Taemin rodó los ojos, enfadándose con el terrible tráfico que estaba deteniendo el flujo vehicular. Sólo quería llegar a casa, y descansar un poco. Había sido un día largo, el tener que poner los exámenes de reposición para sus estudiantes que estaba entre el pase y tener que repetir materia, como el tener que soportar todos esos lloriqueos y quejidos de los alumnos que ni siquiera habían alcanzado calificación suficiente como para un examen extraordinario, eran cosas que le llevaba al límite.
Así que encuanto los exámenes terminaron, había corrido lo más pronto posible lejos de la universidad. No contando con el accidente donde un camión de carga, con materiales de obra, se había volcado bloqueando gran parte del camino que tomaba para ir a casa. Bufó molesto, rodando los ojos cuando además su celular empezó a sonar. Por favor que no sea de la universidad, murmuró por lo bajo mientras aceptaba la llamada. Su celular estaba conectado al radio, así que al menos no se ganaría una multa por estar conduciendo y hablando por celular.
-¿Ahora qué?- Chilló.
-Wow, ¿en serio así respondes el teléfono?
Taemin se desconcertó un poco. Conocía esa voz, ¿quién era?
-¿Jonghyun?- Se esforzó por hacer memoria de dónde había escuchado esa voz.
-Realmente eres malo con las voces.- Se escuchó un suspiro frustrado. –De acuerdo, te llamo para decirte que estuve al tanto, como lo pediste. Y sí, Key y Minho han estado actuando extraño. Los seguí hasta el parque Estatal, tal vez quieras venir y ver esto por ti mismo.
-¿Por qué no sólo me lo dices?- Exhaló, frustrado con el poco avance en la carretera. -Sabes qué, iré para allá. Sólo dime dónde verte.- Terminó por ceder, porque había una desviación a trescientos metros, y le sería mucho más fácil ir al parque estatal a averiguar qué era lo que Kibum y Minho traían entre mano, que esperar a que removieran toda la obstrucción y esperar dos horas antes de poder llegar a casa.
No se tardó más de treinta minutos en librarse del tráfico, y de camino sólo fueron cuarenta más. Para cuando llegó a la orilla del parque, se encontraba más que cansado, y con ganas de simplemente desaparecer y materializarse en casa. Después se haría cargo del auto.
-¡Hey Taemin!- Jonghyun venía bajando por el sendero. –Que bien que ya llegaste, no sé por cuánto tiempo más se mantengan aquí.
-Sería de mucha ayuda si me dijeras qué espero ver.- Se cruzó de brazos, acercándose al humano.
-Te llevaré ahí para que te enteres por ti mismo.- Le aseguró, tomándole por la muñeca y arrastrándole por el sendero. -Es como a medio kilómetro de aquí.
-¿Medio kilómetro?- Taemin gimoteó cansado. -Olvidalo, dejaré que hagan lo que quieran hacer, yo pienso irme a dormir a mi cama.- Trató de anclarse al suelo para detener la carrera de Jonghyun.
-Me pediste que estuviera atento a lo que hacían, y ¿ahora decides que no te importa tanto?- Se quejó. -Creí que sería más divertido jugar a ser el espía de un demonio. Al menos vería qué tan malo puedes llegar a ser.
-¡Hey! Yo soy divertido.- Taemin resopló. -De acuerdo, vamos a ver qué es eso que están tramando.- Gruñó entre dientes.
Jonghyun rio, insistiendo que apurara su paso. Conforme se acercaban, el camino se llenaba de árboles que empezaban a tapar un poco la vista. Aún así los rayos del sol eran lo suficientemente molestos como para que Taemin no pudiera cambiar sus ojos a su forma demoníaca y tener una mejor visión del lugar.
-Los vi por allá.- Jonghyun señaló un espacio hacia la derecha bastante indeterminado.
-¿Qué? Yo no veo nada.- Taemin se esforzó, sin darse cuenta que seguía siendo arrastrado por el humano.
Dieron un giro inesperado, y entonces lo pudo ver. Era un cul-de-sac en donde habían adecuado la zona para poder hacer picnics. El parque estatal era enorme, con cientos de caminos que permitían que dos personas no se encontraran si así lo deseaban. Así que todas esas personas reunidas en un solo lugar eran de sorprender.
-¡SORPRESA!
Fue un grito en unísono que dejó boquiabierto al demonio. Justo hasta adelante estaban su ángel y su mejor amigo. Los bastardos tenían una gran sonrisa de satisfacción cada uno en su rostro, y Taemin simplemente no podía terminar de comprenderlo.
