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:Vidas Vinculadas: por DionSan_95

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Notas del capitulo:

hola XD, me alegra actualizar el capitulo numero dos, sorprendida en realidad.

para ser sincera no soy amante de los crossovers por que no me gusta mucho como suelen adaptarlos y se que ese es el riesgo que tomo al colgarlo en la pagina y pese a mis pensamientos pesimista el fic tuvo buenas reacciones, eso me encanta y por eso aqui les tengo el segundo capitulo.

 

Mensaje

 

Compromiso

 

Encientro

Capítulo 2: Anhelante Llegada

 

 

Recibió un mensaje a su celular que lo hizo sonreír como bobo sin notarlo. “regrese” era lo único que decía, pero eso era suficiente para hacerlo inmensamente feliz.

 

- Asahi ¿Dónde están las cajas?... ¡tráelas aquí antes que me vuelva más vieja! – escucha el grito de su madre y da un suspiro con pesar, se preguntaba si ya era demasiado tarde haber escogido quedarse con el negocio familiar. – además quiero terminar hoy temprano, quiero ir a visitar a Keishin, dice que su esposo acaba de dar a luz y… - después de eso Asahi ignoro las palabras de su madre y se puso a trabajar.

 

Así que se guardó el teléfono en su bolsillo y volvió a agarrar las cajas que había dejado de un lado por un momento, su madre ya hace tiempo había dejado de ser la dueña para pasarle las acciones a él y a su nieto, todo eso salido de un mal susto que se llevaron con una gripe que agarro su madre. Pero Asahi Azumane sabía que yerba mala nunca muere.

 

Resignado bajo a la bodega donde su madre lo esperaba para hacer el inventario del día.

 

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

 

Una vez enviado el mensaje no pudo dejar de sonreír como idiota, estaba a tres horas de tocar tierra y la ansiedad lo estaba matando.

 

- oye… ¿podrías dejar de hacer ese ruido con los pies?... llevas todo el jodido viaje molestando – su compañero de asiento se queja por enésima vez y el castaño ofendido e impulsivo lo reta.

 

- ¡¿Cuál es tu problema?! – alza la voz, jamás había aprendido la palabra discreción.

 

- con tus ruidos no me dejas pensar, aunque se nota que es algo a lo que no estás acostumbrado –

 

- pero que… si eres imbécil – está a punto de caerle encima al más alto cuando una azafata pasa por su lado.

 

- ¿ocurre algo? –

 

- no, nada – contestan ambos, mirándose con odio contenido… el castaño más bajo decidió regresar a su asiento y el pelirrojo se acomoda el saco que el otro sujeto le había desarreglado, ya habían hecho suficiente escándalo.

 

El par de ojos rubí se va perdiendo por donde pasa la azafata, distraído con su cabello lizo y oscuro con reflejos azules, de mirada azulina y expresión tranquila como la de un gato. Inevitablemente esa mujer le recordaba a alguien…

 

- pss… sueña si crees que se va a fijar en un alfa como tú – susurra el más bajito con malicia, mientras finge leer una revista, el pelirrojo voltea al menor, algo ofendido.

 

- ¿a qué te refieres con un alfa como yo? –

 

El castaño se hace ademan de pensarlo y sonríe altanero.

 

- pues amargado, mandón, retrograda… escoge lo que quieras – eso hizo que la vena en la frente del pelirrojo creciera gradualmente.

 

- pues el alfa que te soporte no debe quererse a sí mismo, con un omega tan impulsivo y altanero… eso te hace poco atractivo – sus dientes afilados salen a flote.

 

- ¿ah sí?... pues pobre del omega que le toque ser tu pareja, debes ser tan frio que debe fingir orgasmos –

 

- déjame decirte que no eh conocido omega más vulgar que tú, para conseguir pareja debes pagar - 

 

Y así siguieron los insultos, cada uno peor que el anterior, tanto que los pasajeros del vuelo comenzaron a sonrojarse por las barbaridades que salían de las boca de esos dos. Nishinoya Yu, el omega más impulsivo de la tierra jamás olvidara una cosa muy importante de ese viaje, que pelear con las personas en un vuelo de ocho horas no era productivo a menos que fuera con un alfa retrogrado que te haga hacer tal escándalo que te den un asiento en primera clase…

 

Y Rin Matsuoka aprendió que en una discusión pública, un omega siempre lleva las de ganar.     

