Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dulce Contrato por RozenDark

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

He aquí el segundo capítulo de esta historia y espero les guste. También espero que me disculpen por la tardanza, la cual es totalmente injustificada, puesto que el capítulo ya estaba listo xD


Pero bueno, mejor no le doy más giros y l@s dejo leer a gusto


En fin, la historia está basada en el manga “Royal Fiance” con un buen toque de RozenDark, los personajes, los giros que se de en la historia, es totalmente de mi autoría, así que no permito ninguna adaptación de ningún tipo.


Y sin más que decir, les invito a leer (^3-)/

"Como Amatistas"

 

~.°.~.ღ.~.°.~

 

Alex se encontraba esperando a que aquel amable señor llegara por el cómo habían quedado en la mañana. Ya había tomado una ligera mochila, donde tenía un cambio de ropa, dinero y dos libros de su escuela. Había cerrado su casa como es debido y ahora esperaba con un pay de limón, que el mismo había preparado para agradecerle al buen señor Simón por el sueldo adelantado.

Sonrió cuando vio aquel carro elegante parar frente a él y no por el lujo, más bien porque sabía quién venía dentro del carro. Y no se equivocaba, de eso se dio cuenta cuando el cristal de la ventana trasera bajo.

 

—Buenos días Alex precioso —, saludo alegre el señor Vega.

—Buenos días señor Simón —, le saludo sonriente.

—¿Listo para tu primer día de trabajo? —, preguntó animado.

—Algo nervioso he de confesar, pero de que estoy listo, lo estoy —, le respondió apenado el doncel —. A todo esto, este es un postre que hice para agradecer su amabilidad al darme empleo —, con pena le entrego al anciano hombre aquel postre —. Es un pay de limón —, aclaró.

 

El señor tomo entre sus manos aquel platón y miro nervioso a su chófer, el cual solamente negó por aquella burda mentira que le habían dicho al pobre muchacho.

 

—Bueno, pues entra cariño o se nos hará tarde —, se arrimó al otro extremo del asiento para hacerle espacio al menor.

—Alex asintió sonriente, mientras se disponía a entrar al auto —. Con permiso —, murmuró apenado.

 

Simón sonrió agraciado al ver que el chico no espero siquiera a que Héctor bajara para abrirle la puerta y no es que él lo hiciera, solo que aquel chico superaba aún más sus expectativas. Desvío su mirada hacia su chófer, el cual lo veía con reproche al ya tener idea de lo que pensaba.

 

—Sobre el trabajo, ¿qué se supone que debo hacer? —, el muchacho miro dudoso al señor Vega —. Digo, quiero saber para ya hacerme una idea de cómo y cuándo debo hacerlo.

 

El señor Simón solo le envío una mirada que al doncel le pareció un tanto extraña, como si en verdad no quisiera decirle nada acerca de ese tema.

 

—Ya en mi hogar te lo explico —, le respondió en susurro.

 

Alex asintió nervioso, mientras se disponía a ver el paisaje del rumbo, mientras que el señor Héctor solamente negaba frente al volante.

 

~.ღ.~

 

Se detuvieron frente a una gran mansión. Héctor como buen chófer, se bajó y le abrió la puerta al señor Simón, quien fue seguido por el doncel, quien veía aquel lugar con asombro, sintiéndose de alguna manera como si fuera un intruso.

 

—Vamos Alex, que debo enseñarte todo y presentarte como es debido —, le llamo el señor.

—Alex solo miraba aquel lugar en silencio, mientras se disponía a seguir al amable Simón —. ¿Tanto dinero tiene? —, preguntó asombrado.

—Simón lo miro con detenimiento —. Sí, ¿por qué? —, quisó saber. Aunque muy en el fondo esperaba no haberse equivocado con el muchacho.

—Digo, no es como si me interesara el dinero. Es solo que la mayoría de las veces, los ricos son unos estirados que se creen dueños del mundo, cuando en realidad son así por no tener felicidad alguna. Al menos así los veo yo —, le explicó nervioso, esperando no ofender al señor —. Y usted no se ve como esas personas —, explicó más que apenado.

—Simón carcajeo divertido —Eso es porque yo crecí trabajando, además, fui feliz en mi juventud, claro que ahora no suelo demostrar alegría, pero de eso hablamos luego.

