa se refiere—.
—Sasuke ha estado buscando con quien casarse desde que está en cinta—. Dijo el Uchiha menor. —Sin mencionar que la familia Shinrin no está feliz con lo que intento hacer con Jugo—. Fugaku bufo. —No me sorprendería que Jugo tenga que ver en esto—.
—Menuda mierda—. Itachi se mostró sorprendido, su padre no era de usar ese tipo de lenguaje. —¿Hay posibilidades de salir de esta crisis?—. Itachi se encogió de hombros.
—Podríamos ser económicamente sostenidos por la compañía Sharingan—. Fugaku hizo una mueca disconforme. —Al menos hasta conseguir nuevos socios—
—Es una revista de modas—. Debatió.
—Es una empresa afiliada a la Uchiha—. Aseguro el menor. —Estoy seguro de que el tío Izuna no nos dejara caer así nada más—. Aseguro.
—Solo si tiene a Sasuke como garantía—. Fugaku suspiro. —Si Izuna decide echarlo, no tendremos seguridad—.
—Déjamelo a mi—. Dijo el menor seguro, ganándose una media sonrisa de su padre, por algo su hijo sería el próximo presidente de la compañía.
—Por cierto—. Cambio de tema el mayor. —¿Que tal van las cosas con Konan?—. Itachi se tensó.
—Van y vienen—. Dijo.
—Esa no es una respuesta—. Itachi suspiro.
—Está asfixiándome—. Dijo en un susurro y sacando su celular se lo mostro a su padre. —Veinte llamadas en lo que va de la mañana ¡VEINTE!—. El mayor rio. —No es gracioso, papá—.
—Lo siento—. Se disculpo. —Pero me parece adorable—. Itachi frunció el ceño.
—La mujer está loca—. Dijo. —Voy a pedir el divorcio—. Ante aquello el mayor paro toda risa.
—No harás tal cosa—. Dijo serio. —¿No crees que tenemos suficiente con lo de Sasuke como para que tú también armes escandalo?—. Dijo enojado.
—No amo a Konan—. Dijo con ceño fruncido. —Es una mujer molestamente controladora. Aprecio mi libertad—.
—Libertad que ya no tienes—. Dijo mayor. —Así son las cosas, Itachi—. El menor bufo, estaba a punto de reprochar cuando su celular comenzó a sonar insistentemente.
—Veintiuno—. Dijo mirando a su padre para después darle la espalda y contestar la llamada.
—¡¿Donde estabas?!—. Se escucho una voz estridente. —¡Llevo marcándote toda la mañana, Itachi!—.
—Trabajando, que más haría—. Dijo de mala gana. —Últimamente es todo lo que hago—. Reclamo bajo.
—Trabajo, trabajo, trabajo—. Dijo molesta. —¡Todo para ti es trabajo!—. Reprocho. —¿Cuándo tendrás tiempo para mí? Mira que soy tu esposa y debo estar por encima de todo—. Itachi suspiro.
—Si no trabajo, tú no tienes tus lujos, Konan—. Dijo cortante. —Ahora debo irme, tengo asuntos más importantes que atender que estar escuchado tus reproches—.
—¡Itachi, no te atrevas a cortar!—. Pero el moreno no la escucho más, ya tenía suficientes problemas en la empresa, no quería liderar con su molesta esposa ahora.
Salió a paso tranquilo del edificio, camino unos metros lejos de la puerta principal y encendió un cigarrillo, absorbió arduamente la nicotina para después sacarla en forma de humo, cerro sus ojos y trato de pensar, en nada o en todo, no importaba.
Justo en ese momento, es escuchaba un barullo decepcionado, miro a la acera de enfrente topándose con que el rubio escultor había comenzado a recoger su puesto, inhalo nuevamente la nicótica para expulsarla.
Tiro el cigarrillo y lo piso con su zapato para más decididamente acercarse a la acera de enfrente, se detuvo a unos metros del rubio y aclarándose la garganta, saludo.
—Tarde difícil—. Ante sus palabras el rubio dio media vuelta tan rápido que casi hace caer su mesa plegable, Itachi sonrió ante esa reacción y ante el vistoso sonrojo que asomaba de las mejillas el otro.
—Bue-buenas—. Dijo a manera de saludo. —Perdón, pero ya no tengo mercancía por hoy—. Dijo llevándose uno de sus rubios mechones tras la oreja.
—No he preguntado por tu mercancía—. Dijo el moreno y se acercó un par de pasos más al rubio. —Me interesa más como es que fue tu día—. El rubio desvió la mirada.
—Bi-bien—. Sonrió nervioso. —Hay días buenos y días malos—. Dijo, dándole la espalda al moreno para tomar sus cosas. —Hoy fue uno bueno—. Finalmente, ambas miradas terminaron cruzándose. —Y ahora ha mejorado—. Sonrió e Itachi hizo lo mismo.