 

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

 

Todo el trayecto se aguantó la risa, después de todo no se veía todos los días que Murasakibara sacara a un cliente de su restaurante de esa manera, menos a uno de los policías más prestigiosos de la prefectura.

 

- ¿Qué clase de amigos son esos, Aomine? – le pregunto aun molesto, más por las risillas que por lo ocurrido anteriormente.

 

- oye no le culpes, a mí no me agrada ese gigantón, pero si te metiste con un omega se entiende, hasta yo lo haría – dice relajado mientras deja atrás un semáforo - ¿Qué te ocurre? Eres un policía Sosuke, no puedes acosar a omegas por allí –

 

- fue un error…yo no ando acosando a omegas, no soy tu – mascullo entre dientes, todo fue un mal entendido, estúpidos hormonas que lo controlaban, era como si regresara de nuevo a ser un adolescente. Aomine miro divertido la mejilla roja de su compañero, ese omega debía tener un buen gancho – olvídalo, ya te dije que no fue lo que paso…– refunfuño.

 

- jajaja… tu olor te delata amigo, hueles a abstinencia -

 

- no seas idiota – llevo su mirada hacia la ventana, esquivando la del compañero. Sabía que estaba en problemas, pero eso nadie tenía por qué saberlo - esto es serio, el jefe no puede saber esto… no puedo dejar que un error se mal interprete así –

 

- jajaja como digas, pero recuerda que si presenta cargos contra ti seré el primero en llenar el informe para que te arresten en la comisaria por acoso sexual – se rio con ganas.

- ¿acoso sexual?... y que hay de tus revistas de las modelos en traje de baño… que tengas tantas mínimo debe ser ilegal – metió un frenazo de la impresión, gracias al cielo ya habían llegado a la estación de policías.

 

- eso es material informativo – rebatió nervioso, Sosuke era un compañero sin sentido del humor y eso era realmente aburrido.

 

Aomine salió el auto con un sonoro portazo, dándole la espalda a su compañero. Alzo la mano en son de paz asegurando que mantendría su secreto.

 

Los dos entraron y se encontraron con el panorama normal de todos los días, alguno que otro reo, agentes revisando papeles y llenando informes, poniendo multas y cosas así, estaban en un área urbana y aun que suelen haber sus problemas últimamente todo había estado tranquilo.

 

- chicos, Sawamura-senpai les llama y no está muy contento – le dijo un hombre de cabello casi rapado y con voz rasposamente entusiasta.

 

- de acuerdo Tanaka – responde Sosuke, Aomine no le da tanta importancia, pero cuando piensa irse es sujetado por el pelinegro de la solapa de su camisa y arrastrado hasta la oficina del supervisor.

 

- oye suéltame… - amenazo.

 

- Tanaka dijo, “nos”… no te escaparas esta vez –

 

- mj, ese sujeto solo se aprovecha de que Imayoshi no está en la estación –

 

- solo estas molesto por que no te nombro a ti como su suplente… ¿Qué esperabas? ¿Una promoción a los dos meses de trabajo?... nadie es tan bueno Aomine –

 

Entran, esperando ver a un furibundo hombre, pero en su lugar solo ven a un malvavisco con uniforme de policía, sus ojos se van de lado con fastidio mientras soportan una conversación muy ridícula entre el jefe de turno y su pareja.

 

No se podía ver todos los días a un alfa de su categoría sonriendo como un niño pequeño al teléfono, debía estar asquerosamente enamorado. Algo de lo que ambos policías podían identificarse más con un sentimiento más que doloroso.