 

Ninguno dijo algo más. El señor Vega solo continuó caminando con Alex tras él. Detuvieron su andar frente a una gran puerta de madera y solo se abrió cuando Simón la golpeó levemente.

Ambos entraron y Alex no pudo evitar sentirse más nervioso todavía, más al ver a un hombre canoso y trajeado mirarlo de manera inquisidora.

 

—Quiero presentarte a mi mejor amigo y mi abogado personal, Richard Johnson —, le dijo al doncel, mientras veía a su amigo —. Y él, es la persona de la que te hable, Alexander Miller.

 

El señor Richard se acercó al doncel, quien sonriente y algo nervioso, le extendió la mano en señal de saludo.

 

—Es un gusto conocerlo señor.

—El placer es mío jovencito —, regresó el saludo de manera cortes.

—Bueno, dejando de lado las presentaciones —, Simón se sentó en la silla que estaba situada detrás de un gran escritorio de caoba de un hermoso color rojo vino —. Es hora de comenzar con las explicaciones detalladas de lo que necesito que hagas en esta casa —, con seriedad miro al nervioso doncel.

—Pues prosiga, que me estoy asustando —, le pidió el doncel. No había pasado desapercibido que esos dos señores se miraron de una manera cómplice y preocupada.

—Será mejor que tomes asiento Alex —, recomendó nervioso el señor Vega.

 

Alex hizo lo que el anciano hombre le había pedido, todo de una manera nerviosa y preocupada. Algo no cuadraba con todo ese misterio y pesado ambiente que se cargaba en la habitación.

 

—El señor Johnson se situó a un lado de su amigo, mientras dejaba una carpeta de color azul en el escritorio —. Como recordarás, el día de hoy no solo aceptaste un adelanto considerable para gastos médicos, sino que también aceptaste trabajar para mi cliente y amigo —, comenzó a explicar el abogado.

—El doncel solo asintió con temor, sin duda algo no andaba bien y esperaba no haberse metido en problemas por no preguntar o averiguar sobre el supuesto trabajo —. Así fue. Pero también prometí trabajar dobles turnos los fines de semana, todo para ganarme como se debe ese dinero —, le recordó al señor Vega.

—Simón carraspeo la garganta, mientras abría la carpeta que su amigo coloco en su escritorio —. Bueno Alexander Miller, el asunto es este. Yo no quiero ni necesito a ningún tipo de servidumbre —, le acerco los papeles que aguardaban en la carpeta, junto con un bolígrafo de tinta negra —. Iré al grano —, miró con seriedad al muchacho —. Yo lo que necesito es a un esposo para mi nieto.

—Alex parpadeo un par de veces con una rapidez algo impresionante —. ¿Cómo? —, había quedado estupefacto con aquellas palabras.

—Lo que escucho joven —, Richard se hizo notar una vez más —. Mi cliente te contrato para que seas el esposo de su nieto.

 

El doncel trago grueso, mientras se ponía de pie y miraba mal a ese par de viejos locos. Sin duda no estaba dispuesto a soportar esa clase de locuras y menos que quieran casarlo con un perfecto extraño.

 

—Pues no se preocupen, porque no pienso aceptar esto. Y descuide, que, aunque me tarde toda la vida, pienso pagarle hasta el último centavo que me dio —, se dispuso a salir de ese lugar.

—No tiene opción —, le dijo Johnson —. Si no acepta, no solo tendrá una gran deuda a su lista interminable, también debe recordar que su tía no recibirá la atención que necesita y usted irá a la cárcel por fraude y robo hacia mi cliente —, uso su última carta.

 

Simón no pudo evitar aquella mirada de enojo dirigida a su amigo. Si bien quería desesperadamente que Alex aceptará a buenas y primeras el trato, tampoco quería obligarlo a tal grado de amenazarlo con trucos sucios.

 

—Si firma esos papeles, solo deberá estar casado cuando mucho un año y en todo ese tiempo, se le promete que su tía no solo recibirá los medicamentos que merece, también tendrá la posibilidad para quedar sana y vivir una larga y prospera vida.

 

El doncel no lo creía. Su tía siempre le había dicho muchas veces lo ingenuo y crédulo que podía llegar a ser y con todo lo que le estaba pasando, ya tenía muy en cuenta que era verdad.

Obviamente analizó todo lo que el abogado había dicho. Si iba a la policía, no sería fácil probar que lo engañaron, especialmente porque Simón Vega se veía que tenía, no solo dinero, también poder.

