Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Aires del tiempo por RyuStark

[Reviews - 170]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hey, hey, hey bebitos de mi corazón :3

Otra semana, otro capítulo. Como quisiera actualizar más seguido, pero la universidad comienza a volverse una verdadera perra y no me deja respirar. Pero por ahora les traigo muchísimo amor, fluff rosado y esponjoso mi favorito, humor estúpido y sorpresas <3

-----Ichigo K.--------

—Seis tengo que irme. —Menciono entre risitas y besos.

—No, no tienes. Solo di las palabras y nos maldita sea fugamos.

—¿Me llevarás a Cindy?

—Próxima parada Cindy, Francia.

—Eres un estúpido. —Le digo riéndome con él y abrazándome a su cuello, aprovechando para rozar mí nariz contra la suya mientras él me acaricia la espalda baja por debajo de la camiseta aquí dentro del Impala.

Grimmjow ha venido a dejarme al restaurante como cada mañana y al igual que siempre después de muchos besos, he terminado sentado sobre él de frente —muy incómodamente— y ahora no me quiere dejar ir. Y sinceramente yo tampoco lo quiero, desearía poder estar con Grimmjow todo el maldito tiempo.

—Vamos bebé, prometo darte chocolates y hacerte el amor todo el día.

—Uhm…eso suena realmente tentador. Pero ambos necesitamos dinero para esos chocolates y la gasolina cuando huyamos. Así que tengo que ir a trabajar y tú también. —Lo beso una última vez, antes de abrir la puerta y bajarme cómo puedo. —Seis, se amable con Kyoraku-san para que te dé el empleo ¿Está bien?

—Tch. Si es un imbécil como creo que lo será y accidentalmente lo golpeo no será mi culpa.

—Seis… —Levanto una ceja que lo hace suspirar agotado.

—¡Ugh, bien! ¡Haré lo que pueda!

—Gracias. Te veré al rato ¿Sí? —Me asomo por la ventana recibiendo ahora si el último beso, separándome embobado y sonriendo al verlo partir. No me queda más que suspirar feliz, porque así es como se empieza un buen día.

Dentro del restaurante miro que mi tío Kaien se encuentra ahorcando a Urahara como siempre tras la barra mientras que hay varias mesas llenas y en una de ellas está Tensa con Toshiro. Se encuentran bebiendo un par de malteadas mientras aparentemente estudian. Supongo que hoy no fueron a clases porque es fin de mes.

—¡Ichigo rescátame, Toshiro-chan ya me tiene harto con sus historias de Timbuktu y aborígenes que comen cabezas!

—¡Es Tombuctú por milésima vez! ¡Y nadie comía cabezas, eso te lo inventaste! Kurosaki ignóralo, tu tío me pidió que lo ayudara a estudiar porque volvió a salir mal. Pero por más que lo intento no funciona, es un cabeza hueca.

—¡Ah! Tonto Toshiro, ¿Insinúas que los aborígenes se quieren comer mi cabeza? ¡Pues no los dejaré!

—¡¿Quién se querría comer una cabeza hueca como la tuya?!

—¡Un zombie querría!

—¡Eso sería si tuvieras cerebro, el cual no tienes!

Y solo con eso los dos comienzan a jalonearse la cara y hasta el cabello como los niñatos que son. No me queda más que rodar los ojos y reírme mientras me alejo hacia la cocina para tomar mi libreta y pluma para empezar a tomar órdenes.

—Ichigo, ¿Quisieras ayudar a tu adorado tío por favor? Ya no…ya no siento mi rostro. —Urahara habla entre jadeos y casi poniéndose morado al ser sometido a una llave por mi tío Kaien, que parece no tener intención de soltarlo.

—¿Ahora qué hiciste? —Pregunto entre harto y entretenido.

—Yo te diré que hizo este grandísimo idiota. ¡Le compró una bicicleta nueva a Tensa a pesar de que volvió a salir mal en sus exámenes! ¿Qué parte de deja de consentirlo no entiendes huh? ¿Quieres morir Kisuke? Puedo concederte tu deseo si me lo pides. —Gruñe el tío Kaien muy exasperado y apretando el agarre.

—Re…referí, detenga la pelea. Me…me rindo. —Me dice Urahara mientras palmea la barra en señal de rendición.

—Muy bien, Urahara no puede continuar y el cinturón del campeonato del mundo es para Kaien. Ahora dejen de payasear los dos que ha entrado mucha gente. Y Kaien tiene razón Urahara, no consientas tanto a Tensa sino se lo merece. Es un buen chico, pero debe conocer sus límites. A menos que planees que te lleve a Timbuktu en esa bicicleta nueva. —Digo burlón.

—Pero tenías que ser su padre. —Dice el tío Kaien por fin soltando y regresando a la cocina.

Ay dios, no cabe duda que mi familia está demente y eso que aún no llega el peor de todos. Mi padre. Solo espero que seis no se espante mucho y huya apenas conozca a ese viejo chiflado. Aunque seguro que mamá amará a Grimmjow y también mis hermanitas. Bueno, Karin lo hará si Grimmjow logra ganarle en un partido de fútbol, pero eso es lo de menos.

Las horas se pasan divertidas, con mi primo peleándose con su amigo en su mesa y con Urahara sacando borrachos desde tan temprano. Obviamente en el transcurso y aprovechando que casi no hay gente, me siento en una mesa vacía y me bebo una malteada de chocolate y también me como una rebanada de pastel. Sé que no debería, pero en serio tengo mucho antojo desde ayer.

Cuando me termino todo suspiro satisfecho por lo rico que estuvo, levantándome y llevando mis trastes rumbo a la cocina, cuando de repente un terrible mareo me golpea haciéndome soltar las cosas e irme de lado.

—¡Ichigo!

Apenas si comprendo que pasa, escuchando la voz de Tensa y de Urahara de fondo, sintiendo que me voy directo al piso de no ser porque alguien me sostiene. Por un segundo todo se ve borroso, pero un par de parpadeos después y logro aclarar mi visión.

—¿Estás bien?

—Sí, estoy bien Toshiro gracias. —Le sonrío ya que de pura suerte alcanzó a levantarse a prisa y a sostenerme.

—¿Qué ha pasado? —Pregunta Kaien que ha salido de la cocina mientras Tensa y Urahara comienzan a levantar el desastre que hice.

