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:Vidas Vinculadas: por DionSan_95

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Notas del capitulo:

Buenas mis lectores y lectoras que disfrutan de este crossover, les tengo noticias, no, no regrese, pero si les dejo el capítulo 6 para que disfruten un poco más de esta historia y no se aburran mucho. Lamento que no hayan historias de las parejas que propuse el capítulo pasado, si tengo cosas escrito de ellas, pero decidí no ponerlas para seguir un poco el hilo de la historia principal. Así que espero comprensión que habrá algo de salseo para la próxima XD

Feromonas en descontrol

Yudai

Soberbia 

Capítulo 6: Problemas de Omegas

 

  

En la actualidad se podía diferenciar muy fácilmente a un beta de un alfa o un omega, con una mirada era suficiente. Y aunque la consistencia corporal engañaba en muchos casos estaban las feromonas, esas no mentían y eran el punto clave… pues si bien se sabía que entre las alfas y los omegas había distintos tipos de feromonas que advertían su estado hormonal y sentimental. Algo que distinguía a los betas y que los diferenciaban de los otros dos grupos eran que estos carecían de suficientes feromonas.

 

Aunque nunca faltaban esos casos particulares…

 

Hinata Shoyo miraba con intensidad el infame objeto que había terminado en sus manos mientras estaba haciendo el inventario de la mercancía esa semana, era una gaza deportiva, con elasticidad para el movimiento de un deportista, anti sudoración y de color negro, hasta ese momento al peli naranja le parecía totalmente genial, pero no todo pedía ser perfecto.

 

Volteo el objeto y se encontró con la desagradable etiqueta de Yamakatsu…

 

- ¿te ocurre algo Shoyo? – su compañero era incluso más bajo que el, con una risa algo tímida y pecas, le pregunto.

 

- no… todo bien, es solo el inventario – pero no parecía ser solo el inventario si el peli naranja iba tirando con violencia la mercancía al carrito… ahora, Izumi no quería saber por qué la rabia – Yukitaka… ¿desde cuándo aceptamos tanta mercancía de Yamakatsu? –

 

- mmm… pues creo que el gerente aumento los pedidos desde que compraron la rama de medicina deportiva… eso y el compromiso de Kageyama han hecho sus productos más populares – Hinata decidió ayudarle con unas cajas que el pobre omega no podía cargar por su cuenta, alejándose intencionalmente del infame producto – gracias –

       

- así que compromiso – susurro – pero que injusto – suspiro con desanimo.

 

- ¿injusto?... ¿te refieres al compromiso de Kageyama? –

 

- ¡pero claro que sí!… ¡¿a ti no?! – La impotencia le volvió a ganar mientras hablaba más del tema - todos ellos son tan asquerosamente ricos que pueden hacer los que les da la gana, se creen que por que son de alta alcurnia pueden disminuir a los demás, sin importar que sean…alfas, omegas, betas. Si tienen dinero solo eres una herramienta para ellos… ¡Aaahh!… de solo pensarlo me molesta – Yukitaka veía con gracia como el aire salía a borbotones de la nariz de Hinata.

 

- en realidad les tengo un poco de envidia – Hinata detiene su iracundo monologo para observar a su amigo con intriga – veras, los omegas son cuidados desde pequeños, son enviados a buenas escuelas y finalmente les garantizan una estabilidad económica y familiar con un buen alfa –

 

- pero eso no es amor – refuta Hinata.

 

- que importa eso…- el castaño dio un suspiro - tal vez tu no lo entiendas porque eres un beta Shoyo… pero a los omegas como nosotros, bueno ya sabes, es tan siquiera difícil conseguir un trabajo estable – sus ojos marrones se ven algo desolados y sus pecas resaltan un poco tras el sonrojo, Hinata no le quitaba los ojos de encima y eso le puso nervioso. Tal vez Hinata no lo sabía, pero tenía una mirada muy penetrante – lo siento Shoyo, me deje llevar -

 

- no te preocupes – sujeto con fuerza la caja y comenzó a caminar - de hecho… si lo entiendo un poco… –

 

La campanilla sonó, anunciando la llegada de nuevos clientes a la tienda.

