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Catarsis por LECTER_SWAN

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Notas del capitulo:

Otsea¡ ven que tardo años en actualizar y la pagina de amor yaoi decide borrar todo el capitulo que pensaba subir¡

asi no se pinshis puede¡ 

Pero bueno espero esta vez se pueda subir u,u la mento l atardanza pero solo soy un pobre y humilde licenciado en enfermeria que trata de iniciar una vida independiente de sus padres

Espero me tengan paciencia y aqui les dejo este super capi qu edisfrute mucho en escribir

-Lo que dices no tiene sentido- repitió la peli castaña mientras devolvía otro grueso libro a los estantes de la biblioteca.

-Solo escucha bien Hermione, tiene todo el sentido del mundo- detrás de ella un acelerado ojiverde trataba de hacer, por todos los medios posibles, que su amiga entendiera la gravedad de la situación. Cosa que llevaba intentando hacer desde hacía como tres horas, pero su amiga nada más se negaba a creer en sus palabras.

-Harry- le dijo en su tono severo, ese que usaba cuando ya estaba harta de la situación- Draco Malfoy no es un mortifago, simplemente no tiene la edad para serlo y el señor tenebroso no va a aceptar a alguien tan inexperto en sus filas, así que olvídalo ya.

-Pero Hermione…-no estaba dispuesto a dar su brazo a torcer, porque su teoría tenía toda la lógica del mundo. Malfoy era hijo de la mano derecha de Voldemort, él lo sabía muy bien, ¿Qué tenía de raro que Lucius Malfoy llevara a temprana edad a su único hijo para ponerlo bajo las órdenes de este?

-Harry-le respondió en el mismo tono de exasperación que él había usado- no tiene sentido, Draco, al igual que nosotros aún es un niño, no se ha licenciado siquiera y pese a que tenga la mayoría de edad no tiene la experiencia necesaria para estar dentro del circulo de los mortifagos. Un simple dolor de brazo no quiere decir que tenga la marca tenebrosa, además- inhalo fuertemente para decir esto último- ¿No crees que si Draco fuera eso que dices que es, Dumbledore ya lo habría expulsado o mínimo mandado llamar?

Bueno su amiga tenía un muy buen punto pero su mente simplemente se negaba a aceptar su derrota.

-Solo sé que es extraño…

-Extraño sí, pero no por eso vas a andar acusando de cosas tan severas a alguien, que de por sí ya odias.

-¿Qué quieres decir?- de nuevo se puso a la defensiva cuando escucho esa frase de parte de su amiga- ¿Insinúas que digo todo esto solo porque Malfoy no me cae bien?

Su amiga puso los ojos en blanco antes de empezar a caminar, a paso calmado, fuera de la biblioteca, ya casi acabaría su descanso y debían volver a las clases.

-Mira Harry- dijo con infinita paciencia- para nadie es secreto que tú y él no se llevan bien. ¿No crees que ese odio que le tienes esté haciendo que mal pienses las cosas?

-¡Hermione él también me odia! - ya estaban en el pasillo y varios de los compañeros que pasaban a su alrededor camino a sus clases o al comedor voltearon para verle.

-Sobre eso…-la peli castaña se mordió un poco el labio como si no supiera si debía de revelarle algún oscuro secreto- mira, solo digo que debes de pensar las cosas con calma…

Para su suerte en ese momento Ron llego desde el otro lado del pasillo, saludando de forma cordial antes de palmear la espalda de Harry.

-¿Qué hay compañeros? ¿Listos para la clase?- Harry y Ron tenían clase de adivinación, habían dicho que la dejarían, pero la verdad los créditos y las buenas calificaciones que les daba Trelawney solo por decir que uno de ellos moriría pronto, les hacían replantearse este hecho.

-Yo estoy más que lista- dijo Hermione encaminándose hacía su clase de runas antiguas, ella jamás volvería a tomar una clase con Trelawney ni aunque le estuvieran lanzando la maldición cruciatus- nos vemos luego en el comedor- dicho eso se fue a paso calmado hasta su clase dejando a los dos chicos ahí solos-

-¿Qué pasa Harry? Te ves algo contrariado- pregunto el pecoso una vez ocuparon sus lugares en la última mesa del fondo de la sala.

-No…nada…-después de lo que le había dicho Hermione difícilmente quería contarle sus sospechas  a alguien más, aunque ...bueno ron era Ron y seguramente este entendería mejor sus sospechas- después hablamos…-le susurro un instante antes de que la profesora de Adivinación apareciera entre los vapores de incienso que flotaban por ese espacio.