—Lo siento tío, me mareé un poco. Pero ya estoy bien. —Mi tío no se lo cree ni de broma, por lo que me toma del brazo con cuidado y me lleva con él a la parte trasera. Entramos a la oficina de mi padre que casi nadie usa y en la cual me siento en el sillón.

—Ichigo, ayer también te vi algo pálido. ¿Qué está pasando? Y no me digas que estás bien, que sé cuándo me mientes. —Kaien me ofrece un vaso de agua que bebo lentamente, pensando en qué decir y mirando a Tensa entrar y sentarse junto a mí.

—La verdad no lo sé, siempre he sido muy sano. Pero últimamente me he sentido algo enfermo. He amanecido con náuseas, algo cansado y con un poco de temperatura y uh…he vomitado un par de veces. —Menciono apenado y mirando a mi tío abrir los ojos de la impresión.

—Tensa tapate los oídos.

—¡Por dios mamá no soy un bebé!

—Aún crees en Santa Claus.

—¡No lo digas frente a Ichigo! ¡Y sí existe, aun me deja regalos!

—Solo hazlo. —Me rio un poco mirando a Tensa inflar las mejillas y taparse los oídos mientras mi tío me sonríe y se acomoda en su lugar.

—¿Ichigo, tienes sexo frecuentemente con Grimmjow? —Me pregunta sin tapujos, haciéndome abrir la boca apenado y sentir mis mejillas arder.

—Quizás…

—Eso es un sí. ¿Utilizan protección? —Rápidamente niego avergonzado, mirándolo suspirar prolongadamente y pensarse las cosas. —¿Lo amas Ichigo? ¿De verdad amas a ese hombre?

—Lo amo muchísimo. Seis lo es todo para mí, simplemente no me imagino una vida sin él. —Contesto directo. —¿Pero eso que tiene que ver?

—Tiene mucho que ver, porque lo amas tanto que le vas a dar un hijo. Y aunque no estoy seguro del todo, lo más probable es que estés embarazado. O al menos tus síntomas son muy parecidos.

Abro la boca hasta el piso, sintiéndome un total estúpido por no haberlo deducido antes. Al mismo tiempo que un cúmulo de sensaciones me abordan como explosivos. Felicidad, nervios, alegría, preocupación. Oh por dios, ¿Tendré un bebé? ¿Un bebé de Grimmjow? Inconscientemente me acaricio el vientre sonriendo embobado.

—¡Ya díganme de que hablan! —Chilla Tensa destapándose los oídos.

—Primero que nada no grites y en segundo tienes que prometer no decírselo a nadie Tensa, no a tu padre, ni siquiera a Toshiro, a nadie. —Le hace prometer el tío Kaien, a lo que rápido Tensa simula cerrarse la boca con un cierre. —Puede ser que Ichigo esté embarazado. —Mi primo está por gritar, pero rápido se muerde la mano y en su lugar me abraza muy emocionado.

—¡Ay dios mío Ichigo, no sé qué decir!¡Estoy tan feliz por ti que quiero llorar! Espera, ¿Cómo se lo dirás a seis?

—No lo…no sé. —Contesto también abrazándolo. —Nunca hablamos de tener bebés. Me dijo que quería casarse conmigo, pero no lo discutimos a fondo, ¿Creen que se alegre?

—¡Claro que sí! ¡Seis te ama! ¡Por todos los cielos, mamá debemos hacer una fiesta enorme para Ichigo! ¡Coles y bebés para todos! —Los tres nos reímos y yo me siento tan amado y reconfortado al ser abrazado por ambos.

—Muy bien, este es la cosa Ichigo. Primero deberás confirmarlo. Y en caso de que sea positivo, debes saber que tu padre no estará nada contento cuando se entere que estás embarazado sin haberte casado. Y si su primera impresión era ahorcar a Grimmjow, ahora querrá verlo muerto. Así que piensa muy bien cómo le dirás. ¿Está claro? Masaki los apoyará, pero tu padre es un lunático.

—Es verdad, el tío Isshin no estará feliz. Pero seguro que a seis se le ocurrirá algo, ¿No?

Frunzo el ceño pensando en las estupideces que le podría decir Grimmjow a mi padre y cómo seguramente terminarán en una pelea a muerte de la manera más idiota y ridícula del mundo, porque ambos, sí, ambos, no son más que unos chiflados bocones.

—Por ahora vete a casa a descansar Ichigo. Duerme bien y piensa las cosas. El formar una familia es un gran paso en tu vida. Yo le avisaré a Grimmjow que lo verás en su hogar y cuando termine mi turno, Tensa y yo también iremos a verte ¿Sí?

Asiento contento y dejando que me encaminen hacia la puerta. En el camino claramente nos topamos con Urahara que platica con Toshiro.

—¿Y bien? ¿Qué tiene Ichigo? —Pregunta Urahara, el cual se ve tacleado por Tensa que le brinca encima.

—¡Papá, eres un mentiroso, me dijiste que Santa Claus existía y he quedado como un bobo!

Mi primo claramente cambia la conversación y me guiña un ojo mientras yo salgo del restaurante. Ya afuera me despido de mi tío que me da las llaves de su auto, para irme más contento que nunca. No sé si es por mi bebé, pero hoy el día luce más bello que nunca.

Soleado, con un cielo preciosamente azul y muchas nubes esponjosas más el delicioso viento fresco que mueve las flores y los árboles.

Voy a tener un hijo. Voy a tener un bebé con seis. Aquello con lo que soñé tantas veces está ocurriendo y es tan bueno que me asusta. Estoy tan feliz y emocionado que apenas si noto mi rostro húmedo debido a un par de lágrimas que brotan de mis ojos. Sollozo entre risas, secándome las lágrimas y abrazándome aún más el vientre.

Un bebé. Una familia. Mi propia familia con el hombre de mis sueños. Ya no puedo esperar por contárselo. Aunque…¿Cómo lo haré? Supongo que ya pensaré en algo, pero por ahora mi próxima parada es la farmacia. Necesito una prueba de embarazo cuanto antes.

---------Grimmjow J.----------

Muy bien, después de haberme perdido por años, creo que este es el lugar. Me bajo del auto, estirándome y mirando a mí alrededor. Me encuentro en el centro de la ciudad, cerca del barrio francés y frente a un enorme local llamado “Gotei 13” con su slogan de “Tú dilo y nosotros lo hacemos.” Supongo que deben ser esa clase de lugares que hacen de todo.

