Narra Yugi
Salí rápido de la escuela y procure tomar un camino donde no hubiera tanta gente, lo menos que quiero hoy es que alguien me moleste y por ende se despierte.
Note que poco a poco más gente aparecía por las calles, eso me ponía nervioso, es exactamente en este tipo de situaciones donde alguien trata de hacerme algo, ya sea robarme o molestarme, que triste decir que ya es normal en mi vida. Apresure mis pasos pero dentro de mi mente sonó la voz de “Mou Hitori no Boku”- “Quiero disculparme”- fue lo único que escuche, no sé si directamente me lo dijo a mi o fue algo que se le escapo. Como sea llegue a casa, salude a mi abuelito y subí a mi cuarto.
Recosté mi cuerpo en la cama viendo al techo, dude unos minutos de lo que estaba por hacer. Cerré los ojos para abrirlos y esta vez despertar en mi cuarto mental. Este lugar me gusta bastante, me recuerda a mi habitación cuando era niño. Tome un carrito de madera que estaba en el suelo y lo observe un rato hasta notar una mirada que se asomaba por el marco de la puerta.
-¡Aah!- me asuste cayendo al suelo y vi que “Mou Hitori no Boku” se alteró he intento pasar para ayudar a levantarme sin embargo una barrera le impidió pasar, se golpeó la cabeza y al igual que yo cayó al suelo.
-¿Qué paso?
-No puedo pasar a tu habitación, no sé porque… siento si te asuste, no fue mi intención.-se veía bastante cabizbajo.
-N-no te preocupes yo soy bastante torpe de por sí, este tipo de cosas siempre me pasan- trate de animarlo un poco pero de inmediato hablo.
-No solo me refiero a esto, lamento lo de la última vez. Si te soy honesto no siempre tengo control de lo que hago, trato de mantenerme a raya pero, el poder del Yami no Game atrae a las sombras, estas pueden llegar a ser muy persuasivas. Influyen en mi comportamiento. Lo lamento mucho.- Sé que sus palabras eran verdaderas, se veía tan apenado que no fue capaz de verme a los ojos. Solo se quedó allí, sentado en el suelo sin decir nada más. Supongo que esperando a que le diera una respuesta.
-Lo que dices es bastante grabe, no puedo permitir que te dejes llevar de esa manera. Sé que nunca lo harías intencionalmente pero ¿y si un día llegas a lastimar a uno de nuestros amigos por error? Yo no podría perdonármelo…yo nunca podría perdonarte.-Reacciono con lo último que le dije levantando la cabeza y viéndome con una expresión que estaba entre la tristeza y el asombro. Se levantó de donde estaba y se dirigió a su puerta.- No, espera- corrí para tomarlo de la mano.-Lo que acabo de decir no significa que este molesto contigo, quiero ayudarte a encontrar una solución, no hay nada de malo en enfrentar a las personas que nos molestan pero quiero estar allí. Prométeme que la próxima vez me dejaras enfrentar este problema junto a ti.
-No quiero que te lastimen, estoy aquí para protegerte a ti, a todos los demás. Esas personas tienen lo que se merecen, de eso no me retractare.-Su voz sanaba firme pero esa actitud no me gustaba, él no entendía el riesgo que significaba para todos. Me enoje.
-Dices que estas aquí para protegernos, pero si haces algo mal ¡¿Quién nos protegerá de ti?!- no medí el volumen de mi voz, el soltó mi mano, ese ojo en su frente apareció de nuevo, corrí a mi habitación y tropecé con un juguete, esperando el golpe cerré los ojos pero al abrirlos me encontraba en mi cuarto real. Respire agitadamente, retire el rompecabezas de mi cuello y lo puse en la mesa de trabajo.
Fue suficiente por hoy.