—Uchiha Itachi—. Dijo extendiéndole su mano, el rubio le miro por un instante para corresponder después.
—Onoki Deidara—. El rubio extendió su mano para estrecharla con la del moreno, pero este simplemente le tomo de la mano y como todo un caballero, beso los nudillos del rubio.
—Un placer, Deidara—. El Uchiha pudo ver perfectamente el sonrojo del rubio, eso era una muy buena señal.
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Estaba hasta la coronilla de las doberias del rubio, había arruinado al menos diez citas con potenciales varones con lo que podría haber contraído nupcias sin mayores problemas.
Pero siempre que estaban a punto de dar el "si" ese idiota rubio lo arruinaba por completo, estaba harto.
Por eso mismo había cortado toda comunicación con él, pero el maldito sabía exactamente dónde estaba y cuando estaba, comenzaba a sospechar que Sai y su estúpido novio pelirrojo tenían mucho que ver en esas situaciones.
Ya hablaría más tarde con la copia barata, en ese momento tenía cosas más importantes en las cuales pensar, como los previos de los reportajes que entrarían este mes en la revista.
Mando llamar a su asistente para que le trajera los previos de los reportajes más importantes de mes para darles su aprobación.
—Ino, tráeme los previos de los reportajes de este mes—. Dijo a su intercomunicador, la respuesta no tardó en llegar con nerviosismo.
—Este, Sasuke-san...—. Ino se escuchaba dudosa. —...los previos ya están en la imprenta y están siendo impresos en este momento—. Dijo a lo que Sasuke se alertó.
—¡¿Que?!—. Dijo parándose de su silla y yendo a donde su asistente se encontraba. —¿Como que están siendo impresos sin mi aprobación?—. Ino le miro asustada.
—Sasuke-san, usted dio su aportación el día de ayer—. Dijo la muchacha y miro buscando los documentos que el día anterior Sasuke había firmado, entregándoselos a su jefe, Sasuke abrió enorme sus ojos a lo que leía en aquellos documentos.
Los previos... todos y cada uno de ellos estaba totalmente asquerosos, desde los colores de fondo, hasta las fuentes de letra y miro su firma de aprobación en cada uno de esos previos. —¡Cristo vendito!—. Grito e inmediatamente llamo a la imprenta para detener todo proceso y asi poder controlar las perdidas.
¿Como había cometido semejante error? en tres años jamás le había pasado cosa semejante y ahora de la nada daba su aprobación para combinaciones tan horrorosas a la vista que estaba seguro, su jefe odiaría ese número.
Maldijo cuando el encargado de la imprenta no contesto su llamado, disponiéndose a salir de la oficina detuvo todo movimiento cuando vio entrar a tres figuras.
Ino les miro sorprendida y saliendo de su estupefacción se levantó de su silla e hizo reverencia al trio recién llegado.
Sasuke trago en seco, tener a esos tres justo en la empresa, justo ese día y en su oficina, no auguraba nada bueno.
—Sobrino mío—. Dijo el mayor y el que se encontraba frente a los otros dos. —Tenemos que hablar—. Y el tono serio que uso Uchiha Izuna no le gustaba para nada, menos la sonrisa burlona de su primo Obito.
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—Esto es mucho más difícil de que lo que recordaba—. Dijo el rubio rascándose la cabeza, Kushina le miro por sobre el hombro para ver a que se refería su hijo, le sorprendió mucho al ver que era lo que veía Naruto.
—Eso es... ¿Un libro de física?—. Pregunto extrañada la pelirroja. —¿En que estas metido ahora, Naruto?—. Pregunto cruzándose de brazos, el rubio le miro con una sonrisa.
—Me acabo de inscribir en una prepa en línea—. Dijo. —De esa manera puedo trabajar y estudiar al mismo tiempo—. Kushina alzo una ceja.
—¿Porque regresas a la prepa?—. Pregunto de nuevo. —¿Que no pretendías buscar solamente un trabajo y ayudarme con los gastos?—. El rubio asintió.
—Si, pero ahora tengo un hijo en camino—. Naruto regreso la vista a su libro de física tratando de comprender, aunque sea un poco de lo que venía ahí. —No puedo quedarme como si nada, Sasuke necesita de mi ayuda—. Kushina sonrió ante las palabras de su hijo.
—Serás un buen padre, Naruto—. Le dijo para rodearlo con sus brazos por el cuello y besarle la mejilla. —Al esforzarte de esa manera por tu hijo y por el doncel, me haces sentir tan orgullosa—. La pelirroja comenzaba a llorar. —Me hace pensar que hice un buen trabajo al educarte—. Sonrió y Naruto le correspondió. —Pero no quita que metiste la pata hasta el fondo, jovencito—. Le regaño jalando una de las orejas del rubio.
