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:Vidas Vinculadas: por DionSan_95

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Notas del capitulo:

Como prometí, el capítulo 9, no sé por qué puse Septiembre, ando bastante despistada XD, quiero avisar que ya abrí oficialmente mi Wattpad, en donde subiré que este fic y otros más, abajo en las descripciones pondré el link XD…     

 

Encuentros

Interrogatorio policial

 

Falsa impresión

Capítulo 9: Olfato Policial

 

 

Él se encontraba sentado en una silla de ruedas a mitad del pasillo, viendo en dirección del ventanal que daba al jardín, mientras esperaba que su madre terminara de hablar con los doctores, agradeciéndoles, suponía el… francamente no le importaba, solo esperaba irse de ese sitio lo más pronto posible.

 

- ¿no te sientes contento Ikuya?… ya es hora de irte a casa – su madre le sonrió amable y este no dijo nada, dejando que ella comenzara a empujar la silla hacia la ansiada salida. – ¿te gustaría algo en especial? – pregunto ella, sin rendirse ante la apatía de su propio hijo.

 

Ikuya Kirishima, un joven omega que apenas pisaba los dieciocho años, de mirada naranja y de cabellos verde oscuros, casi negros, llevaba varios días en el hospital, se negaba a hablar o conversar con cualquiera, incluso con su madre. Limitándose a decir solo lo necesario.

 

- no en realidad –

 

- bien, supongo que no estarías en contra de un rico helado – Ikuya no dijo nada en contra, así que su madre se tranquilizó un poco al ver que el menor al menos se dejaría consentir. Caminaban por el pasillo del hospital en total silencio, al menos hasta que su madre decidió interrumpirlo – sé que te gustara quedarte en casa, te preparare tu comida preferida, podrás ver muchas cosas en la televisión por cable…-

 

- no quiero ver televisión – se mordió el labio con impotencia, asustado pero en definitiva decidido – solo… solo quiero descansar –

 

Sintió el pecho ser oprimido por una fuerza invisible, le dolía, le dolía en verdad. Sujetándose con una mano de la silla y la otra la boca, conteniendo las náuseas que aparecían.

 

- podrás descansar… todo estará bien – le hablo nerviosa a su hijo que parecía tener un ataque.

 

Su madre no supo que hacer, lo ve y se ahorra las lágrimas que querían salir, debía llamar a alguien.

 

Su condición física y psicológica no era idónea para salir del hospital, su cuerpo estaba frágil y con indicios de anemia, aun le debían introducir suero y otros medicamentos directos en la vena debido a que su estómago no los soportaba… la única razón por la que le daban de alta era porque el Hospital no podía sostener la situación de su caso, con policías y entrevistadores preguntando a todos por él. 

 

Los doctores le habían recomendado regresar a casa, que la tranquilidad y la privacidad de su hogar lo harían recuperarse mejor, que la familiaridad de sus seres queridos podía hacerlo mejorar… pero no habían pisado ni la entrada y ya Ikuya quería regresar a la cama.

 

- Ikuya… ¡Ikuya vamos!... estas bien – sintió unas manos grandes y frías en su rostro, cuando abrió los ojos pudo ver el rostro preocupado de esa persona, esa mirada negruzca tras los espejuelos que le transmitían confianza y seguridad, tal como la primera vez que lo vio.

 

- Imayoshi-san – casi lloro al reconocerlo.   

 

Extendió sus brazos y abrazo al hombre con todas sus fuerzas, aferrándose a él como si fuera su salvación.

 

Para cuando la madre de Ikuya llego con los doctores y enfermeras se encontró al oficial de policía con su hijo. El hombre que estaba siendo abrazado por su hijo le sonrió y con una señal sutil le dijo que esperaran en silencio desde la distancia, él era capaz de encargarse de eso. 

 

La señora observo a su hijo, quien comenzó a llorar en el hombro de aquel hombre. No le tenía rencor, era solo que no entendía por qué su propio hijo se abría con ese desconocido en vez de con ello… suspiro, no le quedo de otra que asentir y permitirlo.

 

Imayoshi Shoichi era el oficial a cargo del caso del omega, su investigación lo había llevado a Kyoto y por semanas dirigió una redada contra una de las bases de crímenes organizados de Japón, con ayuda de algunos de los trabajadores de fuerzas especiales habían conseguido con éxito rescatar a dos de las cinco víctimas y arrestar a algunos de las bandas cómplices… entre las personas que salvaron estaba el mismo Ikuya.