Resignado a su cruel destino y tratando inútilmente de no derramar ni una sola lágrima, firmo aquellos mugrosos papeles, terminando de sellar su fatídico destino.

 

—¿Ahora qué? —, preguntó en susurro.

—Puedes ir a tu casa. Ya en la tarde se te pasará a buscar para presentarte a tu prometido de manera apropiada —, le dijo Johnson.

—¿Sabes el camino?, ¿no Alex? —, le pregunto preocupado Simón.

—El doncel ni se dignó a mirarlo, eso era lo que menos quería en esos momentos —. Sí, lo memorice señor Vega —, respondió de manera seca.

 

Cuando el doncel salió de aquel lugar, Simón miro a su amigo con completo enojo y reproche. Su intención era lograr llegar a un mutuo acuerdo, pero todo quedó como una vil obligación.

 

—Yo no quería que el aceptará de esa manera, y ahora ni me mira —, se quejó indignado.

—Richard miro a su amigo con cansancio —. Amigo, solo cumplí como abogado, además, no podrías esperar algo más, especialmente si querías obligarlo a casarse con tu nieto —, le recordó algo enojado.

—Simón lo miro dolido y preocupado —. Lo sé... Tienes toda la razón en eso —, susurró resignado.

 

~~

 

Alex salió de aquella gran mansión con la cabeza agachada, no queriendo dar más gusto de que se sigan burlando de él. Ni siquiera le prestó atención al chófer que lo veía con preocupación.

Alex solo quería llegar a su casa y llorar sin que nadie lo mire, pero tampoco podía hacer eso, porque ahora tenía que contarle lo ocurrido a su tía, esperando a que no se pusiera peor de cómo estaba ahora, pero bien tenía en cuenta que era contarle todo por el mismo o que alguien más lo hiciera. Iba tan encismado en pensar en lo que haría, que no se dio cuenta de que alguien iba igual de distraída que él.

Solo cuando chocaron y el grito que la persona frente a él dio, fue cuando se dio cuenta de que la bebida que esa mujer tenía en sus manos, ahora estaba impregnada en su elegante vestido rojo.

 

—¡Mira lo que hiciste criado! —, la chica miro con odio y asco al doncel —. Este vestido era nuevo y vale más de lo que ves en tu maldita paga de meses, ¿cómo piensas pagarme? —, se le acerco dispuesta a ponerlo en su lugar.

 

Alex miro con detalle a la chica. Desde su estilizada figura, hasta sus hermosas facciones. La chica traía el cabello amarrado en una cola alta y un enorme moño blanco sujetando su cabello, y aun así se le detallaban sus largos y ondulados cabellos rojizos, y aunque sus ojos lo miraban con odio, ese hermoso verde oliva resaltaba de maravilla.

Pero aún con lo hermosa que se veía la chica, a lo lejos se notaba que la belleza solo era externa, especialmente cuando le dijo de una manera despectiva, "criado". Alex no estaba de humor para soportar aquello, así que se plantó derechito y encaro a la fémina con completa seguridad y rabia.

 

—Cuando se tienen modales, con una disculpa o un perdón se arregla todo —, comenzó a hablar con una inusual molestia —. Sin embargo, usted solo comenzó a gritar como histérica, sin darme siquiera una oportunidad de pedir disculpas y tratar de enmendar mi error. Así que le digo de la manera más respetuosa con la que puedo hablar en estos momentos. ¡Váyase a la mierda!, porque como veo, no solo se perfuma con eso, también tiene un carácter que se le asemeja —, Alex sonrió burlesco cuando dijo aquello, especialmente al ver la cara estupefacta que la chica había puesto.

 

Héctor, quien presenció aquello solo pudo soltar una leve risa, no creyendo del todo que aquel doncel pudiera actuar de esa, pero al ver la cara de la chica, solo pudo ir a gran velocidad, en busca del señor Vega.

 

—¡Amo Vega hay problemas! —, ni siquiera se molestó en golpear la puerta o anunciarse, especialmente al ya conocer el horrible carácter que aquella chica se cargaba.

—¿Qué sucede?, ¿le pasó algo malo a Alex? —, preguntó Simón alarmado.

—El joven Miller está en problemas, más específico, el problema es una furiosa señorita de nombre Carola Davis —, le dijo presuroso.