 

- pero que tenemos aquí… un omega y un aburrido beta… y eso que entramos aquí en busca de algo interesante que comprar – eran dos sujetos con actitudes bastante molesta. El sujeto que le había hablado a Hinata y a Izumi era más alto que ellos, con el cabello rubio y aretes, se notaba por demás de su actitud arrogante una seguridad propia de los alfas, de seguro era uno. – entonces… ¿nos atenderán o qué? –

 

- oye Yuji no seas malo con ellos, pareciera que los estas asustando – dijo otro con una sonrisa juguetona, divirtiéndose de ver al omega temblando como gelatina – además… ¿Qué pueden saber ellos de cosas deportivas? De seguro los contrataron para llamar clientela nada más –

 

Su compañero era aún más atrevido, llegando a afincar su brazo sobre los hombros del pobre Izumi, quien se veía bastante asustado.

 

Hinata arrugo el entrecejo con molestia.

 

- si van a comprar algo háganlo o lárguense, bien podemos reservarnos el derecho de admisión si queremos – ruge el más bajito, estampándole al castaño alfa un folleto y poniéndose en medio.

 

- hey… no te metas donde no te llaman beta – casi escupe el otro, pero Hinata no mueve un musculo. - ¿Qué acaso no conoces tu lugar? -

 

- Kazuma… déjalo de una vez, es obvio que el enano habla en serio y no me meteré en otro problema con la policía porque le hayas dado una paliza a otro beta – Yuji le da un par de palmadas en el hombro a su amigo y deja sobre la caja registradora un par de audífonos, un desinfectante, alcohol y las gasas, aquellas que Hinata había contabilizado. - ¿Quién me va a cobrar esto o acaso debo hacerlo por mi cuenta? –

 

No es que fueran cobardes o que los alfas no fueran aceptados, pero había ocasiones como esa en la que sujetos como ellos utilizaban su estatura o sus auras violentas para doblegar la voluntad de betas y omegas, simplemente por diversión. Eso es lo que Hinata no le gustaba…

 

- yo lo hare – dijo sin inmutarse en lo más mínimo ante el presencia dominante de Yuji – Yukitaka ve por Koji y dile que se acabaron algunos productos, así que hay que remplazarlos – su amigo asiente con nervios y agradecido que le diera una salida rápida de allí, iría por Koji de todas maneras, pues sabía que aun que Hinata fuera un beta muy valiente no podía con dos alfas busca problemas.

 

- tks – Kazuma chasque molesto cuando el omega se fue, llevándose con él esa dulce fragancia mesclada con miedo.

 

Hinata pasó por la registradora los productos rápidamente, se quería deshacer de ellos lo más pronto posible y evitarse cualquier tipo de conflicto, y estuvo a punto de conseguirlo o al menos eso creyó…

 

- pero que interesante… aún no se ha ido – el rubio sonrió mientras se apoyaba en la mesa aun lado de la registradora.

 

- ¿a qué te refieres? – su compañero bufa aun molesto.

 

- el aroma… por el que entré, sigue rondando – Hinata se tensó un poco, pero trato de no dejarlo ver, siguió haciendo su trabajo… pero era difícil cuando el par de ojos almendrados del alfa lo tenían en la mira.

 

- no seas idiota, ese era el único omega a kilómetros –

 

- no estoy tan seguro de eso… ¿no es así? – Se fija en su gafete y sonríe – Hinata –

 

- aquí está su compra, por favor absténgase de regresar a nuestra tienda en otra ocasión – una vena se asoma en su cien.

 

- wow… sí que no eres divertido, pero gracias… Hinata – se relame el labio con gula y el más bajo nota un piercing brillando en ese amenazador gesto.

 

Toma la bolsa y termina guiñándole un ojo al chico y Hinata se abstiene de sacarle el dedo mientras ve que ambos se van sin hacer mucho alboroto. Una vez que cruzan la puerta el peli naranja puede relajarse y tomar aire, se había aguantado de tomar siquiera un respiro… vio sus manos temblorosas, ni siquiera supo cuándo comenzó a temblar tanto.