  

- ¿Cómo te sientes Ikuya? – pregunto después de un buen rato, cuando sintió que el llanto del niño se detuvo. Este asintió, quitando alguna que otra lagrima con el dorso de su mano – bien, porque vine a decirte que ya está todo listo – le comento el alfa mientras le extendía una tarjeta con un número telefónico.

 

- se cuál es el número de la policía, gracias – rechazo amablemente.

 

- no es el de la policía –

 

- ¿es… el suyo? – se quedó mirando la pequeña tarjeta con algo de emoción en su voz.

 

- no es mi número… - el alfa se acomodó sus lentes y suspiro – este es el número de la agencia que se encargó de todo el tramite… por si quieres saber algo de… –

 

- no lo necesito – dijo en cuanto comprendió lo que quería hacer el oficial, le regreso la tarjetilla con prisa, pero este no la acepto.

 

- no te lo estoy preguntando… solo tómalo – puso una rodilla en el piso para estar al nivel del joven omega y sonríe de lado, de manera amable – sé que ahora estas muy confundido con todo lo que estás pasando, pero te aseguro Ikuya que cuando todo se tranquilice vas a querer saber que paso – el omega tenía la mirada apagada, mirando ahora el pedazo de cartón. Pensando con algo de cinismo que el alfa estaba equivocado, que en cuanto llegara a su casa rompería la tarjetilla y con eso fingiría que nada paso y esperaba que su mente le siguiera la idea y comenzara a olvidar…. Porque eso era lo que quería, quería olvidar.

 

Imayoshi creyó que su trabajo estaba listo, con que el niño lo pensara y no perdiera los estribos estaba satisfecho, así que se levanta para retirarse cuando siente como el menor jala de la manga de su saco.

 

Ikuya temblaba algo nervioso, no estaba muy seguro de lo que estaba haciendo, simplemente estaba intentando aferrarse al alfa.

     

- gra… gracias… muchas gracias por ayudarme Imayoshi-san – bajo su flequillo, pues en realidad no había agradecido a nadie, el omega no sentía que alguien a parte de él se merecía ese agradecimiento – si no fuera por usted yo seguiría en ese sitio… -

 

Imayoshi solo pudo palmear la verdosa cabellera con suavidad. No sabía si hacia lo correcto, no quería que el chico malinterpretara su amabilidad, pero sintió que era lo que Ikuya necesitaba.

 

- no soy al único que debes agradecer… -

 

- Hola Ikuya –

 

El corazón de Ikuya se detuvo por un segundo…   

 

En frente de él estaba un alfa alto, más alto que el oficial Imayoshi, llevaba un abrigo de color marrón madera y esa sonrisa que recordaba antaño. No pudo evitar que sus ojos se humedecieran, rayos, ya se sentía cansado de tanto llorar.

 

Natsuya no supo que hacer en cuanto su pequeño hermano rompió en llanto.

 

Ikuya no había visto a su hermano mayor en mucho tiempo y se aterro, porque casi ni lo reconocía, se veía justo como su padre. Con el físico de un alfa alto y fornido, fuerte y confiable, todo contrario a él, que era pequeño y escuálido.

 

Se llevó una mano al pecho, tenía tantas cosas que decirle que tenía atoradas que no sabía por dónde comenzar.

 

- Aniki – su voz se quebró tan solo un poco.

 

- tu hermano es muy valiente… nos ayudó mucho a seguir la pista de tu paradero… - Ikuya se sentía en una gran deuda con ese alfa, primero le salva y ahora le llevaba a su hermano.

 

Ikuya no iba a dejar pasar una oportunidad así, con el impulso de sus brazos sobre la silla se pudo levantar, quería ir con su hermano, mas no pudo dar más de un paso cuando sus piernas le fallaron y se precipitó al piso.

 

Pero no cayo, porque su hermano era así de confiable.

 

- tranquilo, te tengo – Natsuya sintió como esos frágiles brazos le abrazaban y luego el llanto que había comenzado como pequeñas lagrimas reventó en un mar de alaridos. Pero no le molesto, porque su pequeño hermano había sido fuerte por un largo tiempo. – no te preocupes… ahora puedes llorar todo lo que quieras –

 

- ¡lo siento tanto Aniki!... ¡lo siento mucho!.... ¡no quería decirte eso!... ¡no quería huir de casa!... ¡de verdad lo siento mucho! – Natsuya lo abraza más y siente ese cuerpo más frágil de lo que recordaba. - ¡perdóname Aniki! –

 

- Tranquilo Ikuya… ya no hay nada que perdonar –

 

 

-.-                                                                                                                             -.-

               

 

- se reportó otra desaparición – Rin tiro la carpeta sobre el escritorio del moreno haciendo que bajara de la nube en que llevaba dos días montado.