Recuerda, solo no golpees al dueño hijo de perra Grimmjow. No importa cuán idiota sea, cierra la boca, pide un empleo y sopórtalo como un hombre.

Observo que a lado de la puerta hay un tipo de cabello castaño y perilla, más desparramado que sentado en una silla y durmiendo plácidamente. Es curioso, trae un sombrero vaquero, más unas ridículas botas de esas con espuelas. Genial, Woody el puto vaquerito en persona.

Lo que me intriga es que trae una camiseta sin mangas y tiene el logo del local indicando que es un empleado. Uno bien muerto y que ronca como cerdo en matadero. Huh, bonito trabajo si se puede dormir así.  Pienso hasta que brinco del maldito susto al ver al cadáver despertarse de golpe y levantarse de una zancada casi provocándome un puto infarto.

—Hola…—Me dice con una mueca perezosa mientras me estrujo el corazón.

—Mierda estúpido, ¿Quién eres? ¿El cabrón de residente del mal? No brinques así, casi te pateo en las pelotas. —Le respondo con un gruñido, mirándolo sonreír de lado.

—Tú debes ser Grimmjow, el marido del pequeño Kurosaki.

—¿Y tú quién carajo eres chiflado y cómo conoces a la fresa?

—Sí, sin duda eres Grimmjow. Ichigo-tan llamó esta mañana para decir que vendrías.

—Oh mierda, ¿Tú eres el jefe? —Pregunto horrorizado, mirándolo sonreír y negar mientras me tiende una mano.

—Coyote Starrk para servirte. Trabajo aquí, pero ahora estoy de descanso.

—Bien por ti, ¿Dónde está el jefe?

—¿Kyoraku? Debe estar adentro.

Apenas si estrecho la mano del hombre, seguido de pasarme de largo y entrar al local donde veo un par de personas ser atendidas en el mostrador. —¿Kyoraku? —Le pregunto a un tipo de cabello rosado y gafas.

—¿Eres Grimmjow?

—¿Qué todos me conocen o qué?

—Kyoraku-san está en la parte trasera, pasa.

Una vez más suspiro y me paso por donde me indica hacia la parte trasera que es una bodega relativamente grande y llena de todo tipo de materiales más muchas cajas. ¿Dónde se supone que está el tipo ese? Camino entre los anaqueles y demás sin encontrarlo.

—Tú debes ser el novio de Ichigo-chan.

Brinco ante la voz a mi lado, girando y encontrándome con el que debe ser el jefe. Oh no. Ya desde ahora quiero golpear al hijo de perra que apenas me ha visto, ha abierto los ojos como si no se lo pudiera creer. El hombre me ve con la boca tan abierta, que seguro no tarda en atragantarse con una mosca.

—Es…es imposible. Tú…tú…—Habla incrédulo, con la voz temblorosa mientras se cubre la boca de la impresión.

—Yo, yo. ¿Qué te pasa viejo? No me digas que te está dando un infarto. Sé que soy atractivo, pero mantén los pantalones ¿Quieres? —El hombre me hace callarme y retroceder al extender su mano como intentando tocarme el rostro. —Oe, ¿Qué mierda te sucede? —Mi tono agresivo parece sacarlo de su trance, por lo que baja la mano y agita la cabeza como despejando ideas.

—Yo…lo siento. Te…te pareces mucho a alguien que conozco. —Levanto una ceja ante su comentario, simplemente suspirando y dejándolo ir.

—Lo que sea. Mira necesito un empleo, no importa de qué. Eso sí, no sexo y no drogas. Fuera de eso puedo golpear hijos de perra si así lo quieres. —El hombre me escudriña con la mirada, pero rápidamente sonríe de lado divertido por mis palabras.

—Ichigo-chan dijo que eras un bocón. Pero se quedó corto.

—¿Tienes empleo para mí o no? Soy agradecido pero tampoco suplico viejo.

—¿Por qué habría de contratar a un chiquillo como tú?

—Uno, porque no tengo trabajo y según todos eres un alma del señor. Y dos, porque si lo haces no le diré a todos que eres un viejo verde que intentó manosearme en mi entrevista, ¿Qué dices? —Le contesto sonriente. El tal Kyoraku, abre los ojos de la impresión y suelta una carcajada.

—Eres un mocoso bribón, mal hablado e irreverente. Y si te contrato será solamente por Ichigo-chan, pero eso sí, apréndetelo bien. Yo no cambio pañales, ni doy mamilas, ni tampoco abrazo niñatos. Te equivocas en algo y te vas, ¿Le quedó claro al pequeño príncipe?—Me suelta burlón, haciéndome levantar una ceja y sonreír malicioso.

—Tranquilo anciano, si me pagas lo suficiente quizás yo sí te cambie el pañal a ti. —Kyoraku se bufa de mi comentario, rodando los ojos y riéndose un poco.

—Los mocosos como tú son los que más disfruto viendo sufrir. Ahora largo, empiezas mañana a las nueve. —Me dice, no sin tenderme su mano, la cual estrecho. —Kyoraku Shunsui, tu nuevo jefe.

—Grimmjow Jaegerjaquez. Tu nueva peor pesadilla. —Una vez más el hombre abre los ojos de la impresión a la vez que aprieta el agarre de su mano.

—Qué curioso apellido. ¿Alemán?

—Así es. Aunque viví la mayoría de mi vida en Australia. Pero supongo que podemos dejar el chisme y cafecito para mañana. —Le digo soltándome a la fuerza y saliendo del lugar tan rápido como puedo.

En el camino por supuesto me topo con el vaquero y con rosita más otro raro de cabello negro y enormes ojos verdes. Que pesadilla, no solo mi jefe es un abuelo pervertido, sino que mis compañeros parecen sacados de un espectáculo de fenómenos.

—Shiba Kaien llamó para decirte que tu novio te verá en su casa. —Me dice el de ojos verdes, que está tan pálido y pasmado que no sé si esté vivo. ¿Qué se hace cuando los muertos te hablan?

—Uh…gracias. —Contesto. Y ni siquiera lo pienso más, largándome al carajo y subiéndome al Impala para salir volando del lugar. Y no me detendría hasta llegar a casa, sino fuera porque recuerdo que Ichigo me encargó que le llevara un par de pastelillos de su cafetería favorita. Así que una vez con caja en mano, regreso a mi hogar satisfecho por mi logro del día.