*        *       *

Al final no fue buena idea contarle a Ron, al parecer su amigo pelirrojo era de la misma idea de Hermione, y ahora no solo estaba enfurruñado sino que sus dos amigos le habían dejado solo bajo la excusa de que así podría pensar las cosas y tranquilizarse un poco. Si como no, Harry no necesitaba calmarse, él necesitaba que le creyeran y le apoyaran ¿Tan difícil era eso?

Había pasado sus dos últimas clases en un silencio tenso y cuando por fin llegó la hora del descanso se encontró vagando por los corredores del castillo. Estaba muy sumido en su enojo que no notó que había llegado a un pasillo de la planta baja que llevaba directamente hasta las mazmorras de Slytherin, él ya había estado ahí antes, claro que no con la apariencia de Harry Potter sino con la de Gregory Goyle. Claro que ahora ya no era así, aunque claro eso no evito que siguiera caminando y no se diera cuenta que unos metros más al frente estaba Draco Malfoy hablando con alguien.

De no haber sido por el eco de las voces de estos él habría seguido caminando hasta topárselo de frente, cuando estuvo como a unos 10 metros levanto la vista del suelo topándose con una escena demasiado extraña que primero no creyó estar viendo. Parecía ser todo un producto de un hechizo ilusionador pero ahí frente a él estaba el príncipe de las serpientes hablando, de forma muy calmada, con Artemys Lovegood.

Por Merlín.

Por acto reflejo se escondió detrás de una armadura que había por allí y espió a través de uno de sus brazos, el corazón le latía tan deprisa que lo sentía en la garganta. Artemys se veía relajado y tranquilo, traía puesta su túnica de Ravenclaw que lucía bastante desarreglada, el chico en si traía los cabellos revueltos y varias ramitas atravesadas en este, más aparte tenía la cara manchada con algo que parecía polvo. Ese aspecto era bastante natural en él, lo que ahí no cuadraba era el hecho de que estaba hablando con Malfoy.

DRACO MALFOY.

Y este parecía estarle respondiendo de forma bastante respetuosa, o lo más respetuoso que se permitía pues de vez en cuando hacía una ligera mueca. Lástima que no podía oír bien lo que le decía pues el lugar donde estaba escondido tenía bastante capacidad de eco y este distorsionaba las palabras de los otros. Apenas y pudo distinguir un “esta noche” y un “más te vale no llegar tarde” por parte del Malfoy

¿Pero qué diablos pasaba ahí?

Intento escuchar algo más pero lo único que pudo distinguir fue un “de acuerdo” por parte del rubio ojigris antes de darse media vuelta e ir por el pasillo que dirigía a las mazmorras. Artemys por su parte acomodo los libros en su brazo y con paso calmado regreso por el pasillo, pasando al lado del escondite donde estaba Harry, para ir al comedor.

Más que ser extraño, era imposible ¿Qué hacía alguien como Artemys hablando con alguien como Malfoy?

De nuevo su sexto sentido le dijo que algo ahí no estaba del todo bien. Y de nuevo la idea de que Malfoy era un mortifago vino a su mente. A lo mejor su amigo Ravenclaw había sido puesto bajo el encantamiento imperio y estaba siendo manipulado por el Slytherin, si…eso tenía bastante sentido. Pero ¿Desde cuándo? Y más importante aún ¿Por qué no había notado absolutamente nada? Cierto era que Artemys tenía un carácter algo especial (por no decir extraño) pero aun así habría notado si estaba siendo manipulado.

Debía de averiguarlo ahora mismo, pues si resultaba ser verdad entonces su otra teoría sería rotundamente cierta y por ende tendría las pruebas suficientes para que Dumbledore o incluso McGonagall hicieran lo pertinente con Malfoy.

Teniendo esta idea en mente salió corriendo con dirección hacía el comedor pues había visto que este iba hacia ese camino, si bien no iba directamente hacía este bien podría alcanzarle y ver de una buena vez por todas si estaba bajo el influjo de algún hechizo o poción maligna.

En su carrera hasta el comedor ya había maquinado mil y un opciones de lo que haría si no encontraba a su amigo, algunas iban desde buscarle por todas las clases hasta la más irrisoria que era irle a buscar y acampar directamente en la sala común de Ravenclaw. Pero para su suerte no fue necesario pues encontrarle fue más fácil que nada.