 

Simón y Richard siguieron lo más rápido que la edad les permitía al pobre chófer, temiendo algún confrontamiento alarmante por parte de la despreciable muchachita, especialmente porque la chica muy seguramente ya sabía que sus planes de hacerse con la fortuna de los Vega, se le había escapado de las manos. Pero para cuando llegaron, la molesta Carola ya le había propinado una bofetada al doncel, quien solo atino a apretar los puños no queriendo defenderse de manera agresiva.

 

—¡Oh!, señor Simón me da gusto verlo. Exijo que despida o haga algo con este indigente —, ordenó como la dueña del lugar al ver al abuelo de su novio —. No solo mojo y arruino mi vestido nuevo, también me insulto y ofendió como no se imagina —, miró con odio al doncel.

—Yo no la insulte —, Alex miro al señor Vega con enojo —. Yo solo le dije sus verdades, ¿o no fue así señorita mierda? —, le sonrió con burla a la insolente y grosera pelirroja, como si le valiera todo lo que esta dijera de su persona.

 

Simón y Richard comenzaron a reír divertidos, sin duda Alexander Miller era una cajita de sorpresas. Lo que, es más, al parecer podría defenderse muy bien de lo que llegará a esperarle en su próximo y cercano matrimonio con Dante Vega.

 

—Señor Simón, ¿acaso no le dirá nada? —, la pelirroja miro indignada al anciano —. Yo merezco respeto, después de todo yo seré la próxima esposa de su nieto —, le recordó muy segura de sus palabras.

—¡Ay, niña! —, Simón solamente se carcajeo ante lo dicho —. No lo creo Carola. Yo sé muy bien como es mi nieto, sé muy bien que él solo te dijo lo de una boda para llevarme la contaría. También conozco a la esposa de mi hijo y sé que ella fue la que te dijo el chisme para que vengas y trates de convencerme para que deje de lado mi idea de casar a Dante con alguien que no seas tú —, miró con seriedad a la chica —. Pues ya que te has tomado la molestia de venir, te diré que no me vas a hacer desistir —, le respondió sin más —. Pero bueno, aprovechando que ya estás aquí, te presento al futuro esposo de mi nieto, Alexander Miller —, señaló con la mirada al doncel.

 

Carola soltó un grito de asombro al oír aquello. Miro con más detalle al doncel y más lo odio. El chico tenía unos cabellos negros de un largo hasta los hombros, una piel blanca que resaltaba aún más con el negro que poseía su cabello, pero lo que más odio de aquel doncel, fue que aquel par de ojos morados que se asemejaban a las amatistas.

En conclusión, odiaba lo bello de ese doncel, especialmente porque bien sabía que Dante podría enamorarse de ese maldito usurpador, más si este se proponía a seducir lo que por derecho era suyo.

 

—Bueno Carola, como podrás ver, no eres bienvenida en mi hogar, así que, de la manera más educada, te pido que te marches porque todavía hay cosas que hacer para esta noche —, Simón abrazo al doncel, quien temblaba nervioso debido a lo que él había dicho.

 

Carola los miro con odio y así como llego se fue, claro, soltando toda clase de insultos dirigidos al doncel al que ahora odiaba con todo su envidioso ser por haber arruinado sus planes.

 

—Héctor, lleva a Alex a su casa, por favor —, Simón miro a su chófer.

—No se preocupe señor, que yo me voy a asegurar de que llegue a salvo —, le dijo de manera respetuosa.

—No voy a mi casa —, susurró Alex —. Voy al hospital a contarle a mi tía sobre este asunto en el que me involucre por idiota. Además, no quiero que mi tía se entere por otras personas —, le dijo resignado al señor Vega.

 

Simón iba a decirle algo, pero la mano de su amigo en su hombro, le hizo desistir y ver las cosas con más claridad. Solo pudo ver como Héctor arrancaba el auto con Alex en el asiento trasero.

 

—Richard, creo que me estoy arrepintiendo —, murmuró dolido.

—Aún no es tarde para cancelar esto amigo —, le recordó preocupado.

—Lo sé, pero no puedo dejar ir esta oportunidad —, sonrió con un aire de tristeza.

 

~~

 

—Muchas gracias señor Héctor —, le dijo el doncel con una amable sonrisa.

—No hay de qué joven —, le respondió —. ¿Voy a esperarlo aquí o en su casa?, recuerde que debo llevarlo a la cena de la familia Vega —, murmuró apenado.