Al llegar me sorprende que bola de pelos no me brinque encima y en su lugar entro tranquilo, dejando la caja y mirando que la puerta de la cocina que da hacia la parte trasera está abierta. —Kurosaki, ¿Dónde estás? —Nadie me contesta, pero escucho unas risitas afuera, haciéndome saber que el chico más sexy y problemático está ahí.

En cuanto salgo el aliento se me atora y me olvido de respirar al ver que los aspersores están alineados y encendidos y Kurosaki se encuentra brincando y girando mientras es empapado por una lluvia destellante. Sonrío mirando pequeños arcoíris crearse entre el rocío debido al fuerte sol. Kurosaki luce tan feliz disfrutando el agua fría en contraste con el calor brutal que hace.

Mi chico lindo luce precioso, candente y obsceno, con esa ropa corta y ajustada, ahora transparente y adherida a sus curvas, al igual que su largo cabello naranja volando mojado mientras gira sobre su mismo eje riéndose y divirtiéndose.

Me relamo los labios mirando las gotas de agua deslizarse pesadas por su piel tersa, como acariciándolo y haciéndolo resaltar. Pero lo mejor son sus ojos soñadores, los cuales apenas me miran, hacen que detenga las vueltas y me sonría angelical antes de extender sus brazos llamándome.

Ni siquiera lo pienso, sacándome los zapatos y yendo con él. El agua me moja suave y refrescante mientras yo llego hasta él estrujándolo entre mis brazos. Ichigo no duda ni un segundo en abrazarse a mi cuello, para besarme dulce y picante. Demostrándome cuanto maldita sea me necesita al agarrar mi rostro y morderme los labios con rabia y pasión.

No besamos con lujuria desatada, tallando nuestras lenguas y simplemente volviéndonos locos el uno por el otro. Está desesperado, abriéndome el maldito overol e indicándome que me desnude lo cual hago a prisa. Ichigo se arrodilla y se recuesta sobre el pasto empapado conmigo haciendo lo mismo sobre él. Ahí nos reímos y revolcamos un par de veces, hundiéndonos en un charco de agua, indecencia y perdición.

—Te necesito Grimmjow, te necesito ahora. —Su voz sale erótica y rota llevándome por lo alto.

—¿Aquí? Todos podrían vernos.

—Sí, justo aquí. —Ichigo se arranca la ropa para mí, exponiéndome su cuerpo obsceno e insistiendo en las rudas caricias. Por un segundo me quedo admirando su inocente belleza que me he encargado de corromper y destrozar tanto como puedo desde que lo conocí. Porque es mío, solamente mío y de nadie más. Mío hasta el final.

Mis manos rasposas y mojadas acarician su pecho, abdomen, caderas, nalgas, muslos y piernas con rudeza. Muero por magullar su piel nívea y cremosa, para que cuando todos lo miren sepan a quién le pertenece. Ichigo no hace más que suspirar agitado, masturbándose y restregándose contra mí sin decencia alguna.

—Aquí, Grimmjow…entra en mí aquí. —Ichigo me tienta perverso, abriendo sus piernas tanto como puede y llevando sus dedos desde su erección ya dura y rojiza hacia abajo a su pequeño agujero rosado, tierno, palpitante y muy mojado no solo por el agua que no para de empaparnos, sino por lo excitado que se encuentra. —Mírame Grimmjow, mira como me toco para ti.

Trago saliva metiéndome bien entre sus piernas, mirándolo gimotear y arquear la espalda en cuanto él solo se introduce un par de dedos. Ichigo se abre para mí, gimiendo enloquecido y metiéndose los dedos sumamente profundo mientras me mira directo a los ojos.

—Uhm…estrecho y caliente, justo como te gusta. —Sus indecentes palabras me hacen cerrar los ojos, vibrar y sentir mi erección punzar dolorosa y placentera. —Cógeme Grimmjow, destrózame…házmelo.

Me relamo los labios, gruñendo y maldiciendo al sentir como sujeta mi erección con firmeza para restregar mi gruesa punta contra su pequeño agujero. —Carajo Ichigo. —Ambos jadeamos por la deliciosa fricción, hasta que yo decido que es suficiente y lo giro como si de papel se tratara para que me dé la espalda.

Kurosaki comprende gustoso pegando su rostro y hombros contra el pasto, levantando sus caderas y abriendo sus piernas tanto como puede dándome una vista de en sueño. Esta vez no espero, colocándome bien detrás de él y comenzando a penetrarlo sumamente lento.

Ichigo grita entre dientes, estrujando el maldito pasto y enloqueciendo conforme me adentro cada vez más en él; asegurándome de enterrarme hasta el fondo dejando su cuerpo al ras del mío. Ichigo gimotea encantador, casi ronroneando mientras una vez más restriega su trasero grueso y delicioso contra mí.

—Muévete…rápido. —Suplica desesperado.

Le contesto con una brusca nalgada a la vez que salgo hasta la mitad, solo para volver a enterrarme hasta los testículos. Ichigo se quiebra, girando su rostro para verme con esas pupilas dilatadas que reflejan el exceso y la lujuria misma mientras sonríe cínico.

—Uhm…sí, justo así.

Mi sonrisa también se vuelve cruel y descarada mientras aferro mis manos a sus nalgas y lo embisto tan duro como puedo. Entro y salgo de él sin descanso, sintiendo su rico interior aterciopelado y carnoso envolverme y succionarme con fuerza.

Mierda, está sumamente caliente y apretado, envolviéndome como seda líquida que se ajusta a mi forma. —Maldición, se siente tan bien dentro de ti bebé. —Me follo a Ichigo gozando como nunca del placer visceral, crudo y brutal que me brinda su cuerpo impúdico y vehemente.

—Grimmjow…Grimmjow…estás demasiado grueso y duro.

Sonrío de lado, hundiéndome con saña en su culo estrecho y aumentando el ritmo de uno frenético a uno errático. Lo penetro con violencia, mirando su cuerpo sucumbir y romperse lentamente bajo mí. —¿A quién le perteneces Ichigo? —Mi voz sale ronca y exigente mientras me inclino para morderle cruel la espalda, los hombros y el cuello.

—A ti…solo a ti. Grimmjow…Grimmjow más. No pares.

Todo dentro de mi es fuego ardiente, el placer de su cuerpo, el calor sofocante en el ambiente y el agua que no para de caer y se siente calcinante sobre mi piel. Pero sobre todo mi amor por Ichigo que me hace sentir en las nubes, el paraíso y el infinito combinados. Lo amo, amo a este chico. Lo amo tanto que me estoy volviendo loco.

