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Días en el Paraíso por Ari_123_love

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Minho se cubrió la boca, escondiendo una risa que no logró reprimir. Creía adorable a Taemin, sobretodo ahora que el chico llevaba quince minutos pegado al aparador de la tienda de mascotas del centro comercial. Estaba, de hecho, muy seguro, que dentro de poco cualquier vendedor saldría de la tienda para despegar el rostro de Taemin del ventanal y poder limpiar la marca de su cara que había dejado ahí. Por supuesto, sí eso pasaba, Taemin colocaría de regreso su rostro en el aparador, volviendo a observar cada uno de los animales que estaban en exhibición.

-Suficiente Tae, es hora de irnos.- Jadeó, tomándole por la cadera para poder despegarle de ahí.

-No…- Chilló. -¡Míralos! Son tan pequeños, y abrazables…- Soltó entre dientes, ansioso por entrar y estrujar a cada una de las mascotas que se encontraba dentro de la tienda. -¡Mira! ¡Un conejito!- Jadeó fuerte, dando pequeños saltitos en su lugar. –Quiero apretarlo, y morderlo, y cepillar su pelaje.

-Uh, Tae…Creo que hay algo mal en lo que dijiste…- Minho apenas alcanzó a resaltar, para cuando Taemin ya se encontraba señalando algo más.

-¡Canarios! Oh, Minho, quiero un pajarito. ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor!- Suplicó. –Para que cante por las mañanas, y que el departamento no se sienta taaan solo cuando tienes que trabajar por tanto tiempo y yo tengo que quedarme a esperarte…

-Taemin, cariño…

-¡Oh!- Una vez más, le interrumpió. Esta vez colocó su mano sobre el pecho del alto, señalando hacia otra dirección. –Una rana…- Exclamó en un alegre susurro. -¡Quiero una rana!

-Aquí es donde intervengo.- Minho rio, apretando fuerte el agarre que tenía del menor. Le alzó del suelo por un par de centímetros, alejándolo de la tienda de mascotas.

-¿Qué? ¡No, no, no, no! No me quiero ir aún.- Lloriqueó el demonio.

-Bebé…- Minho le soltó, tomándole por los hombros para mantenerlo quieto. -Los empleados están a nada de llamar a la policía, acusándote de acosador.

-¡Porque no me dejas entrar!- Taemin se quejó, cruzándose de brazos. –Vamos, sólo un ratito. Son tan lindos.

-Lo siento, mi vida, pero no te dejaré entrar ahí.- Volvió a tomarle por la cadera, esta vez echándolo sobre su hombro.

-¡Minho!- Le gritó. -¡Quiero volver a la tienda de mascotas!- Gimoteó. –Por favor, por favor, por favor. Pooor favooor.

-Nop, bebé. No volveremos ahí.- Sonrió. –Hey, ya sé, te compraré un helado. ¿De acuerdo?

Taemin no respondió, tampoco pataleó porque lo bajara. Sólo se quedó quieto, sin hacer nada. Eso asustó a Minho lo suficiente como para dejar de caminar y bajar a Taemin de regreso al suelo, encontrándose con uno de sus característicos pucheros y enormes lágrimas que brotaban de sus ojos.

-Ah~, amor ya platicamos sobre esto. No podemos tener más mascotas, el departamento simplemente es pequeño.- Exhaló, tratando de no sonar frustrado.

Minho realmente quería poder sólo decirle que no, y pasar de página de manera ruda. Pero el ligero temblor en el labio inferior del menor activó las alarmas rojas. Taemin no estaba fingiendo, ni chantajeándolo. Él estaba genuinamente llorando, en silencio, por no poder entrar a la tienda de mascotas y llevar alguno más a casa.

-¿Cariño?

Taemin negó con la cabeza, girándose rápidamente y cubriendo su rostro.

-Taemin, no llores.- Le abrazó por la espalda, envolviendo sus brazos alrededor del demonio. -No llores, por favor. Me harás sentir mal.- Trató de arrullarle. -Cariño, no podemos hacer nada, no estaría bien si tenemos alguna otra mascota. Un conejo, por ejemplo, necesitaría un lugar con césped para hacer madrigueras. Nadie en el edificio tiene un departamento con tal lujo. ¿Mencionaste un pájaro? Para que un pájaro sea feliz enjaulado, la jaula tiene que ser enorme. Tampoco tenemos el espacio para una de ellas. Y la rana, Taemin, quizás la rana sea la más problemática de todas. Necesitaríamos un tanque gigante aparte del que ya tenemos, con especificaciones necesarias para la humedad y temperatura.

-Lo sé, Minho. Ya lo sé.- Resolló. -Pero, no quiero que algún humano malo los lleve a casa...

Minho sintió que su corazón se aceleró ante esas palabras. Taemin tenía una enorme debilidad por los animales, y eso era algo tan tierno.

