Se besaron por un tiempo indefinido, que les pareció eterno, bello, profundo, abrazados frente aquella chimenea que pareciese como si estuviera apagada, lo que era una ventaja para el mayor puesto que el pelirrojo se apegaba a él necesitado de un poco de calor. Poco después dio paso a la pasión, no se dieron cuenta de cómo ni cuándo pasó pero terminaron en una de las habitaciones de la casa, besándose de forma desesperada.
Grell, con su clara inocencia y su cero conocimiento de las relaciones sexuales entre hombres, simplemente se dejaba hacer, era difícil de creer pero era un joven en verdad inocente, si no fuera shinigami se podría apostar a que hubiera sido ángel; lamentablemente vivían en una época donde muchas cosas se consideraban "malas" y justo por eso es que en sus clases nunca explicaban cosas como la sexualidad, y menos si se tratase de algo homosexual, lo cual era castigado cruelmente, así que la situación se tornaba más difícil puesto que primero, era más puro que un bebé ángel recién nacido, y dos, no tenía ni la más mínima idea de lo que era el sexo, un dato curioso es que estuvo preguntándole por medio año a su hermano el significado de "Gay" hasta que Demián se fastidio y le dijo.
Pero aun así se aferraba al azabache deseando mas, no sabía qué era pero se sentía bien.
Ya dentro de aquella cómoda y grande habitación, el joven azabache coloca al carmín en la cama, donde a duras penas cabrían dos personas, y eso estando bastante juntos, que en teoría eso no afectaría en este momento ya que literalmente William estaría sobre Grell. El más alto desviste al contrario con movimientos lentos para no asustarlo, cosa que secretamente le parecía tortuoso al jengibre; termina y queda maravillado con del bello cuerpo de su acompañante, piel suave, nívea, delicada, como si fuese una muñeca de porcelana que al mínimo tacto se rompería, un deleite para la vista, William suelta un suspiro entrecortado y sonríe, la joven parca roja esta, irónicamente, roja, tapa su rostro con sus brazos, está muy apenado y aun no comprende bien lo que sucede, sin embargo, estaba excitado, erecto, eso le pareció lindo al mayor.
-William... me... siento raro... -dijo con pena, haciendo que se sonrojara el mayor porque se dio cuenta de que en verdad su acompañante era muy inocente.
-Relájate... tranquilo, seré cuidadoso...
Y sin más, empezó a besar el cuerpo de su amado, intercalando entre lamidas que estremecían el delicado cuerpo que yacía debajo de él; bajó por su plano pecho, llegando a un también plano abdomen, este último le hacía ver ciertamente femenino, lindo, excitante, estaba a unos centímetros del erecto falo, que a pesar de la corta edad, estaba bien dotado, aunque William no se quedaba atrás, tenia lo suyo, pero eso vendrá después. Sin más preámbulo, introdujo aquello dentro de su boca, teniendo cuidado de no lastimarlo con sus dientes, era la primera vez que lo hacía, y a pesar de tener la idea de que era algo asqueroso, no se sintió desagradable el hacerlo, y lo que más degusto fue la reacción del carmín, quien arqueo su espalda y se aferro a las sábanas gimiendo ahogado.
-Wi... Will... ¿qué estás haciendo...me...? -cuestiono entre gemidos pues el azabache había comenzado a moverse, pero tuvo que interrumpir su felación para hablar.
-Si te refieres a cómo te sientes, solo estas excitado Grell, por lo que veo es la primera vez que sientes esto, este placer, ¿o me equivoco?
-¿Tu... lo has sentido antes? ¿Lo has hecho con alguien más? -preguntó curioso, en verdad se sentía celoso sin saberlo, su acompañante tenía bastante experiencia, tanto con los besos como en el sexo.
-No, es la primera vez que hago todo esto, si te preguntas por qué tengo tanta experiencia es porque he tenido tiempo suficiente para fantasear contigo. -contestó riendo.
-Pervertido... -musito tapándose el rostro con una almohada.
-Pero desde hoy seré TU pervertido, ya olvida eso y relájate, quiero hacerte sentir bien.
De nuevo tomo el miembro del carmín y continuó con la felación, escuchando gemir repetidas veces al contrario, quien poco después no resistió y terminó con un delicioso primer orgasmo que trajo por consecuente su eyaculación, dejando su propia esencia sobre su abdomen.
El pelirrojo estaba jadeante, intentaba tranquilizar su respiración al mismo tiempo que se estremecía al sentir lo caliente de su esencia en contacto con su piel, William lleno sus dedos de aquel líquido blanquecino y los llevo a la entrada de Grell, recibiendo una primera reacción de rechazo absoluto.
-No sé qué planeas hacer ahí pero no te dejaré, somos hombres... esto no se debe de hacer.
-Vamos a hacer esto: si en verdad no te gusta, yo dejo de hacer esto, ¿de acuerdo? -rozo sus dedos en aquella zona tan intima obteniendo un gemido como respuesta, lo que le motivó a introducir el primer dedo, Grell jadeó con dolor, su interior se contraía, no le gustaba para nada.
-William, no me gusta, se siente raro... para... -El azabache hizo caso omiso a la petición de su joven compañero, ya que sabía cómo acabaría la cosa.
Dentro del menor, comenzó a mover su dedo con suavidad y tratando de forma delicada a su "pareja" quien un par de minutos después gemía de placer, William sonreía victorioso, además que el falo de su compañero comenzaba a despertar de nuevo.
Con una ligera dificultad metió el segundo y tercer dedo, aunque esta vez el dolor y el placer eran una gran mezcla que ponía indefenso al pelirrojo.