Estaba en el comedor, parado frente al lugar donde ya estaban sentados sus dos compañeros: Ron y Hermione quienes le hablaban con calma. Pudo ver, desde la puerta del comedor que es donde se había quedado parado, como Artemys le regresaba los libros que traía en el brazo a su amiga quién le respondía con una sonrisa y se giraba hacía su mochila sacando un gran libro encuadernado en piel y se lo entregaba.

Hasta ahí no había nada extraño, pero debía de asegurarse así que a paso firme fue hasta el lugar- Hola- dijo intentando parecer casual pero la agitación en su respiración le hizo jadear un poco.

-Hola, colega, ¿Por qué vienes así? Cualquiera diría que te perseguía una Banshee-bromeo el pelirrojo que acerco un poco más el tazón de puré de papa para servirse una buena porción de este.

-N...Nada en especial- tardo un par de segundos en volver a regularizar su respiración y cuando por fin lo logró no tardó en empezar a hacerle preguntas a su amigo Ravenclaw que seguía ahí parado- Artemys…¿qué haces aquí?

Muy bien hecho Potter, ahora seguramente te va a contar todo con pelos y señales.

-Solo le devuelvo los libros de pociones avanzadas que me presto Hermione, gracias de nuevo- con su típico tono soñador se inclinó un poco hacia su amiga castaña que en seguida le dijo que no había problema.

-Espero te sirvan para mejorar tus calificaciones, Snape la tiene contra ti.

-Creo que no fue buena idea derramar ese frasco de esencia de Bowtruckle sobre su túnica…-mientras decía eso sus ojos iban de un lado a otro de sus amigos, como si fuera capaz de ver algún tipo de sombra extraña que ellos proyectaban.

-Ve el lado bueno al menos descubrimos que no tiene tantas como pensábamos- Ron no pudo evitar reírse al recordar la mancha rosada, como una gran flor, que le quedo al profesor en la manga de esta y como se le vio varios días sin la túnica- debo de admitir que sin ella se le quita un poco el aire de murciélago.

-Así que tienes problemas con pociones- intervino de forma un tanto brusca antes de que el tema se desviara demasiado- ¿Alguien ha visto a Malfoy últimamente?

La pregunta fue demasiado brusca y tan fiera que tanto Hermione como Ron fruncieron el ceño.

-Compañero, no sigues con esa absurda idea en la cabeza ¿O sí?- era claro que Ron no quería decir nada más frente a su compañero Ravenclaw. No querían comprometerse de más.

-Yo le vi- dijo de forma casi casual- hace poco. ¿Sabes Ron? En estos días deberías de participar en las pruebas de Quiddich, tengo la ligera impresión de que podrás llegar a capitán.-como siempre los comentarios de Lovegood eran extraños y fuera de lugar, pero ellos ya se habían acostumbrado, generalmente esos comentarios hacían un cambio de tema de forma tan calmada y casual que nadie era consciente de ello.

-¿Le viste?- por obvias razones Harry no iba a dejar que cambiara de tema y menos si ya había logrado sacarle algo a su esquivo amigo.

-Si- se limitó a responder no sabiendo bien que esperaba de esa extraña entrevista.

-¿Y qué te dijo?

-Harry-la voz de Hermione, algo severa, le hizo voltear- tenemos clase.

-Aún es pronto- le dijo con algo de exasperación, tenía que saber, debía de saber la causa por la cual su amigo Artemys estaba entablando una charla con alguien como Malfoy, tenía que ir reuniendo las pruebas para demostrar que no estaba loco y mucho menos que actuaba por odio o prejuicio. Draco Malfoy era un mortifago e iba a probarlo

-Es mejor llegar temprano-dijo de nuevo su amiga empezándose a levantar siendo seguida por Ron.

-Adelántense...

-Harry-

-No quiero ir con ustedes Hermione.

-Por favor no…

-Me estaba ayudando-la voz de Artemys, calmada y ensoñadora, les hizo terminar su pelea.

-¿ayudándote?

-No soy bueno en pociones-sus ojos iban de un lado a otro como si por el aire se deslizaran figuras invisibles que solamente él podía ver- estoy a punto de suspender la materia y el profesor Snape no tolera eso, me ha asignado un tutor.

-¿Tutor?-

-Así es…-de pronto sus enormes ojos azules se centraron en Harry, por primera vez en todo lo que había durado esa charla- Draco Malfoy me fue asignado como tutor por órdenes del profesor Snape ah…es muy tarde ya, debo de irme. Hermione gracias de nuevo por los libros, me han ayudado bastante.