 

- mierda Matsuoka… pudiste al menos traer un café – Aomine refuta mientras revisa el reporte que el pelirrojo tan “amablemente” le ofreció.

 

- el café sirve para el desvelo y la resaca, no para la idiotez – el pelirrojo sorbe de la bebida comprada y Aomine le hace una seña obscena. La señal de que su convivencia solo iba mejorando.

 

No se llevaban bien y tampoco hablaban mucho. Aomine tildaba a Matsuoka de un pedante sabelotodo que se la pasaba pavoneándose con su placa de fuerzas especiales y su rango ligeramente superior… bien Daiki se podía pasar esa placa por donde no le pega el sol.

 

Mientras que Rin tachaba a su nuevo compañero de un flojo y holgazán que seguía su “instinto” de mierda, palabras del pelirrojo, para ocultar la falta de profesionalismo y momentos de suerte que tenía… como le gustaría que lo cambiaran.

 

Y en todo ese proceso habían estado investigando el caso que tenía como principal sospechoso a Haizaki Shogo, pero la investigación llevaba el mismo avance que su camaradería…

 

- otro omega… este es de entre veinticinco años, clase media, soltero y sin marca… no encaja en el patrón – el moreno cierra el reporte, sin importarle los demás detalles del caso, tenía la información necesaria – la zona tampoco es una común, la criminalidad en ese parte es bastante baja, además pertenece a otra banda ese territorio… no parece un movimiento usual de los hombres de Haizaki – la trata de omegas era algo que sonaba a los negocios de Haizaki, era el primer cargo y el que tenía más peso para meter al mal nacido a cadena perpetua.

 

Cualquier desaparición era una buena pista, sin embargo, no todas las desapariciones podían ser vinculadas con ese infeliz ya que los secuestros de omegas eran algo común en las organizaciones criminales.

 

- una tienda deportiva, tres empleados y casi nada de información – suspira, no estaban llegando a ningún lado.

 

- dos… el reporte solo informa del omega desaparecido y un alfa puesto en coma – corrige Aomine.

 

- tres Aomine, el omega, al alfa y un beta… debes terminar de leer los informes – refuta con cara huraña.

 

- ¿y ha sido interrogado? –

 

- creo que sí, si la oficina hace su trabajo y siguen el protocolo el beta saldrá en pocos minutos y darán caso cerrado… ¿Por qué lo preguntas? – pero cuando voltea ya no encuentra al alfa. – escurridizo -  

 

 

-.-

 

 

- eso es todo Hinata-san… ya puede irse – ambos se levantan y se inclinan en respeto.

 

Hinata aún no puede estar tranquilo, tenía que avisarle al maestro que llegaría más tarde, también debía ir a visitar a Sekimukai, debía hacer muchas cosas y hasta ahora es que se da cuenta.

 

El protocolo policial era muy pesado, con muchas preguntas inquisidoras, preguntas que no pudo responder todas por que no estaba al tanto de lo que ocurrió… había llegado tarde, la oficial de policía entendió su preocupación y confusión y no le pregunto más de lo debido… paso de alto que había mentido en su registro, se sintió bastante culpable claro está, pero ya no había vuelta atrás.

 

Iba tan deprisa por salir de la estación que no vio al enorme alfa que se había puesto en su camino, sino hasta que su cara tropezó con el robusto torso.

 

- Hinata Shoyo… ¿no es así? – la voz autoritaria le hizo crispar, asintió por inercia. Aomine era bastante alto, medio metro más alto para ser exactos y su cara seria no ayudaba a tranquilizar a Hinata que aún no sabía por qué le buscaban… - necesito que vengas… - se detuvo en seco cuando lo percibió.

 

- ¿algún problema oficial? -         

 

Sus ojos se volvieron al más bajo, quien le miraba con una expresión un tanto desconfiada. Se rasca el puente de la nariz y sonrió, porque ya sabía cómo salirse con la suya.

 

- ya fue procesado Aomine… ya el chico puede irse – Michimiya interviene al ver que el pobre chico se veía nerviosos ante la intimidante presencia del alfa. Tal vez Aomine lo estaba fastidiando, pensó.

 

- ¿Tu lo interrogaste? – pregunta ahora a la oficial.