-Feliz cumpleaños amor.
-Feliz cumpleaños TaeTae.
Dijeron respectivamente, sin saber que sus palabras causarían que gruesas lágrimas bajaran por las mejillas de Taemin. Si, el demonio estaba conmovido, a un grado que ni siquiera podía empezar a explicar.
-Ven aquí amor.- Minho extendió sus brazos, tomándole en un apretado abrazo. -Está bien, puedes llorar.- Le acarició la espalda consoladoramente.
-Hey Tae, ¿por qué lloras?- Kibum tampoco se encontraba alarmado, sólo sonrió y acarició la cabeza del demonio.
-No…no tenía idea.- Gimoteó, al fin alzando la cabeza del pecho de Minho, para poder mirarlos. –Gracias, yo…no lo esperaba. Digo, ni siquiera recordaba que era mi cumpleaños.- Se separó al fin del ángel. –Y tú, ¿lo sabías?- Señaló a Jonghyun, recibiendo un corto asentimiento de cabeza. –¿Lo supieste todo este tiempo? ¿Por qué? No entiendo.
Jonghyun se encogió de hombros, dándo un paso más cerca.
-Kibum realmente te quiere, y no lo comprendo. Así que pensé que tal vez era un buen momento de empezar a darte una oportunidad.- Admitió.
Taemin sonrió ampliamente, acercándose para regalarle un abrazo.
-Gracias.
Key frunció los labios, cruzándose de brazos de manera molesta.
-No es justo, nosotros le hacemos una fiesta sorpresa, y Jjong se lleva el reconocimiento.- Se quejó.
-Sabes cómo es Taemin, nunca puedes predecir su reacción.- Minho sonrió irónicamente.
-¡Pero yo planee esto! Taemin no me ha abrazado así desde que conseguí un descuento en el café helado.- Se enfurruñó.
-Mira, mientras no quiera llevar a tu novio a casa, y ponerle una cama a lado de Sweetheart y Launcelot, todo está bien para mí.- Minho se encogió de hombros, sabiendo que con eso haría molestar aún más a Kibum.
-Los puedo escuchar.- Taemin resopló, rodando los ojos y soltando por fin al humano. –Por supuesto que sé que esto lo planeaste tú Key.- Tomó la mano de su amigo, mientras su respiración se volvía a entrecortar. –No sabes lo mucho que te quiero y…- Volvió a ponerse emotivo, dejando que enormes gotas de agua se acumularan en sus ojos.
-Basta de llorar Tae…- Key le arrulló, sonriendo. -Sé cuánto me quieres, y sabes cuánto te quiero. Por eso hice esta fiesta…Hicimos…- Admitió aduras penas. –Minho contribuyó mucho.
-Gracias.- No se cansó de repetir.
-A todo esto, ¿qué edad se supone que cumples?- Jonghyun se atrevió a preguntar, aunque en voz baja para no advertir a todos los demás humanos que pudieran estar ahí y no saber lo que Taemin era. Después de todo, él no tenía idea de quiénes sabía la naturaleza de Taemin y Minho, y quienes no.
-Taemin fingirá cumplir 32 años.- Key rio, rodando los ojos. Soltó la mano de Taemin, para rodearle con su brazo por los hombros. –Por supuesto que esa no es su edad ni de broma.
-Imposible, no pareces de más de 26 años.- Negó. -¿Cómo es que todos creen que tienes más de treinta?
-Tengo mis métodos, humano.- Taemin rio, guiñándole un ojo. –Pero sí, se supone que estoy cumpliendo 32.
-Aunque en realidad está cumpliendo 228.- Minho agregó. -Sigue siendo un bebé.
-¡Yah!- Taemin le soltó un manotaso. –Sólo soy un bebé cuando te conviene, Minho malo.
Minho rio, asintiendo.
-Si, así es.
-¿Y qué edad se supone que tú tienes?- Jonghyun miró con algo de horror hacia el ángel.
-Para ustedes, 33. Aunque en realidad estaría cumpliendo 359 este año.
-¿Es broma?- El asombro en la voz de Jonghyun era enorme. –Tú estás cumpliendo 228 años, mientras tú tienes 358.- Les señaló respectivamente. –Y esta es una fiesta de cumpleaños para un demonio. La verdad no sé por qué me sigo sorprendiendo.- Exhaló. –Feliz cumplaeños Taemin.
-Gracias.
La enorme sonrisa en el rostro de Taemin indicaba lo muy feliz que estaba de poder tener a quienes quería en el día de su cumpleaños.