-Hey, si te hace sentir mejor, ninguno de los que estaban ahí tiene una fecha próxima de deceso.- Trató de consolarle de esta extraña manera, diciéndole lo que él podía ver.

-Entonces, ¿estarán bien?- Taemin se limpió el rostro, mirando hacia arriba al mayor.

-Eso podemos suponer.- Asintió. -Anda, dije que te compraría un helado.- Le alentó a que siguiera caminando.

Aun así, tras haberle comprado el helado, y tratar de hacerle reír, Minho no lograba sacar el triste mohín del rostro de Taemin. Realmente estaba dolido por no poder cuidar de los animalitos que había visto. Suspiró, sabiendo que tenía que hacer algo, o Taemin estaría decaído por lo que quedaba del día, si tenía suerte.

-Hay que sentarnos.- Minho entrelazó sus dedos con los de Taemin, mientras le llevaba a una banca para poder sentarse. -¿Amor? Tae, no puedes estar así.

-Quiero estar así.- Masculló de mala gana, con la mirada fija en el helado que Minho le había comprado.

-Por favor, Taemin.- Rodó los ojos. -¿Cómo te hago entender?

-No necesitas hacerme entender...Yo sé que tienes razón.- Jadeó. -Pero no me gusta. ¡Por qué tenemos que vivir en un lugar tan pequeño!

-Sabes bien que es mi sección asignada, Taemin.- Minho frunció el ceño. Esa era, de hecho, una discusión que habían tenido desde el momento en que decidieron vivir juntos. En parte vivían en el departamento de Minho porque el de Taemin era muy pequeño. Sin embargo, también lo hacían porque esa era el área que Minho tenía asignada para proteger y resguardar las almas que recolectaba. -No puedo simplemente cambiarme de lugar. Tendría que hacer mucho papeleo para solicitar el permiso.

-¡Podemos hacerlo!- Gimió. -Esperaré lo que tenga que esperar mientras haces el trámite, si con eso conseguimos vivir en un lugar más grande.

Minho suspiró, su novio era un terco de primera. Y aun así admiraba lo firme que estaba siendo por algo que quería. Taemin no pensaba renunciar tan fácilmente.

-Ellos necesitan saber de una razón de peso por la que yo deba moverme de lugar. De ese modo pueden buscar a un reemplazo, alguien a quien mandar a resguardar el área, y a mí asignarme una nueva. Sólo habiendo pasado eso, podría vender el departamento y buscar otro.

-¿No podríamos tener una casa? Una en la que vivamos unos días, y cuando tenga mucho trabajo en la universidad, o tú en el hospital, nos quedamos en el departamento, dependiendo de qué tan necesario sea.- Insistió.

-¿Quieres que tengamos una casa?- Sonrió. Era reconfortante saber que su Taemin tenía el sueño de la casita feliz. Él, ciertamente, también lo tenía. -No estaría bien si tenemos una casa, sólo para habitarla algunos días. Además, no me gustaría dormir sólo en el departamento, estando tú en la casa. ¿Por qué estar separados?

Taemin bajó la mirada, dando una pequeña lamida a su helado. No había forma de ganar. Tampoco quería seguir discutiendo. Pegó sus labios sobre el frío helado, sin realmente comerlo. No tenía ganas de hacerlo.

-Bebé...- Minho le acarició la mano que sostenía. -No me gusta verte así.

-Entonces no me mires.

Taemin...Minho volvió a rodar los ojos.

-Puedo hacerte una promesa, si quieres.- Sugirió, ganándose una pequeña mirada de parte del menor. -Te prometo que, si por alguna razón debemos de movernos de lugar, buscaremos una enorme casa en la que podamos vivir ¿de acuerdo?

-¿Me dejarás tener más mascotas?- Preguntó bajito.

-Ciertamente tendré que ponerte un límite, y esta vez no podrás llorar como defensa.- Le advirtió. -Pero sí, unas cuantas más no habrían de ser un problema.

-¿Podemos tener una cama más grande?- Se aventuró a preguntar.

-¿Para qué quieres una cama más grande?- Minho rio, fuerte y alto.

-Eres demasiado empalagoso.- Se quejó.

-¡Mentiroso! Tú eres el que despierta encima de mí.- Volvió a reír. –Sí, bebé, también tendremos una cama más grande.

-Te quiero mucho Min.- Taemin sonrió, al fin prestándole la debida atención a su helado que empezaba a derretirse.

-Yo también te quiero mucho, Tae.- Le aseguró, acercándose para robarle un poco de ese helado que tendrían que compartir rápidamente antes de que se convirtiera en un charco.

Notas finales:

¿Creen que fue chantaje de parte de Taemin?

Sinceramente, yo no lo creía, hasta que me di cuenta que yo probablemente hubiese hecho lo mismo. Y sí, soy bien chantajista :v 

Para defensa de Taemin, no puede evitarlo, así es su personalidad xD 

 


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