Aferro mis manos a su cintura, no solo con la intención de dejarle la piel amoratada, sino de quebrarlo en todos los sentidos. Quiero que sienta mi amor insano y desmedido. Quiero que sepa cuanto significa para mí. Quiero que sepa que no hay nada que no haría por él. —Ichigo…Ichigo…Ichigo. —Repito su nombre conforme el placer aumenta, escuchándolo gemir escandaloso porque comprende que el final está cerca.

—Sí…sí, sí. Grimmjow. Grimmjow.

Ichigo se corre entre lágrimas que no son de lluvia, sino de gozo crudo, apretándome y haciéndome saber que no podré soportar más. Sin embargo continuo penetrándolo agresivo y hasta el fondo, sintiendo montones de ricos espasmos acumularse en mi abdomen bajo y mi cabeza volverse un caos total.

En apenas segundos me corro dentro de él dejando que el mundo colapse a mí alrededor. Todo en mí explota efervescente y aniquilante, como destellos, chispas y relámpagos. Vibro sintiendo mi cuerpo entumecerse y cada vello erizarse mientras lo lleno con mi semen.

Disfruto un orgasmo abrumador y delicioso, que me hace separarme tembloroso y admirar como mi semen escurre burbujeante, abundante y líquido desde su obscena entrada usada hasta que él por fin colapsa y cae rendido.

No tardo en hacer lo mismo a su lado, mirando el cielo tan claro y bonito a través del agua. Más no tan bonito como sus ojos. Ichigo me sonríe tierno, abrazándose a mi pecho y besándome dulce.

—Te amo Grimmjow. —Sus palabras me dejan pasmado y hasta un tanto enojado, porque debí ser yo quien las dijera primero. Por lo que no dudo en estrujarle el rostro y en besarlo una vez más.

—No, yo te amo. —Sus ojos brillan preciosos y llenos de ilusión por mi respuesta. Tanto que se viene contra mí sentándose sobre mi regazo, acorralándome al colocar sus codos a los costados de mi rostro mientras roza su nariz con la mía y me acaricia el rostro.

—¿Cuánto me amas Grimmjow?

—Sin límites, sin razón…sin tiempo. —Ichigo sonríe, dejándose caer sobre mí para darme pequeños besos en el cuello mientras yo le acaricio la espalda.

—Seis…

—¿Sí?

—Estoy embarazado Grimmjow, vas a ser papá.

Ambos nos quedamos en silencio mientras yo siento la noticia golpearme brutalmente dulce, abrumadora y enloquecedora. Por un par de segundos no puedo si quiera abrir la boca. ¿Acaba de decirme que voy a ser papá?

Oh dios…oh por dios. Voy a tener un hijo. No encuentro las palabras para describir lo que siento, tanta dicha y alegría, así que en su lugar lo estrujo entre mis brazos más fuerte que nunca, sintiendo como me corresponde emotivo.

Por un segundo reconozco las gotas cálidas que brotan de sus ojos empaparme el cuello, justo como las que escurren por mi rostro. Ya había olvidado la última vez que me atreví a llorar, pero por primera vez no son de pena, sino de felicidad. Una felicidad que nunca antes había conocido y que no quiero dejar ir nunca.

Llevo soñando este momento por tantos años que siempre creí que era imposible. Pero ahora es real, está pasando, tan presente, tan maravilloso. El tiempo avanza y no perdona a nadie, pero si de algo estoy seguro, es que este momento se ha quedado grabado por siempre en mi memoria.

—Gracias...—Es todo lo que puedo decir una vez más. Porque parece ser que desde que nos encontramos, Ichigo se ha encargado de hacerme el hombre más feliz del mundo.

-----Ukitake J.-------

Ruido, hay mucho ruido. Tanto ruido que me hace abrir los ojos de golpe. A primera instancia miro que todo es en parte oscuridad, hasta que logro aclarar mi vista e incorporarme en mi cama. ¿Qué está pasando? El sonido continúa haciéndome saber que es el teléfono sonando sin cesar. Apenas si puedo estirar mi mano y tomarlo para contestar, teniendo que pelear un poco porque el cordón se ha enredado.

—Jushiro, ¿Por qué no contestas? —Es la voz de mi padre.

—Lo siento, apenas regresé de la cafetería me quedé dormido.

— ¿Ya cenaste?

—¿Qué hora es? —Pregunto para mí mismo, logrando ubicar el reloj que marca las ocho de la noche. —Aun no ceno, ¿Quieres que vaya a casa?

—No. De hecho quería saberlo porque Kyoraku irá a verte, quizás puedan ir a cenar mientras hablan del trabajo.

—¿Qué? —Eso realmente me hace incorporarme. —Espera, ¡¿Le diste mi dirección?!

—Ya va para allá.

—¡Ay por dios! ¡Padre no quiero relacionarme con ese hombre más allá del trabajo!

—¿Qué no me escuchaste? ¡Hablarán sobre trabajo! Kyoraku me dijo que has estado evitándolo y lo peor es que Toshiro ya me contó que has tenido algunos errores. Necesitas su ayuda y eso no entra a discusión. Te di mi negocio para que hagas lo que quieras con él, pero llevarlo a la quiebra no es una opción. Así que habla con Kyoraku.

—¡Pero padre, el tipo es un chiflado! Y además, no quería decírtelo pero…intentó coquetear conmigo. —Declaro escuchando un claro silencio del otro lado.

—Nunca me ha gustado meterme en tu vida, tanto que te dejé que te casaras con ese húngaro relamido, pulcro y elegante y mira como terminaron las cosas. Quizás un hombre como Kyoraku que es todo lo contrario sea lo que necesites. Y yo tampoco quiero presionarte, pero tu madre está preocupada de que nunca nos darás nietos.

—¡Que era checoslovaco! ¡Y no, no tendré niños y definitivamente no con ese hombre! ¡Padre, es un grosero, vulgar y se viste feo!

—Pues tú no te vistes muy bonito que digamos. Así que arréglate, no esperes conseguir un novio, llámese Kyoraku o quien sea, si pareces salido de una matiné de terror. Pero dejando eso de lado, si de verdad no te gusta solo recházalo y hablen sobre el trabajo, es importante hijo.