—El doncel borro su sonrisa al recordar que debía volver a ese lugar —. Creo que a dos cuadras de mi casa —, le respondió sin ánimos.

 

Héctor solo asintió, para después comenzar a manejar, dejando al doncel con un amargo sabor de boca al recordar que debía volver esa noche a la mansión de los Vega y conocer al hombre con el que se vería obligado a casarse.

 

—Bueno, al mal paso, darle prisa —, se dijo, mientras se disponía a entrar al hospital.

 

Se palmeo las mejillas hasta dejarlas rojas y tomo una gran bocanada de aire. Entro y se encamino hasta llegar a la habitación donde su tía se encontraba.

Sonrió alegre al ver que la mujer se veía un poco mejor que días anteriores y para su buena o mala suerte, todo era gracias al dinero que el señor Simón le había dado. Pero, aun así, lo que le habían hecho no tenía perdón alguno.

 

—Hola tía —, saludo sonriente.

—¿Alex?, ¿qué no tenías que trabajar? —, le pregunto extrañada de verlo otra vez.

—El doncel la miro nervioso —. Sobre eso, hay algo que debes saber y mejor lo cuento yo y ahora, antes de que te enteres por otros medios —, le dijo.

 

Alex le contó todo lo ocurrido a su querida tía, la cual trato de mantener la calma. La pobre no creía cuan bajo había caído aquel señor, que hasta a ella sin conocerlo, le pareció agradable.

 

—¿No pensaras casarte con alguien que no conoces? —, preguntó alarmada.

—Alex la miro dolido —. Tengo que. No solo por ti, también porque el contrato dice que, si no lo hago, iré a prisión. Te imaginas siquiera si voy a la cárcel, ¿quién vería por ti? —, le recordó angustiado –. Además, solamente será por un año y tal vez llegue a un acuerdo con el joven Vega y no tengamos que intimar o pelearnos.

—La mujer frunció el ceño —. O tal vez te obligue a algo que no quieres que pase —, le dijo molesta —. Mejor huye y olvídate de mí —, le pidió desesperada.

—El doncel tomó la mano de la mujer entre las suyas —. Eso jamás tía —, le dijo seguro de aquella decisión —. Me prometí a mí mismo cuidarte como tu una vez lo hiciste por mí, así que, por favor, mantente tranquila, porque siempre vendré a visitarte para que siempre sepas que yo estoy bien —, le dio un beso en la frente.

 

Ambos se abrazaron con fuerza, esperando que nada malo les siga asechando como lo hacía desde hacía ya algunos años.

 

~~

 

Simón decidió ver el mismo lo necesario para esa cena familiar. Quería que todo fuera perfecto con el anuncio del compromiso de su nieto y la presentación de Alex ante su familia, y por supuesto que no permitiría que su horrenda nuera se entrometiera y arruinara sus planes.

Así que apenas vio que Alex partió, se dispuso en andar de aquí para allá.

 

—Antonia, ¿cómo va la cena? —, preguntó amable y sonriente.

—La señora le sonrió —. Solo unos cuantos toques y quedara lista para emplatar —, le dijo —. A todo esto, ¿ese pay de limón es el que dará de postre?, ¿no? —, preguntó curiosa, era raro que el señor Vega diera un postre algo simple y que no fue echo en casa o elegido por él.

—Así es. Y lo hizo el futuro esposo de mi nieto, así que, por experiencia propia, sé que esta delicioso —, le dijo sonriente.

 

La mujer asintió alegre. Ciertamente le gustaba ver así de alegre a su jefe, además de querer recuperar lo que por derecho aún era suyo. Solo esperaba que aquel doncel no fuera como la insoportable Carola Davis o la malvada Iliana Salazar, la cual la había despedido por una tontería.

 

—Bueno Antonia, me retiro para alistarme y pedirle a Héctor que le lleve su ropa a mi nuevo nieto. Te dejo a cargo —, le pidió ansioso.

 

La señora asintió gustosa, mientras veía al señor Vega salir con prisa de la cocina. Sin duda alguna, aquel doncel lo traía ansioso y emocionado.

 

~~

 

Carola llegó furiosa donde según ella, su futuro esposo trabajaba. No le importo que la secretaria le advirtiera sobre el trabajo de Dante, mucho menos al ver la mirada fría y severa que el rubio le envió al verla entrar sin ser anunciada.