 

- eh Suga… te encuentras bien… aja, si sé que es la segunda vez en lo que va de mañana, no, claro que los chicos no se molestan… ¿en serio, los hombres siguen allí? Pues eso es raro, lo investigare más tarde... ¿Qué hay de Kiyo-chan?... te dije que ella está lista para la primaria – La vida de Daichi Sawamura era como un asqueroso cuento de hadas, casado con un atractivo omega que lo adora, padre de una lista y muy lindo hija y un buen policía en ascenso, no podías encontrarle ninguna falla en ese sujeto, ningún motivo para odiarlo y eso era lo que más le caía mal a Daiki – Bueno me tengo que ir  –

 

- desayune una dona, suficiente azúcar en mis venas…– dio media vuelta, pero Sosuke lo vuelve a detener.

 

- no te vayas Aomine, tengo algo importante que informarles… - su tono dulce y melódico se va y su actitud seria aparece, esta vez demasiado seria para ser bueno – Kozume apareció por aquí con noticias nada agradables –

 

- ese sujeto nunca tiene buenas noticias – Sosuke había visto al chico un par de veces y si era sincero no confiaba en ese sujeto. Aunque Kozume Kenma era alguien indispensable en la unidad, definitivamente lo que hacía no era un trabajo para un omega.

 

- que fastidio… cuando tu topo aparece siempre es trabajo extra para todos –

 

- no te lo niego… a este periodista le gusta ensuciarse las manos, tal vez demasiado. Pero puede entrar a lugares que ninguno de nosotros puede y eso lo hace valioso para mí, lo que es valioso para ustedes también – Daichi se levanta y cierra la puerta de su oficina con discreción, no quería que nadie escuchara por error esa conversación - necesito a los dos involucrados en una nueva investigación… ¿les suena el nombre de Shogo Haizaki? – 

 

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

         

Llego a su casa tan molesto que tiro la puerta sin importarle que su mano estuviera roja, se había negado ir al médico a que le revisaran la herida por puro capricho, pero ahora le dolía horrores y estaba pensando fuertemente en llamar a emergencias, tal vez se había roto la muñera al estrellar su puño en esa cara de idiota.

 

- ¡rayos! –

 

- Haruka… ¿por dios… que te paso? – su madre llego de prisa ante el ruido que el hizo y se horrorizo al verle la meno – creí que ya te habían dejado de molestar –

 

- no es nada – ya era la quinta vez que la madre de Haruka escuchaba esa respuesta y se estaba hartando de ser comprensiva. – no volverá a pasar -

 

- no me creas estúpida Haruka… sé que no es solo nada – el menor no dijo nada mientras que se dejaba hacer, pero la cara de preocupación que ponía su madre lo hacía sentir culpable – creí que la nueva prescripción funcionaria… estas teniendo otra vez problemas en el trabajo, tal vez si cambiamos de medico…  –

        

- ¡no ha pasado nada! – contesto ya furioso. Su madre retrocedió, Haruka jamás tenia esas reacciones por nada y había pasado por tantos incidentes que tenía miedo de cualquiera que se acercara a él lo lastimara. – no es lo que tú crees, nadie me ataco, los supresores están funcionando bien… –

   

- ¿Qué paso? – volvió a preguntar, esta vez con una mirada muy seria.

 

- fue una hoya en la cocina del restaurante – arrugo el entrecejo, no era del todo cierto, pero el funcionamiento de los supresores no tenía nada que ver con lo ocurrido, hacerla preocupar de mas no valía la pena.

 

Ambos omegas se quedaron en silencio por un segundo hasta que el llanto de un bebe sonó en la casa, llamando la atención de los adultos.

 

Los instintos maternales de los omegas estaban más arraigados en sus cerebros que en los de un alfa o un beta, en especial cuando los hijos eran muy pequeños, y Haruka no era la excepción, su cuerpo se movió por sí solo, para cuando se dio cuenta ya estaba al lado de una pequeña cuna de adornos azules, sin importarle siquiera el dolor en su mano, sujeto al hiperactivo bebe con mucho cuidado y comenzó a mecerlo y acariciar su cabeza para calmarlo.