—¡Eso duele!—. Se quejo el menor.
—Sigue así, Naruto—. Animo la pelirroja. —Estoy más que segura de que lograras ganaste el corazón de ese grosero doncel que quieres—. Naruto le miro nervioso, sabía que la primera impresión entre su madre y Sasuke no fue muy buena y era su deber hacerla cambiar de opinión, aunque Sasuke se lo estaba poniendo muy difícil.
Suspiro. Solo le quedaba esforzarse y denostarle al Uchiha que él podría darle mucho más que todos esos varones de alta sociedad juntos.
Comprensión, amor y sobre todo apoyo.
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—¡No puedes hacerme esto, tío!—. Reclamo Sasuke. —Solo ha sido un error—. El mayor frunció el ceño.
—Han sido más, Sasuke—. Regaño. —Pero como tenía tanto a Obito como a Kakashi para supervisarte no notabas tan claros errores—. Frunció el ceño. —Se ha corrido la voz, tanto aquí en la revista como en las demás empresas vecinas de que estabas buscando con quien casarte para cubrir tu reciente embarazo ¿Es cierto?—. Pregunto, el menor solo desvió la mirada con ceño fruncido.
—No tiene nada que ver con la revista—.
—Tiene mucho que ver si comienzas a cometer errores tan simples como aprobar que las letras en color negro pueden leerse sobre un fondo negro—. Izuna suspiro. —Tener este trabajo trae consigo mucha presión, Sasuke—. Miro al menor. —Y justo en este momento no puedes aguatarla como en anteriores meses—. Sasuke abrió los ojos sorprendido al ver a donde quería llegar su tío. —Por eso mismo le daré la plaza a...—.
—¡No dejare que se la des a él—. Señalo a Obito quien ya sonreía triunfante. —He trabajado demasiado duro en estos tres años para que de la noche a la mañana venga este estúpido y quiera tirar por tierra todo mi esfuerzo—.
—Tu esfuerzo no sirve de nada si cada mes debes faltar una semana porque o tienes mareos, o tienes consulta médica—. Sasuke le miro enfadado.
—Jodete—.
—Sasuke—. Izuna llamo su atención. —Lo que te estoy haciendo es un favor a ti y a tu familia—. Dijo serio. —Si cuando te recuperes puedes regresar al puesto, yo no me negare, pero por el momento tanto Obito como Kakashi se quedaran a cargo de la revista—.
—No regresare a recoger las cenizas que este imbécil deje—. Dijo enojado, Izuna frunció el ceño.
—Pues es tu decisión—. Dijo el mayor poniéndose de pie. —De momento quedas fuera de esta compañía, regresa a casa—. Sasuke apretó sus puños molesto y sin más dio media vuelta para salir de ese lugar.
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Había estado tratando de repasar lo que había aprendió hasta ahora, si bien no era muy listo, bien podría aprenderlo de memoria y aplicar lo memorizado cuando hubiese exámenes.
Despego su atención del monitor de su laptop al escuchar los insistentes toques a su puerta, miro el reloj de pared, ya era tarde para que quien sea que estuviese tocado fuera una visita.
Naruto suspiro, seguramente seria Gaara invitándolo a alguna fiesta en el barrio, grande fue su sorpresa cuando al abrir su puerta se encontró cara a cara con Sasuke, el cual se notaba que había llorado a pesar de tener el ceño fruncido.
Parecía querer matarlo con la mirada, entonces vio al moreno alzar su mano y estamparla contra su mejilla, Naruto le miro sorprendido al inicio, también vio como esos ojos negros comenzaban a nublarse por las lágrimas y los puños del Uchiha golpeando todo pedazo visible de su cuerpo.
Golpeo su pecho, sus brazos y sus hombros, mientras no dejaba que las lágrimas salieran de esos negros ojos, hasta que finalmente paro todo aquello y simplemente recargo su frente el en pecho del rubio.
—Todo es tu culpa—. Dijo entre sollozos. —Todo es tu maldita culpa—. Naruto le miro triste, no por las palabras dichas por el moreno, si no por el estado en el que había llegado, estaba seguro de que le había pasado algo bastante malo como para que se presentara a esas horas y con esa cara a su casa.
Tenía ganas de preguntarle, no lo negaba, pero sabía que ese no era el momento, Sasuke la había pasado mal, y lo que necesitaba justo ahora, era que lo consolaran no un interrogatorio, así que simplemente Naruto paso sus brazos al rededor del moreno y lo acerco lo más que pudo a él.
Sin decir nada, sin pedir explicaciones, Sasuke simplemente se aferró a él como si de un salvavidas se tratase.
Y así quedaron en silencio, con los sollozos del moreno del fondo.