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Aires del tiempo por RyuStark

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Notas del capitulo:

Hola bebés de mi corazón <3

Una semana más que llego con un exceso de fluff, humor estúpido y mucha pasión. Muchísimas gracias por leer mi historia y por todo el apoyo que me han dado. Lo valoro en serio y no me queda más que desearles que lo disfruten. Por cierto lean las notas finales :v <3

----Grimmjow J.-----

Me estoy volviendo loco. Sé que usualmente se me van las cabras y ataco perras sin pensarlo, pero conforme el tiempo avanza, no puedo evitar sentirme más y más feliz aquí en Karakura. Cualquiera pensaría, ¿Eso qué tiene de malo? Bueno, sinceramente es tan bueno que me asusta.

Ichigo me ama con locura y yo a él con pasión y desde hace dos semanas me enteré que seré padre. Así que cada día es la gloria absoluta entre sus brazos y entre sus piernas claro. También parece ser que Ichigo ya no se aguantó las ganas y le contó a su madre lo nuestro por teléfono, eso sí, diciéndole que guardara el secreto del chiflado —según él— de su padre hasta que vengan.

Su madre se puso realmente feliz y espero se alegre aún más cuando le contemos del bebé. Y aunque no nos quiso decir exactamente qué día vendrían, Ichigo dijo que presentía sería realmente pronto. Así que me estoy preparando mentalmente para el mejor y peor de los escenarios.

Uno, que su padre nos acepte sin problemas y todos felices por siempre. O el segundo y más seguro, que él y yo terminemos peleando a muerte en un ring rodeado de fuego. Y quizás suene a idiotez, pero Ichigo dice que así como es su viejo no es muy absurdo pensar que es posible. Supongo que ya me las arreglaré cuando el momento llegue.  

Por otro lado llevo dos semanas jodiendo a Kyoraku y no me ha despedido. Inclusive me he hecho ‘amigo’ del vaquero, rosita y reina gótica. Con los cuales trabajo haciendo puras estupideces que me hacen pensar que ya desde los 80s el mundo estaba condenado a la extinción. Será que colocar cercas, destapar caños, pintar casas y cargar cajas no es mi ideal de trabajo.

Digo, ¿Quién mierda pinta su casa de rosa magenta? ¿U ordena peluquines y súper licuadoras con waflera incluida? Sé que no se supone que mire en las cajas las órdenes de los clientes, pero carajo, no puedo creer que haya gente que de verdad pida las mierdas que venden en los infomerciales a las tres de la mañana.

Así que le he rogado a Kyoraku que me deje trabajar con él en solo distribución de materia prima en grandes lotes pero no quiere. Dice que primero debo aprender a tratar con las personas. Pero, ¿A mi qué carajos me importan las estúpidas personas? Es más, que se jodan con todo y sus peluquines y licuadoras. Que se jodan justo como yo con mi estúpido trabajo de electricista, plomero, albañil, pintor, repartidor y payaso.

—¿Piensas en Ichigo-tan? —Starrk habla a mi lado conduciendo después de que nos encargamos de un trabajo en un granero a las afueras del pueblo.

—Pienso en cómo ahorcarte con esa estúpida perilla que tienes.  —Le contesto mirándolo bufar y encender un cigarrillo.

—Me caes bien azul.

—Sí, sí, sí, tú también eres mi alguacil preferido vaquero. Ahora dedícate a ver si hay una serpiente en tu bota y no me molestes estúpido, estoy de mal humor.

—¿Es por el pequeño Kurosaki?

—¡Claro que es por él! Debería estar en casa haciéndole un par de hijos, no aquí contigo apestando a estiércol y con paja hasta en el trasero.

—Yo creo que este trabajo te va bien. —Menciona con sorna claramente riéndose de mí. —Aunque por lo visto jamás habías hecho trabajo manual, ¿De qué solías trabajar antes?

—Traficaba drogas y perras, ¿Por qué? ¿Necesitas un nuevo collar con cadena? —Starrk rueda los ojos y se ríe conmigo hasta que por fin llegamos al local. Ahora solo recogeré mi paga, mi triciclo y me largo directo al paraíso entre las piernas de Kurosaki.

—Grimmjow espera, Kyoraku está ligando. —Starrk me señala a nuestra patética excusa de jefe que se encuentra coqueteándole al que si no me equivoco es Ukitake, el divorciado dueño del café del tiempo. Lo cual sé, porque obviamente al vivir en un pueblo te enteras de todo. Sin embargo todo me importa un carajo, porque lo único que quiero es irme de aquí.

—Oe viejo, corta la mierda con Barbie y págame que tengo un esposo sin fondo que alimentar. —Menciono sin tapujos, mirando a Ukitake sonrojarse avergonzado y a Kyoraku gruñirme.

—Grimmjow mocoso idiota, eres un…

—Sí, sí, entre más rápido me des mi dinero, más rápido siguen jugando a las muñecas. —Mi jefe rueda los ojos, pero rápidamente saca un sobre con mi nombre y me lo da.

—Espera un momento. —Me habla Ukitake mirándome muy fijamente. —Tú…ahora que te veo de cerca, me recuerdas a alguien. ¿Nos habíamos visto antes? Uhm…¡Ah! ¡¿No te pareces a…?! —Más no termina de hablar en cuanto Kyoraku le tapa la boca.

—Jushiro vamos a comer te invito. Grimmjow te llevaría  a casa pero… —Habla Kyoraku nervioso.

—Siempre te ofreces a llevarme y siempre te digo que no gracias, hoy traigo mi triciclo. Así que nos vemos el Lunes perdedores, no me llamen y definitivamente no me busquen. —Choco puños en forma amistosa con Starrk y Ulquiorra que también va de salida antes de montarme en mi bicicleta e irme.

Kyoraku es raro, desde el primer momento me dejó bien claro que me odia. Y sin embargo cuando puede es amable conmigo, si ve que no llevo de comer me da algo con la excusa de que le sobra y también suele ofrecerse a llevarme al restaurante o a casa frecuentemente. Y si no estuviera loco por Ukitake creería que le gusto, pero no parece ser el caso.

Aunque también Starrk y los demás son así. ¿Será que no estoy acostumbrado a que todos sean buenos conmigo? En mi empresa todos eran unos cuervos y arpías despiadadas que solo querían dinero al grado en que se volvían personas frívolas, aduladoras y desalmadas. Pero en este lugar todos te ayudan sin pedirte nada a cambio.

Supongo que no puedo comparar a la gente del campo con los citadinos. Pienso detenidamente mientras presiono el freno al ver que ya voy a llegar. Pero curiosamente por alguna extraña razón no funciona y en su lugar desciendo en picada por el camino empedrado desviándome rumbo al bosque. Oe, ¿Qué mierda le pasa a esta cosa? Zigzagueo de un lago a otro, brincando por la terracería y piedras y perdiendo el control de mi basura de triciclo.