 

No muchas personas estaban hechas para ser padres y a pesar de las creencias no siempre los omegas estaban felices por la condición que tenían. En muchas ocasiones los omegas sufrían por no poder controlar sus hormonas, el acoso sexual e incluso algo tan simple como no poder controlar tu propio cuerpo eran cosas que harían a cualquiera desesperar.

 

Para Haruka, era una pesadilla, era un omega tan sensible a los cambios hormonales que muchos supresores no le hacían efecto, teniendo problemas constante mente en el ambiente laboral. Existía una solución para todo eso, pero al omega nunca le había gustado que le obligaran hacer lo que no quería y esa solución representaba ser amarrado de por vida… el matrimonio.

 

El matrimonio con un buen alfa ayudaría a sus rebeldes hormonas a estabilizarse, le funciono a su mamá y de seguro a él le convendría. Pero Haruka no quería estar atado a nadie, por eso su madre tenía razones de sobra para querer sobre protegerlo... En eso miro a su bebe que ya estaba calmándose y sonrió de soslayo.

 

No era expresivo, ni amoroso, pero sus padres eran de los pocos que sabían que Haruka podía fácilmente dar su vida por sus hijos… pese a que su condición como omega le ha dado tantos problemas, de lo único que agradecía era poder tener a sus hijos con él.

 

- tan solo fue una pesadilla – hablo al bebe que se metía dos dedos a la boca y sonrió… la madre se acercó enternecida - madre, tengo a Hibiki encima –

 

- así está mejor, el igual llora si no eres tu quien lo carga… lo tienes mal acostumbrado – su hijo hace puchero y ella sonríe porque su nieto también lo hacía – no lo entiendes Haruka, así como te preocupas por cualquier cosa de Kyona, Misame o Hibiki… a mí me preocupas tú, eres mi bebe, aunque estés grande no lo dejaras de ser –

 

Después de eso solo pudo ver en silencio como su madre envolvía su mano y le hablaba a Hibiki para que se calmara, había cosas que no podía ganarle a su madre por más insistente que fuera.

 

- eh estado pensando… que tal vez tengas razón –

 

- ¿razón en qué? –

 

- en que yo… debería contraer matrimonio -

 

- ¿de verdad?... ¿estás hablando en serio Haruka? – los ojos de la madre comenzaron a brillar ilusionados.

 

- pero nada de citas de compromiso… yo lo elegiré – dictamino totalmente serio a lo que su madre asiente.

 

- claro, claro… es hora de que los niños tengan un papá que esté presente y que te proteja, necesitas ser marcado Haruka – el oji azul rodo los ojos con total fastidio, arrepintiéndose de decírselo a su madre – ¿oye y que tal ese atractivo bombero que te viene a visitar todas las tardes? –

 

- ¿Makoto?... él es un amigo, madre –

 

- si bueno, después de lo que paso dudo que él quiera ser solo tu amigo… además es soltero, guapo y un buen alfa… lo conoces desde toda la vida… ¿Quién mejor que Makoto, Haru-chan? –

 

- no comiences por favor – Haruka paseo por la cuna vecina donde su otro bebe dormía muy plácidamente y suspiro, tal vez si no habría la boca su madre no se emocionaba al punto de exasperarlo.

              

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

 

Sus grandes ojos marrones se fijaron en las personas que iban y venían, aferrado a la mano de su padre esperaba no tan paciente irse de ese lugar, el mayor le había dado una paleta y se la comió más rápido de lo que el adulto espero. Luego un helado y un refresco, su abuela no lo dejaba comer esas cosas y estaba aprovechando la oportunidad.

 

Mientras el menor lidiaba con su hiperactividad, el mayor trataba de tranquilizar su nervioso corazón, se suponía que el vuelo llego hace treinta minutos pero nada que salía Nishinoya… tal vez tuvo algún problema con el equipaje o en realidad el vuelo lo dejo. Asahi estaba haciendo de su mente un tren de cosas que pudieran ocasionar el retraso, tan entregado a desastres peores que se olvidó por un segundo lo hiperactivo que podía ser Akiharu si le quitaban un ojo de encima.