Con esa última frase se dio media vuelta y se fue dando pequeños saltos hasta su próxima clase.

-¡Eso fue muy rudo Harry!-le regaño, como siempre, su amiga Hermione

-Deja ya de lado tus locas ideas, en serio Harry, te vas a meter en problemas si sigues queriendo acusar al hurón de algo que no hizo.

-¿Algo que no hizo?-abrió la boca más que ofendido por lo que le decían- Pero es que ¿No pueden ver lo que está frente a sus ojos? ¡Es más que obvio!

-No Harry, eso es lo que tú quieres ver pero no es la verdad- con esta palabras le dejo, ahí parado en el comedor con la boca muy abierta y un enojo que iba creciendo cada vez más y más.

*                    *                    *

Pese a las clases y los montones de tareas que les habían dejado todos los profesores le habían dejado Harry no estaba para nada concentrado en estas, solo había una idea en su mente que le mantenía hasta esa hora despierto. Y esa idea era que Draco Malfoy era un mortifago y había hechizado a Artemys Lovegood para que la hiciera de su compinche. Eso seguro.

Pero ¿Cómo probarlo?

Porque ya estaba más que claro que con solo decirlo no iba a ganar nada. Al contrario solo tendría más y más enemigos, sus dos amigos ya le habían demostrado que si seguía empecinado con esa idea le iban a dejar de hablar, y eso sin duda lo habían cumplido pues desde la escena del comedor no le habían hablado para nada.

Ahora estaba en la sala común de Gryffindor y movía la pluma que tenía entre sus dedos de una forma un tanto maniática, era obvio que no podía concentrarse por más que lo deseara. La imagen de sus amigos Lovegood hablando con el traicionero de Malfoy aparecía constantemente en su cerebro y más porque todos estaban empecinados en que se estaba imaginando eso.

Él no imaginaba nada, lo que pasaba es que los otros eran demasiado ciegos como para notarlo.

Y debía de demostrarlo.

-¿A dónde vas?-le pregunto su amiga Hermione pese a que ella y Ron se habían propuesto hacerle la ley del hielo mientras no desistiera de sus locas ideas.

-Necesito un libro para poder terminar esto- iba a responderles que no le interesaba pero la verdad es que eso hubiera causado mucha más sospecha así que se limitó a dar una respuesta que podía ser plausible pero que escondía cierta ira.

-Déjale Hermione-intervino su amigo pelirrojo cuando vio que la castaña estaba dispuesta a iniciar una pelea con su amigo de gafas.

Harry jamás había estimado tanto a Ron como ese día que, sin siquiera saberlo, le había dado la oportunidad de salir de ahí sin ser interrogado más de la cuenta por su amiga. Momentos después estaba caminando a paso decidido por los medios vacíos corredores de la escuela. No sabía exactamente a donde ir pero si sabía lo que buscaba, eso ya era una gran ventaja así que ayudado un poco por su deducción llegó hasta un salón cuya puerta entornada dejaba escuchar dos voces demasiado conocidas. Haciendo uso de su sigiles se acercó lo suficiente como para poder descifrar con exactitud las palabras que decían.

-No, no, no-se escuchaba que decía el rubio ojigris, su tono de voz sonaba bastante exasperado, lástima que la puerta no estaba tan abierta como para poder ver los gestos que hacían. Seguramente estaban hasta el fondo de la estancia pues no podía verlos- debes de poner primeramente el polvo de asfódelo, recuerda que debe de ser de forma lenta si lo colocas todo de golpe te explotará en la cabeza.

-¿Y qué pasa si hago eso?-se escuchó que dijo la voz de su amigo Artemys.

-Bueno digamos que no podrás ver por donde caminas pues tus cejas crecerán hasta tus rodillas.

Un momento de silencio se abrió paso en la conversación abriendo paso a varios sonidos que pronto identificó como el sonido de un caldero borboteante y varios matraces siendo removidos.

-¿Y esto debe de moverse así?-más sonidos de cristales chocando y el líquido siendo removido en el caldero.

-En el sentido contrario de las manecillas del reloj, ¿En serio no eres mi capaz de remover bien una simple poción?-la voz exasperada del rubio ojigris le hizo entrar en alerta, generalmente ese tono era usado con sus esbirros Crabbe y Goyle cuando estaban a punto de empezar con sus torturas personales, así que dejando de lado la lógica y el sigilo se metió de lleno en la sala. Lo primero que le recibió fue una extraña imagen, tanto Draco como Artemys estaban sentados uno frente al otro con un caldero burbujeante en medio de ellos. Apenas entró ambas miradas se centraron en él apenas entró en el salón.