Ella solo estampó sus manos contra el fino escritorio de caoba y miro con furia al que tan solo un día atrás, le iba a proponer matrimonio.

 

—¿Cómo esta eso de que te casaras con un doncel cualquiera? —, preguntó —. Tan solo una semana atrás, me pediste que planeara nuestra boda. Lo que, es más, ayer por la mañana me ibas a proponer matrimonio de manera formal, pero debido a la llamada de tu abuelo todo se arruino —, chasqueó la lengua furiosa —. ¿Y con que me tope al llegar a tu casa?, que tu abuelo me echara alegando que ya no soy bienvenida y que te vas a casar con ese usurpador.

—Dante suspiro resignado. Bien sabía que tarde o temprano eso iba a suceder, pero, ¿por qué tenía que ser temprano? —. Pues es como dices. Mi abuelo me amenazó con desheredarme a mí y a mis padres si no accedía a casarme con ese doncel, pero no pensé que de verdad te odiara como para sacarte de nuestro hogar —, se explicó con calma.

—¿Y no tienes con que defenderte? —, preguntó indignada —. Digo, debes tener dinero propio por tu trabajo.

—Lo tengo, pero tampoco puedo darme el lujo de tentar a mi suerte —, miró a la chica con seriedad —. La compañía, los hoteles, las casas, todo eso está a nombre de mi abuelo, incluso la fortuna Vega, todo eso es muchísimo más de lo que mi padre y yo tenemos juntos.

—¿Entonces te casaras con ese fácil? —, cuestionó con rabia, mientras apretaba con fuerza los puños.

—Así es, pero solo será por un año, hasta entonces puedes esperar si así lo deseas —, respondió con simpleza.

—Me dices eso, pero nada me asegura que luego lo quieras dejar ir —, le dijo con furia —. Porque un año es mucho tiempo Dante Vega, y yo no creo poder esperar tanto —, le advirtió.

—Dante ni la miro, prefirió seguir firmando papeles —. Pues mucha suerte querida, solo te digo que una vez fuera de mi vida, no es fácil volver a entrar y si así quieres tomar las cosas, adelante.

 

Carola estaba roja de furia. Azotó con fuerza la puerta de aquella oficina y salió de aquel edificio golpeando sus finos tacones, sin importarle para nada arruinarlos.

En verdad le daba rabia saber que todos sus planes se habían truncado por culpa de aquel doncel oportunista.

 

~~

 

Todavía eran las tres de la tarde y la mesa del comedor ya estaba pulcramente ordenada y decorada.

Copas de tres tamaños diferentes y platos lisos y hondos, también había varios cubiertos finos y como adornos, tres arreglos de flores estaban situados en línea recta en medio. La servidumbre iba de aquí para allá arreglando cualquier imperfección, esmerándose para tener contento al señor Simón Vega, a quien no habían visto tan emocionado y alegre en un buen tiempo.

Pero todo quedó sumido en silencio y todo mundo detuvo su trabajo al oír y ver llegar a la esposa del señor James.

 

—Buenas tardes señora Vega —, saludo con respeto una joven mucama.

—Buenas tardes —, respondió con la cabeza en alto —. Hoy vengo con hambre, así que quiero mi comida lista en el comedor principal —, ordenó despectiva.

—Lo siento querida, pero te había dicho que el gran comedor estaría ocupado todo el día, así que tendrás que ir a comer en algún restaurante como siempre lo haces —, Simón apareció justo a tiempo para ponerle un alto a su nuera.

—Iliana lo miro con odio —. Lo había olvidado, bueno, entonces tendré que esperar a la cena —, le respondió con una sonrisa falsa.

 

Simón solo la vio alejarse para después comenzar a reír divertido. No solo porque sus planes iban como quería, también por poner en su lugar a dos arpías el mismo día.

 

—Perla deberías de ser más valiente y no permitir que esa tipa te trate como si fueras menos —, le dijo amable a la joven.

—Lo intento, pero me da miedo de que me despida —, le respondió apenada.

—Simón suspiro resignado al ver que no lograría nada —. Ya arreglaremos ese comportamiento, por ahora necesito que ayudes en la limpieza de la sala de reuniones —, le pidió con calma.

 

La chica asintió para después ir con prisa donde le habían dicho. Mientras que Simón comenzaba a caminar hacia su habitación para terminar de alistarse como era debido.