 

La mirada del menor se fue hacia un enorme disfraz de dinosaurio, hipnotizado se despegó de la mano del padre, quien no estaba prestando mucha atención. Era el dinosaurio que pasaban en la televisión y ahora lo estaba viendo en persona, del arranque de emoción salió corriendo…

 

- ¡señor dinosaurio! – el grito alerto a Asahi, quien al ver como una cabellera castaña pasaba entre los pies de las personas no dudo ni dos segundos en salir corriendo tras de él.

 

- Akiharu… ¡Akiharu regresa! –

 

Akiharu no era el niño más obediente del prescolar y eso él lo sabía, dándole mucho trabajo al pobre de Yamaguchi y escapándose de la clase para ver a Kiyoko que estaba en la clase superior, quería jugar con ella, se conocían de toda la vida y aceptar que ella debía prepararse para la primaria le había costado mucho más al pequeño alfa que a sus sobreprotectores padres… entonces una idea se prendió en su infantil cabecilla, si convencía al señor dinosaurio de ir con él a la escuela tal vez Kiyoko quiera jugar con el de nuevo.

         

 

Yu llevaba hablando con el odioso tipejo vestido de dinosaurio por tres minutos para que le rebajara el condenado peluche, quería llevarle uno a su hijo y el condenado no entendía que estaba corto de efectivo, estaba a punto de quitarle la cabeza para darle un buen golpe cuando el disfraz cae al piso con todo e idiota dentro.

 

- señor dinosaurio, venga conmigo… por favor, por favor, por favor… por favorcito ¿siii? – todos vieron tal escándalo, como el señor del disfraz se quejaba y como el pequeño niño que seguía aferrado a su pierna no lo dejaba ir.

 

- primero un enano ladrón, ahora una garrapata… - se escuchó la queja del vendedor hacia Nishinoya - ¿Qué me falta ahora? –

  

El amargado hombre fue intimidado por la presencia de un alfa muy molesto que lo había escuchado claramente. De gran altura y ojos furiosos fue tras él.

 

- A-ki-haru – pronuncio las silabas despacio y con paciencia y el niño lo ve con esa mirada de perrito que había heredado de su omega padre, se había olvidado del adulto y ahora estaba en problemas.

 

El hombre del dinosaurio estaba pálido y estuvo a punto de orinarse encima, gracias al cielo que no era con él con quien el alfa estaba molesto.

 

- ¿Asahi? – escucha que lo llaman y su molestia se disipa en sorpresa.

 

- ¿Yu? – pregunta en respuesta, no creyendo lo que veía.

 

- ¡Akiharu! – levanta la mano el menor, creyendo que estaban jugando algún tipo de juego.

 

- ¿se conocen?... – pregunta el vendedor con verdadero miedo – ¿sabes qué? chico – “¿chico?” se preguntó Nishinoya entre dientes - llévese el peluche, es regalo de la casa – el enorme dinosaurio le da el juguete al omega, quien parpadea un par de veces sin entender lo que ocurría.

 

El hombre con el disfraz se aleja muy rápido, no quería tener nada que ver con ese terrorífico alfa ni con esa extravagante familia.

 

 

 

Continuara…

Notas finales:

si llegaron aqui podran ver que no todo el tiempo saldran los protas en todos los episodios.

Akiharu es el pequeño revoltoso de Asahi y Yu, habra muchas preguntas como por que NIshinoya estaba de viaje y por que Asahi vive con su madre, la historia de ellos se desarroyara en otro capitulo, unida a otros personajes mas de Haikyuu. 

¿Quien habra sido el omega que golpeo el lindo rostro de Sosuke?, y bueno como dije, me diverti mucho asignando los trabajos de todos, eso es parte del encanto del fic.

bueno finalmente aun tengo algunas dudas con el omegaverso, pues aun es algo que es muy extenso y cada persona puede agregarle lo que quiera a su conveniencia.

espero llegado hasta aqui quieran seguir leyendo aun mas, nos leemos,

byebye


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