-Potter- murmuró el rubio Slytherin quién, como siempre, le lanzó una mirada de odio puro.

-Hola Harry-saludó de forma amigable el chico Ravenclaw, era como si ni siquiera se hubiera dado cuenta que nadie le había invitado a estar ahí-

-¿Qué se supone que hacen?-interrogó mirando duramente a Malfoy que se había movido en su lugar y se había quedado cruzado de brazos mirando un lugar en específico en el salón.

-Draco me está enseñando pociones- Artemys se había inclinado sobre el caldero y soplaba levemente en el vapor para poder alcanzar a ver la superficie de su poción-es mi tutor.

-Suficiente- intervino el chico Slytherin quien se levantó acomodando su túnica en forma casi mecánica- la clase ha terminado.

-¿Tutor?-intervino de pronto Harry con la boca bastante abierta debido a la sorpresa que le causaba el tener ahí a su enemigo jurado actuando como si fuera una buena persona- Draco Malfoy no puede hacerla de tutor, eso es imposible.

-¿Sorprendido Potter?- y ahí estaba de nuevo esa sonrisa de autosuficiencia y arrogancia que hacía al de lentes rabiar hasta casi desear que viniera algún dementor para sorberle el alma- parece ser que tengo bastante capacidad para poder enseñarle algo básico a alguien más.

-Tú no podrías ni enseñarle a alguien como hacer algo que no sea lanzar la maldición cruciatus-

-Puedo hacer todo eso y mucho más Potter- sonrió de lado-

-El profesor Snape me asignó a Draco como tutor es el mejor alumno que ha tenido así que me está ayudando y ha sido bastante útil- la intervención del Ravenclaw no calmo los ánimos, es más los dos chicos ni siquiera le voltearon a ver.

-Nadie te cree eso Malfoy, todos creen que eres una blanca palomita pero no es verdad, yo sé que estas planeando algo y créeme que haré todo lo posible para ponerte en evidencia.

-Ya alucinas Potter, estas tan loco metido en tus locas alucinaciones que no eres capaz de ver más allá de tus estúpidas gafas.

-Crees que no me he dado cuenta ¿Eh? –sacando valor de quien sabe dónde se atrevió a plantarle cara- la forma en que te mueves y evitas que la gente roce siquiera tu brazo izquierdo, la forma en que te escondes y evitas la mirada del profesor Dumbledore…

-No sé qué es lo que estas intentando decir Potter…-pese a que dijo eso de forma firme su mirada no era la misma, estaba titubeando.

-¡Eres un mortifago!- apenas había dicho eso cuando un enorme estrepito seguido de una enorme nube de humo color  purpura les envolvió dejándoles completamente ciegos, la nube de humo se metió en sus narices haciéndoles toser y estornudar de forma constante, sus ojos lagrimearon. Ambos manotearon intentando disipar el humo hasta que este se aclaró lo suficiente.

-¿Qué rayos fue eso?-rugió Malfoy de forma bastante iracunda.

-Lo siento se me resbalo el frasco de infusión de asfódelo- la inocente voz de Artemys les dejo bastante perplejos, eso y que al aclararse la nube de vapor lo que vieron fue una extraña escena que les causó una extraño estremecimiento antes de intentar reprimir una estruendosa carcajada por parte del de lentes y un grito de ira por parte del rubio ojigris.

-¡Te dije que tuvieras cuidado con el asfódelo! ¿Ves lo que has hecho?- de forma iracunda el chico Slytherin caminaba de un lado hacía el otro, como un león enjaulado con una larga melena rubia que le llegaba hasta la cintura. Harry también tenía una larga mata de cabello todo alborotado que incluso hasta le llegaba a tapar los ojos-¡esto es justo lo que pasa cuando no tienes cuidado con las cosas!

-¿Qué rayos paso?- apartándose los mechones de cabello parpadeo mirando todo a su alrededor, bueno no parecía haber mucho cambio, de hecho todo seguía  igual a excepción del largo de sus melenas, pues a los tres chicos les había crecido considerablemente el cabello-¿Artemys estas bien?