Mi padre cuelga dejándome como un total imbécil que berrea, patalea y se jala el cabello como un desquiciado. ¡No puede ser! Llevo evitando a Kyoraku una semana entera, lo logré escabulléndome y fingiendo demencia. Inclusive falté al desayuno aquel día, porque después de pensarlo toda la noche, llegué a la conclusión de que ese hombre es peligroso para mí.

Nunca lo admitiré en voz alta, pero es un tanto…atractivo, pero muy poco. Y ya que me prometí que nada de hombres para mí, lo mejor es mantener distancias. Eso y que si me dice otra de sus payasadas seguro que le arranco la barba y le meto de cachetadas.

Lo peor es que seguramente él fue de chismoso con mi padre para arreglar esta cita. Y si la quiere, se la daré. ¡Haré que desee nunca haber nacido! Pienso malicioso mientras me cepillo el cabello y busco en mi closet que ponerme, rápidamente encontrando una camiseta blanca de tela fina que es un par de tallas más grande, más unos pantalones un tanto ajustados del mismo tono y mis bonitos zapatos beige.

Me arremango un poco la camiseta, me coloco mi cadena, esclava y algo de loción y estoy listo. Agárrate Rambo, que si querías conquistarme es tu noche de suerte. Sonrío ante eso, esperando sentado en mi bonita y pequeña casa. Digo, hubiera sido el colmo que regresara a vivir con mis padres —no que ellos no insistieran—pero no acepté. Ya soy un hombre grande. Además no me preocupa dejarlos solos porque Shiro-chan vive con ellos.

Salgo de mis pensamientos cuando tocan la puerta. Avanzo a pasos seguros, abriendo y llevándome una imagen tan esperada de él.

Kyoraku trae una especie de feo traje de mecánico, totalmente sucio y lleno de algo de pintura, el cual trae hasta la cintura tan sólo quedándose con una camiseta blanca sin mangas. Como siempre su cabello está en una coleta y ahora sonríe como un bobo aún con una paleta en la boca. Odio, odio, odio admitirlo pero quizás su cuerpo musculoso y rudo destaca bastante bien. Cosa que olvido en cuanto suelta un vulgar chiflido.

—Caramba Jushiro, luces precioso, como modelo de revista. De haber sabido que te pondrías tan guapo para mí, me habría cambiado de zapatos.

—No creo que cambiarte de zapatos haga mucha diferencia. Pero ahora dime, ¿A dónde vamos?

—Bueno, pensaba llevarte a una taberna en el centro, pero estás tan bonito que lo mejor será llevarte a un restaurante a tu altura.

—Vaya que considerado viniendo de ti. —Digo sarcástico y ganándome una sonrisa de su parte.

—Ven, traigo mi camioneta. —Asiento y cruzamos mi precioso jardín hasta su camioneta pick up negra que por lo menos tiene relativamente limpia.

—Pensé que me perdería, pero apenas vi el lugar supe que era tuyo. Una bonita casa de muñecas como su dueño.

—Eres un imbécil y no es casa de muñecas. No es mi culpa que tú vivas en algún basurero.

—Oh, ¿Ahora estas interesado en mí? ¿Quieres que te lleve a conocer mi casa chico lindo?

—Mira amigo, no sé de dónde sacaste tus líneas baratas para ligar, pero conmigo no funcionan. —Kyoraku se ríe de mi comentario, pero ya después ninguno dice nada y en su lugar él se pone a cantar —horrible— un par de canciones de la radio.

—Listo llegamos.

En cuanto elevo la vista, sonrío inocente porque me ha traído a Kurosaki’s. En primera era de suponerse y sinceramente no estoy molesto. Por lo que he oído de todos en el pueblo, no hay mejor comida que la de ellos y este es el pretexto perfecto para comprobarlo.

—Jushiro te vas a morir en cuanto pruebes sus hamburguesas especiales y las costillas. Y además hacen un puré de papa y un pan de maíz que simplemente no tiene comparación. —Me lo dice tan contento que le sonrío dejándome llevar.

Al entrar al lugar miro que evidentemente está lleno, por lo que en cuanto una pareja se va nosotros rápido vamos a ocupar su lugar.

—¡Jushiro! —Giro ante ese grito, llevándome la sorpresa de mi vida al ver a Kisuke que viene de detrás de la barra. Rápidamente corro hacía él para abrazarlo tan fuerte como puedo.

—¡Urahara tanto tiempo sin vernos! —Lo estrecho con fuerza ya que a pesar de que es un par de años más grande, siempre fue mi mejor amigo junto a Yoruichi hasta que me fui.

—No puedo creer que seas tú. Yoruichi dijo que habías regresado de Londres, pero no me lo creí. Mírate nada más, te ves genial.

—Tú también te ves muy bien, ¿Trabajas aquí?

—Así es, este es el restaurante de mi familia. ¿Recuerdas a Isshin y a Masaki? —Asiento porque esos dos eran la pareja más famosa de Karakura, por ser el único par con números. —Bueno pues después de que te fuiste conocí a mi otra mitad que resultó ser nadie menos que el hermano de Isshin, Kaien. Nos casamos y tuvimos un par de hijos. El más grande va y viene y el pequeño Tensa está por allí dando lata. ¿Qué hay de ti? Yoruichi me contó que te divorciaste…

Otro directo al grano.

—Eso te lo contesto yo Kisuke, Jushiro ahora se encarga del café de Yama-ji y aparte es mi novio, ¿Qué más necesitas saber?—Declara el bobo de Kyoraku que por un segundo olvidé. Abro la boca y giro entre indignado e incrédulo, mirándolo sonreírme con sorna mientras me abraza por los hombros.

—¡¿Novios?! Arara…¡Así que al final regresaste por tu eterno amor!¡Siempre supe que terminarían juntos! —A Kyoraku y a mí nos toma por sorpresa su declaración.

—¿Perdón? —Cuestiono.

—Ya sabes, cuando yo pasaba a recogerlos a ti y a Yoruichi a la escuela, ambos siempre nos reíamos de ti, porque toda la vida te encontrabas suspirando enamorado al ver a Kyoraku llegar conmigo. No me digas ahora que no te acuerdas. Yoruichi y yo prácticamente teníamos que recogerte en una cubeta con eso de que te derretías cada que lo veías.

—Oho…eso no lo sabía. —Declara Kyoraku con un coqueto y estúpido juego de cejas mientras yo abro la boca hasta el piso. Porque sinceramente no solo no recordaba eso, sino que Kisuke le acaba de dar armas al macho de la selva para que me moleste de aquí hasta el fin del universo.