 

- tranquilo… no se dio cuenta, no se dio cuenta - Se sintió ahogado por sus propios sentimientos, asustado de que ese sujeto descubriera que en realidad no era un beta…

               

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

 

Él era el tipo de hombre que atraía cualquier mirada y estaba consciente de eso, estaba acostumbrado a ser el centro de atención por su atractivo rostro y buen físico, por lo que siguió su camino como si nada. No era interesante, las personas que se impresionaban tan fácilmente no le eran para nada interesantes…

 

Con mal disimulo la gente no se perdía ni uno solo de sus movimientos, alguien tan llamativo como ese rubio no podía andar por allí por su cuenta... y tenían razón, se paró en medio del parque y miro su reloj, estaba esperando a alguien. Se preguntaron cómo sería esa persona que tenía esperando a tan bello hombre. 

 

- por aquí, Ryota – Vio a su lado una risa divertida y unos ojos azules que le miraban entretenido.

 

- ¡Yukio! – sin pensarlo dos veces se fue a abrasarlo lo más fuerte que pudo.

 

Y el rubio serio y genial se había ido, siendo remplazado por alguien llorón y muy emocional. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que se vieron y si era honesto se volvería un tanto loco si seguía esperando más tiempo.

 

Esos ojos azules, esas gruesas cejas y esa expresión algo seria que ponía cada que se lo ocurría hacer o decir una tontería, Ryota ensancho muy grande su sonrisa y sujeto el rostro con ambas manos para después estamparle beso.

 

Yukio se sonrojo ante eso, poniéndose nervioso muy rápido ante la escena que Kise estaba montando.

 

- oye, ¿Qué fue eso? –

 

- un beso de bienvenida – la cara de felicidad del más alto hizo que Yukio bufara en aparente molestia, pero el sonrojo y que no lo apartara eran suficiente para que Ryota supiera que era su manera de decirle que lo extrañaba también.

 

- ni que fuésemos una pareja de viejos – Ryota no refuto a eso, le encantaría ser una pareja de viejos junto a Yukio.

 

Cálido, se sentía cálido estrechar entre sus brazos al moreno más bajo, oler su exquisito aroma dulce mesclado con el shampo, quien diría que alguien tan huraño escondiera tan exquisita esencia.      

 

- papá… asfixias a chichi – a Kise Ryota no le hubiera molestado ignorar esa vocecilla por un tiempo más si no fuera porque sintió dolor en su canilla.

 

- ¿Por qué Yucchi lastima a papa de esa forma? – se soba y comienza a lamentarse de manera exagerada, el niño le mira con esos ojos azules y fríos heredados de su padre – papá también extraño a Yucchi… ven a darle un abrazo – extiende los brazos para mostrarle que no guardaba rencor.

 

Pero Yudai solo se escondió rápidamente tras Yukio.

 

- yo no te extrañe… papá no ha venido a casa, y estoy molesto… no quiero hablar con papá – El alfa le cayó encima un aura gris y sombría, por el rechazo de su propio hijo.

 

Yukio dio un suspiro con paciencia, ya veía venir algo por el estilo. Yudai le había dicho muy claramente esa mañana que no tenía interés de ir a ver a su padre, aunque posiblemente fuera la única oportunidad que tuvieran en meses.

 

Kise no tenía mucho tiempo para pasarlo con ellos y por más que se queje del alfa, no era culpa suya, al menos no del todo. Ryota trabajaba como piloto, su trabajo lo hacía estar la mayoría del tiempo ausente y Yukio entendía eso, era el sueño del hombre viajar por el mundo y conocer todos los sitios, él también tenía un sueño y entendía que era cumplirlo, no iba a ser egoísta con Kise… ¿pero cómo le explicabas eso a un niño de cinco años?

 

Primer día de escuela, primeros pasos, primeras palabras… todo eso el rubio lo había visto por video cámara y entendía en parte la frustración de su hijo, eso con el tiempo iba pesando más.

 

Sujeto las manos de Yudai y se agacho al nivel del menor para que lo escuchara atentamente.

 

- Yudai ¿de qué hablamos? –

 

- que papá… está trabajando y que él nos quiere ver, pero no puede – hablo con puchero, sintiéndose algo culpable de su comportamiento – pero se va a ir de nuevo –

 

- no… no es así Yucchi – el alfa les interrumpe con una cara risueña y eso a Yukio le da mala espina – papá no volverá a irse lejos otra vez –

 

- ¿en serio? – salto emocionado.