 

- Si… y está todo en orden – la castaña se cruzó de brazos.

 

Pero lo que pasó a continuación nadie lo vio venir.

 

Con todo el descaro del mundo el alfa policía sujeto del brazo al peli naranja y comenzó a olfatearlo insistentemente, acercando su nariz a su cabello. Hinata se puso rojo como un tomate ante tal acercamiento, no estaba seguro de que era lo que quería el oficial, pero aquello podía considerarse acoso.

 

- ¿pero qué? – trata de alejar al más alto de él.

 

- ¡¿qué estás haciendo con el chico Ahomine?! – Aun que Michimiya fuera una beta aquello le daría vergüenza a cualquiera, a cualquiera que no fuera Aomine Daiki.

 

- Lo llevare a la sala para interrogarlo… mi compañero averiguo algo en sus documentos que no cuadra… si preguntan Matsuoka Rin fue el que dio la orden, yo solo cumplo – le echo todo el ganso al pelirrojo, supuso que para algo tenía que servir ese arrogante compañero.

 

Hinata iba a protestar pero él moreno entrecerró los ojos, su mirada le decía que ni se le ocurriera llevarle la contraria.  

 

- Pero… Aomine… espera, no puedes – ya era tarde, el alfa ya había arrastrado al más pequeño con él.

  

 

-.- 

 

 

- No eres un beta… Hinata Shoyo – afirmo lo que ya para los dos era obvio. Se sentó al frente del peli naranja, mostrándole los archivos civiles que decían que era un beta y paralelamente el certificado médico, que lo identificaban como omega – así que hablemos ahora con la verdad… ¿de acuerdo? – el acusado asintió con las manos sobre las rodillas, no le agradaba sentirse en problemas.  

 

- ¿Cómo… cómo lo supo? –

 

No era la primera vez que Hinata ocultaba su identidad como omega, se suponía que las píldoras disminuían sus hormonas y los inhibidores bloqueaban su celo. Que no generará hormonas interrumpía sus ciclos reproductivos, era lo más parecido a un beta que se podía ser.

 

- Tu disfraz es bueno y pudiste engañar a la oficial Michimiya porque es una beta y ellos no son capaces de detectar los pequeños rastros… pero un alfa puede. Tienes suerte de que fui yo quien se dio cuenta… de seguro sabes que no todos los alfas son tan amables –

 

Hinata recordó el incidente con ese alfa de la tienda y la piel se le crispo, la clase de alfas que no podían ser engañados tan fácilmente definitivamente no le agradaban.

 

- parece saber cuándo un omega quiere ocultar lo que es –

 

- para serte sincero es más común de lo que crees, como policía vez muchos casos similares – Aomine aun recordaba con total claridad al primer omega que intento algo parecido, las píldoras e inhibidores eran peligrosos, mientras más los tomabas, podían causar la reacción opuestas por el desorden hormonal y causarte un celo imprevisto. – ¿estas usando la dosis recomendada? -

  

La pregunta descoloco a Hinata.

 

- ¿no va a arrestarme? –

 

- claro que no, no es algo que amerite un arresto el mentir en tus documentos, posiblemente una multa de dos mil, pero tampoco la aplicare – el más bajo le miro dudoso – tengo entendido que te acabas de quedar sin trabajo – Hinata se puso pálido y un aura triste y pesada lo rodeo… después de todo lo que había pasado, parecía ser en ese momento que se dio cuenta que estaba desempleado. – pero puedes pagarme el favor de otra manera –

 

 

-.- 

   

 

- no creí que fueras bueno con los omegas – la voz del recién llegado le tomo con la guardia baja, ya que se estaba despidiendo del simpático y torpe Hinata Shoyo. No lo demostraba, pero le había caído bien.

 

- yo no creí que fueras tan antisocial – refuta el moreno.

 

- púdrete Aomine y será mejor que me digas la razón por la que me tuve que calar el discurso del jefe Sawamura por treinta minutos – el pelirrojo no se acostumbraba a esos arranques de rebeldía de ese novato, juraba que lo iba a golpear un día de estos.

 

- Yuji Terushima – arroja una carpeta y Rin la abre solo para descubrir la foto de un idiota que sacaba la lengua mostrando un pircing. ¿Cómo es que permitieron que saliera así en la ficha? – Hinata lo reconoció, dijo que hace unos días había ido junto a otros dos al establecimiento… -

 

- ¿y qué puede hacer un pandillero? – esa era la definición exacta de lo que era, solo había tenido arrestos menores, robo, carga de armas ilegal y otras cosas que en comparación con otros casos, se podían llamar insignificante.