Y por último, sacó su adolorido e hinchado miembro, pero en ese instante fue detenido por Grell.
-Solo te dejaré hacerlo si... tu también... terminas de desvestirte... –Pidió con vergüenza y timidez, William aun llevaba todo puesto, se centró tanto en su pelirrojo que olvidó hacerlo, así que procedió a despojarse de su ropa, tirándola por toda la habitación. Cuando al fin terminó se colocó sobre el carmín quien quedo asombrado con el varonil cuerpo que poseía su compañero, un término medio, no tan musculoso pero tampoco tan escuálido, se veía incluso más varonil sin ropa, era excitante, tanto que el pelirrojo se sonrojo a sobremanera al darse cuenta de que veía fijamente el cuerpo del contrario, grabándose cada detalle, pero no solo veía su lindo cuerpo en sí, también capturo su atención una serie de moretones que estaban sobre su piel, al igual que una gran cicatriz sobre su pecho.
-No te fijes en eso Grell, tranquilo, ¿Si? –Le sonrió a su pelirrojo y bajo a besar su cuello- Al principio dolerá, pero como pasó antes, se va a sentir bien después, seré suave y entraré lento. -El pelirrojo asintió con claros nervios, tenía miedo pero al mismo tiempo el que fuera con aquel azabache le hacía sentir bien, cosa que le confundía; como prometió el mayor, fue entrando muy lentamente, Grell gritó de dolor mientras movía su cadera, no por gusto sino porque quería evitar que su compañero siguiera, pero él no paró, entro completamente y siguió besándolo, éste correspondió como pudo, y de alguna forma que a él le pareció sorprendente, el dolor se espumó poco después.
-¿esto cuenta como violación?-pregunto con la voz que a duras penas le salía.
-uhm... quizá sí, pero es porque tu lo haces difícil, te he dicho que primero te va a doler, no te sientas tenso, relájate o si no se hará mas difícil el que te guste, y si necesitas gemir hazlo, que si te resistes también te tensas.
-está bien... -musito y comenzó a respirar profundamente, para así relajarse, lo cual logró rápidamente, cuando William lo sintió así empezó a moverse dentro de él, esta vez ambos lo estaban disfrutando, Grell se aferro al cuello de su pareja mientras gemía necesitado, el moreno se deleitaba con esos dulces sonidos, y por mera maldad paró, solo para ver la reacción de su contrario- ¿Qué? -pregunta volteando a verle, sus ojos son cristalinos, algunas lagrimas habían resbalado por sus mejillas que estaban muy rojas, está enojado porque frunce el ceño, eso lo nota muy bien William, y hasta enojado le parece lindo ese pelirrojo.
-¿sigues pensando que te estoy violando? Si en verdad quieres que pare lo haré, este es el momento para decirme.
Grell solo le ve enojado, que se convierte poco después en pena, oculta su rostro aferrándose al azabache y guarda silencio- solo sigue... -musita y abraza mas fuerte a su compañero, quien de nuevo le embiste ahora con cierta fuerza y rapidez, logrando tocar aquel punto desconocido para ambos, que hacer gritar, esta vez de placer, al pelirrojo.
-¿Te gusta? -William ya había caído en el total pecado, en un abismo de lujuria, cada vez era más feroz, y Grell lo aceptaba, incluso pedía más.
-s...si... ahí... sigue... -como era de esperarse, el tímido pelirrojo dejo su vergüenza de lado para sacar su lado lujurioso y pecaminoso, dejó que una de sus manos viajara al sur de su cuerpo encontrándose con su lagrimeante miembro, comenzando a masturbarse, algo que no había hecho nunca en su vida, ni cuando la adolescencia y los cambios extraños que tenía su cuerpo apenas le habían llegado.
Rasguño la espalda del mayor y movía su cadera, clamando, suplicando por más, y el moreno se lo concedía, disfrutando de esa estreches virginal, de ese dulce cuerpo que no había sido tocado por alguien mas, marcaba su piel como si de su propiedad se tratase, y Grell solo se dejaba hacer, su cuerpo estaba temblando, era algo parecido a lo de antes pero esta vez era una sensación más intensa, y sin aviso, excepto por el estrepitoso gemido que soltó, terminó manchando el abdomen de ambos con su lechosa sustancia, William le acompañó viniéndose en su interior, acto que provoco un segundo orgasmo en el menor.
**
Despertó por el sonido de las feroces gotas de agua golpeando la ventana, suspiró, agradeciendo que todo haya sido producto de un muy loco sueño, intentó moverse pero algo se lo impidió, su horrible realidad, por lo menos para él, además de un dolor que venía de prácticamente todo el cuerpo.
Ahí estaba el moreno durmiendo a su lado, abrazándole de forma posesiva, y ambos desnudos.
Grell se maldijo una y otra vez, se voltea hacia su compañero pero intenta alejarse lo más posible, cuidando de no caer pero en ese mismo instante siente frío, y cómo no si su única fuente de calor era aquel tipo que yacía frente a él, empieza a temblar y William, medio dormido le atrae hacia él, brindándole calor de nuevo, Grell está en una posición incómoda, abraza al moreno y se acurruca en su pecho, aun es de noche y está muy cansado, sin querer se queda de nuevo dormido, pero no lo pudo evitar, se siente bien estar entre esos brazos, oler ese aroma que desprendía el mayor, sentir su piel desnuda en contra de la contraria, escuchar sus latidos de su corazón, que mientras que los de William eran serenos, los del pelirrojo eran acelerados, eso estaba mal, pero se sentía bien, que contradictorio.
Y no, no era gay.