-Sí, estoy bien- dijo con calma soplando uno que otro rizo rebelde que se colaba por su cara. Harry le contemplo con atención sintiéndose bastante confundido pues desde cierto ángulo su amigo parecía más bien una chica y es que la delgada cara y sus enormes ojos ayudaban bastante a este efecto, sin mencionar su cabello largo- ¿Draco estas bien?- esa simple pregunta le hizo volver a la realidad.

-¡No! ¡No estoy bien! ¿Acaso no tienes ojos en la cara? ¡Solo mira esto!- el chico Slytherin parecía realmente furioso y a punto de sacar la varita maldecirlos ahí mismo.

-¿Desde cuándo le llamas Draco a ese?- no le importaba mucho que el otro le escuchara, ahora que tenía  a los dos ahí mismo no se podía dar el lujo de dejarlos ir, les sacaría la verdad sin importar que tuviera que hacer.

-Ese es su nombre- parpadeo como si no entendiera el porqué de tan extraña pregunta. En verdad parecía sorprendido aunque ese gesto de constante sorpresa siempre aparecía en su cara, ya casi formaba parte de su expresión natural.

-Basta ya Potter, si querías venir a liarla, perfecto, ya lo hiciste- con gran furia había empezado a recoger lo que, Harry consideraba, eran sus pertenencias- ¡Maldita sea! hacer explotar así un caldero ¡Tenemos suerte de seguir todos con vida! y eso-se giró para ver furibundo al de lentes- no es cuestión de alegría para mí, créeme Potter.

La fría mirada del Slytherin le hizo quedarse petrificado viendo solamente como se giraba y salía de ahí dejándoles a los dos solos.

-Oh, eso no es bueno, ahora ya no tengo tutor- como siempre los comentarios fuera de lugar de su amigo le hicieron dar un respingo para girarse a verle.

-Artemys ¿Qué hacías con él?

-¿Yo? Preparaba mi poción de filtro de muertos en vida, el Profesor Snape me la dejo para poder obtener créditos extra. No soy bueno en pociones y estoy a punto de reprobar...

-¡No me refiero a eso! -bastante exasperado le corto el rollo antes de que empezara a hablar de sus curiosas creaturas mágicas que nadie, salvo él, podían ver.-Artemys, ¿Es que acaso no sabes lo que Malfoy es? ¿Lo que toda su familia es?

-¿Lo que su familia es?- ladeo la cabeza como si la pregunta en sí le resultara bastante graciosa.

-¡Son mortifagos!-exclamó no pudiendo contenerse más  tiempo y es que todo el tiempo que había estado diciendo eso sus amigos le habían tomado como a un loco. Y estaba desesperado por obtener algo de aceptación por parte de alguno de sus amigos- su familia está bajo las ordenes de Voldemort ¡Son malvados!

Su amigo Ravenclaw le miro atento con esos enormes ojos azules que casi parecían salirse de sus orbitas, simplemente le miraba sin emitir ningún tipo de juicio. Harry le veía atento esperando recibir algún tipo de respuesta satisfactoria. Preferentemente que estuviera de su lado y aceptará ¡Algo que era realmente obvio!

-Me parece, Harry, que deberías dejar de lado los prejuicios que tienes-eso lo dijo con total calma, casi hasta le recordó a Dumbledore cuando le decía que debía de pensar bien las cosas y no dejarse guiar por sus emociones. Después de decir eso agarro con calma su cartera que aún estaba sobre el piso y después se dirigió a la salida, no sin antes alcanzar a escuchar las palabras de Harry que rebotaron en los azulejos del baño causando un extraño eco.

-¡No es ningún prejuicio! Artemys, yo le vi, tiene la marca tenebrosa en el brazo, eso solo significa que forma parte del ejército de Voldemort.

La voz de Harry se fue perdiendo en el eco hasta que quedo completamente solo en el baño ese, sin dudas su frustración subió un par de puntos más haciéndole casi patear uno de los lavabos más cercanos. En definitiva enloquecería si nadie le creía, no podía ser posible que nadie, aparte de él, pudiera ver la verdad del idiota ese de Malfoy, debía de rebelarle la verdad a todos…tal vez si hablaba con Dumbledore…

-No sé qué lograre…-le dijo a su reflejo en el espejo antes de girarse para salir de ahí de una buena vez.