—¡Oh carajo! —Es lo último que grito antes de estrellarme contra unos arbustos y salir volando para caer de boca. —¡Joder! —Me retuerzo sintiendo que me incrusté piedritas hasta donde no me da el sol, incorporándome y siseando por los raspones que me hice.

Lo peor es que el golpe me ha aclarado las ideas y ya sé qué es lo que sucedió. Kurosaki-demente-Ichigo ayer estaba muy sospechoso, pateando la bicicleta y riéndose nervioso diciendo que no pasaba nada. Seguro que le tronó los frenos al manejar como el pequeño salvaje que es. Pero me va a conocer. Me lo voy a coger hasta partirlo a la mitad.

Oh sí, olvidará cómo maldita sea cerrar las piernas cuando termine con él. Sonrío perverso ante eso, jalando el triciclo y saliendo del bosque frente a mi hogar donde miro a bola de pelos correr por todos lados. 

—¡Kurosaki cabrón chiflado de culo gordo! ¡Ven aquí! —Grito malicioso, aventando el triciclo y preparándome para emboscarlo. Sin embargo me quedo callado al escuchar algo.

—¡No te atrevas! ¡Aléjate de mí!

¡Es la voz de Ichigo y parece estar en peligro! Ni siquiera lo pienso y entro corriendo a mi hogar, apenas si brincando del susto al ver a un tipo estrellarse contra la pared a mi lado. Y al ver a Ichigo respirar agitado y un tanto molesto puedo concluir que le dio un golpe al sujeto.

—¡Ichigo mi amado bebito eres tan malvado conmigo! —Chilla el hombre sobándose y poniéndose de pie.

—¡Cierra la boca, no me digas así!

—Oe, ¿Qué mierda está pasando aquí? —Pregunto a la vez que sujeto al hombre desconocido por la camiseta. —¿Quién carajo eres? ¡Y más te vale responderme antes de que te mate!

—Grimmjow no, espera…

—¿Pero qué dices? Más bien, ¡¿Quién eres tú sujeto semi-desnudo y de cabello azul?! ¡Ah! ¡No me digas que venías a aprovecharte de mi adorado Ichigo! ¡No lo permitiré! —Me habla el hombre sujetándome por las tiras del overol, para pegar su frente con la mía y escudriñarme con la mirada.

—¡¿Hah?! ¡Jódete, soy su marido y no me aprovecho de él! Bueno a veces él me lo pide ¡Pero ese no es el caso! —Lo empujo separándolo y yendo con Kurosaki para colocarlo tras de mí, notando que al tipo se ha quedado estático y le ha dado una especie de tic en el ojo.

—¿Has dicho marido? ¿Tú…marido de mi Ichigo? Ah no, eso sí que no. ¡Sobre mi cadáver!

—¡Así es, él es seis, su nombre es Grimmjow y pronto nos casaremos papá! —Menciona Ichigo con las mejillas rosadas y abrazándose a mí mientras yo asiento ferviente hasta que comprendo.

—¡¿Cómo que papá?! —Pregunto horrorizado a la vez que miro al hombre ponerse casi morado de lo enojado que esta mientras resopla. Apenas capto cuando me jala del overol y me saca de la casa, inclusive tirándome de las escaleras del pórtico para caer en el pasto y finalmente arrojárseme encima.

—¡Viejo basta, déjalo! ¡Mamá haz que se detenga!

Le jalo el cabello al tipo mientras él me ahorca y agita azotándome contra el pasto, notando entre revolcadas que una mujer ha salido a lado de Ichigo y suspira prolongadamente al igual que otras dos mocosas. Oh mierda. Así que es su familia y de verdad estoy peleando con mi suegro en todos los sentidos. Y aunque seguramente lo lamentaré, perder no es una opción.

------Ichigo K.---------

—¡Basta los dos! ¡No sigan! —Grito desesperado mirando a mi padre y a Grimmjow revolcarse en pleno pasto mientras Kon brinca feliz a su lado, seguramente creyendo que están jugando. Por otro lado Karin grita emocionada por la pelea, Yuzu los mira preocupada y mi madre simplemente ya no sabe para dónde mirar. —Mamá se van a matar.

—Déjalos Ichigo, es mejor que tu padre lo saque ahora a ya que te cases con Grimmjow. Sabías que esto iba a pasar. —Abro la boca para replicar, sin embargo me quedo callado.

—¡Dale viejo! —Grita Karin eufórica y haciéndome gruñir.

—¡Karin, seis es mi novio!

—Lo sé, pero alguien tiene que apoyar al viejo torpe que no tiene oportunidad contra súper macho.

—No le digas así, Grimmjow no solo es músculos ¿Sí? Es muy inteligente.

—Tanto que se está peleando con ese viejo loco por un adicto al chocolate como tú.

—¿Disculpa? ¡Date por muerta jovencita! —Menciono indignado y avergonzado, ¿Me dijo adicto?

—Basta los dos, no empiecen ustedes también. E Isshin es suficiente querido, vas a lastimarte la espalda y la cadera. —Habla mamá haciendo que esos dos por fin se detengan.

—Eso es viejo, escucha a tu esposa, no quiero dejarte en silla de ruedas.

—¡¿Cómo te atreves?! ¡Masaki, este depravado pretende robarnos a nuestro pequeño Ichigo y tú estás tan tranquila!

—Isshin, Ichigo es un hombre y ya tomó su decisión. Así que deja a tu yerno en paz y ven aquí, te curaré y luego todos comeremos juntos como la familia que somos. Ahora mismo. —Mamá les da una mirada a ambos que dice que no entra a discusión, por lo que aun a refunfuños papá se levanta y sacude al igual que Grimmjow al cual corro a ayudar.

—¡¿Ichigo mi amado hijito, por qué ayudas a ese teñido en lugar de a tu adorado papito?!

—¡¿Cómo mierda me dijo?! ¡Soy natural viejo, azul hasta abajo! ¿Quieres ver huh?

—Basta carajo. Grimmjow ignóralo, está loco y evita bajarte los pantalones por un segundo ¿Quieres? Y a ti no te ayudo porque volverás a abrazarme hasta asfixiarme y ya me rompiste la espalda con el primero muchas gracias.

—¡Masaki, nuestro precioso hijo no me ama más! ¿Qué debería hacer? ¡No soporto el dolor y la pena!

Mis hermanas y yo rodamos los ojos viendo a mi ridículo padre correr a abrazar a mi madre, que es la única que lo soporta y abraza consolándolo. Ellos se meten primero mientras yo tomo el rostro de Grimmjow para examinarlo viendo que a pesar de todo mi padre si le dio uno que otro golpe. —Lo siento seis, no quise que esto pasara.