 

- deberías sacar tu nariz de los informes… - bufa el moreno – ¿si tu fueras un traficante que está siendo juzgado y quisieras tapar tu rastros que harías? –

 

Matsuoka lo pensó detenidamente.

 

- dejaría las actividades por un tiempo… al menos hasta que se calmaran las aguas… -

 

- ¿pero y si eso te causara problemas monetarios?… no podrías dejar el negocio por mucho tiempo si tienes deudas que pagar – Rin espabilo, como si hubiera conectado los cables.

 

- usa a pandillas menores… para mantener el flujo del negocio –

 

Aomine y Matsuoka sonrieron, ahora con energías renovadas, porque ahora tenían su punto de inicio. Rin jamás lo admitiría, pero se alegraba de ese instinto de mierda.

 

  

-.-                                                                                                                             -.-

 

 

Sintió como un cuaderno se estampaba en su cabeza y no pudo hacer más nada que ver como sus lentes caían de bruces al suelo, rayos lo habían atrapado.

 

- ¿vuelves a estar en las nubes… Rey? –

 

- no es lo que piensa, Sera-senpai… – se puso rojo como un tomate mientras devolvía los espejuelos a su rostro.

 

- ¿ah sí… y que es lo que pienso? – se acerca al menor, Rey traga seco ante el acercamiento del mayor, tanto que va retrocediendo hasta chocar con la punta del escritorio. – acaso el gato te comió la lengua –

 

Su senpai era más alto y musculoso, claro, era lógico, considerando que Tadanori Sera era un alfa a toda regla, era el jefe del departamento de farmacia en donde Rey trabajaba como un simple interno. No estaba fijo por lo que sus movimientos estaban vigilados, que lo hayan descubierto en el trabajo distraído no era algo bueno.

 

La cercanía del alfa le ponía nervioso y antes que pudiera decir algo para defenderse el mayor levanto su barbilla y unió sus labios… eso, eso era inesperado.

 

Sera sujeto la cintura del menor, acercándolo con ansias de besarlo más si podía. Rey todo sonrojado trato de separarse, pero cuando sintió aquella mano bajar por su cintura quiso gritar que parara, lo que el senpai uso a su favor y metió su lengua en aquella cavidad.

 

El beso fue intenso y húmedo, tanto que cuando por fin Sera lo dejo tranquilo este estaba rojo y respirando intensamente.

 

- lindo – sonrió satisfecho, mientras saboreaba sus labios – eres realmente lindo –

 

- ¡esto no es nada lindo! – Grito con color hasta en las orejas - ¡ya deje de acosarme y búsquese un omega como es debido! –

 

- eh… pero si eres divertido… además, todos los omegas que conozco siempre buscan alguna forma de encajarme el diente – Sera mencionaba con notorio sarcasmo ya que era bien sabido que era un verdadero don juan.

 

Los omegas de la oficina, tanto femeninos como masculinos, no podían verlo pasar sin echarle al menos una ojeada. De vez en cuando se divertía con ellos para dejarlos al poco tiempo. Suspiro, Rey era obviamente diferente, para el menor era como la mascota que encontraba divertido de molestar.

 

- tiene una personalidad desagradable Sera-senpai – el otro soltó una carcajada como si lo que le hubiera dicho fuera el mejor chiste. – y también es raro –

 

- jejeje… puede ser, pero déjame decirte que en verdad me pareces interesante – sonrió y se puso a su lado, soltando sus feromonas de manera sutil.

 

Pero Rey Ryugazaki no lo noto.

 

- ¿Qué tiene de interesante un beta? –

                

 

 

Continuara…

Notas finales:

Aquí si se preguntaban qué había pasado con Ikuya y Natsuya… pronto habrá más de ellos. En el capítulo pasado hable de Haruka y Kuroko, ahora le tocaba a Hinata… y bueno la relación laboral entre Rin y Aomine mejoro tan solo un poco, pero Aomine sigue siendo el Ore-sama de siempre XD.

 

Y para quien pidió a Rey, aquí lo tienen… rompiendo corazones XD

 

Aquí el wattpad para quien quiera leer mis otros fics XD, aunque son los mismos que publico aquí XD… https://www.wattpad.com/user/DionSan... el capítulo 11 será publicado el 20 de diciembre y esta vez no hay equivocación, nos leemos.


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