*       *      *

A la mañana siguiente le sorprendió ver a su amigo Artemys con el cabello del mismo largo que le había dejado su accidente con la poción. Él había ido con Madame Pomfrey para que se lo cortara y se lo dejara del mismo tamaño que antes de dicho accidente, al parecer a Artemys no le importaba como le vieran sus demás compañeros y seguía con su vida normal, si es que a lo que hacía el Ravenclaw se le podía considerar normal. Como por ejemplo ahora estaba dibujando brillantes insectos en un pergamino antes de animarlos para que el papel se desprendiera y estos salieran volando por todo el cuarto.

Ese día tenían una clase doble de pociones, para acabar con su mala suerte era clase mixta por lo cual tenía al idiota de Draco  con sus guardaespaldas Crabbe y Goyle, que no perdían tiempo en hacerle bromas pesadas, como empujarle para que echara en el caldero más cantidad de un ingrediente o hablar en voz alta burlándose de cómo no era capaz de hacer ninguna poción de forma adecuada.

En verdad Harry tuvo que hacer uso de todo su autocontrol para no estrellarle el caldero en la cabeza, sin mencionar que esa tarde el profesor Snape parecía estar mucho más animado en molestarle y hacer sus sarcásticos comentarios. No veía la hora en que podría salir de ese lugar. Por fin, cuando las nubes de vapor se arremolinaban en el techo de la clase pudo terminar su poción sanadora de moretones, tal vez no era de un color verde claro como la de Hermione pero al menos no era del color del cemento como lo era la del pobre Neville.

-¿Qué tal tu poción?- la ya conocida voz de Artemys le saco de sus pensamientos, se giró notando, en primer lugar, la botella que sostenía en sus manos, era de un color verde oscuro, no estaba tan mal- supongo que bien, al menos esta vez Snape no podrá decirme nada- dijo con algo de rencor en la voz antes de embotellar su propia pócima y etiquetarla debidamente.

Así fue a dejarla en el escritorio del profesor que en esos momentos recibía la poción de Artemys.

-Una sorpresa que no haya explotado el caldero- dijo con su típico tono de frialdad antes de destapar la botella y olerla- tal vez ha usado demasiado polvo de luna- gruño por lo bajo antes de garabatear una nota en un grueso pergamino- Malfoy, dele una clase extra de cómo debe usar los polvos de Luna antes de que el Señor Lovegood decida que es muy aburrido hacer una buena poción y nos transforme en monstruos lanudos- ante esto el chico Malfoy solo arrugo la nariz y Lovegood bajo la mirada antes de murmurar:

-Solo fue una sola vez…-

-Y tienen suerte de contarla, largo de aquí- con un gesto displicente de la mano le mando lejos, cosa que no tardó en hacer el Ravenclaw. Harry no lo había notado pero Draco seguía trayendo el cabello largo, solo que lo traía perfectamente amarrado en una coleta de caballo. Eso sin dudas era extraño, ¿Por qué se dejaría el cabello así? Estaba pensando en eso cuando Malfoy paso a su lado golpeando su hombro con algo de brusquedad.

-Fíjate por donde vas Potter- gruñó  de forma un tanto amenazante antes de salir del aula de pociones. Ni siquiera dejo que Harry respondiera, simplemente se fue de ahí como si algo malo le estuviera siguiendo.

-Yo debería decir eso- gruño por lo bajo el de lentes antes de meter el último libro en su mochila para salir, la siguiente hora la tenía libre y estaba pensando en donde pasarla pues no quería hablar con Hermione y Ron, seguro le darían un discurso de porque debería de dejar de pensar que Malfoy era un mortifago y no quería pelearse de nuevo con ellos.

Pronto decidió que sería mejor pasar el tiempo cerca del lago así que metiendo las manos en los bolsillos de su túnica se dispuso a ir directo hacía allá cuando sintió algo en uno de sus bolsillos, bastante curioso saco lo que parecía ser un pedazo de papel y lo observo atento, este estaba bien doblado así que lo desdoblo encontrándose con una caligrafía bien estilizada que no se le hacía conocida.

“Te veré en el sexto piso frente a la pintura de los trolls bailando ballet. D.M”

Era una simple frase y le causó bastante confusión, no conocía a nadie que tuviera esas iniciales y de todas formas ¿Para que querrían verle ahí? ¿Y cuándo habían metido ese papel en su túnica? Rememoro todas sus clases y no recordaba que nadie se hubiera acercado demasiado a él como para meterle ese pedazo de papel en el bolsillo…salvo al salir de la clase de pociones.