—Shh, no es tu culpa bebé. —Grimmjow roza su nariz contra la mía mientras me abrazo a su cuello y lo beso. —Uhm…si me sigues besando así quizás me sienta mejor. —Menciona coqueto, haciéndome reír y de paso darle otro beso candente y mojado. Claro hasta que me ahogo con mi propia saliva al ver a mi padre asomado desde la puerta, mordiéndose la mano del coraje antes volver a ser llevado de una oreja por mi madre.

—¡Ya estamos aquí! ¡¿Y la pelea?! ¡¿No me digas que nos la perdimos?! —Grimmjow y yo giramos mirando a Tensa y a sus padres bajarse de su auto a prisa. En especial Urahara y Tensa que hasta traen sus cámaras en mano.

—Le di su merecido al viejo y se lo perdieron. —Habla Grimmjow sonriendo de lado orgulloso.

—¡Ay no! ¡Te dije que debíamos darnos prisa papá! Ahora nunca sabremos cómo es ver al tío Isshin y a seis moliéndose a palos. —Menciona Tensa decepcionado y recibiendo un jalón de orejas del tío Kaien, que se los lleva a él y a su padre al interior.

—Oe Kurosaki, todos están dentro, ¿Seguro que no quieres escaparte ahora?

—Si quiero, pero en este momento mi padre es capaz de buscarnos hasta Cindy, así que debemos entrar. Verás que no es tan malo ¿Sí? —Le hago mi mirada tierna que nunca falla, mirándolo suspirar derrotado y asentir entrando conmigo.

Que el circo comience.

Nos desplazamos al comedor que por primera vez en mucho tiempo se encuentra totalmente lleno. Todos comen felices lo que preparo mi madre a excepción de mi padre que se encuentra pegándose una bolsita de guisantes congelados al ojo.

—Míralo Ichigo, ese bárbaro comiendo tan feliz la deliciosa comida que preparó tu hermosa madre después de haber abusado de tu indefenso padre.

—Cierra la boca, tú lo atacaste primero. ¿Qué esperabas? ¿Ganarle? Por dios viejo, Grimmjow es como mil años más joven y fuerte que tú.

—¡Masaki, Ichigo me ha dicho viejo!

—Querido es que lo estás.

Todos nos reímos hasta casi las lágrimas por la expresión dramática de mi padre, que se estruja el pecho y finge desmayarse, no sin antes comerse una cucharada de puré. E inevitablemente sonrío demasiado feliz, porque mi familia por fin está reunida después de tanto tiempo separados y eso me hace sentir dichoso y abrumado en exceso.

Debe ser un sueño hecho realidad tenerlos a todos para mí.

Por supuesto que el interrogatorio contra seis inicia, pero parece bien preparado dando respuestas cortas y concretas, señalando cuanto me quiere, que me protegerá y que ansía casarse conmigo. Las horas se pasan agradables y en relativa armonía a excepción de cuando mi padre busca provocar a Grimmjow, el cual le termina soltándole sus típicas respuestas sarcásticas y listillas.

—Bien, ya es tarde. Niñas a dormir a su habitación. Ustedes también deben estar cansados, Ichigo, Grimmjow, que descansen. —Le sonrío a mi madre y le doy un prolongado abrazo que me contesta cariñosa, seguido de un beso y finalmente tomo de la mano a Grimmjow para subir.

—Esperen ahí, ¿A dónde crees que llevas a ese criminal? —Pregunta mi padre deteniéndonos.

—¿A cuál criminal? El tío Kisuke se fue hace un rato. —Contesto inofensivo.

—¡No hablo de ese otro criminal, sino de él! —Me señala a Grimmjow.

—Uh…¿A dormir?

—¡¿Contigo?! —Inquiere horrorizado.

—No lo sé papá….déjame pensarlo. Qué te parece un sí, sí, sí. Ahora descansen y no hagas ruido que Grimmjow se tiene que levantar temprano. —Concluyo jalando a Grimmjow para irnos.

—Isshin, Ichigo no es un niño y nosotros no somos tontos como para pensar que no comparten la cama. Van a casarse por todos los cielos.

—¡Masaki que tragedia, ese hombre se le ha metido entre los ojos y ahora en la cama a nuestro hijito! —Es lo último que escucho antes de cerrar la puerta de mi habitación.

—No te ofendas bebé, pero ya vi de dónde sacaste lo chiflado. —Grimmjow se burla, haciéndome darle un golpe.

—Cierra la boca, no me compares con él. Ahora date un baño mientras yo veo la televisión.

—¿Por qué no juntos? —Me pregunta coqueto.

—Ni siquiera empieces pervertido. En primera el baño es diminuto y no cabemos bien, segundo mis padres podrían oírnos y en tercero ya va a iniciar mi programa así que jódete y adiós. —Lo empujo escuchándolo reírse, sonrojándome al verlo desnudarse y entrar a la puertita de nuestro baño privado.

Agradezco poseer uno y no tener que usar el del pasillo, porque con eso de que Grimmjow suele dormir desnudo, no quiero generarles traumas innecesarios a mis hermanitas o que mi padre se termine de infartar. Así que una vez en ropa interior, apago las luces, saco mi caja de chocolates y me recuesto en la cama no sin antes encender el pequeño televisor que Grimmjow nos compró hace unos días.

—Kurosaki ven a bañarte conmigo carajo. —Me habla Grimmjow desde la regadera.

—No, ya empezó mi programa. —Menciono tarareando la cancioncita del inicio.

—¿Otra vez Miami Vice’?

—Jódete, Sonny y Rico están por atrapar a un narcotraficante.

—¿El del parche?

—¡Sí, ese!

—Al final lo matan, pero el del parche logra darle un balazo a Sonny en el hombro.

—Mentiroso, ¿Cómo puedes saberlo?

—Ya vi ese episodio.

—Eso no es posible, el episodio es nuevo, recién salido. Lo estuvieron promocionando toda la semana. Ah sí, ya sé, que vienes del futuro y lo viste. Pues no te creo. —Menciono entre risas, notando que Grimmjow guarda silencio mientras yo continúo mirando mi programa por un rato más hasta que eventualmente pasa algo extraño. —Santo carajo, el tipo malo le disparó a Sonny en el hombro.

No me queda más que levantarme, desnudarme y meterme al baño donde miro a Grimmjow dejar que el pequeño chorro de agua lo moje. —Tenías razón. —Menciono entrando junto a él con cuidado y dejando que me abrace por la cintura. —¿Cómo lo supiste?

—Ya te lo dije, vengo del futuro. Y me vi esa seria antigua toda completa. —Me dice sonriente, besándome en la nariz y sacándome una sonrisa.

—Seguro que en Cindy sacan los episodios antes que aquí, a mí no me engañas. Y no es antigua, es la mejor serie actual. —Le saco la lengua, mirándolo reírse encantador y besarme una vez más. Lo malo es que se venga, separándose para salirse y dejarme caliente y frustrado.

—Eres un idiota Grimmjow.