 

- ¿Qué quieres decir? – el mayor alzo una ceja, algo no estaba bien.

 

- ¡que papá dejara de ser un piloto! – la emoción se veía en todos los poros del alfa y un silencio se formó, siendo lo contrario a lo que Kise esperaba, se imaginó que estarían un poco más contentos.

 

- ¿acaso te despidieron? – a Kasamatsu no se le ocurría otra cosa.

 

- jejeje… no, yo renuncie – Silencio sepulcral de parte de ambos. Y aunque el más alto les miraba sonriendo y esperando las celebraciones y el vitoreo, nadie movió un musculo.

 

Yukio se lleva las manos al rostro, sacando cuentas mentalmente, es que no se explicaba como ese idiota había dejado uno de los mejores trabajos que había tenido, y pensó que tendría también una respuesta menos estúpida a yo renuncie… espero demasiado de ese cabeza hueca.

 

El omega era un profesor de música de uno de los conservatorios más famosos de Tokio, era un buen trabajo y podían pagar las cuentas, pero el mayor ingreso lo tenía Kise por su trabajo y por ser un alfa, no le iban a aumentar simplemente por que diga que su estúpida pareja se quedó sin trabajo… además, que llevaba meses pidiendo un aumento que no llegaba.

 

Maldición, justamente ahora cuando lo necesitaban más… lo iba a matar, de verdad lo iba a matar.

 

- papá es tonto – expresa el menor con total frialdad.

 

- ¿eh? -  

 

La ira comenzó a recorrerle el cuerpo.

 

- ¿Qué hiciste… Kise? – la palabras salieron frías y el más bajito tenía un aura asesina, Ryota aún no entendía que era…pero había hecho algo mal.

 

      

-.-                                                                                                                             -.-

 

 

Morisuke Yaku miraba la posición de la niña, sus delicados movimientos, como los pequeños y finos dedos pasaban por sobre las cuerdas, como el arco hacia que las cuerdas sonaran de manera maravillosa, entonces lo detecto, era liguero… pero tenía un error.

 

- así no Shiori-sama… de nuevo – Ella miro al omega con molestia mientras volvía a repetir la pieza, se estaba hartando – dejémoslo así, no lo hace mejor –

 

- esa es tu culpa Yaku… eres muy quisquilloso – se ve aliviada de que el mayor la dejara descansar y se dispone a guardar con mucho cuidado su instrumento – ni Yukio-sensei es tan estricto –

 

El castaño sonríe mientras despeina con malicia ese fino cabello plateado.

 

- cuando Shiori-sama tome sus prácticas en serio entonces dejare de ser tan quisquilloso – la niña pone una trompa graciosa mientras se arregla el cabello, no le gustaba estar desarreglada y eso Yaku lo sabía, así que lo usaba para molestarla – además se supone que ya tiene que ir a ver a Mayuzumi-san – hizo un puchero involuntario, no le gustaba mucho la idea – bueno tal vez esto no pasara si la señorita no se empeñara en hacer que los profesores particulares renuncien… entre eso y las notas del colegio no puedo hacer nada para evitar que Mayuzumi-san la reprenda –

 

- esos profesores no me agradan nada… yo solo quiero a Kuroko-sensei – Yaku alza una ceja, eso era nuevo.

 

- eso es un capricho que no se le puede cumplir – así que ella se pone cascarrabias.

 

- papá despediría a todos si se lo pido – frunce el ceño y el mayor ni se inmuta – pero no me dejas – Yaku se sienta a un lado de la niña. Ella se había encargado de hacer su trabajo más difícil desde el día en que entro a ese colegio, el omega mayor pensó que se le estarían pegando algunas mañas de los niños caprichosos con los que se la pasaba.

