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Diferente por MarceBlue

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El viento soplaba haciendo que las hojas de los árboles se sacudiesen, y algunas de ellas que previamente habían caído sobre suelo, eran arrastradas por aquel mismo viento hasta llegar a la autopista, donde justo en ese instante los neumáticos de un auto giraban a toda velocidad sobre el asfalto y parecían no querer detenerse, por lo que el auto estaba a punto de arrollar a un pobre niño distraído que iba cruzando la calle, pero antes de que aquella fatídica tragedia ocurriera los cuatro neumáticos se quedaron sin aire, por lo que el vehículo no podía avanzar.

 

¿A caso aquel niño podía tener tanta suerte? ¿Qué tan alta es la posibilidad de que estés a punto de ser arroyado por un auto y las llantas de este se queden sin aire? Lo que ese niño jamás podría imaginarse, era que muy cerca de ahí se encontraba el ser que había salvado su vida; tenía la apariencia de un joven humano entre quince y veinte años, su cabello era de color rojizo y caía en forma de bellos rizos sobre su frente, sus ojos eran de un color grisáceo y su contextura era delgada. Observaba con una sonrisa en su rostro como el pequeño humano corría lejos de ahí, aun un poco asustado, pero a salvo.

 

Los humanos podrían los seres con más imperfecciones del universo, y a pesar de eso, él creía que los comprendía, o al menos en parte, e incluso les tenía un poco de cariño; pensaba que tal vez el hecho de que fueran tan imperfectos, los había convertido sus seres favoritos; tenía demasiada curiosidad por el mundo humano y cada una de las criaturas que habitaban en él, deseaba poder conocer mejor cada parte de este. Sin embargo, él estaba consciente de que no debía tener ese tipo de deseos y pensamientos, y mucho menos cariño hacia aquellos seres, un demonio solo se tenía cariño a sí mismo; así que no les debe ser muy difícil darse cuenta, de que este joven demonio no es igual a los demás de su especie.

 

Él pensaba que no había nacido en la especie correcta, que quizá debió haber nacido siendo un ángel, ya que supuestamente estos eran los que sentían cariño hacia todos los seres; pero toda su familia estaba compuesta por demonios, y por su forma de pensar no era bien aceptado por esta, ellos sentían vergüenza de que alguien como él formara parte de su familia, y él pensaba que ¿Como no iban a sentirse avergonzados de él? ¿Cuando se había escuchado sobre un demonio que no deseaba romper con las reglas que fueron establecidas por el cielo? ¡Ni siquiera había consumido una sola alma humana en toda su existencia! Mientras estaba perdido en sus pensamientos pudo sentir una presencia que era muy conocida para él, aquello lo puso alerta.

 

— Hola Angelito ¿Haciendo tus obras de caridad del día? — escuchó una fría voz femenina con un toque de sarcasmo, y volteó a verla, se trataba de su hermana, la cual lo miraba con su típico porte de rebeldía; solo ella y su hermano Sean lo llamaban "Angelito", era un apodo que le pusieron por su forma de actuar, pues parecía más un ángel que un demonio — papá te llama —incluso podía sentir el olor a sangre humana que desprendía de ella, claramente había estado torturando a un humano segundos antes de encontrarse con él.

 

— ¿Para qué? — preguntó un poco confundido, aunque podía hacerse una ligera idea de lo que el mayor iba a decirle, ella se encogió de hombros y simplemente siguió su camino.

 

El joven demonio se quedó un poco pensativo, suspiró para luego elevarse por los cielos utilizando su poder y dirigirse hacia su hogar en el Mundo Demoníaco, donde lo esperaba su padre. Al verlo llegar, el mayor le dirigió una mirada fría al menor, quien simplemente caminó en silencio hacia él, con la cabeza baja.

 

— ¿Me mandó a llamar, padre?

 

— Así es Johan — respondió — ya tienes casi dos siglos de existencia, y en todo ese tiempo no has hecho otra cosa que no sea avergonzar el prestigio de nuestra familia, el Maestro Lucifer también a notado tu inapropiado comportamiento ¡Ni siquiera has sido capaz de tomar un alma humana! Aquello es tan sencillo que hasta un demonio recién nacido e capaz de hacerlo — suspiró y se acercó aun más a su hijo mirándolo fijamente a los ojos, de una forma tan aterradora que me es casi imposible describirlo — me das asco, ni siquiera te considero mi hijo ¿A caso se ha visto a un demonio ayudar a los humanos? Eres tan patético y ridículo ¡No eres un verdadero demonio! El Maestro Lucifer me ha dado la orden de que te destierre del Mundo Demoníaco y te quite el derecho de llamarte un demonio por el resto de tu eterna existencia, estarás solo, los humanos con los que te encariñes morirán uno tras otro, por ser patéticos e inmortales, y ningún otro ser te aceptará, mucho menos los ángeles teniendo en cuenta que naciste entre nosotros ¡Vivirás en la eterna soledad!

 

No levantó su mirada del suelo, estaba convencido de que su padre tenía razón, y se había resignado a vivir de aquella manera: solo, de igual forma, siempre se había sentido así estando en el mundo demoníaco ¿Cual sería la diferencia? Aunque, se preguntaba que hubiese sucedido si se fuera ganado el respeto de su familia como "verdadero demonio", si no fuera tan diferente a los demás ¿Que hubiese sido de su existencia? ¿A caso era posible que su padre se sintiera orgulloso de él en algún momento?

 

— Pero, el que tu seas desterrado también supone una gran vergüenza para la familia, porque aunque yo no te considere mi hijo, los demás demonios te reconocen como tal, desprestigias nuestro nombre y aquello es algo que no puedo permitir — continuó hablando su padre — así que le supliqué al Maestro que te diera una oportunidad, y él al ser tan benevolente con sus súbditos, accedió, tu misión no podría ser más sencilla: Solo debes robar un alma humana ¡Y ya está! No serás desterrado, como dije, eso es algo que puede hacer hasta un demonio recién nacido.