Mi futuro marido se burla de mí mientras yo termino de enjabonarme, tallarme y enjuagarme a la velocidad de la luz, para finalmente salir y mirar que se encuentra desnudo y recostado sobre la cama dejándome admirarlo en toda su gloria con ese cuerpo de dios griego que tiene.

Su rostro letalmente atractivo y varonil, sus hombros anchos que bajan a esos brazos gruesos y musculosos. Pectorales bien definidos y un abdomen deliciosamente duro y brutalmente marcado que desemboca en su torso con forma de ‘v’ de ‘veneno’.

Oh sí, porque el solo mirarlo es tóxico y peligroso. Y sin embargo me atrevo a bajar un poco más la mirada, directo a su entrepierna donde llego al cielo.

—¿Ves algo que te gusta Ichigo?

Uhmm. Suele llamarme Kurosaki, pero cuando dice mi nombre con esa voz ronca y satinada un brutal escalofrío me recorre hasta la médula.

—Ven aquí bebé. Ven aquí para que te bese, abrace y de paso me folle tu culo estrecho hasta que supliques por piedad. —Su voz es cruel y maliciosa, atrayéndome y enredándome.

Soy débil. Débil ante él. Ante su voz. Ante el placer que solo él puede brindarme. Por lo que dejo caer la toalla de mi cintura y voy hacía él. Grimmjow rápidamente me da la bienvenida, sujetándome y moviéndome a su antojo, recostándome y dejándome bajo él. —Si suplicara por algo sería únicamente por más. —Menciono mirándolo sonreír de lado.

—Lo sé. Ahora abre las piernas Ichigo.

Lentamente mi respiración se agita mientras abro mis piernas para él y miro su sonrisa torcerse. Más se me atora el aire en cuanto me sujeta por las caderas para elevarlas, inclinarse un poco y poder meter su rostro entre mis piernas. Grimmjow entierra su nariz en mis testículos, rozándolos y jugueteando con ellos a la vez que escupe sobre mi agujero sin decoro alguno.

Me tengo que cubrir la boca para no gemir como una vil cualquiera al sentir su lengua carnosa, mojada y suave entrar en mí con profundidad. Carajo, joder, se siente tan rico. Mi mente comienza a volverse difusa mientras mi cuerpo se calienta ardiente. Su lengua se desliza dentro de mí con gula, saboreándome y palpándome; haciéndome sentir tan vulnerable, expuesto y sobre todo empapado en rendición.

Grimmjow me folla con su lengua, asegurándose de crear una gama de sonidos sucios y líquidos por los la saliva burbujeante y espesa que escurre por su boca. —Más…Grimmjow más. Tu lengua más. —La mirada de mi hombre se afila sobre mí ante mis suplicas, las cuales complace con su lengua y ahora un par de dedos que me introduce con fuerza.

Me retuerzo y tengo que maldita sea morder los labios para no gritar en cuanto sus dedos gruesos entran en mí hasta sus nudillos y un poco más. —Sí…así, más, métemelos más. —Ronroneo para él caliente y excitado, gozando como nunca en cuanto me mete un tercero que me hace ver estrellas y luz latente. Mierda, voy a correrme muchísimo si no se detiene.

Grimmjow me entierra sus dedos con saña y hasta el fondo mientras su lengua ahora se pasea por mi erección.

—¿Quieres correrte con mis dedos Ichigo? —Niego ante su pregunta, intentando soportar el placer abismal que se ha acumulado en mi vientre. —Dime lo que quieres en ese caso. —Su tono es lascivo y gutural, haciéndome saber que quiere oírme rogar.

—A ti…te quiero a ti.

—Oh…¿Quieres mi verga llenando tu pequeño y estrecho agujero? ¿Eso quieres? —Esta vez no puedo contenerlo y jadeo con fuerza ante sus crudas palabras, sintiéndome vacío en cuanto saca sus dedos de mí y me deja caer para recostarme bien.

—¿Cómo lo quieres? —Su pregunta se ahoga en mi mente, porque así como es lindo, también es cruel, inclinándose para rozar su nariz dulcemente contra mí cuello justo antes de enterrarme los dientes y morder con violencia mis clavículas. Mis ojos se llenan de lágrimas al mismo tiempo que siento mí erección gotear y punzar con fuerza por lo mucho que me ha gustado su brusca acción.

—Dilo Ichigo, como lo maldita sea quieres.

—Duro…muy duro. —Susurro caliente y perdido. Grimmjow ama mis palabras, sonriendo con desdén y perversión mientras se mete y acomoda entre mis piernas. Volviéndome loco y haciéndome berrear al volver a juguetear con mi agujero tierno, suelto y mojado mientras se masturba mostrándome lo enorme y duro que se encuentra. Mi boca se llena de saliva por lo monstruosamente grueso que es y por saber cuan rico me llenará.

—Grimmjow rápido carajo, te quiero ahora. —Suplico desesperado, sintiendo mi interior cosquillear y contraerse enloquecido en cuanto por fin lo miro posicionarse. Apenas basta con un fuerte empujón para que mi cuerpo se abra y lo engulla entero y hasta el fondo.

Mis ojos se van para atrás y mi mente finalmente se quiebra por lo voluptuosa y excesivamente lleno que me siento. —Sí…Así…así. — Grimmjow gruñe y sisea complacido, seguramente por lo caliente, apretado y mojado que estoy.

—Carajo, me aprietas tan rico. —Menciona relamiéndose los labios sumamente lento, inclinándose para besarme y robarme el aliento.

De inmediato me abrazo a su cuello y rodeo su cintura con mis piernas haciendo más íntimo el contacto mientras él comienza a moverse firme. Penetrándome lento pero con mucha fuerza, dejándome sentirlo deslizarse en mi centímetro a centímetro.

Ahora el que sonríe torcido y descarado soy yo, disfrutando como nunca que no para de entrar y salir de mi cada vez más y más profundo mientras le muerdo los labios y le succiono la lengua, dejando que la saliva escurra espesa y obscena entre nuestras bocas.

El calor de la noche, más el que se ha encerrado en el ambiente comienzan a cobrar estragos, haciéndome mirar borroso por segundos y sentir que me asfixio. Pero lo mejor es que entre tantas sensaciones, se impregna en mi nariz y en mi boca el aroma varonil y delicioso de Grimmjow, por su loción y por el sudor salado de su cuerpo ahora aceitoso, rudo y pesado friccionándose y restregándose contra el mío.

—Justo así Ichigo…justo así, succionándome y escurriendo tanto para mí.

Grimmjow se folla mi culo a su antojo, dominándome y matándome en el acto mientras su boca viaja por mis hombros y sus manos se aferran a mis nalgas, para agarrar impulso y aumentar el ritmo por uno despiadado. Grito entre dientes, sintiendo mi cuerpo crujir ante la brutalidad, justo como la maldita cama que no para de azotarse contra la pared anunciando que no tarda en destrozarse.