 

- pórtese mejor y lo considerare – fue el ultimátum que le dio. Yaku quien cuidaba de ella era estricto y bastante duro de persuadir, ella podía ser Shiori Akashi, la princesa de la casa, pero él no permitiría que se convirtiera en una altanera de clase alta como la mayoría de los que la rodeaban – ahora cambie esa cara que no es el fin del mundo -  

 

- Yaku… ¿Qué acaso no te dije que Shiori debía hablar conmigo antes del almuerzo? – El altivo omega entro a la habitación con cara de pocos amigos, mientras que caminaba pendiente de su teléfono - ¿Por qué no estaba a la hora prevista? -

 

- hola… madre – él ni siquiera la mira, retando al empleado con ojos de desprecio.

 

- lo siento, yo demore a la señorita - el hombre de castaños cabellos hace una reverencia en forma de disculpas mientras se levanta – ahora mismo estábamos practicando sus clases de música… –

 

- ¡sin excusas! – Yaku aprieta los puños… como detestaba a ese hombre. – no se ni siquiera como sigues aquí, solo entorpeces mi itinerario… si fuera por mí ya estarías fuera de esta casa – le miro duro, detestaba a ese omega insignificante, detestaba su confianza con el resto de los empleados, que su esposo tomara más en consideración las opiniones de ese sujeto que las suyas. Simplemente lo detestaba. – vamos Shiori, practicaras en cualquier otro momento… tomaras tu almuerzo con el mío – sujeto la mano de la niña con rapidez, para sacarla de allí, no quería que pasara más tiempo con ese sujeto.

 

Shiori obedeció, aunque antes de salir volteo hacia atrás preocupada por el castaño, este simplemente le sonrió con cariño y la despidió con la mano… tranquilizándola un poco. 

 

Morisuke Yaku era un orgulloso omega que trabajaba duro y era sumamente amable cuando y con quien quería. Estuvo cuidando de Shiori Akashi desde que la vio nacer, cambio sus pañales, cuido de sus heridas y siempre estuvo pendiente de que todo lo que ambos padres dijeran se hiciera por su bien… todo eso debido a que su familia siempre trabajo con los Akashi, quienes eran bastante poderosos y tradicionales, era lógico para él seguir ese ejemplo y algo casi natural. Creció conociendo a los ahora dueños de las acciones de la empresa Akaashi, Seijuro y Keiji Akashi, ahora manejaban la mayoría de las acciones de la empresa y Yaku como mayordomo conocía todas las rencillas de esa familia, cada mínima escaramuza, desde la relación tan extraña que llevaban esos hermanos, hasta la obvia preferencia de Masaomi Akashi por Seijuro…

 

En el tiempo en que llevaba en esa casa había visto muchas cosas, pero en definitiva la peor de todas era ese sujeto, con ínfulas de rey que vino a apestar todo con su soberbia y mal carácter… era empleado de confianza por sus propios méritos y Seijuro le había asegurado a su petulante esposo que él no tenía derecho de despedirlo desde el mismo día en que tuvieron su primer encontronazo. Si hubiera sabido que se iba a ganar un enemigo de gratis definitivamente hubiera actuado más cauto.

      

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

 

Llevo el vaso a su boca para quitarse un poco de estrés, nunca espero acabarse la cerveza de un solo trago.

 

- deme otro más – dijo a la camarera.

 

- no recuerdo que tomaras de esa manera – Rin alzo una ceja y Sosuke alzo los hombros para que no le diera importancia al asunto.

 

- de vez en cuando acompaño a un grupo de compañeros, ellos van todos los viernes… el trabajo se hace pesado algunas veces y no está mal relajarse de vez en cuando – Rin entiende a lo que Sosuke se refiere así que lo deja ser, no estaría mal que él se relajara de vez en cuando. – Vamos a brindar por tu regreso y por qué hiciste que me quitaran a Aomine del trasero -

 

- eres de lo peor – dijo en broma mientras chocaban ambos tarros de cervezas.

 

- y dime Rin… ¿qué es lo que buscas en Tokio? – Rin alza una ceja. Sosuke se toma la cerveza con la mirada fija en su amigo de infancia. Ambos se conocían de pies a cabeza.

 

- no te pongas pesado – Rin tomo un trago, desviando la mirada, le incomodaba cuando Sosuke se ponía quisquilloso.