—No es verdad. —Patético, lo sé, pero es lo único que puedo decir. —Yo…yo no, yo no suspiraba así por él, sino por uh… —Ambos me ven de lo más risueños y entretenidos mientras yo intento encontrar las palabras. —¡Por ti! ¡Era por ti Kisuke! Ya puedo decirlo después de tantos años. Siempre me gustaste, pero como éramos mejores amigos me daba vergüenza. —Miento descaradamente, mirando a Kisuke carcajearse y a Kyoraku fruncir el ceño y hacerme sonreír interiormente. Eso es, no te daré el gusto Rambo.

—Jushiro por favor, yo nunca te gusté y mira que de verdad alguna vez intenté conquistarte y tú me rechazaste.

—¿En serio? —Pregunto incrédulo.

—Bueno, creo que ya es hora de cenar Jushiro, tengo mucha hambre. —Insiste Kyoraku jalándome del brazo y llevándome hasta la mesa. Urahara simplemente sonríe malicioso y de lado, como sabiendo que ha hecho una travesura. Ugh, mentiroso, lo dijo para poner celoso al estúpido de Kyoraku.

—Hola Kyoraku-san, ah Ukitake-san que gusto verlo, se ve tan bien esta noche, como una celebridad de la televisión. Espero algún día ser tan glamuroso como usted. —Nos saluda simpático Tensa, el amigo de Shiro-chan y que por lo visto nos tomará nuestra orden.

—Hola, buenas noches. Tú también te ves encantador. —Lo saludo.

—Tensa-chan, tan adorable como siempre. Se nota que le sacaste el encanto a Kaien y lo listo a tu padre.

Tensa sonríe tierno ante el cumplido, seguido de tomar nuestra orden mientras yo razono que él es el hijo de Kisuke. Qué lindo, hasta mi amigo el eterno soltero formó una familia. Pienso a la vez que observo todo el lugar escuchando algo que llama mi atención.

—¡Toma eso mono! ¡Págame y no con plátanos estúpido!—Grita arrogante y feliz un jovencito muy atractivo y de ojos azules, abrazando y besando al que parece su novio de largo cabello naranja después de haber ganado en un juego de vencidas.

—Se llama Grimmjow, es mi empleado desde hace una semana y el novio de Ichigo-chan el hijo mayor de Isshin. Ichigo-chan es ahora el dueño del restaurante, aunque claro Kisuke y Kaien lo ayudan a llevarlo.

—Ya veo, cuando me fui Ichigo era apenas un bebé y ahora tiene un novio. —No puedo evitar sonreír nostálgico. Apenas ayer mis amigos y yo éramos jóvenes corriendo, parejas soñando y todo era incierto y ahora hay tantas familias felices y muchas nuevas generaciones por venir. El tiempo se pasa tan rápido.

—¿Te gustan los niños Jushiro? —La pregunta de Kyoraku me toma por sorpresa, pero rápidamente asiento.

—Me gustan mucho.

—¿A tu exmarido no le gustaban? ¿O por qué no tuvieron hijos? —Observo detenidamente al hombre frente a mí que me ha hecho una pregunta tan personal.

—Kyoraku, ¿Qué le pasó a tu novia de aquel entonces? ¿Qué no estaban destinados?  —Una pregunta, con otra más. Esta vez el silencio nos abruma por igual y la tensión es tan pesada que se podría cortar con un cuchillo. Kyoraku parece pensarse las cosas, hasta que eventualmente sonríe y se recarga cómodo en su asiento.

—Pasa Jushiro, que a veces el destino se equivoca, justo como te pasó a ti y justo como me pasó a mí. Y cuando esas cosas suceden, no nos queda más que seguir y disfrutar el porvenir. Mentí cuando dije que no te recordaba, no te diré que siempre pensé en ti, pero hace unos días cuando te vi de nuevo sentí algo especial entre nosotros. Quizás tú eres mi destino.

Odio que de alguna manera sus palabras me reconforten. Se supone que debo hacerlo sentir miserable por meterme en problemas con mi padre. ¡No sentirme atraído por él! Kyoraku es todo lo contrario a mí, es un grosero, bruto y bárbaro.

¿Y entonces, por qué estoy sonriendo para él mientras dejo que me acaricie la mano?

—Aquí está su orden. Ah y mi papá les envía un par de cervezas grandes cortesía de la casa.

Salgo del trance mirando toda la comida, que huele de maravilla y se ve aún mejor más dos enormes tarros de cerveza. Ni siquiera espero, mordiendo mi hamburguesa y sintiendo que los ojos se me van para atrás de lo bueno que está todo.

—¿Rico no? Te lo dije, nadie les gana.

—Esto está delicioso. Ya comprendo porque mi padre tiene una adicción con este lugar.

—Ah, pero tienes que probar mi puré. —Kyoraku me extiende una cucharada al frente y sé que debería rechazarlo, pero no puedo, sería grosero y yo no soy así. Uso ese pretexto para aceptar la cucharada y asentir complacido por el rico sabor.

El tipo más problemático del mundo sonríe feliz y complacido por mi reacción, lo que desata una agradable conversación. Con el paso del tiempo termino riéndome de cada ocurrencia suya, más anécdotas de cómo ha cambiado el pueblo, además de algunas historias sobre mi familia. Ya veo porque mi padre quiere y confía tanto en Kyoraku, es como el hijo que siempre deseó tener.

Un hijo con el cual por lo visto no le molestaría que me enredara. Y aunque no suene del todo mal y Kyoraku no sea tan idiota como creí. No pienso arriesgarme a perder la única estabilidad que tengo por el momento.

—Sonrían para la foto. —Nos dice Tensa que ha llegado con una cámara de rebelado instantáneo.

—Ah, no me digas que va para la pared del amor. —Menciona Kyoraku divertido, haciendo a Tensa asentir emocionado mientras nos indica que nos juntemos.

—Espera, ¿Cuál pared del amor? —Pregunto sin comprender a la vez que Kyoraku se pega a mí y me abraza por los hombros.

—Vamos Jushiro sonríe.

Apenas si puedo sonreír y parpadear notando un flash que casi me deja ciego. A los pocos segundos Tensa saca la laminita de la cámara y la agita un poco revelando la imagen. La miro curioso hasta que el chico se la lleva y la pega en una pared en la que no había prestado atención.