—Voy a correrme tanto y tan profundo dentro de ti carajo. —Su voz sale ronca y densa contra mi oído, mandándome un rico escalofrío directo al interior de mis muslos que no para de escurrir por él. No puedo hacer más que rasgarle la espalda intentando soportar, hasta escucharlo maldecir y tomarme con agresividad por las muñecas para colocarlas encima de mi cabeza.

—Quiero que digas mi nombre mientras te corres Ichigo.

Mi cabeza da vueltas, mis muñecas duelen y seguramente quedaran amoratadas y sin embargo mi cuerpo se encuentra en fuego puro. Tanto placer me tiene jodido, perdido y enloquecido, gimiendo su nombre entre besos y mordidas y apretando mis piernas porque quiero su semen y lo quiero ahora.

—Grimm….Grimmjow. Grimmjow. —Por fin me corro con fuerza, dejando que toda la pasión me aplasten con una violencia que causa obsesión. Obsesión por la vida, por el placer, por él. Por este hombre que ahora me llena de él, haciéndome sentir saturado y sobre todo devastadoramente enamorado. —Te amo…Grimmjow te amo.

—También te amo.

Conforme me pierdo en sus ojos felinos y de fuego azur sé con certeza que haría lo que fuera por él. Viviría por él, mataría por él, moriría por él. Porque es mío y siempre lo será. Porque aunque mi familia o el universo se opusieran yo lo seguiría hasta el fin del mundo. Solo a él. Para siempre a él. Únicamente a él. A mí amado seis.

-------Renji A.--------

Llevo una vida bastante normal. No soy rico, tampoco el tipo más inteligente, ni mucho menos el más guapo. Digo, no soy feo he tenido mis conquistas, pero tampoco es como que me paguen para modelar. Tengo un empleo promedio como jardinero y a veces de algo más mientras que mi familia se conforma de mis padres, mi hermanito pequeño y yo. Y aunque ellos viven en Hueco Mundo, suelo visitarlos cada fin de semana sin falta.

Pude haber ido a la universidad, pero la verdad es que los estudios nunca han sido lo mío y en mi familia se dice que un hombre debe trabajar más duro con las manos que con la cabeza y supongo que me lo tomé muy a pecho. Eso y que muchos estudios son para gente privilegiada, no para pueblerinos como yo. Y sin embargo estoy bastante contento.

Quizás mi vida no es la mejor, pero me gusta. Aunque bueno, como todos a veces me gustaría que me pasara una que otra cosa emocionante. Si hoy no, tal vez mañana, pasado o bueno, un día de estos. Solo…algo, lo que sea.

—Una orden de pan francés, huevos revueltos y cerveza grande. Como siempre tan temprano y ya poniéndote ebrio.

—Jódete. —Contesto sin pensarlo.

—Tú jódete Abarai.

—Oh Ishida, eres tú, lo siento creí que eras Ichigo. Por cierto, ¿Dónde está? ¿Fajándose con el cretino de Grimmjow en la cocina?

—No creo que tengan tanto descaro ahora que sus padres están aquí. Aunque con ese idiota de Grimmjow es difícil saberlo.

—Eh, ¿Aún no perdonas a Grimmjow por romperte tu foto con Szayel Aporro para poner la suya con Ichigo en el tablero? —Le digo burlón y mirándolo afilar la mirada.

—Bueno, tengo una foto rota, pero la tengo. ¿Qué hay de ti Abarai? Ni a los ebrios de este lugar logras levantar. —Me contesta sarcástico, haciéndome gruñir y contestarle de no ser porque las puertas se azotan y entra el demonio en persona junto a su amorcito, como siempre comiéndose e importándoles un carajo que los vean.

—¿A quién tenemos aquí? Al cuatro ojos y al mono. Vaya Kurosaki, tu  grupo de perdedores no te avisó que había reunión. —Claramente Grimmjow recibe uno de los puñetazos mortales de Ichigo directo al abdomen, que lo hace doblarse y nos saca unas risas.

—No me avisaron porque te lo dijeron a ti que eres el líder de los perdedores. —Contesta Ichigo antes de darle un beso y empujarlo lejos. Vaya amor raro el que se tienen esos dos.

—Oe mono ahora que estás aquí, Kyoraku dice que eres un idiota.

—¿Perdón?

—No te perdono estúpido. Y en serio dice que eres un idiota, eso y que el Kuchiki-no-sé-qué te quiere en su casa para un trabajito. ¿Quién lo diría huh? Hay gente a la que le gusta lo salvaje.

—¡No hago esa clase de trabajo! ¡Soy jardinero! ¿Y además por qué me lo dices tú y no me llamó él?

—Jódete perra, lo mismo me pregunto yo. Le dije que te llamara aquí, ya que al parecer este es tu segundo hogar. Pero ya que es un imbécil me mandó por su ‘almuerzo’ y me dijo que te avisara. Así que de nada maldito. Oe Kaien, ¿Qué te parece si se te cae la hamburguesa de Kyoraku accidentalmente? —Menciona ignorándome y yéndose a la cocina.

No me queda más que rodar los ojos, haciendo una nota mental de nunca ir a Australia, porque si todos están igual de locos e idiotas que Grimmjow, preferiría morirme. Así que en su lugar me decido a terminar de comer pensando en mi trabajo inesperado.

Estoy emocionado. Aparte de los Yamamoto, los Kuchiki son otra de las familias más adineradas de Karakura y poseen varios locales en el centro. Pero lo más llamativo es su enorme casa por no decir mansión al final del pueblo.  Y aunque nunca he entrado, las veces que he pasado por afuera la quijada casi se me cae de lo bonita y lujosa que luce.

Así que una vez terminado de comer, me meto a mi pequeño auto y me encamino hacia la mansión. Es raro, que yo sepa tienen un jardinero privado que suele venir de Hueco Mundo, pero no hay nada que hacerle, si me escogieron a mi iré con gusto. Quizás con suerte logre ver algo que llame mi atención.

¿Tendrán una piscina? Sería genial que la tuvieran, ¿O qué tal fuentes con leones? ¡Como en las películas! ¡Ah! ¡Quizás tengan una cancha de tenis o algo así! ¡O a lo mejor tienen tigres de mascota! Vaya que los ricos se dan una vida de locos, aunque lo de los tigres da miedo. Supongo que habrá que ver. 

¡Oh mierda, es ahí! Mi boca una vez más se abre conforme miro la enorme fachada hasta con columnas. De dos pisos, varias ventanas y todo de un bonito color blanco bien lustrado, siendo rodeada por una gran cerca de enormes arbustos altos que no dejan ver demasiado. Carajo, de haber sabido que trabajaría aquí me habría puesto mejor ropa.

Así que ya abajo del auto, me peino un poco, me acomodo la camiseta y tomo mis cosas de la cajuela antes de tocar el timbre que suena imponente. Santo cielo, parece casa de la ciudad y no de un pueblo como Karakura. Me pregunto, ¿Qué hace una familia tan poderosa, viviendo en un lugar como este?

