A pesar de la insistencia del hombre para que su hijo lo soltará, éste no lo obedeció. El joven pecoso abrazaba a su padre como si no lo hubiera visto desde hace más de una década.
Se separó del abrazo, pero su alegría desbordaba, preocupando al hombre aún más...
-Papá... ¿Cómo es posible...? Yo...-Intentó contener las lágrimas pero éstas lo traicionaron.
-Izuku... no sé qué te sucede pero debo despertar a tu mamá. Buscaré un poco de alcohol... no te muevas de aquí.
Tras unos minutos, el padre del pecoso regresó con un pañuelo humedecido de alcohol, dándoselo a oler a la mujer. Midoriya no le quitaba los ojos de encima a su progenitor. La última vez que le había visto era cuando él apenas era un niño, incluso, el pequeño Izuku Midoriya aún no conocía a su gran ídolo All Might, debía tener menos de 4 años cuando su padre desapareció.
En eso, recordó su sueño percatándose que su habitación era absolutamente diferente a lo que él conocía: la habitación estaba pintada de un gris que le daba una apariencia lúgubre y un poco deprimente, había una computadora que parecía ser un poco obsoleta y un pequeño librero repleto de diferentes libros de ciencia ficción y cómics, dicho librero no existía en su memoria. Resaltaba la ausencia de todo tipo de productos del símbolo de la paz.
-Disculpa, papá... pero ¿dónde están mis cosas de All Might?-Interrogó el joven, bastante extrañado.
-¿"All Might"...?-Preguntó el hombre en forma de respuesta...-¿Es alguno de tus cómics? Sabes que ni tu madre ni yo tocamos tu preciado librero.
-Pero... tenía un póster grande justo en esta pared y...
-Izuku, ¿de qué hablas...? A ti nunca te ha gustado pegar cosas en las paredes.-Tras esta afirmación, la mujer despertó bastante mareada y aún más confundida...
-¿Hisashi...? Izuku... ¡Izuku estaba... de pie! Es como un milagro... no puede ser cierto.
-Inko, tranquila has estado muy estresada desde el arresto de Izuku. Ya hablamos de esto muchas veces: él no volverá a caminar. Lo dijo el médico.-Exclamó con resignación y tristeza, y entre susurros, intentando convencer a su esposa de la terrible realidad a la que parecían enfrentarse.
Esta noticia dejó frío a su hijo, quien tocó sus pies, para comprobar la sensibilidad de sus piernas: sintió su mano, la cual estaba un poco fría por lo que definitivamente estaba bien. Todo era demasiado extraño.
Unas horas antes, había estado en un ejercicio académico de alta demanda del que salió muy mal herido pero ahora que se veía con mayor detenimiento, no había ni una sola cicatriz en su cuerpo.
-Papá... ¿De qué arresto hablas...?
-El de hace 3 semanas. Tú también debes superarlo... deja de estar en negación hijo, por favor...
-¡Hisashi! Te lo digo enserio... ¡Izuku estaba de pie...! ¡Yo lo vi levantarse...! Lo juro...-Respondió la mujer, con bastante seguridad.-Por favor Izuku... demuéstrale a tu padre que lo que digo es verdad... por favor.
El joven pecoso obedeció, logrando la acción sin ninguna clase de dificultad; sorprendiendo a su padre y haciendo que su madre se rompiera en llanto, levantándose al instante para abrazar a su amado hijo.
-¡Izuku...! ¡¿Cómo es posible...!? ¿Podría ser posible... que sea parte de tu "Mutación"?
-¿"Mutación..."?
-Tu "súper poder" como lo llamas desde que eras un niño.
-Pero... ¿Por qué lo llamas así...? Yo, me siento muy confundido. Desde que desperté de ese sueño...
-Tranquilo, Izuku... tus gritos eran muy desesperados. Supongo que tu pesadilla fue muy fuerte... ve a asearte un poco en lo que preparo el desayuno...-Exclamó con lágrimas de felicidad en sus ojos, mientras lo volvía a abrazar. Su padre lo miraba sorprendido, e incrédulo; parecía que le habían quitado la habilidad de hablar.-Vámonos Hisashi, debemos llamar al doctor y después prepararé un poco de Katsudon, para festejar este milagro...-Dijo, mientras salía de la habitación en la compañía de su esposo.
Parecía que todo ese lugar era diferente; un mundo absolutamente diferente al que él conocía...
-"Por lo menos aún me gusta el Katsudon"-pensó, intentando relajarse de todo lo que estaba viviendo.
Al entrar en el cuarto de baño, se percató que había alguna clase de tuberías adheridas a las paredes, tuberías que eran obviamente para ayudar a los discapacitados para moverse con facilidad o evitar que se caigan. Se sintió incómodo al ver dichos artefactos.
Al terminar de tomar su baño, salió mientras secaba su largo y alborotado cabello, vestía una ropa que le quedaba ligeramente pequeña, quizás porque, gracias a su entrenamiento con All Might se había ensanchado de los hombros y sus brazos se habían puesto más musculosos. Fue directo al comedor, encontrándose con un desayuno que parecía digno de un rey; se veía delicioso.
-Toma asiento Izuku... espero lo disfrutes. El médico pidió verte... ¡no nos pudo creer cuando le dijimos que estabas caminando! Y no lo culpo, yo misma me llevé una gran sorpresa al verte andar.-La Sra. Midoriya se escuchaba bastante feliz.
Sin embargo, y por el contrario, su padre lo veía firmemente mientras mordía su pan tostado y le daba un sorbo a su café.
-Hijo...-Habló.-Tu ropa... ¿Te está quedando pequeña o sólo me lo parece?-Al parecer, era verdad.
-Yo... bueno en verdad la siento un poco incómoda...-Rio con nerviosismo.-Supongo que crecí en la noche... "jejeje"
Debía parecer lo más normal posible, desentendiéndose de su anterior "realidad". Quizás todo era parte de un sueño y All Might seguía ahí afuera, pero por alguna razón, el mundo ahora le parecía diferente... no sabía ni cómo explicárselo a él mismo, mucho menos sabría cómo explicárselo a sus padres, quienes harían preguntas si lo notaban raro. Simplemente debía seguir la corriente.
-Te prestaré ropa para que vayamos con el médico, pero te lo aseguro, Izuku, te noto diferente.
-Tal vez tenga que ver con su recuperación. Pero eso no importa por ahora, así que no lo molestes tanto, querido. Izuku, tu sólo preocúpate por comer. La cita es a las 3: 00 p.m. así que relájate por ahora, ¿está bien?-Dijo mientras le plantaba un beso en la frente a su hijo.
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