En una curiosa pizarra hay montones de fotos de parejas, dónde colocan la nuestra también y en el centro hay una rodeada de un enorme corazón que dice ‘La pareja del mes’. Es la foto de ese chico Grimmjow sino mal recuerdo con su novio y salen comiéndose enteros.

—Oh vaya, será difícil destronarlos. —Digo divertido.

—Y que lo digas, si intentas poner tu foto, Grimmjow te la rompe y avienta a la cara antes de volver a poner la suya con Ichigo-chan. Créeme, ya lo he visto hacerlo unas tres veces.—Ambos nos reímos porque ese chico suena como todo un demente y es bastante creíble que haga algo así.

—¿Ya nos vamos? ¿O quieres bailar conmigo?

—Eso definitivamente no lo haría, aun quiero conservar mi dignidad muchas gracias.

—Oh vamos, no me digas que no sabes bailar.

—No lo digo por mí, lo digo por ti. Además ya es tarde y mañana hay trabajo. —Le contesto burlón, mirándolo reírse y levantarse.

—Bien, pero promete que la próxima vez bailaras conmigo.

—Tal vez…—Kyoraku me sonríe, tomando mi mano y ayudándome a levantarme. Después de pagar, Kyoraku insiste en llevarme a casa y no me puedo negar.

—¿Así que cómo se siente haber estado casado con un turco?

—¡Que era checoslovaco! Y es…complejo supongo. No hablemos de ese tipo, mejor cuéntame más de ti. —Kyoraku se ríe y esta vez el trayecto es bastante animado, nos reímos casi hasta las lágrimas de sus chistes tontos y de cualquier cosa tenga sentido o no hasta que llegamos a mi hogar.

—No hablamos del trabajo. —Le digo después de tantas bromas y ya afuera de la puerta de mi casa.

—Lo sé, creo que por ello tendré que llevarte a desayunar mañana.

—¿En serio sigues con eso de querer ligar conmigo? Y te lo digo porque sé que si acepto esa invitación lo tomaras como que he aceptado tus intentos.

—Jushiro me gustas, no somos jovencitos para hacernos los tontos. Somos adultos, sabemos cómo funciona esto. Así que te lo digo aquí y te lo digo ahora por si no te ha quedado claro. Me gustas mucho y me encantaría que salieras conmigo. ¿Puedes por favor darme una oportunidad?

Sí. Sí. ¡No! Piénsalo bien Jushiro, no puedes volver a equivocarte, ya te rompieron el corazón una vez y Kyoraku luce exactamente como un martillo andante listo para destrozarme en todos los sentidos y en cualquier momento. Oh dios, ¿Qué debería hacer?

—Yo… —No salen, las palabras no salen.

—Maldita sea Jushiro, eres demasiado lindo para tu propio bien.

Kyoraku me sorprende, sujetándome el rostro y besándome sin decoro alguno. Mi mente dice no, pero mi estúpido cuerpo reacciona sincero y rápidamente me aferro a su pecho para corresponderle ansioso. Su barba se siente áspera y picante contra mi rostro mientras sus manos me han soltado, para bajar por mis brazos y asegurarse en mis caderas.

Bien…se siente realmente bien. Un rico calorcito se ha propagado por mi pecho y vientre haciéndome sentir eso que creí olvidado. Y estoy seguro que nos seguiríamos besando de aquí hasta que amanezca, pero en cuanto se nos acaba el aire nos separamos.

Mis mejillas se encuentran ardientes y me da vergüenza mirarlo a los ojos, sin embargo Kyoraku no duda en tomarme por la barbilla para hacer que lo mire.

—No fui a la universidad, ni soy el tipo más inteligente, creo que ya lo notaste, pero sé trabajar duro y si me necesitas ahí estaré Jushiro. Dame una oportunidad…date una oportunidad. Vuelve a creer que es posible.

Me muerdo los labios, mirándolo fijo y notando que sus ojos son tan oscuros que parecen diamantes negros. Y curiosamente dentro de ellos hay una tempestad salvaje y furiosa, una que a pesar del peligro me dice que sus palabras son sinceras.

—¿Me das unos días para pensarlo? —Esta vez Kyoraku sonríe ante mi respuesta, asintiendo y besándome una vez más.

—Carajo lo siento, sé que dije que sí pero no aguanté las ganas. Uhm…¿Paso mañana por ti? Sin presiones, solo desayunamos, esta vez si hablamos de trabajo y después te paso a dejar al trabajo.

—Está bien…—Nos sonreímos como un par de idiotas de quince años —mentales—, para una vez más fingir que nos despedimos y accidentalmente besarnos en los labios entre risas nerviosas y lo siento fingidos. Lo miro marcharse y voltear de vez en vez para seguir sonriéndome hasta que eventualmente llega a su camioneta y se va.

Dentro de mi hogar saco el aire que mantuve contenido, cubriéndome el rostro muy apenado y sintiendo el corazón latirme al mil por hora. Me gusta, me gusta, me gusta muchísimo. Ahora recuerdo bien que cuando era joven Kyoraku fue mi primer amor, quise olvidarlo, pero todo ha regresado a mí.

Él siempre fue tan guapo, tan fuerte, tan magnético. En aquel entonces tenía una novia y no era para mí más que una ilusión. Un enamoramiento lejano y platónico. Sabía que nunca estaríamos juntos porque teníamos marcas distintas. Pero hoy, muchos años después pareciera que la vida me ofrece una oportunidad. Y aunque sé que podría terminar mal, creo que…quiero intentarlo. Quiero volver a creer.

Notas finales:

Ichigo está embarazado, esperen, ¿Oyen eso? Oh sí. Es Grimmjow rompiendo la cama y toda su casa al darle amor a Ichigo por lo feliz que está. Van a ser papás, mi par de idiotas adorables y hermosos. Y ahora Grimmjow trabaja para Kyoraku…¬w¬

En la siguiente escena avanzó el tiempo y Jushiro. ¿Qué les digo? Nuestro muñeco de portada de revista está cayendo ante los encantos de Rambo. Y no solo eso, sino que Urahara ha contado parte de su juventud, una donde Jushiro al parecer tenía un crush con Kyoraku. ¿Será que a pesar de esas marcas distintas, de verdad les depare un destino juntos? <3

Los amo muchísimo son los mejores del mundo, muchas gracias por todos sus comentarios bonitos y apoyo, me hacen tan feliz TAT ¡Nos vemos el próximo Martes con el inicio de la historia del RenBya! <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).