—Adelante por favor. —Me da el paso un sirviente. —Kuchiki-sama lo espera en el jardín lateral.

¿Lateral? ¿Pues cuántos tienen? Y mi respuesta me llega, ya que apenas caminamos a un lado de la casa montones de árboles perfectamente alineados y llenos de frutos hacen su aparición en conjunto con lindos arbustos verdes y frondosos, que lucen preciosos y bien cuidados. Se nota que el otro jardinero se tomaba su tiempo.

—Tú debes ser Renji. —Me saluda el que si no me equivoco es Kuchiki Soujun.

—Así es, Abarai Renji a su servicio. —Menciono sonriente, porque el hombre aparte de atractivo y refinado, luce bastante amable.

—Lamento haberte echo venir tan inesperadamente, pero mi anterior jardinero renunció debido a que su familia se irá a otra ciudad. Y como verás, este bonito jardín necesita ser cuidado diariamente. Así que le pregunté a Kyoraku si conocía a alguien que pudiera ayudarme y fuiste el primero en la lista. —Sonrío ante su cumplido a la vez que recibo una pequeña tarjeta de su parte.

—Sé que es algo inusual, pero necesito saber que tengo a alguien de confianza que no me dejará el trabajo de un día para otro. Así que este es el trato, vienes todos los días un par de horas, las que tú consideres necesarias para que el jardín permanezca en perfecto estado y yo te pago eso. —Rápidamente miro la cantidad escrita, casi ahogándome y abriendo los ojos como platos.

—¿Te parece poco? Podemos negociar a subirlo más.

—No, no, esto…esto está muy bien. Realmente bien. —Mierda, ¿Cómo le digo que es más de lo que gano en todos mis trabajos juntos?

—Está bien si sigues trabajando por fuera, pero quiero que mi jardín sea tu prioridad. ¿Puedo contar contigo Renji?

—Por supuesto. —Digo sin pensarlo, estrechando su mano y cerrando el trato.

—Ahora ya es algo tarde y esta parte ya fue regada, pero en la parte trasera están todas las flores y son las que me tienen con pendiente. Ese jardín privado en especial es el que más quiero que procures. Es muy importante.

—Vaya, deben gustarle mucho las flores y plantas Kuchiki-sama.

—Llámame Soujun. Y si me gustan, pero el jardín en sí le pertenece a mi hijo. Es su mayor tesoro y como decirlo…parte de su vida. Su jardín lo es todo para él. En especial las flores.

—Ya veo, por ello la insistencia.

—Así es, no quiere que pase ni un día sin que sus plantas sean regadas y atendidas.

—Supongo que le debe gustar mucho hacerlo por sí mismo. —Menciono feliz, porque muy pocas son las personas que realmente aman y valoran la naturaleza.

—Bueno uhm…él no sale mucho, pero eso no importa. Te dejo para que vayas a trabajar. Si tienes sed, no dudes en ir a la cocina por agua o un bocadillo.

Lo miro partir, sonriendo y sacando el aire contenido. Carajo, me he conseguido un trabajo de lo mejor. Haciendo lo que me gusta y aparte me pagarán muchísimo. ¡Por fin la vida me sonríe!

Pienso feliz mientras avanzo rumbo a la parte trasera donde hay altos paneles de madera que fungen como cerca, y la cual no deja ver al otro lado más una curiosa puerta, la cual abro llevándome la sorpresa de mi vida.

Me quedo paralizado, sintiendo mi corazón latir desbocado y una sonrisa inmensa formarse en mi rostro. He entrado a un inmenso jardín privado de puras flores, fila tras fila todas alineadas y preciosas soltando un aroma tan dulce y enloquecedor que me abruma con tanta fuerza, que me atrevo a cerrar los ojos y a inhalar profundamente.

Por un segundo mi mente viaja a mi feliz infancia, donde todo era tranquilidad, diversión y amor. Porque eso son las flores, belleza en su más divina expresión. Un regalo de dios, de la vida y de la naturaleza. Miro a todos lados sin poder creerlo, rosas de todos los colores, claveles, amapolas, margaritas, gladiolas, pensamientos y camelias, muchas, muchas camelias rojas, amarillas, magentas y rosas.

Inclusive hay un pequeño estanque al fondo lleno de bellos nenúfares que flotan preciosos sobre el agua cristalina con varios peces koi. Este es el paisaje más bonito que he visto en todos mis veintiún años de vida. Estoy seguro. No hay manera de que otra cosa supere esta belleza.

No me queda más que sonreír embobado a la vez que localizo las mangueras, regaderas y me coloco mis guantes para comenzar a quitar hierbajos y de más. El calor es horrible, pero el aire perfumado es sin duda de otro mundo. Las horas se pasan conmigo puliendo el lugar y sudando agotado.

Así que entre un descanso me tiro sobre el pasto verde y frondoso para admirar la vista. Este jardín privado queda exactamente en la parte trasera de la casa. Y no lo había notado antes, pero hay unas puertas de cristal —las únicas— que dan hacia aquí y están abiertas dejando que la brisa entre, sin embargo las cortinas color crema no dejan ver del todo el interior. Lo lindo es que a lado de la puerta hay una silla, con una mesita y una sombrilla blanca.

¡Ah! Seguro que esa es la habitación del hijo de Soujun-san. Si le gustan tanto las flores, debe salir todos los días y sentarse en esa silla para admirar su bello jardín. Carajo, yo lo haría si fuera él. Trago saliva, porque al ver hacia las puertas mi corazón no hace sino latir más fuerte y rápido que nunca. Y no solo eso, sino que la espalda ha comenzado a arderme. ¿Qué?

Me estiro como puedo, palpando a través de mi camiseta empapada y sintiendo que realmente hay algo quemándome, pero no de una manera cruel, sino muy cálida. ¿Qué está…? Oh mierda. ¿Mi marca? ¿Es mi marca? ¿Mis iníciales? No, no, no, no hay manera.

El pánico y la emoción me abordan demenciales porque si mis iníciales se han encendido es porque mi alma gemela debe estar cerca de mí. Miro de un lado a otro, pensando dónde podría estás hasta que fijo mi vista en las puertas de cristal. No, no hay manera, no puede ser. Es sencillamente imposible.

Y sin embargo mi cuerpo reacciona antes, avanzando hasta las puertas abiertas por las cuales se vuelan las cortinas sedosas. Y no sé si es bueno o malo, pero todo dentro de mí me grita que entre, que él está ahí adentro, a tan solo un par de pasos. Lo que tanto he anhelado en mi vida está esperándome y no sé si estoy preparado. No puedo. No, no.

Estoy listo para irme, cuando escucho algo romperse en el interior, por lo que esta vez no dudo en traspasar las cortinas una vez más quedándome estático. Mentí. Mentí. Mentí cuando dije que jamás había visto nada tan hermoso en mi vida, porque el hombre que tengo delante de mí, tiene que ser por mucho el ser más bello en el universo.