 

- a ver… te fuiste hace años a una beca… en ese tiempo no llamaste, ni escribiste cartas, ni siquiera mensajes… ¿crees que me voy a creer ese cuento de que te dio remordimiento y decidiste regresar? – un simple gesto de parte del pelirrojo le dio la razón a Sosuke – se trata de Nanase… ¿no es así? -

 

- ¿y que si fuera así? – el pelinegro lo miro fijamente y un incómodo silencio se formó antes de que el alfa decidiera hablar.

 

- pues serias un tonto, tu hermana ha estado preocupada por ti, ni ella ni tu madre te han visto por un largo tiempo y regresas sin decirle nada a nadie… parecieras no haber aprendido nada – el pelirrojo se estaba molestando, apretaba las manos en impotencia, pero era el deber de Sosuke dejarle en claro las cosas. – Nanase no vale la pena -

 

- necesito saber la verdad de ese día Sosuke… fue tonto de mi parte huir así nada mas – su expresión se veía dolida y abatida, lo que sea que haya ocurrido perseguía a Rin como pesadilla – además, hay algo más -

 

- ¿a qué te refieres? –

 

- Haruka tiene un hijo – Rin estaba convencido de lo que decía – vengo por él – Sosuke bufo incrédulo.

 

- puede ser de cualquiera, sabes que él era… - el ruido seco del vaso siendo golpeado contra la madera lo calla, la mirada de Rin se vuelve terrorífica. – Que lo niegues no evita que tenga razón –

   

Rin no entendía mucho la aversión que le tenía Sosuke a Haruka.

 

En su juventud siempre peleaban por que sus gustos eran muy parecidos, zapatos, el lado de la cama, el helado… incluso la profesión, hasta les llego una vez a gustar la misma chica, Sosuke en esa época había hecho trampa y se la había ganado a Rin, pero eran unos niños y después de una semana el pequeño de ojos aguamarina se olvidó de la niña y volvió su amistad con el pequeño tiburón como si nada hubiera pasado.

 

Entendería si Sosuke se sintiera atraído por el omega… pero ese no era el caso.

 

Rin le gusto Haruka desde el primer segundo en que lo vio, fue tan solo una coincidencia. Sosuke y él iban a una Goukon por insistencia de un senpai de la universidad y Haruka resulto ser el camarero que los atendía. En esa mesa hubo tantos omegas lindos, pero Rin no perdió tiempo con ninguno, se había hipnotizado por esos ojos tan azules como el mar. El resto fue historia…

 

Rin nunca noto que el problema comenzó a asentarse el día en que le contó a Sosuke que había comenzado a salir con Haruka.

 

- es mi hijo – insiste con terquedad.

 

- ¿eso crees?... ¿Cómo siquiera te enteraste? – Rin huye con la mirada y Sosuke lo presiona, formándose un incómodo silencio durante segundos. - ¿Qué hiciste Rin? -

 

- no, yo… yo… lo investigue… por los archivos policiales –

 

- ¡¿te volviste loco?! – El moreno baja un poco la voz, viendo que su impresión había llamado algo la atención. Aunque no era para menos, un oficial no tenía permitido seguir la pista a civiles sin motivo de investigación, Rin había hecho algo ilegal, leve, pero ilegal al fin y al cabo, dio un suspiro de resignación y se sobo la mejilla marcada con algo de fuerza, aun no le sanaba del todo - ¿Qué averiguaste exactamente? –

 

- se mudó a Tokio hace como tres meses, a una residencia al este de aquí, está soltero o al menos eso aclaraba en el contrato y con un niño de cuatro años… Sosuke cuatro, no puede ser coincidencia – Rin se sentía un tanto desesperado y Sosuke le molestaba verlo así, que su mejor amigo se viera en esas condiciones por un omega que no valía la pena era totalmente inaceptable, fue culpa de Haruka Nanase que Rin decidiera irse y de verdad que no quería que su amigo se llevara otra decepción, acababa de recuperar a Rin, no quería perderlo tan pronto. 

 

- no tengas muchas esperanzas… no vaya a ser que te lleves un fiasco –

 

                                                                                                           

 

Continuara…

Notas finales:

Con esto espero que me den algunos comentarios que me inspiren un poquito más XD, sigo en hiatus, pero nuca se sabe, puede que de algunas sorpresas.

Nos estamos leyendo XD.


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