 

— ¿Debo robarle el alma a un humano inocente? — cuestionó, al escucharlo, su padre comenzó a reír.

 

De repente, el mayor lo había levantado tomándolo fuertemente por el cuello y estampandolo contra una de las paredes, usando solo una de sus manos, mientras había hecho crecer un de sus uñas de la otra mano creando una especie de lanza muy afilada con esta, y la acercó a su cuello comenzando  penetrar su piel.

 

— ¿Inocente, dices? ¡Ellos no son inocentes!

 

Tanto ángeles como demonios son seres inmortales, sin embargo, esto no significa que no puedan sufrir daño físico y mucho menos sentir dolor, simplemente sus cuerpos sanan mucho más rápido que el de los humanos, y al recibir una herida mortal estos simplemente caen inconscientes por algún tiempo, logrando despertar después sin herida alguna; de esta forma, el padre Johan acostumbraba a torturarlo muy seguido causándole heridas físicas dolorosas, en ese momento estaba enterrando lentamente su larga y filosa uña en su cuello, y se podía apreciar como aquel líquido carmesí comenzaba a fluir y a caer sobre el suelo.

 

— Tranquilo, ya escogí un chico perfecto para ti, al que puedes robarle su alma — hablaba su padre — como sabes, si un humano tiene un fuerte espíritu, no es posible robar su alma, para eso debemos debilitarlo primero, y el humano al que he escogido, aunque su espíritu no está del todo debilitado, está comenzando a debilitarse, así que debería ser fácil para ti terminar de debilitarlo y tomar su alma; sin embargo, puede que envíen a algún maldito ángel para ayudarlo a fortalecer su espíritu — Johan no podía hablar siquiera, por el fuerte dolor que sentía mientras su padre lo apuñalaba muy lentamente en el cuello — pasaré todos los datos que he recolectado sobre aquel humano a tu cerebro, y también algunas indicaciones de lo que debes hacer para lograr tu objetivo.

 

Al instante, aquella información fue transmitida al cerebro del joven de forma mágica, y un segundo después, este cayó al suelo, su padre había terminado atravesando su cuello con aquella uña. El mayor se marchó, dejando a su hijo en el aquel suelo, sobre un charco de su propia  sangre y completamente inconsciente, podría decirse que aquella tortura había sido algo suave en comparación a veces anteriores.

 

Varias horas después, el joven demonio abrió los ojos y se levantó de aquel charco, suspiró y caminó hasta su habitación mientras trataba de asimilar toda la información que estaba en su cerebro. Para comenzar ¿En verdad quería hacer aquello? ¿Torturar a un pobre humano hasta el punto de debilitar su espíritu y robarle el alma? Si un humano pierde su alma muere, era algo que todos los ángeles y demonios sabían, aquella podría ser la muerte más dolorosa de todas, aunque a simple vista se veía muy simple, y tal vez dolía mucho más la tortura que aquellos humanos recibían mucho antes de que sus almas les fueran arrebatadas de aquella forma.

 

Johan dudaba, considerando el hecho de vivir en la soledad, pensaba que tal vez no sería tan malo, podía ser él mismo, sin más maltratos de parte de su familia, pero..... estaría solo; por otra parte, si podía lograr su objetivo ¿Se llegaría a convertir en un verdadero demonio? ¿Estaría su parte orgulloso de él? Tal vez el trato de su familia cambiase, tal vez al considerarlo uno de ellos dejarían de maltratarlo..... pero sabía que aun así, él no iba a dejar de ser diferente a ellos en el fondo. A pesar de eso, decidió tomar el riesgo y cumplir con su misión, la misión de hacer sufrir a un pobre chico humano.

 

Según la información que tenía en la cabeza; poco tiempo después de que el humano naciera su padre los abandonó a él y a su madre,a la cual le habían diagnosticado cáncer estomacal hace varios meses, así que la vida de aquel chico no era tan sencilla, por todas las cosas que había sufrido a lo largo de su existencia, su estabilidad espiritual era débil, y últimamente se estaba dejando influenciar con malas amistades que lo guiaban por el mal camino, haciendo que su espíritu se debilitara cada vez más; a pesar de eso, y la razón por la cual Johan pensaba que su espíritu no estaba del todo debilitado, el muchacho tenía personas que lo apoyaban y trataban de hacerlo ir por el camino del bien, que recapacitara, aunque este no les hacía mucho caso.

 

La primera de estas personas es la mejor amiga del chico, se conocen desde pequeños ya que sus madres son amigas, y de hecho, la madre de ella era la enfermera de la del muchacho; la chica le insistía día tras día que se alejara de esas malas amistades que solo lo estaban usando. La segunda persona, era el hermano mayor de la chica, desde niños no fueron tan cercanos como lo eran el muchacho y su hermana, pero si parecían tenerse cierto cariño, a pesar de eso casi siempre pasaban discutiendo y aparentaban que no se llevaban muy bien, y el mayor podía llegar a tratar al chico como si fuera su padre o algo por el estilo, deseando solo su bienestar; a demás, este ya le había confesado  su hermana los sentimientos que tenía hacia el mejor amigo de esta, sentimientos que van más allá de una amistad, y de los que el joven humano no tenía idea ¿O tal vez sí? A demás de ellos, obviamente también estaban las madres de los tres muchachos.

 

— ¿Se merecerá ese pobre chico el daño que voy a hacerle? — preguntaba para sí mismo el joven demonio.

Notas finales:

Y en este capítulo conocimos a Johan, el joven demonio protagonista de esta historia.


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