En una enorme cama blanca y acojinada, yace un precioso chico de no más de 17-18 años, de cabello negro deslumbrante y ojos de luna, con las mejillas rosadas y la respiración agitada. Se encuentra recostado contra el respaldo sobre unas almohadas y al parecer lo que se ha roto ha sido una pequeña maceta que se cayó de su mesita de noche.

Pero eso viene sobrando porque ambos nos miramos fijamente, como no creyendo lo que está pasando y sin atrevernos a si quiera decir algo. El chico respira a grandes bocanadas y con los ojos mojados como una lluvia de estrellas pasando a través del cielo, robándome el aliento y el corazón.

—¿Eres tú mi otra mitad? —Me pregunta directo y con una voz encantadora como miel sedosa, dulce y cremosa.

—Sí…—Digo por mero instinto, mirándolo sonreír diminutamente antes de toser un poco.

—¿Vas a llevarme contigo? —Su pregunta me toma por sorpresa.

—¿Quieres que te lleve a algún lado? Puedo llevarte a dónde quieras. —Menciono sonriente.

—¿Puedes llevarme lejos de este pueblo? ¿A un lugar donde nadie nunca me encuentre?

—¿Por qué querrías hacer eso? —El chico de mirada profunda me observa detenidamente, antes de incorporarse con cuidado logrando sentarse.

—Soy Byakuya, ¿Cuál es tu nombre?

—Soy Renji, Abarai Renji.

—Renji…¿Puedes por favor mostrarme tus iníciales?

Mi mente se pierde entre nubes de algodón, porque simplemente no puedo asimilar su belleza y el hecho de que ha pronunciado mi nombre.

—Renji…tus iníciales rápido.

—Uh, sí, lo siento. —No dudo en quitarme la camiseta, mirando como sus ojos se abren de la impresión a la vez que sus mejillas arden aún más y desvía la mirada. —Están en mi espalda. —Menciono apenado. Genial Renji, seguramente ha creído que le quieres brincar encima.

—Muéstrame. —Llego a su lado y me giro dándole la espalda, sintiendo que me prendo en fuego en cuanto toca directamente mi piel, trazando las bonitas “K.B” y siseando al sentir como su nombre se expande sobre mi piel ahora que nos hemos encontrado.

—Mira. —Ahora el que gira soy yo notando que en el interior de su palma derecha ahora mi nombre comienza a escribirse entero. Pasando de meras iníciales a un claro ‘Abarai Renji’ como muestra de que me pertenece. Byakuya mira su mano como no creyéndoselo al igual que yo, antes de suspirar prolongadamente y destaparse un poco.

—No tengo mucha fuerza, pero podemos uh…intentar finalizar el vínculo si quieres. —Me dice apenado y bajando la mirada.

—¡No! Claro que no… No porque no quiera, pero no es el momento apropiado. —Contesto muy avergonzado. —Mejor dime, ¿Por qué no tienes mucha fuerza? ¿Estás enfermo? —Le pregunto preocupado mientras me siento a su lado.

—Tú primero dime, ¿Cómo me encontraste?

—Soy el nuevo jardinero… —Y aunque nunca me he apenado de mi trabajo, es obvio que somos de mundos distintos. Sin embargo a Byakuya no parece molestarle, al contrario, me sonríe tierno.

—Ya veo, te gustan las flores y las plantas como a mí. Aunque es una pena por ti, debes sentirte terriblemente decepcionado al encontrarte con que tu otra mitad no es más que un muchacho enfermo.

—Byakuya…no digas eso, ¿Qué tienes?

—Nada importante. ¿Puedo pedirte un favor Renji?

—Sí claro, lo que quieras.

—¿Puedes recostarte conmigo un rato?

—Estoy algo sucio, no quiero arruinar nada.

—No me importa. ¿Por favor?

No puedo discutir contra su bello e inocente rostro suplicante, por lo que termino asintiendo en silencio y yendo al lado contrario para recostarme junto a él. Byakuya y yo nos giramos de lado encontrando nuestras miradas y sonriendo por largos minutos que me saben a paraíso eterno. Eventualmente comenzamos a hablar de absolutamente todo y lo curioso es que aunque no somos como una pareja con números, es como si nos conociéramos de toda la vida.

No puedo creer que este chico tan lindo sea mi otra mitad. Es maravilloso.

—Siempre soñé con este momento. Con que algún día entrarías por esa puerta para llevarme contigo. Inclusive tengo una maleta debajo de la cama sabes.

—¿Por qué quieres irte? No me digas que tu padre te trata mal. —Byakuya rápidamente niega mientras tose un poco.

—Mi padre es muy bueno conmigo, pero mi abuelo insiste en que no debo salir para no empeorar. Y yo…yo quiero irme, quiero conocer como es todo afuera y quiero tener amigos. Pero no puedo porque mi abuelo no me lo permite. —Mi corazón se estruja ante su tono de voz, por lo que atrevidamente tomo sus delicadas manos entre las mías.

—Byakuya…quisiera poder llevarte conmigo. Pero uh…al menos ahora no creo tener lo que necesitas.

—¿Y qué necesito según tú? —Pregunta curioso.

—No lo sé…¿Medicina quizás, atención, cuidados?

—¿Entonces por eso no me llevarás contigo? —Esta vez suena decepcionado y haciéndome sentir terrible. Estoy por decir más, cuando de repente tocan la puerta haciendo que ambos nos tensemos.

—Byakuya, soy yo. Te traigo tu cena.

—Es mi abuelo, Renji tienes que salir de aquí rápido. ¡Un segundo abuelo!

Asiento rápidamente levantándome, sacudiendo la cama y tomando mi camiseta para salir por las puertas del jardín privado. Me hago el loco recogiendo todo y admirando que el sol ya ha comenzado a ocultarse. Carajo, creo que nos tomamos nuestro tiempo platicando.  Sonrío ante eso a la vez que me pego a la puerta como no queriendo para escuchar que pasa.

—Ya te he dicho que no deberías tener tantas plantas dentro de tu habitación. Mira el desastre que has hecho.

—Lo siento abuelo.

—No, no te disculpes. Sé que te gustan, pero concéntrate en dormir y en recuperarte, déjale las plantas al jardinero. Por cierto, sé que te prometí que mañana podrías salir, pero por lo visto no te encuentras muy bien, así que será bueno posponerlo ¿Sí?

—Pero…

—Pero nada, nadie te quiere más que yo y tu padre. Y sabemos lo que es mejor para ti. Así que no discutas, cena y duerme. ¿Quieres que te acompañe?

—No…quiero cenar solo por favor.

—Muy bien, entonces buenas noches. Más al rato haré que la sirvienta recoja tus platos y que limpie esa maceta rota.

A los pocos segundos escucho que la puerta cierra y me atrevo a asomarme una vez más, mirando a Byakuya con la mirada triste hasta que me mira y sonríe.