 

~~

 

Iliana llegó furiosa a la habitación que compartía con su esposo, llevándose la sorpresa de ver a ese mismo hombre preparándose para esa absurda farsa.

 

—¿En verdad piensas asistir? —, le pregunto con molestia.

—James la miro con seriedad, mientras amarraba correctamente la corbata de su traje —. Pues sí. Nos guste o no, mi padre gano y Dante deberá casarse con ese sucio y embustero doncel, además, solo será por un año —, respondió con simpleza.

—Pues yo no pienso participar en este juego —, respondió ella con molestia.

—Solo te digo una cosa, podemos empezar bien con ese usurpador, pero recuerda que, si el anula el matrimonio, todo esto se acaba —, le recordó con malicia.

—Iliana miro a su esposo y sonrió ante aquello. Así que ese era el plan de su esposo —. Pues será mejor que me aliste y no haga esperar a mi futuro yerno —, dijo con burla.

 

Ambos comenzaron a reír al ya creerse ganadores con ese malévolo plan entre manos.

 

♥♥~ღ~♥♥

 

La noche llegó y con ello las pocas personas que fueron invitadas. Desde el señor Johnson y su esposa, hasta los padres de Iliana. Todos bien vestidos para la ocasión especial que se celebraba

Simón hizo que todos esperaran en la sala de reuniones, mientras el esperaba algo alterado a que llegara Alex y solo pudo volver a respirar con normalidad cuando vio el auto llegar.

 

—¿Por qué tardaron tanto Héctor? —, preguntó nervioso.

—Es que al joven Alexander se le hizo tarde —, explicó apenado.

 

Simón solamente asintió, mientras veía al hermoso doncel salir del auto. Se quedó sin habla al ver lo bello que se veía.

Sin duda ese elegante pantalón blanco de estilo pitillo le quedaba a la medida, entallado, pero elegante, dejando expuesta la estilizada forma de las piernas que el doncel procuraba ocultar. Y obvio que el morado le quedaba como anillo al dedo, por eso se aseguró de mandarle una camisa slim-fit, la cual tenía los dos primeros botones desabrochados, haciendo que resalte aún más su bella figura. Los zapatos brogue, blancos y brillantes quedaron justo y como lo quería, y terminado con su fino cabello negro y ondulado, peinado ligeramente hacia atrás y dejando uno que otro mechón rebelde caer con gracia y elegancia y aquel collar de plata con una reluciente cruz, le daba el toque final.

 

—Te ves muy bien Alex, aunque solo falta un detalle —, se le acerco, mientras que de su refinada chaqueta sacaba un pequeño pomo de color crema y adornos de moños —. Esto lo usaba mi difunto esposo para darle un poco de brillo y color a sus labios —, lo abrió y unto un poco de aquel labial en sus dedos —. Estoy seguro de que hará lo mismo por ti —, con cuidado paso sus dedos por los labios del joven.

 

Alex pudo detectar un ligero olor a frambuesa y una mirada llena de melancolía. Al parecer al señor Simón le dolía hablar de su esposo.

 

—Bueno, es hora de entrar y presentarte —, le dijo animado, mientras rodeaba el brazo derecho del doncel.

 

Ambos entraron a la casa. Caminaron hasta llegar a una gran sala, lugar donde todo mundo los esperaba con impaciencia por saber lo que pasaría.

Muchas miradas se posaron en el joven doncel, quien no podía estar más nervioso todavía.

 

—Los reuní hoy, para celebrar el compromiso de mi nieto Dante Vega y este lindo muchacho, Alexander Miller —, Simón no pudo esperar más y anunció aquello.

 

Todos los que no sabían nada de aquello quedaron sorprendidos. Mientras que Iliana y James comenzaron a dudar sobre si sus planes funcionarían.

Pero Dante, él solo podía ver con vehemencia aquel par de hermosos y morados ojos que irradiaban una inexplicable luz. Solo pudiendo pensar que eran como amatistas puras y finas.

 

 

Continuará

Notas finales:

Espero que les haya gustado y si es así y me lo hacen saber con sus hermosos comentarios, se los voy a agradecer muchisímo :D


Y bueno, como podrán ver, Dante tuvo una impresión algo “rara” al ver a Alex, ya veremos cómo lo trata en el tercer capítulo :/


Próximo capítulo… “Cena De Compromiso” y veremos que tal le va a Alex con su futura familia :D


En fin, nos leemos pronto


Chau chau (^3-)/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).