-No puede ser…-releyó la frase de nuevo no creyéndose lo que acababa de deducir. “D.M” no podía ser Draco Malfoy ¿O sí? No podía tener esa suerte ¿Para qué le querría ver Draco? Sin dudas no había nada bueno en eso pero no tendría otra oportunidad como esa jamás en la vida, así que mejor aprovecharla.

Fue directo a la zona en que le citaron notando que conforme avanzaba los pasillos se iban quedando cada vez más vacíos, sin dudas Malfoy no le querría ver en un lugar demasiado concurrido, así que mejor andarse con cuidado, debía de tener la varita en la mano.

Pensando en eso llego por fin al lugar no pudiéndose creer que, en efecto, el rubio chico Malfoy ya le estaba esperando ahí.

Al llegar mantuvo su distancia mirando con desconfianza al rubio que parecía sorprendido de tenerle ahí.

-¿Qué es lo que quieres?- le dijo cuando pasaron varios minutos y este parecía no querer hablar de nada en absoluto.

-No creí que fueras a venir- le dijo saliendo por fin de su incomodo silencio.

-Pues aquí estoy...-todo ese tiempo se había mantenido a ditancia y con la mano dentro de su túnica empuñando fuertemente la varita. No se iba a dejar sorprender por Malfoy.

De nuevo el silencio incomodo en el cual Harry pensó que le habían lanzado a Malfoy una especia de hechizo confundus pues parecía no saber exactamente qué decir. Estaba por decirle que si no iba a decirle nada se iría en ese mismo momento, pero justo cuando abrió la boca el chico rubio pareció haberse decidido a decir algo.

-No quiero pelear- fue lo primero que le aclaró- si te he pedido que vengas aquí es para explicarte las cosas...

-¿Explicarme?- es apalabra pareció haber sido como una especia de ácido para el de lentes que ya de por sí traía una actitud bastante a la defensiva- ¿Qué puede explicarme alguien como tú?

-Por favor Potter, no quiero iniciar de nuevo- se notaba el trabajo que le costaba al rubio el decir estas simples palabras- he…estado escuchando que estás diciendo ciertas cosas…

-Nada que no sea verdad- dijo de pronto mirándole con fiereza- tú y tu familia no son más que unos mortifagos, tienes la marca tenebrosa en tu brazo, no lo niegues.

-No lo niego- esa frase dicha con tanta determinación le hizo quedarse estupefacto- lo que quiero es explicarte la razón…quiero que entiendas…-el chico hizo una mueca como si algo en su garganta le impidiera seguir diciendo lo que quería. Harry le miraba atento intentando comprender de qué iba todo cuando decidió que en definitiva la fuerza que haya obligado a Malfoy a decir eso se había extinguido.

-¿Y porque debería de creerte?- alzando la barbilla le increpo notando que sus palabras parecían surtir un efecto en el rubio que se encogía, jamás le había visto así, tan vulnerable y el hecho de ser él el que lo causara le hizo sentirse bastante poderoso.- ¿Por qué debería de prestar atención a tus palabras? Siempre has mentido…tu palabras no tienen valor para mi.- al momento de sentenciar esto la cara de Malfoy se transformó, con la misma velocidad que un rayo su expresión paso de ser de congoja a una de odio puro, la arrogancia hizo acto de presencia.

El chico se paró erguida mente recuperando su porte arrogante, cosa que a Harry no pareció amedrentarle ni un poco.

-¿Por qué hago esto? – siseo como una serpiente a punto de atacar- ni siquiera tu puedes ser tan cabeza hueca como para no notarlo, pero ya que eres tan idiota déjame iluminarte San Potter- las comisuras de sus labios se contrajeron demostrando que el chico estaba furioso- Esto que hago es por la simple razón de que tu…me gustas.

Las últimas palabras fueron dichas caso en un susurro pero aun así no fueron imposibles de oír, cosa que Harry habría deseado con todas sus fuerzas, de hecho hasta llego el punto en que deseo no haber ido a encontrarse ahí en primer lugar. Pues de todas las posibles situaciones que se imaginó jamás pensó que en una de ellas el antipático y pedante Draco Malfoy; heredero único de una de las más importantes familias mágicas de sangre pura; se le estuviera declarando frente a un enorme tapiz de trolls con tutus de ballet.

Notas finales:

Chan chan chaaannn

Bueno, por hoy me voy contento porque he hecho muchas cosas :) ya actualice y estoy en paz con el universo¡ XD 

Gracias por leer y esten pendientes que seguire escribiendo para ustedes.

 


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