—¿Cómo puedo convencerte de que me lleves contigo Renji? ¿Esto no fue suficiente? —Pienso en qué contestarle, respirando hondo y sacándolo.

—Voy a llevarte conmigo. —Declaro mirando sus ojos abrirse de la impresión. —Pero no ahora. Dame tiempo Byakuya, primero necesito ganar algo de dinero y arreglar un par de cosas ¿Sí?

—¿En serio?

—Lo juro. Y debes saber Byakuya que yo nunca rompo mis juramentos.

—Gracias. Pero antes de eso volverás ¿Cierto?

—Claro, después de todo yo cuidaré tu jardín. —Byakuya me sonríe encantador, indicándome que me siente una vez más junto a él, lo cual hago con gusto. —Deberías cenar Byakuya.

—Solo si lo haces conmigo, es demasiado para mí. Mi abuelo tiene esa idea de que rellenándome de comida mágicamente me curaré de todo mal.

—Pues quizás tenga razón, estás muy delgado. —Byakuya frunce el ceño, pero no me replica y en su lugar se pone a comer luego de invitarme un enorme tazón con fruta.

—Renji cuéntame cómo es todo afuera, ¿Tienes amigos?, ¿Qué sueles hacer en un día normal?

—Uhm todo es bonito supongo, hay campo, sembradíos, árboles y plantas por doquier. Karakura tiene muchos lugares para visitar, los bosques, distintos lagos y lagunas, algunos restaurantes y bares en el centro más un par de tiendas. Ah, cuando puedas salir te llevaré al café del tiempo y a Kurosaki’s, en ambos lugares la comida es deliciosa.

Y mis amigos…tengo varios, Ishida, Sado, Hisagi, Izuru e Ichigo. Ichigo es de mis mejores amigos, pero está chiflado. Loco con todas las letras. Cuando no está matándose al conducir, está diciendo cosas raras y siempre está con su odioso novio. Grimmjow se llama. Ugh, espero nunca te lo topes, es de lo peor.

En cuanto a mis días suelo desayunar, ir a trabajar un poco y casi siempre voy a comer a Kurosaki’s. Es lo más rico, conveniente y barato. Nadie hace mejores aros de cebolla que ellos. Luego de eso tengo otra jornada de trabajo y finalmente por la noche suelo salir con un par de amigos al centro o a veces regreso a casa y descanso mirando la televisión. Supongo que es una vida bastante normal y aburrida. —Finalizo mirando a Byakuya observarme con ojos brillantes.

—Suena maravilloso Renji, quisiera probar esos aros de cebolla que dices contigo y también conocer a tus amigos incluyendo a ese tal Ichigo y hasta a Grimmjow.

—Créeme no quieres conocer a Grimmjow. —Ambos nos reímos mientras él se pega a mí recargando su cabeza en mi hombro. Me quedo cautivado porque desde aquí me llega su aroma a flores dulces, mucho más espectacular que las del jardín. —Ahora que lo pienso Hitsugaya y Tensa deben ser de tu edad, seguro que podrían ser tus amigos, también te los presentaré cuando salgamos juntos.

—Eso me encantaría Renji… —El corazón me late furioso casi rompiéndome el pecho no solo por sus palabras, sino porque Byakuya ha tomado mi rostro para besarme despacio. Un beso casto, tierno e inocente como él.

El beso más maravillo de mi vida, que me hace saber que no había conocido la felicidad hasta que lo encontré a él. En cuanto el beso termina Byakuya roza despacio su nariz contra la mía mientras yo entrelazo nuestros dedos.

—Si rompes tu juramento jamás te lo perdonaré Renji.

—Nunca lo haré Byakuya, de verdad te llevaré conmigo.

—Bien, a menos de que quieras llevarme ahora mismo será bueno que te vayas. Mi padre suele venir a esta hora para darme las buenas noches. Y aunque es un buen hombre no sé cómo reaccionaría si nos encuentra juntos.

—Claro entiendo. Vendré mañana ¿Sí? —Byakuya asiente, dándome otro pequeño beso y desviando una vez más la mirada de la vergüenza. No puedo evitar sonreír porque sus mejillas rosadas y sus ojos soñadores.

Y de verdad no quiero irme, no ahora que lo encontré, pero no me queda más que levantarme. En el camino, recojo la planta con muchas flores rosadas que se cayó hace un rato y la tomo entre mis manos. —Mañana te la traeré como nueva.

—No, quédatela. Es de mis favoritas. Así pensarás en mi cuando la veas.

Asiento y esta vez salgo no sin dedicarle una profunda mirada que le reafirme cuanto significa para mí. Byakuya se despide y yo finalmente salgo. A prisa agarro un poco de tierra,  coloco mi nueva flor en un contenedor de agua vacía y tomo el resto de mis cosas antes de salir a prisa rumbo a la entrada.

Me desplazo a prisa sintiendo que el calor ha incrementado y con ello el canto de algunos grillos. No me detengo hasta subirme a mi auto, donde respiro tranquilo, como si hubiera hecho algo muy malo y lograra escapar a tiempo. Pero no está mal ¿O sí? Estamos destinados, es natural que queramos estar juntos.

Y no sé si a su abuelo o a su padre le moleste, pero cuando llegue el momento apropiado y tenga todo lo necesario me llevaré a Byakuya conmigo y no habrá quién pueda detenernos. Pienso sonriente y muy feliz al recordar el beso y lindo momento que compartimos. Bendito destino que me llevo a ese jardín encantado a conocer la más bella de las flores.

Notas finales:

Grimmjow se adecuaba felizmente a su nueva vida hasta que POOM bebé, llegó el resto de la familia, que claramente tenían que estar chiflados como el novio. Y bueno, esto recién inicia para ellos jajajaja. Por cierto Miami Vice es una serie de los 80s que me gusta muchísimo y aproveché para usarla (Por si les interesa) <3 Pero ni eso es tan interesante como saber, qué harán los padres de Ichigo cuando se enteren que está embarazado >u<

Y ahora con el RenBya, NO, NO. NO. Byakuya NO se va a morir, ni le va a pasar nada trágico, NO. Él será muy feliz con Renji ya verán que sí. Así que no se asusten, ni se espanten. Recuerden que está historia es fluff puro y rosado, así de lleno. Habrá drama como para todas las parejas, pero nada corta venas, así que respiren tranquilos jajaja.

Y finalmente quiero avisarles que NO actualizaré la semana que viene, sino hasta el 28 de Noviembre. Y eso es porque la semana que viene quiero actualizar mis otros fics *Pantera-coff-coff* que tengo abandonados, por lo que necesito esos días libres. Hasta ahora no les he fallado y no pienso hacerlo, así que nos vemos dentro de dos semanas. Como siempre gracias por su amor y cariño. Los amo eternamente <3 <3 <3 ¡Nos vemos extra pronto! <3


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