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Días en el Paraíso por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

Mis vacaciones terminaron (: Y ya me siento morir. Voy a estar un poco ausente en lo que me acostumbro a mis nuevos horarios de clases y las prácticas profesionales. Aun así prometo estar aquí tan seguido como pueda.

Minho gimoteó, dando otra vuelta bajo su manta, buscando una nueva posición cómoda para seguir en cama. Si no se despertaba pronto, su último día de vacaciones no tendría que empezar, razonó en cuanto su cerebro estuvo lo suficientemente activo como para pensar.

-¡Buenos días amor!

Ugh. Taemin estaba demasiado de buen humor, y Minho estaba seguro que sólo se debía a que estaba disfrutando de la situación. Se giró una vez más, ignorando el saludo alegre de su novio. Sólo pedía un poco más de tiempo, dormir un poco más y retrasar el día un par de minutos.

-¡Vamos Minhonnie! Es hora de salir de la cama.- Taemin rio, picando los costados del mayor, hasta haciéndole soltar gritos de sorpresa. –No puedes esconderte amor, tu hermoso, y último, día de vacaciones ha empezado.

-¡Yah!- Se quejó, descubriéndose la cara, para mirar de mala manera al demonio. –Tu maldad sólo se puede comparar en magnitud con tu belleza.

-Eso, en realidad, es halagador amor.- Rio. –Vamos, no puedes evitar este día. Hagámoslo de manera rápida en indolora.- Le tomó de la mano, halándolo para que se pusiera de pie.

-¿Por qué me haces esto, Taemin ah?- Lloriqueó, haciendo que cada sílaba se escuchara como una montaña rusa que subía y bajaba de tono.

-Lo disfruto.- Se encogió de hombros, sacándole de la habitación. -Además, si no es conmigo, no puedes quedarte encerrado todo el día en nuestra habitación.

Minho resopló, arrastrando los pies hasta la mesa, donde Taemin ya había puesta el desayuno. Se sentó de mala gana, lloriqueando entre bocados. Empujó la comida alrededor de su plato, haciendo ruiditos lamentables, hasta que sus mejillas fueron aplastadas por los dedos del demonio, callándole.

-Vamos amor, ¿por qué ese ánimo? A ti te gusta ir al hospital.- Cuestionó, regalándole un beso de piquito rápido.

-Peroodionopoderverte.- Masculló torpemente, mientras el demonio aún le sostenía las mejillas apretadas.

Taemin rio, soltándole momentáneamente sólo para rodearle el cuello con ambos brazos y llenarle de besos en el rostro.

-Eso es muy dulce, cariño.- Exhaló. -Sin embargo, tenemos todo el tiempo del mundo para vernos, puedes sobrevivir a esto.

Minho suspiró, hundiendo su rostro en el cuello del menor. Adoraba ser mimado por Taemin, aunque sus mimos estén acompañados de muchas burlas. Esa era simplemente su esencia.

-Todo el tiempo del mundo significa que vas a estar siempre conmigo, ¿cierto?- Resolló.

Taemin rodó los ojos, evitando reír. Su Minho era un niño gigante, disfrazado de adulto. Y de vez en cuando podía tentarse el corazón y ser dulce con su angelical novio.

-Sí Min, estaré siempre contigo.- Le aseguró.

Sin embargo, la paciencia de Taemin tenía límite. Y Minho siguió quejándose todo el día. La mayor parte de las veces, le calló con un beso, o un cariñito, sin que ninguno de los dos se dieran cuenta que ojos conocedores aprendían de ellos.

 Para antes del medio día ya había corrido a Minho de regreso a la recámara, y antes de las dos de la tarde Taemin había notado al par de monstruos que se habían creado.

-¡Choi Minho!- Exclamó, molesto. Una mano en su cintura y la otra en la mesa donde estaba cortando verduras hasta hacía unos momentos. -¡Choi!

Escuchando tal apremio en la voz del demonio, Minho se levantó corriendo de la cama, atravesando el apartamento hasta llegar a la cocina.

-¿Qué ocurre?- Exhaló.

Taemin se limitó a señalar con su mirada hacia sus pies. Sólo entonces Minho escuchó los lloriqueos que se podían oír por todo el lugar. A los pies de Taemin Launcelot y Sweetheart se encontraban lloriqueando desesperadamente. En cuanto notaron que Minho había llegado, se arrastraron (sí, arrastrar, porque habían observado que Minho arrastraba los pies mientras se quejaba durante toda la mañana, y aun así ganaba de los cariñitos de Taemin) hasta el ángel, llorando.

No pudo evitar soltar una enorme carcajada, sus pequeñas-e-inteligentes mascotas estaban actuando casi como…como él. Se agachó, cargándoles contra su pecho.

-¿Qué es lo…- Y terminó de entender cuando ambos animales se acurrucaron en él. -¿Ellos…me están imitando?

-Eres una mala influencia Choi.- Taemin se giró, indignado, a seguir cocinando.

Notas finales:

Mis vacaciones terminaron (: Y ya me siento morir. Voy a estar un poco ausente en lo que me acostumbro a mis nuevos horarios de clases y las prácticas profesionales. Aun así prometo estar aquí tan seguido como pueda.


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